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Florilegio o Ramillete alfabético de refranes y modismos

comparativos y ponderativos de la lengua castellana, definidos razonadamente y en estilo ameno

José M. Sbarbi




ArribaAbajoIntroduccion

El hombre tiene una propension innata á expresar sus ideas por medio de comparaciones, á fin de ser más pronta y gráficamente comprendido de sus semejantes. Todos los terrenos los recorre para llevar á cabo su propósito, dado que en todos halla con facilidad materia abundante para su objeto. ¿Quiere ponderar la agilidad y presteza de una persona? La ardilla le servirá de término de comparacion. ¿Pretende ensalzar la hermosura de una joven? Pues la constituirá en émula de la rosa de los jardines. ¿Propónese decantar la riqueza y opulencia de algun comerciante? Ahí están el Potosí y el Perú, que le prestarán su nombre, con más facilidad por cierto que sus tesoros, para poner en parangon los que guarda el sujeto aludido con los que encierran las minas de aquellos reinos. Y no es esto todo: el cielo, y el mar, y los elementos, y la historia, y el mundo entero le saldrá al encuentro cuando lo evoque, á fin de que pueda hallar con profusion cuantos símiles se proponga para traer á un punto dado objetos que á primera vista parecen hallarse algunas veces tan opuestos y distantes entre si. Dicho se está con lo hasta aquí consignado, y vaya de comparaciones, que semejante materia y el pozo airon es todo uno.

La Retórica ha hecho consistir en todo tiempo una de sus más preciadas galas en el uso de esta figura, por ella denominada símil ó comparación; y á la verdad que es uno de los mayores ornatos con que se pueda realzar el discurso. Si el objeto que nos hemos propuesto al emprender este trabajo hubiera sido tratarlo en el terreno retórico, creeríamos de nuestra incumbencia el trazar aquí los requisitos y condiciones que debe entrañar forzosamente toda comparación, para merecer de justicia semejante dictado, como asímismo el poner de manifiesto los géneros ó estilos de que necesitan ser excluidos tales ó cuales símiles, ya por ser éstos sumamente sublimes, ó, al contrario, por pecar de sobrado vulgares. En el primer caso hubiéramos hecho constar, entre otros supuestos, que sin exactitud y propiedad no puede darse verdadera comparacion, pues impropio é inexacto sería, por ejemplo, decir: Las semillas de la buena doctrina fructifican abundante y convenientemente en el corazon de los jóvenes que han mamado leche sana, á semejanza de la tierna flor que es cuidada con esmero por la mano del diligente jardinero, toda vez que las plantas no se riegan con leche; y en el segundo, censuraríamos á aquel escritor que representando á un palurdo en ocasion de requebrar á su cuya, pusiera en su boca éstas ó parecidas palabras: El color de tus mejillas es semejante al de la aurora cuando abre con sus dedos sonrosados las puertas del oriente; bien así como al orador que desde la tribuna nos hablase de un hombre tan forzudo que arrancara vetustos pinos cual si fueran espárragos, y que los desmenuzase con la misma facilidad que el requeson, por carecer de verosimilitud el que un patan pueda producirse en términos tan elevados, y por parecernos ménos decoroso el pronunciar en ocasion y lugar tan solemnes, palabras de tan humilde laya, y además provocativas á, hilaridad. Pero nó; no pretendemos remontar tan alto nuestro vuelo, contentándonos ahora con rastrear por la llanura. Nuestro objeto ha sido, pues, en esta ocasion, reunir como en un ramillete la mayor parte posible de las frases comparativas y ponderativas más generalmente usadas en la conversacion, (muchísimas de las cuales no se encuentran en el Diccionario de la Academia á pesar de su empleo comun y corriente), frases que, á la manera de verdaderas flores, hermosean el discurso, difundiendo al propio tiempo la más exquisita fragancia. Con el intento de hacerlas más comprensivas despues de definidas, hemos, apuntado, siempre que dable nos ha sido, su origen ó etimología, circunstancia que, unida á la de ser ejemplificadas en algunas ocasiones, hace desaparecer la monotonía y aridez propias de este linaje de escritos. En una palabra: nuestro plan tiene por blanco inmediato el estudio de uno de los ramos más curiosos é importantes de la hermosa habla castellana, (objeto predilecto bajo todas sus fases de quien traza estos mal pergeñados renglones), ramo, que revela la mayor ó menor viveza de imaginacion de todo un pueblo, y que, hasta cierta altura, viene á ser tambien como un barómetro que marca los grados á que alcanza su civilizacion.

