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ArribaJornada III

 

Salen CELIA y DOÑA LEONOR.

 
DOÑA LEONOR
Celia, yo me he de matar
si tú salir no me dejas
de esta casa, u de este encanto.
CELIA
Repórtate, Leonor bella,2095
y mira por tu opinión.
DOÑA LEONOR
¿Qué opinión quieres que tenga,
Celia, quien de oír acaba
unas tan infaustas nuevas,
como que quiere mi padre,2100
porque con engaño piensa
que don Pedro me sacó,
que yo (¡ay Dios!) su esposa sea?
Y esto cae sobre haber
antes díchome tú mesma2105
que Carlos (¡ah falso amante!)
a doña Ana galantea,
y que con ella pretende
casarse, que es quien pudiera,
como mi esposo, librarme2110
del rigor de esta violencia.
Con que estando en este estado,
no les quedan a mis penas
ni asilo que las socorra,
ni amparo que las defienda.2115
CELIA

 (Aparte.) 

Verdad es que se lo dije,
y a don Carlos con la mesma
tramoya tengo confuso,
porque mi ama me ordena
que yo despeche a Leonor2120
para que a su hermano quiera
y ella se quede con Carlos;
y yo viéndola resuelta,
por la manda del vestido
ando haciendo estas quimeras. 2125
-Pues, señora, si conoces
que, ingrato, Carlos te deja,
y mi señor te idolatra,
y que tu padre desea
hacerte su esposa, y que2130
está el caso de manera
que, si dejas de casarte,
pierdes honra y conveniencia,
¿no es mejor pensarlo bien
y resolverte discreta2135
a lograr aquesta boda,
que es lástima que se pierda?
Y hallarás, si lo ejecutas,
más de tres mil congrüencias,
pues sueldas con esto solo2140
de tu crédito la quiebra,
obedeces a tu padre,
das gusto a tu parentela,
premias a quien idolatra,
y de don Carlos te vengas.2145
DOÑA LEONOR
¿Qué dices, Celia? Primero
que yo de don Pedro sea,
verás de tu eterno alcázar
fugitivas las estrellas;
primero romperá el mar2150
la no violada obediencia
que a sus desbocadas olas
[impone] freno de arena;
primero aquese fogoso
corazón de las esferas2155
perturbará el orden con que
el cuerpo del orbe alienta;
primero, trocado el orden
que guarda naturaleza,
congelará el fuego copos,2160
brotará el hielo centellas;
primero que yo de Carlos
aunque ingrato me desprecia,
deje de ser, de mi vida
seré verdugo yo mesma;2165
primero que yo de amarle
deje...
CELIA
Los primeros deja
y vamos a lo segundo:
que pues estás tan resuelta,
no te quiero aconsejar2170
sino saber lo que intentas.
DOÑA LEONOR
Intento, amiga, que tú,
pues te he fiado mis penas,
me des lugar para irme
de aquí, porque cuando vuelva 2175
mi padre, aquí no me halle
y me haga casar por fuerza;
que yo me iré desde aquí
a buscar en una celda
un rincón que me sepulte,2180
donde llorar mis tragedias
y donde sentir mis males
lo que de vida me resta,
que quizás allí escondida
no sabrá de mí mi estrella.2185
CELIA
Sí, pero sabrá de mí
la mía, y por darte puerta,
vendrá a estrellarse conmigo
mi señor cuando lo sepa,
y seré yo la estrellada,2190
por no ser tú la estrellera.
DOÑA LEONOR
Amiga, haz esto por mí
y seré tu esclava eterna,
por ser la primera cosa
que te pido.
CELIA
Aunque lo sea;
2195
que a la primera que haga
pagaré con las setenas.
DOÑA LEONOR
¡Pues, vive el cielo, enemiga,
que si salir no me dejas,
he de matarme y matarte!2200
CELIA

 [Aparte.] 

¡Chispas, y qué rayos echa!
¿Mas qué fuera, Jesús mío,
que aquí conmigo embistiera?
¿Qué haré? Pues si no la dejo
ir, y a ser señora llega2205
de casa, ¿quién duda que
le tengo de pagar esta?
Y si la dejo salir,
con mi amo habrá la mesma
dificultad. Ahora bien,2210
mejor es entretenerla
y avisar a mi señor
de lo que su dama intenta;
que, sabiéndolo, es preciso
que salga él a detenerla,2215
y yo quedo bien con ambos,
pues con esta estratagema
ella no queda ofendida
y él obligado me queda.
-Señora, si has dado en eso,2220
y en hacerlo tan resuelta
estás, ve a ponerte el manto,
que yo guardaré la puerta.
DOÑA LEONOR
La vida, Celia, me has dado.
CELIA
Soy de corazón muy tierna,2225
y no puedo ver llorar
sin hacerme una manteca.
DOÑA LEONOR
A ponerme el manto voy.
 

(Vase DOÑA LEONOR.)

 
CELIA
Anda, pues, y ven apriesa,
que te espero. No haré tal,2230
sino cerraré la puerta,
e iré a avisar a Marsilio
que se le va Melisendra.
 

(Vase.)

 
 

(Sale DON JUAN.)

 
DON JUAN
Con la llave del jardín,
que dejó en mi poder Celia2235
para ir a lograr mis dichas,
quiero averiguar mis penas.
¡Qué mal dije averiguar,
pues a la que es evidencia
no se puede llamar duda!2240
¡Pluguiera a Dios estuvieran
mis celos y mis agravios
en estado de sospechas!
Mas ¿cómo me atrevo, cuando
es contra mi honor mi ofensa,2245
sin ser cierta mi venganza
hacer mi deshonra cierta?
Si sólo basta a ofenderme
la presumpción, ¿cómo piensa
mi honor, que puede en mi agravio 2250
la duda ser evidencia,
cuando la evidencia misma
del agravio en la nobleza,
siendo certidumbre falsa,
se hace duda verdadera?2255
Que como al honor le agravia
solamente la sospecha,
hará cierta su deshonra
quien la verdad juzga incierta.
Pues si es así, ¿cómo yo2260
imagino que hay quien pueda
ofenderme, si aun en duda
no consiento que me ofendan?
Aquí oculto esperaré
a que mi contrario venga;2265
que ¿quién, del estado en que
está su correspondencia,
duda que vendrá de noche
quien sale de día y entra?
Yo quiero entrar a esperarlo.2270
¡Honor, mi venganza alienta!
 

(Vase.)

 
 

(Sale DON CARLOS y CASTAÑO con un envoltorio.)

