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ArribaAbajoSainete segundo

INTERLOCUTORES
 

 
ARIAS.
MUÑIZ.
ACEVEDO.
COMPAÑEROS.


 

Salen MUÑIZ y ARIAS.

 
ARIAS
Mientras descansan nuestros camaradas
de andar las dos jornadas,
que, vive Dios, que creo
que no fueran más largas de un correo;
pues si aquesta comedia se repite 5
juzgo que llegaremos a Cavite,
e iremos a un presidio condenados,
cuando han sido los versos los forzados,
aquí, Muñiz amigo, nos sentemos
y toda la comedia murmuremos. 10
MUÑIZ
Arias, vos os tenéis buen desenfado;
pues si estáis tan cansado
y yo me hallo molido, de manera
que ya por un tamiz pasar pudiera;
y esto no es embeleco,15
pues sobre estar molido, estoy tan seco
de aquestas dos jornadas, que he pensado
que en mula de alquiler he caminado.
¿No es mejor acostarnos
y de aquesos cuidados apartarnos?20
Que yo, más al descanso me abalanzo.
ARIAS
¿Y el murmurar, amigo? ¿Hay más descanso?
Por lo menos a mí, me hace provecho,
porque las pudriciones, que en el pecho
guardo como veneno,25
salen cuando murmuro, y quedo bueno.
MUÑIZ
Decís bien. ¿Quién sería
el que al pobre de Deza engañaría
con aquesta comedia
tan larga y tan sin traza?30
ARIAS
¿Aqueso, don Andrés, os embaraza?
Diósela un estudiante
que en las comedias es tan principiante,
y en la poesía tan mozo,
que le apuntan los versos como el bozo.35
MUÑIZ
Pues yo quisiera, amigo, ser barbero
y raparle los versos por entero,
que versos tan barbados
es cierto que estuvieran bien, rapados.
¿No era mejor, amigo, en mi conciencia,40
si quería hacer festejo a Su Excelencia,
escoger, sin congojas,
una de Calderón, Moreto o Rojas,
que en oyendo su nombre
no se topa, a fe mía,45
silbo que diga: aquesta boca es mía?
ARIAS
¿No veis que por ser nueva
la han echado?
MUÑIZ
¡Gentil prueba
de su bondad!
ARIAS
Aquesa es mi mohína:
¿no era mejor hacer a Celestina, 50
en que vos estuvisteis tan gracioso,
que aún estoy temeroso
-y es justo que me asombre-
de que sois hechicera en traje de hombre?
MUÑIZ
Amigo, mejor era Celestina,55
en cuanto a ser comedia ultramarina:
que siempre las de España son mejores,
y para digerirlas los humores,
son ligeras; que nunca son pesadas
las cosas que por agua están pasadas.60
Pero la Celestina que esta risa
os causó era mestiza
y acabada a retazos,
y si le faltó traza, tuvo trazos,
y con diverso genio65
se formó de un trapiche y un ingenio.
Y en fin, en su poesía,
por lo bueno, lo malo se suplía;
pero aquí, ¡vive Cristo!, que no puedo
sufrir los disparates de Acevedo. 70
ARIAS
¿Pues es él el autor?
MUÑIZ
Así se ha dicho,
que de su mal capricho
la comedia y sainetes han salido;
aunque es verdad que yo no puedo creello.
ARIAS
¡Tal le dé Dios la vida, como es ello!75
MUÑIZ
Ahora bien, ¿qué remedio dar podremos
para que esta comedia no acabemos?
ARIAS
Mirad, ya yo he pensado
uno, que pienso que será acertado.
MUÑIZ
¿Cuál es?
ARIAS
Que nos finjamos
80
mosqueteros, y a silbos destruyamos
esta comedia, o esta patarata,
que con esto la fiesta se remata;
y como ellos están tan descuidados,
en oyendo los silbos, alterados 85
saldrán, y muy severos
les diremos que son los mosqueteros.
MUÑIZ
¡Brava traza, por Dios! Pero me ataja
que yo no sé silbar.
ARIAS
¡Gentil alhaja!
¿Qué dificultad tiene?
MUÑIZ
El punto es ése,
90
que yo no acierto a pronunciar la ese.
ARIAS
Pues mirad: yo, que a silbar me allano,
que puedo en el Arcadia ser Silvano,
silbaré por entrambos; mas ¡atento,
que es este silbo a vuestro pedimento!95
MUÑIZ
Bien habéis dicho. ¡Vaya!
ARIAS
¡Va con brío!
 