No se me esconde que si algun mérito encierra el presente trabajo, hubiera subida aquél de punto al dar ingreso en estas páginas á cuantas frases comparativas y ponderativas se registran en nuestros clásicos; pero si no lo he verificado así, ha sido obedeciendo á las razones que paso á exponer.

En primer lugar, el conjunto de las locuciones propias y exclusivas de cada escritor, de las cuales tengo recogidas tiempo há una razonable cantidad, debe ser tratado, en mi humilde concepto, aparte, y formar una serie especial: que las flores del campo nacidas espontáneamente ocupan distinto puesto, y reclaman diverso estudio por parte del naturalista, que las flores cultivadas en el pensil á beneficio del arte, por más que el enlace de las únas con las ótras produzca á la vista y al olfato resultados los más agradables y lisonjeros. Y en prueba de ello, recordemos un pasaje de, Quevedo, el escritor de nuestra nacion que tal vez abunda más que ningun otro, en expresiones de esta naturaleza:


    Los diez años de mi vida
Los he vivido hacia atras,
Con más grillos que el verano,
Cadenas que el Escurial.
    Más alcaides he tenido
Que el Castillo de Milan;
Más guardas que el Monumento;
Más hierros que el Alcoran;
    Más sentencias que el derecho;
Más causas que el no pagar;
Más autos que el día del Córpus;
Más registros que el misal;
    Más enemigos que el agua
Más corchetes que un gabán;
Más soplos que lo caliente;
Más plumas que el torear.1

Pintando D. Diego Hurtado de Mendoza al Lazarillo de Tórmes en ocasion de querer tomar venganza del ciego, su amo, por haberle hecho devolver contra su gusto la malhadada longaniza asada, le presta las siguientes palabras: Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto, y póngome detras del poste como quien espera tope de toro.

Al referir Cervántes las instrucciones dadas por D. Quijote á Sancho á fin de que no echara éste mano á la espada aún cuando viese á su señor comprometido en los mayores peligros del mundo, pone estas palabras en boca del escudero: Digo que así lo haré, y que guardaré ese precepto tan bien como el dia del domingo.

En una obrita, no muy comun por cierto á pesar de estar impresa el año 1815, intitulada Axiomas Militares o Máximas de la Guerra, por D. Nicolas de Castro, se lee la tan preciosa como adecuada é importante comparación que sigue:


    En incesante cuidado
    Tu activo gobierno, sea
El Reloj de Basilea
Una hora adelantado2.

Fácilmente comprenderá el juicioso lector, en vista de estos pocos ejemplos, de qué latitud tan inmensa no es susceptible este trabajo, y que si se pretendiera reunir todas cuantas frases se hallan diseminadas en los autores, sería el cuento de nunca acabar.

¿Pues qué diremos ahora si se tratase de coleccionar el número tan sin número no ya de locuciones comparativas, sino de trozos retóricos que deben su sér á esta figura, modelados por la mano maestra de nuestros clásicos, y aún e los extranjeros? Aquí se abruma la consideracion del observador al ver desplegarse ante sí un panorama deleitable cuanto rico y variado, trabajo de importancia suma, á no dudarlo, y que puede reputarse como complemento á los dos susodichos. Unos cuantos ejemplos, tomados á la casualidad, nos saldrán garantes de la verdad que acabamos de emitir. Y sea el primero una inspiracion de la lira del maestro Fr. Diego Gonzalez, émula de la de Fr. Luis de Leon, cantada al son de las siguientes

Décimas a una señora que se quejaba de que hubiese tratado a otra antes que á ella.


    Si un caminante penara
De sed, y junto al camino,
Por acaso peregrino,
    Una fuentecilla hallara;
Y no siendo la más clara
El agua, bebiera aquí
Aunque no léjos de allí
Otra mejor agita hubiera,
¿Extrañaras que bebiera?
Pues esto me pasa a mí.
    Sí un infeliz naufragara,
Y á una tabla que encontrase
Gustoso la mano echase
Y así la vida salvara;
Hubiera quien lo extrañara,
Ni juzgara frenesí
¿Porque tal vez por allí
Pasar un barco pudiera
Que al puerto le condujera?
Pues esto me pasa á mi.
    Yo soy aquel caminante
A quien la sea desalienta,
Y en amorosa tormenta
Soy infeliz naufragante.
Ya os he dicho lo bastante
En comparaciones dos;
Hablad, Señora, por Dios,
Que ese silencio me abrasa;
Esto es lo que á mi me pasa:
Decid lo que os pasa á vos.