 
DON CARLOS
Por más que he andado la casa,
no he podido dar con ella
y vengo desesperado.
CASTAÑO
Pues, señor, ¿de ver no echas 2275
que están las puertas cerradas
que a esotro cuarto atraviesan,
por el temor de doña Ana
de que su hermano te vea,
o porque a Leonor no atisbes; 2280
y para haceros por fuerza
casar, doña Ana y su hermano
nos han cerrado entre puertas?
DON CARLOS
Castaño, yo estoy resuelto
a que don Rodrigo sepa2285
que soy quien sacó a su hija
y quien ser su esposo espera;
que pues por pensar que fue
don Pedro, dársela intenta,
también me la dará a mí2290
cuando la verdad entienda
de que fui quién la robó.
CASTAÑO
Famosamente lo piensas;
pero ¿cómo has de salir
si doña Ana es centinela2295
que no se duerme en las pajas?
DON CARLOS
Fácil, Castaño, me fuera
el salir contra su gusto,
que no estoy yo de manera
que tengan lugar de ser2300
tan comedidas mis penas.
Sólo lo que me embaraza
y a mi valor desalienta,
es el irme de su casa
dejando a Leonor en ella,2305
donde a cualquier novedad
puede importar mi presencia;
y así he pensado que tú
salgas, pues aunque te vean,
hará ninguno el reparo2310
en ti que en mí hacer pudieran,
y este papel que ya he escrito
traigo, con que le doy cuenta
a don Rodrigo de todo,
le lleves.
CASTAÑO
¡Ay, santa Tecla!
2315
¿Pues cómo quieres que vaya,
y ves aquí que me pesca
en la calle la Justicia
por cómplice en la tormenta
de la herida de don Diego,2320
y aunque tú el agresor seas,
porque te ayudé al ruïdo
pago in solidum la ofensa?
DON CARLOS
Este es mi gusto, Castaño.
CASTAÑO
Sí, mas no es mi conveniencia. 2325
DON CARLOS
¡Vive el cielo que has de ir!
CASTAÑO
Señor, ¿y es muy buena cuenta,
por cumplir el juramento
de que él viva, que yo muera?
DON CARLOS
¿Ahora burlas, Castaño?2330
CASTAÑO
Antes, ahora son veras.
DON CARLOS
¿Qué es esto, infame? ¿Tú tratas
de apurarme la paciencia?
¡Vive Dios, que has de ir o aquí
te he de matar!
CASTAÑO
Señor, suelta;
2335
que eso es muy ejecutivo,
y en estotro hay contingencia;
dame el papel, que yo iré.
DON CARLOS
Tómalo y mira que vuelvas
apriesa, por el cuidado2340
en que estoy.
CASTAÑO
Dame licencia,
señor. De contarte un cuento
que viene aquí como piedra
en el ojo de un vicario
(que deben de ser canteras):2345
Salió un hombre a torear,
y a otro un caballo pidió,
el cual, aunque lo sintió,
no se lo pudo negar.
Salió, y el dueño al mirallo,2350
no pudiéndolo sufrir,
le envió un recaudo a decir
que le cuidase el caballo,
porque valía un tesoro,
y el otro muy sosegado2355
respondió: «Aquese recado
no viene a mí, sino al toro».
Tú eres así ahora que
me remites a un paseo
donde, aunque yo lo deseo,2360
no sé si yo volveré.
Y lo que me causa risa,
aun estando tan penoso,
es que, siendo tan dudoso,
me mandes que venga aprisa.2365
Y así, yo ahora te digo,
como el otro toreador,
que ese recado, señor,
lo envíes a don Rodrigo.
 

(Sale CELIA.)

 
CELIA
Señor don Carlos, mi ama2370
os suplica vais a verla
al jardín luego al instante,
que tiene cierta materia
que tratar con vos, que importa.
DON CARLOS
Decid que ya a obedecerla2375
voy.

  [A CASTAÑO.] 

Haz tú lo que he mandado.
 

(Vanse DON CARLOS y CELIA.)

 
CASTAÑO
Yo bien no hacerlo quisiera,
si me valiera contigo
el hacer yo la deshecha.
¡Válgame Dios! ¿Con qué traza 2380
yo a don Rodrigo le diera
aqueste papel, sin que él
ni alguno me conociera?
¡Quién fuera aquí Garatusa,
de quien en las Indias cuentan 2385
que hacía muchos prodigios!
Que yo, como nací en ellas,
le he sido siempre devoto
como a santo de mi tierra.
¡Oh tú, cualquiera que has sido!; 2390
¡oh, tú, cualquiera que seas,
bien esgrimas [abanico],
o bien arrastres contera,
inspírame alguna traza
que de Calderón parezca,2395
con que salir de este empeño!
Pero tate, en mi conciencia,
que ya he topado el enredo:
Leonor me dio unas polleras
y unas joyas que trajese,2400
cuando quiso ser Elena
de este Paris boquirrubio,
y las tengo aquí bien cerca,
que me han servido de cama;
pues si yo me visto de ellas,2405
¿habrá en Toledo tapada
que a mi garbo se parezca?
Pues ahora bien, yo las saco;
vayan estos trapos fuera.
 

(Quítase capa, espada y sombrero.)

 
Lo primero, aprisionar2410
me conviene la melena,
porque quitará mil vidas
si le doy tantica suelta.
Con este paño pretendo
abrigarme la mollera;2415
si como quiero la pongo,
será gloria ver mi pena.
Ahora entran las basquiñas.
¡Jesús, y qué rica tela!
No hay duda que me esté bien, 2420
porque como soy morena
me está del cielo lo azul.
¿Y esto qué es? Joyas son estas;
no me las quiero poner,
que ahora voy de revuelta.2425
Un serenero he topado
en aquesta faltriquera;
también me le he de plantar.
Cúbrame esta pechuguera.
El solimán me hace falta;2430
pluguiese a Dios, y le hubiera,
que una manica de gato
sin duda me la pusiera;
pero no, que es un ingrato,
y luego en cara me diera.2435
¿La color? No me hace al caso,
que en este empeño, de fuerza
me han de salir mil colores,
por ser dama de vergüenza.
-¿Qué les parece, señoras,2440
este encaje de ballena?
Ni puesta con sacristanes
pudiera estar más bien puesta.
Es cierto que estoy hermosa.
¡Dios me guarde, que estoy bella! 2445
Cualquier cosa me está bien,
porque el molde es rara pieza.
Quiero acabar de aliñarme,
que aún no estoy dama perfecta.
Los guantes: aquesto sí,2450
porque las manos no vean,
que han de ser las de Jacob
con que a Esaú me parezca.
El manto lo vale todo,
échomele en la cabeza.2455
¡Válgame Dios! Cuánto encubre
esta telilla de seda,
que ni hay foso que así guarde,
ni muro que así defienda,
ni ladrón que tanto encubra,2460
ni paje que tanto mienta,
ni gitano que así engañe,
ni logrero que así venda.
Un trasumpto el abanillo
es de mi garbo y belleza,2465
pero si me da tanto aire,
¿qué mucho a mí se parezca?
Dama habrá en el auditorio
que diga a su compañera:
«Mariquita, aqueste bobo2470
al Tapado representa».
Pues atención, mis señoras,
que es paso de la comedia;
no piensen que son embustes
fraguados acá en mi idea,2475
que yo no quiero engañarlas,
ni menos a Vue-Excelencia.
Ya estoy armado, y ¿quién duda
que en el punto que me vean
me sigan cuatro mil lindos2480
de aquestos que galantean
a salga lo que saliere,
y que a bulto se amartelan,
no de la belleza que es,
sino de la que ellos piensan?2485
Vaya, pues, de damería;
menudo el paso, derecha
la estatura, airoso el brío,
inclinada la cabeza,
un [si] es no es, al un lado,2490
la mano en el manto envuelta;
con el un ojo recluso
y con el otro de fuera;
y vamos ya, que encerrada
se malogra mi belleza.2495
Temor llevo de que alguno
me enamore.
 

(Va a salir y encuentra a DON PEDRO.)

 
DON PEDRO
Leonor bella,
¿vos con manto y a estas horas?

 [Aparte.] 

¡Oh qué bien me dijo Celia
de que irse a un convento quiere! 2500
-¿Adónde vais con tal priesa?
CASTAÑO

 (Aparte.) 

¡Vive Dios! Que por Leonor
me tiene; yo la he hecho buena
si él me quiere descubrir.
DON PEDRO
¿De qué estás, Leonor, suspensa? 2505
¿Adónde vas, Leonor mía?
CASTAÑO

 (Aparte.) 