(Silba ARIAS.)

 
MUÑIZ
Cuenta, señores, que este silbo es mío.
¡Cuerpo de Dios, que aquesto está muy frío!
 

(Silban otros dentro.)

 
Cuenta, señores, que este silbo es mío.
¡Vaya de silbos, vaya!100
 

(Silban.)

 
ARIAS
Cuenta, señores, que este silbo es mío.
 

(Silba.)

 
 

(Sale ACEVEDO y los COMPAÑEROS.)

 
ACEVEDO
¿Qué silbos son aquestos tan atroces?
MUÑIZ
Aquesto es ¡Cuántos silbos, cuántas voces!
ACEVEDO
¡Qué se atrevan a tal los mosqueteros!
ARIAS
Y aun a la misma Nava de Zuheros. 105
ACEVEDO
¡Ay, silbado de mí! ¡Ay desdichado!
¡Que la comedia que hice me han silbado!
¿Al primer tapón silbos? Muerto quedo.
ARIAS
No os muráis, Acevedo.
ACEVEDO
¡Allá a ahorcarme me meto!110
MUÑIZ
Mirad que es el ahorcarse mucho aprieto.
ACEVEDO
Un cordel aparejo.
ARIAS
No os vais, que aquí os daremos cordelejo.
ACEVEDO
¡Dádmelo acá! Veréis cómo me ensogo,
que con eso saldré de tanto ahogo. 115
 

(Cantan sus coplas cada uno.)

 
MUÑIZ
Silbadito del alma,
no te me ahorques;
que los silbos se hicieron
para los hombres.
ACEVEDO
Silbadores del diablo,120
morir dispongo;
que los silbos se hicieron
para los toros.
COMPAÑERO 1.º
Pues que ahorcarte quieres,
toma la soga, 125
que aqueste cordelejo
no es otra cosa.
ACEVEDO
No me silbéis, demonios,
que mi cabeza
no recibe los silbos130
aunque está hueca.
ARIAS
¡Vaya de silbos, vaya!
Silbad, amigos,
que en lo hueco resuenan
muy bien los silbos.135
 

(Silban todos.)

 
ACEVEDO
Gachupines parecen
recién venidos,
porque todo el teatro
se hunde a silbos.
MUÑIZ
¡Vaya de silbos, vaya!140
Silbad, amigos,
que en lo hueco resuenan
muy bien los silbos.
COMPAÑERO 2.º
Y los malos poetas
tengan sabido, 145
que si vítores quieren,
este es el vítor.
 

(Todos cantan.)

 
¡Vaya de silbos, vaya!
Silbad, amigos,
que en lo hueco resuenan150
muy bien los silbos.
ACEVEDO
¡Baste ya, por Dios, baste
no me den soga;
que yo les doy palabra
de no hacer otra!155
MUÑIZ
No es aquesto bastante,
que es el delito
muy criminal, y pide
mayor castigo.
 

(Todos cantan.)

 
¡Vaya de silbos, vaya!160
Silbad, amigos,
que en lo hueco resuenan
muy bien los silbos.
 

(Silban.)

 
ACEVEDO
Pues si aquesto no basta,
¿qué me disponen?165
Que como no sean silbos,
denme garrote.
ARIAS
Pues de pena te sirva,
pues lo has pedido,
el que otra vez traslades170
lo que has escrito.
ACEVEDO
Eso no, que es aquese
tan gran castigo,
que más quiero atronado
morir a silbos. 175
MUÑIZ
Pues lo ha pedido, ¡vaya!
¡Silbad, amigos;
que en lo hueco resuenan
muy bien los silbos!