Así como los niños suelen llorar, y les da el berrinche cuando sus madres los peinan y los lavan, así ellos (los escritores justamente zaheridos), viendo que se les daba un amoroso jabon con el honrado fin de ponerlos en limpio, no pudiendo sufrir la cura porque se hacía por medio de algunos vejigatorios, se emberrinchan de buena gente, dan sus corcovos, y liran las coces hasta soltar las herraduras.


(D. TOMÁS DE IRIARTE)3                


Los que propalan doctrinas, de cualquier clase que éstas sean, con cuyos principios no están conformes, se asemejan á los charlatanes, quienes nunca usan de los remedios y drogas que confeccionan, por más que de continuo cacareen su excelencia.


(ANÓNIMO).                


Los judíos eran los pedagogos de la cristiandad, porque llevaban para ella los libros que no podian entender.


(S. AGUSTIN).                


El poeta que viste pensamientos obscenos en armoniosos versos se parece a un cantor que difunde por los aires hedor y melodía á un mismo tiempo, y nos halaga el oído á costa de la nariz.


(RICHTER).                


Los aduladores hacen su fortuna con los grandes, á la manera que los médicos con los enfermos aprensivos, pues éstos pagan por unos males que no tienen, y aquéllos por unas virtudes que debían tener.


(DE MONTAUSIER).                


La mayor parte de las personas son unos violines que, bajo las cerdas del arco manejado por una mano hábil, producen todas las modulaciones que se pueda desear.


(HOFFMAN).                


El derecho y el deber son como dos palmeras, que no dan fruto sin crecer la una al lado de la otra.


(LAMENNAIS).                


Pero insensiblemente me había olvidado de que venia exponiendo las razones en que me fundo para no dar cabida en este mi opúsculo á ejemplos de tal linaje; y así, alegada la primera, procedo inmediatamente á exponer la otra, que, como sucede regularmente á todas las segundas partes, es la más lastimosa.

La generacion presente es, en su mayoría, más dada al folleto que al libro, y al periódico que al folleto; y sobre todo, infinitamente más aficionada á la lectura de noveluchas y papelotes inmundos en que el cinismo y el cenismo4 se disputan la supremacía, que á la de escritos donde ni se atenta contra los preceptos de la moral, ni se falta á la propiedad y pureza del idioma patrio: por eso no es de maravillar que las virtudes religiosas y literarias, y otras que me callo, presenten hoy por hoy en nuestro suelo su cuarto menguante, dejando por consecuencia forzosa á los vicios en general el que ostenten su fase creciente, cuando nó toda su plenitud. ...No sé si me habré explicado.

Como quiera que sea, si á pesar de las razones expuestas lograse por parte del público este trabajo una acogida más favorable de la que se merece, y de la que su autor puede prometerse en la actualidad, estoy pronto á manifestarle en su dia mi más rendido agradecimiento, dando á la estampa otros varios trabajos de mayor importancia que el presente, los cuales, ora en embrion, ya en aptitud de hacer sudar las prensas, tengo hechos sobre el estudio de nuestra hermosa, rica, sonora y majestuosa lengua, mi objeto favorito segun he indicado anteriormente.






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Abeja. -Andar como la abeja de flor en flor. Ser inconstante en sus determinaciones.

Abejarron. -Parecer un abejarron. Véase Moscon.

Abintestato. - Como hacienda, ó Como bienes abintestato.

Dícese de todo aquello que se halla abandonado, descuidado y sin resguardo, alguno, como sucede regularmente á los bienes de aquél que muere sin hacer testamento.

Abril. -Parecer un abril, ó Estar hecho un abril.

Estar lucido, hermoso, galan.

Fresco como una mañana de abril.

Lozano y bien conservado. Aplicase indistintamente á las personas y á las cosas.

Abuela, y

Abuelo. -Sí, como mi abuela, ó como mi abuelo.

Loc. fam. con que se niega la proposicion o comparacion por otro sustentada, y equivale á decir: eso es tan cierto como mi abuelo vive ahora (hallándose difunto); ó, esto se parece á eso otro lo mismo que á mi abuelo, (no existiendo punto de semejanza).

Acaso.-Más vale un POR SI ACASO que un, ¡QUIÉN PENSARA!

V. Más vale precaver que tener que remediar.

Aceite. -Estar nadando como el aceite en el agua.

Dícese de todo aquello que sobresale entre otras cosas, como sucede al aceite con respecto á cualquier líquido.

Echar aceite al fuego. V. Echar leña al fuego.