¡Oiga lo que leonorea!
Mas pues por Leonor me marca,
yo quiero fingir ser ella,
que quizá atiplando el habla2510
no me entenderá la letra.
DON PEDRO
¿Por qué no me habláis, señora?
¿Aún no os merece respuesta
mi amor? ¿Por qué de mi casa
os queréis ir? ¿Es ofensa2515
el adoraros tan fino,
el amaros tan de veras
que, sabiendo que a otro amáis,
está mi atención tan cierta
de vuestras obligaciones,2520
vuestro honor y vuestras prendas,
que a casarme determino
sin que ningún riesgo tema?
Que en vuestra capacidad
bien sé que tendrá más fuerza, 2525
para mirar por vos misma,
la obligación, que la estrella.
¿Es posible que no os mueve
mi afecto ni mi nobleza,
mi hacienda ni mi persona,2530
a verme menos severa?
¿Tan indigno soy, señora?
Y, doy caso que lo sea,
¿no me darán algún garbo
la gala de mis finezas?2535
¿No es mejor para marido,
si lo consideráis cuerda,
quién no galán os adora
que quién galán os desprecia?
CASTAÑO

 (Aparte.) 

¡Gran cosa es el ser rogadas!2540
Ya no me admiro que sean
tan soberbias las mujeres,
porque no hay que ensoberbezca
cosa como el ser rogadas.
Ahora bien, de vuelta y media 2545
he de poner a este tonto.
-Don Pedro, negar quisiera
la causa porque me voy,
pero ya decirla es fuerza:
yo me voy porque me mata2550
de hambre aquí vuestra miseria;
porque vos sois un cuitado,
vuestra hermana es una suegra,
las crïadas unas tías,
los crïados unas bestias;2555
y yo de aquesto enfadada,
en casa una pastelera
a merendar garapiñas
voy.
DON PEDRO

 (Aparte.) 

¿Qué palabras son estas,
y qué estilo tan ajeno2560
del ingenio y la belleza
de doña Leonor?
-Señora,
mucho extraña mi fineza
oíros dar de mi familia
unas tan indignas quejas,2565
que si queréis deslucirme,
bien podéis de otra manera,
y no con tales palabras
que a vos misma mal os dejan.
CASTAÑO
Digo que me matan de hambre, 2570
¿es aquesto lengua griega?
DON PEDRO
No es griega, señora, pero
no entiendo en vos esa lengua.
CASTAÑO
Pues si no entendéis así,
entended de esta manera.2575
 

(Quiere irse.)

 
DON PEDRO
Tened, que no habéis de iros,
ni es bien que yo lo consienta,
porque a vuestro padre he dicho
que estáis aquí; y así es fuerza
en cualquiera tiempo darle2580
de vuestra persona cuenta.
Que cuando vos no queráis
casaros, haciendo entrega
de vos quedaré bien puesto,
viendo que la resistencia2585
de casarse de mi parte
no está, sino de la vuestra.
CASTAÑO
Don Pedro, vos sois un necio,
y esta es ya mucha licencia
de querer vos impedir2590
a una mujer de mis prendas
que salga a matar su hambre.
DON PEDRO

 (Aparte.) 

¿Posible, cielos, que aquestas
son palabras de Leonor?
¡Vive Dios, que pienso que ella 2595
se finge necia por ver
si con esto me despecha
y me dejo de casar!
¡Cielos, que así me aborrezca;
y que conociendo aquesto2600
esté mi pasión tan ciega
que no pueda reducirse!
-Bella Leonor, ¿qué aprovecha
el fingiros necia, cuando
sé yo que sois tan discreta?2605
Pues antes, de enamorarme
sirve más la diligencia,
viendo el primor y cordura
de saber fingiros necia.
CASTAÑO

 (Aparte.) 

¡Notable aprieto, por Dios!2610
Yo pienso que aquí me fuerza.
Mejor es mudar de estilo
para ver si así me deja.
-Don Pedro, yo soy mujer
que sé bien dónde me aprieta2615
el zapato, y pues ya he visto
que dura vuestra fineza
a pesar de mis desaires,
yo quiero dar una vuelta
y mudarme al otro lado,2620
siendo aquesta noche mesma
vuestra esposa.
DON PEDRO
¿Qué decís,
señora?
CASTAÑO
Que seré vuestra
como dos y dos son cuatro.
DON PEDRO
No lo digáis tan apriesa,2625
no me mate la alegría,
ya que no pudo la pena.
CASTAÑO
Pues no, señor, no os muráis,
por amor de Dios, siquiera
hasta dejarme un muchacho2630
para que herede la hacienda.
DON PEDRO
¿Pues eso miráis, señora?
¿No sabéis que es toda vuestra?
CASTAÑO
¡Válgame Dios, yo me entiendo;
bueno será tener prendas!2635
DON PEDRO
Esa dicha será mía;
mas, señora, ¿habláis de veras
o me entretenéis la vida?
CASTAÑO
¿Pues soy yo farandulera?
Palabra os doy de casarme,2640
si ya no es que por vos queda.
DON PEDRO
¿Por mí? ¿Eso decís, señora?
CASTAÑO
¿Qué apostamos que, si llega
el caso, queda por vos?
DON PEDRO
No así [agraviéis] la fineza.2645
CASTAÑO
Pues dadme palabra aquí
de que, si os hacéis afuera,
no me habéis de hacer a mí
algún daño.
DON PEDRO
¿Qué os la ofrezca
qué importa, supuesto que2650
es imposible que pueda
desistirse mi cariño?
Mas permitid que merezca,
de que queréis ser mi esposa,
vuestra hermosa mano en prendas. 2655
CASTAÑO

 (Aparte.) 

Llegó el caso de Jacob,
-Catadla aquí toda entera.
DON PEDRO
¿Pues con guante me la dais?
CASTAÑO
Sí, porque la tengo enferma.
DON PEDRO
¿Pues qué tenéis en las manos? 2660
CASTAÑO
Hiciéronme mal en ellas
en una visita un día,
y ni han bastado recetas
de hieles ni jaboncillos
para que a su albura vuelvan.2665
 

(Dentro, DON JUAN.)

 
DON JUAN
¡Muere a mis manos, traidor!
DON PEDRO
Oye, ¿qué voz es aquella?
 

(Dentro, DON CARLOS.)

 
DON CARLOS
¡Tú morirás a las mías,
pues buscas tu muerte en ellas!
DON PEDRO
¡Vive Dios, que es en mi casa! 2670
CASTAÑO
Ya suena la voz más cerca.
 

(Salen riñendo DON CARLOS y DON JUAN, y DOÑA ANA deteniéndolos.)

 
DOÑA ANA
¡Caballeros, deteneos!
Mas ¡mi hermano! ¡Yo estoy muerta!
CASTAÑO
¿Mas si por mí se acuchillan
los que mi beldad festejan?2675
DON PEDRO
¿En mi casa y a estas horas
con tan grande desvergüenza
acuchillarse dos hombres?
Mas yo vengaré esta ofensa
dándoles muerte, y más cuando 2680
es don Carlos quien pelea.
DOÑA ANA

 [Aparte.] 

¿Quién pensará, ¡ay infelice!,
que aquí mi hermano estuviera?
DON CARLOS

 [Aparte.] 

¡Don Pedro está aquí, y por él
a mí nada se me diera,2685
pero se arriesga doña Ana
que es solo por quien me pesa!
CASTAÑO
¡Aquí ha sido la de Orán!
Mas yo apagaré la vela;
quizá con eso tendré2690
lugar de tomar la puerta,
que es solo lo que me importa.
 

(Apaga CASTAÑO la vela y riñen todos.)

 
DON PEDRO
Aunque hayáis muerto la vela
por libraros de mis iras,
poco importa que, aunque sea 2695
a escuras, sabré mataros.
DON CARLOS
Famosa ocasión es esta
de que yo libre a doña Ana,
pues por ampararme atenta
está arriesgada su vida.2700
 

(Sale DOÑA LEONOR con manto.)

 
DOÑA LEONOR
¡Ay Dios! Aquí dejé a Celia,
y ahora sólo escucho espadas
y voy pisando tinieblas.
¿Qué será? ¡Válgame Dios!
Pero lo que fuere sea,2705
pues a mí sólo me importa
ver si topo con la puerta.
 

(Topa a DON CARLOS.)

 
DON CARLOS
Esta es sin duda doña Ana.
-Señora, venid apriesa
y os sacaré de este riesgo.2710
DOÑA LEONOR
¿Qué es esto? ¡Un hombre me lleva!
Mas como de aquí me saque,
con cualquiera voy contenta,
que si él me tiene por otra,
cuando en la calle me vea2715
podrá dejarme ir a mí,
y volver a socorrerla.
DOÑA ANA
No tengo cuidado yo
de que sepa la pendencia
mi hermano, y más cuando ha visto 2720
que es don Carlos quien pelea,
y diré que es por Leonor.
Solamente me atormenta
el que se arriesgue don Carlos.
¡Oh, quién toparlo pudiera2725
para volverlo a esconder!
DON PEDRO
¡Quién mi honor agravia, muera!
CASTAÑO
¡Que haya yo perdido el tino
y no tope con la puerta!
Mas aquí juzgo que está.2730
¡Jesús! ¿Qué es esto? Alhacena
en que me he hecho los hocicos
y quebrado diez docenas
de vidrios y de redomas,
que envidiando mi belleza2735
me han pegado redomazo.
DOÑA ANA
Ruido he sentido en la puerta;
sin duda alguna se va
don Juan, porque no lo vean,
y lo conozca mi hermano; 2740
y ya dos sólo pelean.
¿Cuál de ellos será don Carlos?
 

(Llega DOÑA ANA a DON JUAN.)

 
DON CARLOS
La puerta, sin duda, es esta.
Vamos, señora, de aquí.
 

(Vase DON CARLOS con DOÑA LEONOR.)

 
DON PEDRO
¡Morirás a mi violencia!2745
DOÑA ANA
Mi hermano es aquel, y aqueste
sin duda es Carlos.
¡Apriesa,
señor, yo os ocultaré!
DON JUAN
Esta es doña Ana e intenta
ocultarme de su hermano;2750
preciso es obedecerla.
 

(Vase DOÑA ANA con DON JUAN.)

 
DON PEDRO
¿Dónde os ocultáis, traidores,
que mi espada no os encuentra?
¡Hola, traed una luz!
 

(Sale CELIA con luz.)

 
CELIA
Señor, ¿qué voces son estas?2755
DON PEDRO
¡Qué ha de ser!

 [Aparte.] 

¡Pero qué miro!
Hallando al abrir la puerta,
se fueron; mas si Leonor
-que sin duda entró por ella
aquí don Carlos- está2760
en casa ¿qué me da pena?
Mas, bien será averiguar
cómo entró.
-Tú, Leonor, entra
a recogerte que voy
a que aquí tu padre venga,2765
porque quiero que esta noche
queden nuestras bodas hechas.
CASTAÑO
Tener hechas las narices
es lo que ahora quisiera.
 

(Vase CASTAÑO y cierra DON PEDRO la puerta.)

 
DON PEDRO
Encerrar quiero a Leonor,2770
por si acaso fue cautela
haberme favorecido.
Yo la encierro por de fuera,
porque si acaso lo finge
se haga la burla ella mesma.2775
Yo me voy a averiguar
quién fuese el que por mis puertas
le dio entrada a mi enemigo,
y por qué era la pendencia
con Carlos y el embozado; 2780
y pues antes que los viera
los vio mi hermana y salió
con ellos, saber es fuerza
cuando a reñir empezaron,
dónde o cómo estaba ella.2785
 

(Vase DON PEDRO.)

 
 

(Salen DON RODRIGO y HERNANDO.)

 
DON RODRIGO
Aquesto, Hernando, he sabido:
que don Diego está herido,
y que lo hirió quien a Leonor llevaba
cuando en la calle estaba,
porque él la conoció y quitarla quiso,2790
con que le fue preciso
reñir; y la pendencia ya trabada,
el que a Leonor llevaba una estocada
le dio, de que quedó casi difunto,
y luego al mismo punto2795
cargado hasta su casa le llevaron,
donde luego que entraron
en sí volvió don Diego;
pero adviritendo luego
en los que le llevaron apiadados, 2800
conoció de don Pedro ser crïados;
porque sin duda, Hernando, fue el llevalle
por escusar el ruido de la calle.
Mira qué bien viene esto que ha pasado
con lo que esta mañana me ha afirmado2805
de que Leonor fue sólo a ver su hermana,
y que yo me detenga hasta mañana
para ver si Leonor casarse quiere;
de donde bien se infiere
que de no hacerlo trata,2810
y que con estas largas lo dilata;
mas yo vengo resuelto,
que a esto a su casa he vuelto,
a apretarle de suerte
que ha de casarse, o le he de dar la muerte.2815
HERNANDO
Harás muy bien, señor, que la dolencia
de honor se ha de curar con diligencia,
porque el que lo dilata neciamente
viene a quedarse enfermo eternamente.
 

(Sale DON CARLOS con DOÑA LEONOR tapada.)

 
DON CARLOS
No tenéis ya que temer,2820
doña Ana hermosa, el peligro.
DOÑA LEONOR

  [Aparte.] 

¡Cielos! ¿Que me traiga Carlos
pensando, ¡ah fiero enemigo!,
que soy doña Ana? ¿Qué más
claros busco los indicios2825
de que la quiere?
DON CARLOS

 (Aparte.) 

¡En qué empeño
me he puesto, cielos divinos,
que por librar a doña Ana
dejo a Leonor al peligro!
¿A dónde podré llevarla2830
para que pueda mi brío
volver luego por Leonor?
Pero hacia aquí un hombre miro
-¿Quién va?
DON RODRIGO
¿Es don Carlos?
DON CARLOS
Yo soy.

 (Aparte.) 

¡Válgame Dios! Don Rodrigo 2835
es. ¿A quién podré mejor
encomendar el asilo
y el amparo de doña Ana?
Que con su edad y su juicio
la compondrá con su hermano 2840
con decencia, y yo me quito
de aqueste embarazo y vuelvo
a ver si puedo atrevido
sacar mi dama.
-Señor
don Rodrigo, en un conflicto2845
estoy, y vos podéis sólo
sacarme dél.
DON RODRIGO
¿En qué os sirvo,
don Carlos?
DON CARLOS
Aquesta dama
que traigo, señor, conmigo
es la hermana de don Pedro,2850
y en un lance fue preciso
el salirse de su casa,
por correr su honor peligro.
Yo, ya veis que no es decente
tenerla, y así os suplico2855
la tengáis en vuestra casa,
mientras yo a otro empeño asisto.
DON RODRIGO
Don Carlos, yo la tendré.
Claro está que no es bien visto
tenerla vos, y a su hermano2860
hablaré, si sois servido.
DON CARLOS
Haréisme mucho favor;
y así, yo me voy.
 

(Vase.)

 
DOÑA LEONOR

 [Aparte.] 