Extenderse como mancha de aceite.

Aplícase á todo aquello que cunde fácil y prontamente, como sucede con las manchas de aceite en el objeto sobre que caen. Usase muy frecuentemente en el terreno moral.

Caro como aceite de Aparicio.

Dícese de todo aquello cuyo costo es muy subido de precio.

Del Formulario universal, ó Guía práctica del Médico, etc. por D. Francisco Álvarez Alcalá, copio la siguiente

«Receta del Aceite de Aparicio, ó Bálsamo de Aparicio».

R.e Aceite de olivas a1jva2 (2250 gr.)
Sumidades floridas de romero, Sumidades floridas de hipericon. Ruda, a4 a3xviij (560 gr.)
Se digiere por tres días en un paraje caliente y se añaden: Lombrices terrestres a3vj(180 gr.)

Se cuece hasta que se consume la humedad, se cuela y se disuelve:

Trementina buena a3xviij(560 gr.)
Resina de enebro en polvo, Incienso en polvo, a4 a3ij(60 gr.)
Almáciga en polvo a3j(30 gr.)

Se cuela y guarda. Se usaba como vulnerario.

Los ingredientes que entran á componer el anterior fármaco, no nos parecen, á la verdad, ser de tal rareza y de tan excesivo coste que basten por sí solos á haber dado orígen á esta fr. prov.; razon por la cual nos inclinamos á creer que debe ésta su origen á haber sido en su tiempo un secreto beneficiado por un tal Aparicio, el cual sería probablemente el inventor de este medicamento.

Acelga. - Cara de acelga.

Dícese de la persona cuyo color del rostro es verdinegro.

Aceña. - Más vale aceña, parada, que molinero amigo.

Ref. que da á entender que en ocasiones prevalece la oportunidad sobre las recomendaciones, aludiendo á que cuando está parada la aceña por no haber cibera, el primero que llega muele inmediatamente su trigo, y despacha; en tanto que, si se halla ocupada, de nada sirve que el molinero sea amigo para no detenerse.

Acial. -Más vale acial que fuerza de oficial.

Ref. que enseña que los medios ó instrumentos propios para un fin, sirven más que la violencia.

Acíbar. -Más amargo que el acíbar.

Extremadamente amargo, como lo es el acíbar al paladar.

Acuchillado. -No hay mejor cirujano que el bien acuchillado.

Ref. que enseña cuánto importa la experiencia para proceder con acierto.

Adelfa. -Ser como la adelfa.

Aplícase poéticamente á las mujeres hermosas, que despues de haber admitido á un hombre á su cariño le hacen sufrir el más terrible desengaño, á la manera que la adelfa recrea la vista por su belleza, mas desagrada al paladar por su amargor.

Adónis. -Es un Adónis.

Aplícase al mancebo hermoso y bien dispuesto, con alusion á un personaje mitológico así llamado, aran cazador, que, habiendo sido muerto por un jabalí, fué convertido por Vénus, de quien era amado perdidamente, en anémona.

Advenimiento. -Esperar á alguno como el santo advenimiento.

Esperarle con deseo vehemente. Alude al estado en que se encontraban las almas de los justos en el seno de Abrahan desde el principio del mundo, esperando que Jesucristo bajara á aquel lugar despues de muerto para llevarlas á gozar de la eterna bienaventuranza.

Agramante. -Convertirse en, ó Ser un nuevo campo de Agramante.

Disputar muchas personas acaloradamente, sin darse lugar á entenderse unas á otras.

El rey Agramante era el jefe ó superior de todos los reyes y príncipes mahometanos que, segun la fábula del Ariosto, en su poema Orlando Furioso, concurrieron á sitiar á París. Las disensiones ó disturbios que se suscitaron en el campo de los moros fueron en número crecido, llegando por último á ponerlos en paz la prudencia del rey Sobrino, otro de los que militaban á las órdenes de Myramante, como se lee en el canto 27 de dicho poema.

Cervántes remedó y parodió esta discordia en el Quijote, cuando en la venta se andaba disputando sobre si la albarda de un asno era ó nó rico jaez de caballo.

Poseemos tambien sobre la misma materia un romance de Lúcas Rodríguez, que empieza:


    En el real de Agramante
Que sobre Paris tenía,
Fuego ardiente de discordia
A más andar se encendía, etc.

Agua. -Como agua, ó Como el agua.

Insensiblemente y con abundancia; y así se dice: El dinero se va como agua.

Eso es agua y azucarillos. V. Eso es tortas y pan pintado.

Amor de niño, agita en cestillo.