¿Qué miro?
¡A mi padre me ha entregado!
DON RODRIGO
Hernando, yo he discurrido,2865
pues voy a ver a don Pedro,
y Carlos hizo lo mismo
que él sacándole a su hermana,
que ya por otros indicios
sabía yo que le amaba,2870
valerme de este motivo
tratando de que la case,
porque ya como de hijo
debo mirar por su honor;
y él quizá más reducido,2875
viendo a peligro su honor,
querrá remediar el mío.
HERNANDO
Bien has dicho, y me parece
buen modo de constreñirlo
el no entregarle a su hermana2880
hasta que él haya cumplido
con lo que te prometió.
DON RODRIGO
Pues yo entro. Venid conmigo,
señora, y nada temáis
de riesgo, que yo me obligo2885
a sacaros bien de todo.
DOÑA LEONOR

 (Aparte.) 

A casa de mi enemigo
me vuelve a meter mi padre;
y ya es preciso seguirlo,
pues descubrirme no puedo.2890
DON RODRIGO
Pero allí a don Pedro miro.
Vos, señora, con Hernando
os quedad en este sitio,
mientras hablo a vuestro hermano.
DOÑA LEONOR

  [Aparte.] 

¡Cielos, vuestro influjo impío 2895
mudad, o dadme la muerte,
pues me será más benigno
un fin breve, aunque es atroz,
que un prolongado martirio!
DON RODRIGO
Pues yo me quiero llegar.2900
 

(Sale DON PEDRO.)

 
DON PEDRO

 [Aparte.] 

¡Que saber no haya podido
mi enojo, quién en mi casa
le dio entrada a mi enemigo,
ni haya encontrado a mi hermana!
Mas buscarla determino2905
hacia el jardín, que quizá,
temerosa del rüido,
se vino hacia aquesta cuadra.
Yo voy; pero don Rodrigo
está aquí. A buen tiempo viene,2910
pues que ya Leonor me ha dicho
que gusta de ser mi esposa.
-Seáis, señor, bien venido,
que a no haber venido vos,
en aqueste instante mismo2915
había yo de buscaros.
DON RODRIGO
La diligencia os estimo;
sentémonos, que tenemos
mucho que hablar.
DON PEDRO

 (Aparte.) 

Ya colijo
que a lo que podrá venir2920
resultará en gusto mío.
DON RODRIGO
Bien habréis conjecturado
que lo que puede, don Pedro,
a vuestra casa traerme
es el honor, pues le tengo2925
fiado a vuestra palabra;
que, aunque sois tan caballero,
mientras no os casáis está
a peligro siempre expuesto;
y bien veis que no es alhaja2930
que puede en un noble pecho
permitir la contingencia;
porque es un cristal tan terso,
que, si no le quiebra el golpe,
le empaña sólo el aliento.2935
Esto habréis pensado vos,
y haréis bien en pensar esto,
pues también esto me trae.
Mas no es esto a lo que vengo
principalmente; porque2940
quiero con vos tan atento
proceder, que conozcáis
que teniendo de por medio
el cuidado de mi hija
y de mi honor el empeño,2945
con tanta cortesanía
procedo con vos, que puedo
hacer mi honor accesorio
por poner primero el vuestro.
Ver si puedo hacer por vos2950
más; aunque también concedo
que esta es conveniencia mía:
que, habiendo de ser mi yerno,
el quereros ver honrado
resultará en mi provecho.2955
Ved vos cuán celoso soy
de mi honor, y con qué estremo
sabré celar mi opinión
cuando así la vuestra celo.
Supuesto esto, ya sabéis2960
vos que don Carlos de Olmedo,
demás de lustre heredado
de su noble nacimiento...
DON PEDRO

 [Aparte.] 

A don Carlos me ha nombrado.
¿Dónde irá a parar aquesto,2965
y el no hablar en que me case?
Sin duda, sabe el suceso
de que la sacó don Carlos.
¡Hoy la vida y la honra pierdo!
DON RODRIGO
El color habéis perdido,2970
y no me admiro, que oyendo
cosas tocantes a honor,
no fuerais noble ni cuerdo,
ni honrado si no mostrarais
ese noble sentimiento.2975
Mas pues lances de amor
tenéis en vos el ejemplo,
y que vuestra propria culpa
honesta el delito ajeno,
no tenéis de qué admiraros2980
de lo mismo que habéis hecho.
 

(Sale DOÑA ANA al paño.)

 
DOÑA ANA
Don Rodrigo con mi hermano
está. Desde aquí pretendo
escuchar a lo que vino;
que como a don Carlos tengo2985
oculto, y lo vio mi hermano,
todo lo dudo y lo temo.
DON RODRIGO
Digo, pues, que aunque ya vos
enterado estaréis de esto,
don Carlos a vuestra hermana 2990
hizo lícitos festejos;
correspondiole doña Ana...
No fue mucho, pues lo mesmo
sucedió a Leonor con vos.
DON PEDRO
¿Qué es esto? ¡Válgame el cielo! 2995
¿Don Carlos quiere a mi hermana?
DOÑA ANA
¿Cómo llegar a saberlo
ha podido don Rodrigo?
DON RODRIGO
Digo, por no deteneros
con lo mismo que sabéis,3000
que viéndose en el aprieto
de haberlo ya visto vos
y de estar con él riñendo,
la sacó de vuestra casa.
DON PEDRO
¿Qué es lo que decís?
DON RODRIGO
Lo mesmo
3005
que vos sabéis y lo proprio
que hicisteis vos. Pues ¿es bueno
que me hicierais vos a mí
la misma ofensa, y que cuerdo
venga a tratarlo, y que vos,3010
sin ver que permite el Cielo
que veamos por nosotros
la ofensa que a otros hacemos,
os mostréis tan alterado?
Tomad, hijo, mi consejo:3015
que en las dolencias de honor
no todas veces son buenos,
si bastan sólo suaves,
los medicamentos recios,
que antes suelen hacer daño;3020
pues cuando está malo un miembro,
el experto cirujano
no luego le aplica el hierro
y corta lo dolorido,
sino que aplica primero3025
los remedios lenitivos;
que acudir a los cauterios,
es cuando se reconoce
que ya no hay otro remedio.
Hagamos lo mismo acá:3030
don Carlos me ha hablado en ello,
doña Ana se fue con él
y yo en mi poder la tengo;
ellos lo han de hacer sin vos...
¿Pues no es mejor, si han de hacerlo, 3035
que sea con vuestro gusto,
haciendo, cuerdo y atento,
voluntario lo preciso?
Que es industria del ingenio
vestir la necesidad3040
de los visos del afecto.
Aqueste es mi parecer;
ahora consultad cuerdo
a vuestro honor, y veréis
si os está bien el hacerlo.3045
Y en cuanto a lo que a mí toca,
sabed que vengo resuelto
a que os caséis esta noche;
pues no hay por qué deteneros,
cuando vengo de saber 3050
que a mi sobrino don Diego
dejasteis herido anoche,
porque llegó a conoceros
y a Leonor quiso quitaros.
Ved vos cuán mal viene aquesto 3055
con que vos no la sacasteis;
y en suma, que es largo cuento.
Pues sólo con que os caséis,
queda todo satisfecho.
DOÑA ANA
Temblando estoy qué responde3060
mi hermano; mas yo no encuentro
qué razón pueda mover
a fingir estos enredos
a don Rodrigo.
DON PEDRO
Señor,
digo, cuanto a lo primero,3065
que el decir que no saqué
a Leonor fue fingimiento,
que me debió decoroso
mi honor y vuestro respeto;
y pues solo con casarme3070
decís que quedo bien puesto,
a la beldad de Leonor
oculta aquel aposento,
y ahora en vuestra presencia
le daré de esposo y dueño3075
la mano; pero sabed
que me habéis de dar primero
a doña Ana, para que,
siguiendo vuestro consejo,
la despose con don Carlos3080
al instante.