Ref. que manifiesta la poca duracion que suele tener el cariño de los niños, comparándolo con la insubsistencia del agua que se vertiera en un cesto.

Como el agua de mayo.

Dícese de todo aquello que llega á deseo y oportunamente, fundado en la opinion vulgar de que si llueve por mayo queda asegurada la cosecha de los granos.

Más claro, el agua.

Eso es tan patente, que sólo el agua podría superarlo en claridad.

Volverse una cosa agita de cerrajas.

No sacar de ella la utilidad ó provecho que se esperaba; con alusion á la poca sustancia que en sí contiene el agua sacada de la yerba que lleva aquel nombre.

Estar hecho un agua.

Fr. fam con que se da á entender que alguno está mojado, ó sudando considerablemente.

El hacer bien á villanos es echar agua en el mar.

Ref. que manifiesta que así como el agua vaciada en el mar queda perdida para el que la echó, de igual manera son perdidos los beneficios dispensados á los ingratos, para aquél que se los hizo.

Como quien bebe un vaso de agua.

Fr. con que se da á entender la suma facilidad y presteza con que se ejecuta alguna cosa.

Tierno como el agua.

Aplicase á todo manjar que al comerlo se deshace fácilmente resolviéndose en agua, por cansa de lo muy jugoso que es. Dícese por lo regular de ciertas frutas y hortalizas.

Águila.-Es un águila.

Epíteto que se suele dar á la persona de vista perspicaz ó de ingenio agudo, y á veces antonomasticamente á los escritores de remontado vuelo, como, v. gr. El Águila africana, San Agustin; El Aguila meldense, Bossuet; etc.

Aire. -La ausencia es al amor, lo que al fuego el aire: que apaga el pequeño, y aviva el grande.

Bello como exacto símil, con cuya idea se identifica S. Francisco de Sáles cuando en su Introduccion á la Vida devota, exclama: La ausencia disminuye las pasiones suaves y aumenta las grandes, como el viento que apaga las velas y enciende el fuego.

Ser más libre que el aire.

Fr. con que se jacta alguna persona de gozar de completa libertad é independencia.

Canónigo del Salvador, y Abad de Olivares, todo es aire.

Ref. usado en la provincia de Sevilla ántes de la supresion de estas dos Colegiatas, aquélla sita en dicha capital, y ésta en la villa del Conde Duque, distante tres leguas de Sevilla, para expresar que ambos destinos tenían más de honorífico que de lucrativo.

Ajo. - Tener dientes de ajo.

Aplícase á la persona cuya dentadura es muy grande é irregular.

Oler á ajo.

Dícese del negocio que es sumamente arduo, con alusion á lo fuerte del olor de aquella hortaliza.

Como un ajo.

Aplícase á la persona que es de mucho vigor y brio, y más comunmente á los viejos que andan derechos y como si fueran mozos.

Ajuste. -Más vale mal ajuste que buen pleito.

Ref. que enseña se deben evitar y huir los pleitos, aún con detrimento en el ajuste, por la contingencia de perderlos, y la certidumbre de los dispendios y desazones que acarrean.

Alacrán. -No le fiaría un saco de alacranes.

Fr. con que se pondera la gran desconfianza que se tiene de alguna persona.

Alambre. -Como un alambre.

Sumamente delgado.

Alba. -Parecerse alguna cosa á las calzas del escudero de Alba, que, al ponérselas, sólo Dios y él las entendían.

Aplícase á todo aquello que, por lo enredoso de su disposicion, no se presta á ser comprendido fácilmente.

Albarda. -Coser y hacer albardas, todo es dar puntadas.

Ref. que se aplica irónicamente á los que, por no examinar bien las cosas, confunden materias muy diversas entre sí, teniéndolas por unas mismas sólo porque se parecen en alguna circunstancia accidental.

Eso es lo mismo que albarda sobre albarda.

Dícese citando alguna cosa está más cargada de lo ordinario, ó cuando en la conversacion, ó por escrito, se repite alguna especie sin necesidad, á la manera que la albarda no está destinada para ser colocada sobre otra albarda, sino sobre el pollino.

Como ahora llueven albardas.

Expresion en que prorumpimos para dar á entender lo imposible de que se cumpla aquello que nos acaban de asegurar.

Alcaravan zancudo, para otros consejo, para sí ninguno.

Ref. que reprende á los que dan consejos á otros, y no los toman para sí. Díjose porque cuando ve el alcaravan al cazador ó al ave de rapiña, comienza a dar muchos chillidos con que uyen las otras aves, mientras él permanece en el peligro.

Alejandro.

Famoso este rey, hijo de Filipo, entre otras circunstancias relevantes, por sus numerosas victorias, suele aplicarse antonomásticamente dicho epíteto á todo conquistador tan valiente como afortunado.

Alejo. -Como quien va á la romería de San Alejo.

Aplícase á las personas que, teniendo cerca de su casa lo que necesitan, van á buscarlo léjos con el objeto de pasearse ó entretener el tiempo. Esta frase proverbial equivale á aquella otra que dice: Santa María la más léjos es la más devota.

D. Fernando Pérez, ó el autor que se encubrió con este seudónimo5, trae á este propósito, hablando de los etimologistas, un bello símil que copio á continuacion: «Los etimologistas pedantes son como las damas andariegas, que, teniendo la misa á la puerta de casa, va a Santa María la más lejos. Quiero decir, que teniendo en la lengua latina ó castellana conocidamente descubierto el origen de algunas voces, van á probar su descendencia de los Partos, de los Medos, ó de los que habitan la Mesopotamia».

Alfeñique. -Parecer un alfeñique.

Ser muy delicado y quejumbroso, hablándose de personas; ó sumamente delgado y deleznable, si se trata de cosas.

Alferecía. -Parece que tiene alferecía.

Dícese de la persona ú objeto que se mueve ó agita con suma rapidez y continuacion.

Hablando Cervantes del miedo que infundió á Sancho Panza la nariz descomunal que ostentaba el escudero del Caballero del Bosque, (Don Quij., parte 2.ª, cap. XIV), dice que «en viéndole Sancho, comenzó á herir de pié y de mano como niño con alferecía».

Alfiler. -Estar una cosa prendida (ó asegurada) como con alfileres.

No tener firmeza ó seguridad alguna. Véase Hilvan.

Como la punta de un alfiler.

Fr. con que se suele ponderar la excesiva y casi imperceptible pequeñez de algun objeto.

Alheña. -Molido como una alheña, ó Hecho una alheña.

Quebrantado y rendido á consecuencia de alguna fatiga ó trabajo excesivo, aludiendo al polvo á que se reducen las hojas de las flores que produce el arbusto así llamado, cogidas en la primavera y secadas despues al aire libre.

Aliste. -A fuer de Aliste, que más se obliga el que se desobliga.

Segun el Comendador Griego se dice así «porque en Aliste, como en tierra de habla no polida, llaman desobligar al mucho obligar». Don Fermin Caballero, citando este refran en su Nomenclatura Geográfica de España, indica que «se entienda por Aliste el pueblo antiguo de Alba, en la provincia de Zamora, del que aún existe un castillo cerca de Alcañices..

Alma. - Como alma que lleva el diablo.

Precipitadamente.

Parecer un alma en pena.

Aplícase á todo sujeto flaco y escuálido, especialmente si huye el trato de la gente.

Estar como el alma de Garibay.

Permanecer neutral ó indeciso en algun asunto.

Habiendo muerto Estéban de Garibay y Zamalloa, célebre cronista de nuestro país, natural de Mondragon en Guipúzcoa, quedó cerrado por espacio de muchos años el caseron en que vivió, al cabo de los cuales pretendiendo habitarlo una familia, desistió de su intento por correr voces entre el vulgo de que se sentía de noche gran ruido dentro de aquella localidad, atribuyéndolo á que el alma de su último morador andaba vagando por aquel recinto, en atencion á no hallarse en el cielo ni en el infierno. Por eso añaden algunos a la frase susodicha: que ni pena ni gloria.

Almendro.

Suelen compararse con este árbol las esperanzas defraudadas de alguna persona, por las razones que canta esta tan sabida redondilla:


    Fueron mis esperanzas
como el almendro:
florecieron temprano,
cayeron presto.

Por eso dice tambien un adagio: Antes moral tardío, que almendro florido.

La causa de durar tan poco el almendro es porque floreciendo precozmente se expone á las heladas de la primavera.

Almíbar.-Más dulce que el almíbar.

Dícese de aquel manjar que es sumamente dulce. Suele aplicarse por lo comun esta comparacion á cierta clase de frutas, como peras, melones, naranjas, etc., y por extension á las personas de trato sumamente afable y persuasivo.

Alquimia probada, tener renta y no gastar nada.

Ref. con que se da á entender que el medio más seguro para hacer dinero es guardarlo cuando se tiene, y no perderlo en pruebas ó tentativas vanas como las de los alquimistas, que pretendían convertir en oro todos los demás metales mediante ciertos procedimientos ilusorios.