 [Aparte.] 

Pues con esto,
seguro de este enemigo
de todas maneras quedo.
DON RODRIGO
¡Oh qué bien que se conoce
vuestra nobleza y talento!3085
Voy a que entre vuestra hermana
y os doy las gracias por ello.
 

(Sale DOÑA ANA.)

 
DOÑA ANA
No hay para qué, don Rodrigo,
pues para dar las que os debo
estoy yo muy prevenida.3090
Y a ti, hermano, aunque merezco
tu indignación, te suplico
que examines por tu pecho
las violencias del amor,
y perdonarás con esto3095
mis yerros, si es que los son,
siendo tan dorados yerros.
DON PEDRO
Alza del suelo, doña Ana;
que hacerse tu casamiento
con más decencia pudiera,3100
y no poniendo unos medios
tan indecentes.
DON RODRIGO
Dejad
aqueso, que ya no es tiempo
de reprehensión; enviad
un crïado de los vuestros3105
que a buscar vaya don Carlos.
DOÑA ANA
No hay que envïarlo, supuesto
que, como a mi esposo, oculto
dentro en mi cuarto le tengo.
DON PEDRO
Pues sácale, luego al punto.3110
DOÑA ANA
¡Con qué gusto te obedezco;
que al fin mi amante porfía
ha logrado sus deseos!
 

(Vase.)

 
DON PEDRO
¡Celia!
 

(Sale CELIA, recibe la llave, y vase.)

 
CELIA
¿Qué me mandas?
DON PEDRO
Toma
la llave de ese aposento3115
y avisa a Leonor que salga.
¡Oh amor, que al fin de mi anhelo
has dejado que se logren
mis amorosos intentos!
DOÑA LEONOR

  [Aparte.] 

Pues me tienen por doña Ana, 3120
entrarme quiero allá dentro
y librarme de mi padre,
que es el más próximo riesgo;
que después, para librarme
de la instancia de don Pedro,3125
no faltarán otros modos.
Mas subir a un hombre veo
la escalera ¿Quién será?
 

(Sale DON CARLOS.)

 
DON CARLOS

 [Aparte.] 

A todo trance resuelto
vengo a sacar a Leonor3130
de este indigno cautiverio;
que supuesto que doña Ana
esté ya libre de riesgo,
no hay por qué esconder la cara
mi valor; y ¡vive el Cielo,3135
que la tengo de llevar,
o he de salir de aquí muerto!
 

(Pasa DON CARLOS por junto a DOÑA LEONOR.)

 
DOÑA LEONOR

  [Aparte.] 

Carlos es, ¡válgame Dios!,
y de cólera tan ciego
va, que no reparó en mí.3140
Pues ¿a qué vendrá, supuesto
que me lleva a mí pensando
que era yo doña Ana? ¡Ah, Cielos,
que me hayáis puesto en estado
que estos ultrajes consiento!3145
Mas ¿si acaso conoció
que dejaba en el empeño
a su dama, y a librarla
viene ahora? Yo me acerco
para escuchar lo que dice.3150
DON CARLOS
Don Pedro, cuando yo entro
en casa de mi enemigo,
mal puedo usar de lo atento.
Vos me tenéis... Mas, ¿qué miro?
¿Don Rodrigo aquí?
DON RODRIGO
Teneos,
3155
don Carlos y sosegaos,
porque ya todo el empeño
está ajustado; ya viene
en vuestro gusto don Pedro,
y pues a él se lo debéis,3160
dadle el agradecimiento;
que yo el parabién os doy
de veros felice dueño
de la beldad que adoráis,
que gocéis siglos eternos.3165
DON CARLOS

 [Aparte.] 

¿Qué es esto? Sin duda ya
se sabe todo el suceso,
porque Castaño el papel
debió de dar ya, y sabiendo
don Rodrigo que fui yo3170
quien la sacó, quiere cuerdo
portarse y darme a Leonor;
y sin duda ya don Pedro
viendo tanto desengaño
se desiste del empeño.3175
-Señor, palabras me faltan
para poder responderos;
mas válgame lo dichoso
para disculpar lo necio,
que en tan no esperada dicha3180
como la que yo merezco,
si no me volviera loco
estuviera poco cuerdo.
DON RODRIGO
Mirad si os lo dije yo:
quiérela con gran estremo.3185
DOÑA LEONOR

  [Aparte.] 

¿Qué es esto, Cielos, que escucho?
¿Qué parabienes son estos,
ni qué dichas de don Carlos?
DON PEDRO
Aunque debierais atento
haberos de mí valido,3190
supuesto que gusta de ello
don Rodrigo, cuyas canas
como de padre venero,
yo me tengo por dichoso
en que tan gran caballero3195
se sirva de honrar mi casa.
DOÑA LEONOR

  [Aparte.] 

Ya no tengo sufrimiento.
¡No ha de casarse el traidor!
 

([Llega] DOÑA LEONOR con manto.)

 
DON RODRIGO
Señora, a muy lindo tiempo
venís; mas ¿por qué os habéis 3200
otra vez el manto puesto?
Aquí está yendo vuestro esposo.
Don Carlos, los cumplimientos
basten ya, dadle la mano
a doña Ana.
DON CARLOS
¿A quién? ¿Qué es esto?
3205
DON RODRIGO
A doña Ana, vuestra esposa.
¿De qué os turbáis?
DON CARLOS
¡Vive el Cielo,
que este es engaño y traición!
¿Yo a doña Ana?
DOÑA LEONOR

  (Aparte.) 

¡Albricias, Cielos,
que ya desprecia a doña Ana!3210
DON PEDRO
Don Rodrigo, ¿qué es aquesto?
¿Vos, de parte de don Carlos,
no venistis al concierto
de mi hermana?
DON RODRIGO
Claro está;
y fue porque Carlos mesmo3215
me entregó a mí a vuestra hermana
que la llevaba, diciendo
que la sacaba porque
corría su vida riesgo.
Señora, ¿no fue esto así?3220
DOÑA LEONOR
Sí, señor, y yo confieso
que soy esposa de Carlos,
como vos vengáis en ello.
DON CARLOS
Muy mal, señora doña Ana,
habéis hecho en exponeros3225
a tan público desaire
como por fuerza he de haceros;
pero, pues vos me obligáis
a que os hable poco atento,
quien me busca exasperado3230
me quiere sufrir grosero;
si mejor a vos que a alguno
os consta que yo no puedo
dejad de ser de Leonor.
DON RODRIGO
¿De Leonor? ¿Qué? ¿Cómo es eso? 3235
¿Qué Leonor?
DON CARLOS
De vuestra hija.
DON RODRIGO
¿De mi hija? ¡Bien, por cierto,
cuando es de don Pedro esposa!
DON CARLOS
¡Antes que logre el intento,
le quitaré yo la vida!3240
DON PEDRO
¡Ya es mucho mi sufrimiento,
pues en mi presencia os sufro
que, atrevido y desatento,
a mi hermana desairéis
y pretendáis a quien quiero!3245
 

(Empuñan las espadas; y sale DOÑA ANA y DON JUAN de la mano, y por la otra puerta CELIA, y CASTAÑO de dama.)

 
DOÑA ANA
A tus pies, mi esposo y yo,
hemano...

 [Aparte.] 

¿Pero qué veo?
A don Juan es a quien traigo,
que, en el rostro el ferreruelo,
no le había conocido.3250
DON PEDRO
Doña Ana, ¿pues cómo es esto?
CELIA
Señor, aquí está Leonor.
DON PEDRO
¡Oh hermoso, divino sueño!
CASTAÑO

 [Aparte.] 