Y ya que de alquimia y alquimistas hablamos, permítasenos recordar un hecho, quizás el más chistoso que á este propósito haya ocurrido.

Cuéntase que uno de aquellos ilusos, cuando nó tramoyistas, dedicó á cierto papa un libra que había compuesto sobre ha alquimia, lisonjeándose de obtener por esta accion una gran recompensa; pero el pontífice le envió un carro cargado de sacos vacíos, diciéndole que se los mandaba para que pudiese guardar en ellos parte de los millones que acuñara con su feliz descubrimiento, supuesto que á persona que tan fácilmente podía adquirir el oro, ni le hacía éste al caso, ni había tampoco caudal en el mundo que pudiera competir con los tesoros que él iba dentro de poco á allegar.

Altar. -Eso es como quitarlo del altar.

Eso es una usurpacion; ó tambien, Eso es sacar las cosas de quicio, ó de su lugar.

Amarillo. -Más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo.

Comparada la situacion del que experimenta privaciones ó disgustos por no atreverse á reclamar lo que le corresponde de justicia, con la del que entra en el goce de sus derechos por hablar en tiempo oportuno, resulta ser preferible ésta á aquélla.

Ambar. -Como el ámbar, ó Es un ámbar.

Fr. con que se suele ponderar la excelencia de algunos licores, especialmente del vino.

Ambrosio. -Es lo mismo que, ó Vale tanta como la carabina de Ambrosio. Algunos añaden: colgada de un clavo; y otros: cargada de cañamones, y sin pólvora.

Locucion con que se manifiesta que una persona ó cosa es de todo punto inútil. Quién fuera este Ambrosio no es asunto fácil de adivinar.

Amenazado. -Más son los amenazados que los acuchillados.

Ref. con que se da á entender que es más fácil amenazar que castigar ó ejecutar.

Amigo. -Más vale un amigo, que pariente ni primo.

Réf. que enseña, que a veces vale más una cordial amistad que parentesco más cercano.

Amor. -Dar como por amor de Dios.

Dar como de gracia lo que se debe de justicia; ó Dar como de a gana.

Ampo. -Como el ampo de la nieve.

Blanco como ella.

Ana Bolena. (Es una)

Aplícase á la mujer sumamente desenvuelta, con alusion á una querida del rey de Inglaterra Enrique VIII, así llamada, á la cual sentó en su trono despues de haber repudiado inicuamente á su legítima esposa Catalina de Aragon.

Ancora de esperanza, ó de salvacion.

Aplícase al sujeto ú objeto en quien funda uno el único remedio á un grave peligro, como sucede con las embarcaciones que, estando á pique de naufragar, apelan al ultimo recurso que les queda, cual es echar al mar un ancla muy grande así llamada, y sólo destinada para los casos del mayor apuro.

Ancho. -Tantas en ancho como en largo.

Loc. ant. que se usaba para dar á entender que alguna cosa se había hecho cumplidamente y á satisfaccion y pleno deseo de alguno.

Anchuelo. -Eso es más sabido que el secreto de Anchuelo.

Existe á siete leguas de Madrid una villa llamada Anchuelo, la cual se halla situada en un valle entre dos cerros. Cuéntase, pues, que cierto dia vió un pastor desde la cumbre de una de estas colinas á una hermosa zagaleja que se hallaba en el alto de la opuesta, y que despues de haberla estado requiriendo de amores le rogó que á nadie comunicase su atrevido pensamiento, sin echar de ver que al pasar las voces de un cerro á otro eran escuchadas por los vecinos que se hallaban en medio.

Por esta causa se hace una aplicacion feliz de dicha frase cuando se nos exige por alguna persona la reserva y el sigilo en asuntos cuya noticia es del dominio público.

Andadera, y

Andador.-Poder andar sin andaderas, ó sin andadores.

Modo de hablar con que se da á entender que alguno es bastante hábil por si mismo para necesitar del auxilio ó cooperacion de otro, como sucede á los niños cuando habiéndose soltado á andar no necesitan ya de ninguno de aquellos dos mecanismos.

Anea. -Se menea como una anea.

Dícese de todo aquello que por su poca consistencia se mueve fácilmente á todos lados.

Ángel. -Cantar como un ángel.

Fr. fam. con que se da á entender la dulzura y destreza con que canta alguna persona, suponiendo los graves concentos con que cantarán los ángeles en el cielo al Dios tres veces Santo.

Ser como un ángel, ó Ser un ángel.