Allá veréis la belleza;
mas yo no puedo de miedo3255
moverme. Pero mi amo
está aquí; ya nada temo,
pues él me defenderá.
DON RODRIGO
Yo dudo lo que estoy viendo.
Don Carlos, ¿pues no es doña Ana 3260
esta dama que vos mesmo
me entregasteis y con quien
os casáis?
DON CARLOS
Es manifiesto
engaño, que yo a Leonor
solamente es a quien quiero.3265
DOÑA ANA

 [Aparte.] 

Acabe este desengaño
con mi pertinaz intento;
y pues el ser de don Juan
es ya preciso, yo esfuerzo
cuanto puedo, que le estimo,3270
que en efecto es ya mi dueño.
-Don Rodrigo, ¿qué decís?
¿Qué Carlos? Que no lo entiendo;
y sólo sé que don Juan,
desde Madrid, en mi pecho3275
tuvo el dominio absoluto
de todos mis pensamientos.
DON JUAN
Don Pedro, yo a vuestros pies
estoy.
DON PEDRO
Yo soy el que debo
alegrarme, pues con vos3280
uno la amistad al deudo;
y así, porque nuestras bodas
se hagan en un mismo tiempo,
dadle la mano a doña Ana,
que yo a Leonor se la ofrezco. 3285
 

(Llégase a CASTAÑO.)

 
DON CARLOS
¡Antes os daré mil muertes!
CASTAÑO

 [Aparte.] 

Miren aquí si soy bello,
pues por mí quieren matarse.
DON PEDRO
Dadme, soberano objeto
de mi rendido albedrío,3290
la mano.
CASTAÑO
Sí, que os la tengo
para dárosla más blanda,
un año en guantes de perro.
DON CARLOS
¡Eso no conseguirás!
 

(Descúbrese DOÑA LEONOR.)

 
DOÑA LEONOR
Tente, Carlos, que yo quedo3295
de más, y seré tu esposa
que, aunque me hicisteis desprecios,
soy yo de tal condición
que más te estimo por ellos.
DON CARLOS
Mi bien, Leonor, ¿qué tú eras? 3300
DON PEDRO
¿Qué es esto? ¿Por dicha sueño?
¿Leonor está aquí y allí?
CASTAÑO
No, sino que viene a cuento
lo de «No sois vos, Leonor...».
DON PEDRO
¿Pues quién eres tú, portento,3305
que por Leonor te he tenido?
 

(Descúbrese CASTAÑO.)

 
CASTAÑO
No soy sino el perro muerto
de que se hicieron los guantes.
CELIA
La risa tener no puedo
del embuste de Castaño.3310
DON PEDRO
¡Matarete, vive el Cielo!
CASTAÑO
¿Por qué? Si cuando te di
palabra de casamiento,
que ahora estoy llano a cumplirte,
quedamos en un concierto3315
de que si por ti quedaba
no me harías mal; y supuesto
que ahora queda por ti
y que yo estoy llano a hacerlo,
no faltes tú, pues que yo3320
no falto a lo que prometo.
DON CARLOS
¿Cómo estás así, Castaño,
y en tal traje?
CASTAÑO
Ese es el cuento:
que por llevar el papel,
que aún aquí guardado tengo, 3325
en que a don Rodrigo dabas
cuenta de todo el enredo
y de que a Leonor llevaste,
para llevarlo sin riesgo
de encontrar a la Justicia3330
me puse estos faldamentos;
y don Pedro enamorado
de mi talle y de mi aseo,
de mi gracia y de mi garbo,
me encerró en este aposento.3335
DON CARLOS
Mirad, señor don Rodrigo,
si es verdad que soy el dueño
de la beldad de Leonor,
y si ser su esposo debo.
DON RODRIGO
Como se case Leonor3340
y quede mi honor sin riesgo,
lo demás no importa nada;
y así, don Carlos, me alegro
de haber ganado tal hijo.
DON PEDRO

 [Aparte.] 

(Tan corrido ¡vive el Cielo!3345
de lo que me ha sucedido
estoy, que ni a hablar acierto;
mas disimular importa,
que ya no tiene remedio
el caso). Yo doy por bien3350
la burla que se me ha hecho,
porque se case mi hermana
con don Juan.
DOÑA ANA
La mano ofrezco
y también con ella el alma.
DON JUAN
Y yo, señora, la acepto, 3355
porque vivo muy seguro
de pagaros con lo mesmo.
DON CARLOS
Tú, Leonor mía, la mano
me da.
DOÑA LEONOR
En mí, Carlos, no es nuevo,
porque siempre ha sido tuya.3360
CASTAÑO
Dime, Celia, algún requiebro,
y mira si a mano tienes
una mano.
CELIA
No la tengo,
que la dejé en la cocina;
pero ¿bastarate un dedo?3365
CASTAÑO
Daca, que es el dedo malo,
pues es él con quien encuentro.
Y aquí, altísimos señores,
y aquí, Senado discreto,
Los empeños de una casa3370
dad fin. Perdonad sus yerros.




Arriba


Sarao de cuatro naciones,

que son: españoles, negros, italianos y mexicanos


 

Salen los ESPAÑOLES.

 
CORO 1.º
A la guerra más feliz
que el Amor ordena,
la caja resuena,
retumba el clarín,
CORO 2.º
y el pífano suena,5
que convoca a la lid;
y al hacer
la seña a acometer,
CORO 3.º
dicen: ¡Guerra, guerra, porque ya el Amor
hoy sale al campo armado de furor, 10
porque espera salir vencedor!
CORO 1.º
Su opuesta es la Obligación,
que el lauro pretende,
porque que es, entiende,
quien tiene razón.15
CORO 2.º
Y así, la defiende
con destreza y corazón;
y al salir
y hacer seña de embestir,
CORO 3.º
dicen: ¡Toca, toca, toca, y sepan que voy20
a coronarme de laureles hoy,
porque digna de ellos solamente soy!
CORO 1.º
De María la beldad
el Amor prefiere;
y el Respeto quiere,25
con más seriedad,
CORO 2.º
que más se pondere
culto a su deidad.
Pero Amor,
como es deidad superior,30
CORO 3.º
es quien vence, que es fácil vencer
aquel que vence sólo con querer,
pues sobre razón le sobra el poder.
¡Victoria, victoria, Vitoria,
y lleve triunfante la palma y la gloria35
el que ha sabido salir vencedor!
Y así, ¡viva, viva, viva el Amor!
CORO 1.º
Hoy la Obligación
y el Amor se ven
disputar valientes40
la lid más cortés.
CORO 2.º
Y aunque están unidos,
se llegan a ver
tal vez hermanados,
y opuestos tal vez.45
CORO 1.º
De todos los triunfos
es este al revés;
pues aquí el rendido
el vencedor es.
CORO 2.º
La cuestión es: cuál50
podrá merecer
del excelso Cerda
los invictos pies.
CORO 1.º
Y de su divina
consorte, de quien 55
aromas mendiga
el florido mes,
CORO 2.º
pues de su beldad
pueden aprender
candor el jazmín,60
púrpura el clavel;
CORO 1.º
a quien humilladas
llegan a ceder
Venus la manzana,
Palas el laurel. 65
CORO 2.º
Y al tierno renuevo,
el bello José,
que siendo tan grande,
espera crecer.
 

(Salen los NEGROS.)

 
CORO 1.º
Hoy, que los rayos lucientes70
de uno y otro luminar,
a corta esfera conmutan
la eclíptica celestial;
hoy, que Venus con Adonis,
esta bella, aquel galán,75
a breve plantel reducen
de Chipre la amenidad.
CORO 2.º
Hoy, que Júpiter y Juno,
depuesta la majestad,
a estrecha morada truecan80
el alcázar de cristal;
hoy que Vertumno y Pomona
dejan ya de cultivar
los jardines que sus pies
bastan a fertilizar.85
CORO 1.º
Hoy, en fin, que el alto Cerda
y su esposa sin igual,
pues solamente sus nombres
los pudieron explicar;
porque en tanta fabulosa90
deidad de la antigüedad,
allá se expresa entre sombras
lo que entre luces acá.
CORO 2.º
Los dos amantes esposos,
que en tálamo conyugal95
hacen la igualdad unión
y la unión identidad.
Tanto que, a faltar María,
célibe fuera Tomás,
y, a faltar Tomás, María 100
igual no pudiera hallar.
CORO 1.º
Depuesto el solio glorioso,
de su grandeza capaz,
luces que [envidia] una esfera,
a un estrecho albergue dan.105
¡Salga la voz; no el silencio
se ocupe todo el lugar:
conceda a la voz lo menos,
pues se queda con lo más!
CORO 2.º
¡Haya un índice en el labio110
de lo que en el pecho está,
que indique, con lo que explique,
lo que no puede explicar!
Y aunque la gratitud sea
imposible de mostrar,115
¡haya siquiera quien diga
que le quede qué callar!
 

(Salen los ITALIANOS.)

 
CORO 1.º
En el día gozoso y festivo
que humana se muestra la hermosa deidad
de María, y el Cerda glorioso, 120
que triunfe feliz, que viva inmortal;
hoy que, hermosos Cupidos, sus soles,
del bello, celeste, lucido [carcax],
flechan veneraciones, y luego
las flechas que tiran vuelven a cobrar;125
hoy que, enjambre melifluo de Amores,
de su primavera festeja el rosal,
y aunque en torno [susurra] a sus flores,
se atreve a querer, pero no a llegar;
en el día que sus plantas bellas 130
dichosa esta casa merece besar,
y en las breves estampas que sella,
vincula la dicha a su posteridad;
en el día en que el tierno renuevo
de ascendencia clara, de estirpe real, 135
nuevo Sol en los brazos del Alba,
de las aves deja su luz saludar;
en el día en que sus damas bellas,
cándidas nereidas del sagrado mar,
nueva Venus cada una se ostenta, 140
mejor Tethis se ve cada cual,
con humildes afectos rendidos,
venid amorosos a sacrificar
víctimas a su culto, en que sea
el alma la ofrenda, y el pecho el altar.145
Y pues el que merece sus aras
excede glorioso la capacidad,
sude el pecho en afectos sabeos,
arda el alma en aroma mental.
Y pues falta la sangre y el fuego, 150
por uno y por otro sacrificio igual,
el deseo encendido suponga,
la víctima supla de la voluntad.
Y a sus plantas rendidos, pidamos,
con votos postrados de nuestra humildad,155
que se admita por feudo el deseo,
que supla las faltas de la cortedad.
 

(Salen los MEXICANOS.)

 
CORO 2.º
¡Venid, Mexicanos;
alegres venid,
a ver en un Sol160
mil soles lucir!
Si América, un tiempo
bárbara y gentil,
su deidad al Sol
quiso atribuir, 165
a un Sol animado
venid a aplaudir,
que ilumine hermoso
su ardiente cenit;
Sol que entre arreboles170
de nieve y carmín,
dos lucientes mueve
globos de zafir;
Sol que [desde] el uno
al otro confín, 175
inunda la esfera
con rayos de Ofir;
la excelsa María,
de quien aprendiz
el cielo es de luces,180
de flores abril;
en cuyas mejillas
se llegan a unir
cándido el clavel,
rojo el carmesí.185
Y a su invicto esposo,
que supo feliz
tanto merecer
como conseguir.
Y al clavel nevado,190
purpúreo jazmín,
fruto de una y otra
generosa vid:
José, que su Patria
llegó a producir 195
en él más tesoros
que en su Potosí.
¡A estas tres deidades,
alegres rendid
de América ufana200
la altiva cerviz!
 

(Júntanse las NACIONES, y tañen la «reina» y cantan.)

 
CORO 3.º
La Obligación y el Amor,
en felice competencia,
si como amigos se ayudan,
como contrarios pelean.205
Cada cual llevar el lauro
de los aplausos intenta,
en el obsequio debido
a los pies del alto Cerda.
La Obligación, por precisa,210
dice que no es bien parezca
que se ejecuta de gracia
lo que se tiene [de] deuda.
El Amor, más cortesano,
dice que, cuando así sea,215
puede él hacer voluntario
lo que la Obligación fuerza.
Replica la Obligación
que es menester que se entienda
que se paga por tributo220
y no se da por ofrenda.
Mejor lógico el Amor,
dice que, en una acción mesma,
hace dádiva la paga
el afecto de la entrega.225
Vence el Amor, y vencida
la Obligación se confiesa
-que rendirse de un cariño,
es muy airosa bajeza-,
bien que, felizmente unidos,230
con igual correspondencia,
pagan, como que no dan;
dan, como si no debieran.
 

(Tocan los instrumentos el «turdión» y danzan.)

 
CORO 4.º
Al invencible Cerda esclarecido,
a cuyo sacro culto reverente235
rinde Amor las saetas de su aljaba,
el rayo Jove, y Marte los laureles;
a la Venus, a quien el Mar erige
en templos de cristal tronos de nieve,
vagos altares le dedica el Aire 240
y aras le da la Tierra consistentes;
a la deidad divina mantüana,
de cuyo templo por despojo penden
de Venus las manzanas y las conchas,
de Dïana los arcos y las pieles; 245
y al José generoso, que de troncos
reales, siempre ramo floreciente,
es engace glorioso que vincula
los triunfos de Laguna y de Paredes,
¡venid a dedicar, en sacrificios 250
de encendidos afectos obedientes,
la víctima debida a sus altares,
la ofrenda que a su culto se le debe!
Y en la aceptación suplan sus aras,
donde la ejecución llegar no puede, 255
las mentales ofrendas del deseo
que ofrece todo aquello que no ofrece;
pues a lo inmaterial de las deidades,
se tiene por ofrenda más solemne
que la caliente sangre de la fiera, 260
la encendida intención del oferente.
Y escuchen los perdones que pedimos
(pues en su ceño más propicio siempre
a las indignidades humilladas,
que no a las confiadas altiveces), 265
porque el felice dueño de esta casa,
el favor soberano que hoy adquiere,
¡en vividores mármoles lo esculpa;
en estrellas, por cálculos, lo cuente!
 

(Tocan los instrumentos la «jácara» y la danzan.)

 
CORO 3.º
Ya que las demonstraciones270
de nuestro agradecimiento,
cuanto han querido ser más,
tanto se han quedado en menos;
ya que cuando nuestro amor,
soberano Cerda excelso,275
intentó salir en voces,
se quedó sólo en los ecos;
ya que, divina María,
al aplaudir vuestro cielo,
porque no bastó la voz,280
se atendió sólo [al] silencio;
ya que, José generoso,
a vuestro Oriente primero,
como al Sol, hicieron salva
la s voces de nuestro afecto;285
ya que, bellísimas damas,
a vuestro decoro atento,
sólo se atrevió el Amor
con el traje del Respeto;
y ya que para estimar,290
señor, favor tan inmenso,
la Obligación tiene por
estrecho plazo lo eterno,
vuestra benignidad supla
la cortedad del festejo:295
pues su pequeñez disculpa
la improporción del objecto,
y en el ser vuestro también
asegura los aciertos,
pues nunca podrá ser corto,300
si se mira como vuestro.