Dícese de todo individuo de genial sumamente amable y candoroso, ó de rostro por extremo. bello.

Anillo. -Como anillo de oro en hocico de cerda.

Comparacion oriental que se usa para expresar la inoportunidad de alguna cosa.

En el cap. XI, v. 22 de los Proverb. de Salomon, se lee que: «La belleza en una mujer fatua es como sortija de oro en el hocico de un cerdo». Circulus aureus in naribus suis, mulier pulcura et fatua.

Nosotros decimos tambien con este motivo, Como una guitarra en, un entierro: y Como un, santo Cristo con un par de pistolas. Los italianos se valen de la siguiente frase comparativa

Comme Pilato nel Credo.

Honra sin provecho, anillo en dedo.

Ref. que enseña que así como el mero adorno no proporciona utilidad alguna, de igual manera suele suceder con los honores y distinciones que carecen de emolumentos.

Venir como anillo al dedo.

Fr. fam. con que se significa que alguna cosa se ha dicho ó hecho con oportunidad, aludiendo, á lo justo que entra el anillo en el dedo.

Ansar. -Como el ánsar de Cantimpálos, que salió al lobo al camino.

Ref. que se dice por aquéllos que inconsideradamente se exponen á algun daño ó peligro.

Año. -Al cabo del año más come el muerto que el sano.

Ref. con que se denota lo mucho que suele gastarse en el primer año despues de la muerte de una persona, en sufragios y otras cosas.

Cual el año, tal el jarro.

Ref. que advierte que el jarro con que se dé de beber, sea chico ó grande segun haya sido abundante ó escasa la cosecha de vino. Úsase tambien para expresar la necesidad que haya de que los gastos no excedan los medios de cubrirlos.

Más produce el año que el campo bien labrado.

Ref. que enseña que el temperamento y las estaciones favorables hacen producir por sí solos más frutos que las labores.

Más vale alto tardío que vacío.

Ref. con que se significa que lo que es conveniente, más vale que se realice aunque sea tarde, que nó que deje de verificarse.

Apestar. -Hiede, que apesta.

Fr. fam. y jocosa, toda vez que heder y apestar son sinónimos rigurosos, de los muy contados que hay en nuestro idioma, la cual se usa para ponderar el olor malo, fuerte y penetrante, que arroja de sí alguna persona ú objeto.

Arador. -Canonista sin leyes, arador sin bueyes.

Ref. con que se pretende dar á entender que así -como el arador no puede labrar bien la tierra sin la ayuda de los bueyes tampoco podrá salir consumado en el estudio de los cánones el que no curse el de las leyes.

Araña. -Parecerse al patron, Araña.

Dícese por los que exhortan ó otros á hacer; aquello mismo de que, ellos huyen, como lo atestigua el refran: El patron Araña embarca, y él se queda en tierra. Algunos dicen: Parecerse al capitan Araña, y tal vez vayan más fundados, pues segun testimonio de personas fidedignas, cuando á principios del último tercio del siglo pasado se enviaba á las Américas gente de nuestro país, con el fin de combatir á los insurrectos de aquel suelo, existía en una de las ciudades de nuestro litoral un capitan de buque llamado Araña, (nombre que el vulgo hubo de transformar luego festivamente en Araña), del cual se cuenta que despues de reclutar individuos con el precitado objeto, nunca más volvió á emprender viaje alguno allende los mares. V. con motivo de esta significacion la palabra Campana.

Es una araña, ó Parece una araña.

Aplícase á la persona que es muy aprovechada y vividora.

Ser más puerco que la araña.

Dícese fam. del sujeto que es por extremo desaseado. No se comprende, á la verdad, de dónde tomó pié el vulgo para inventar esta comparacion, toda vez que en el insecto aludido no milita tal circunstancia; si ya no es que temeroso de que ejerza debidamente la escoba sus funciones, busque adrede para hacer su tela los rincones ménos aseados.

Andar en zancas de araña.

Aplícase á aquél que se vale de rodeos ó tergiversaciones para huir de alguna dificultad que se le propone, ó cargo que se le dirige, á la manera que da mil vueltas la araña, estirando las patas, ántes de decidirse á atrapar el insecto que ha quedado preso en su tela.

Árbol. -Tiene más peros en su linaje que Aragon en sus árboles.

Fr. prov., usada más comunmente en tierra de Aragon y Murcia, para manifestar las manchas ó Torrones que tiene alguna persona en su familia.

Arca.- Reventar como arca vieja

Aplícase al cajon ó cualquier otro receptáculo que se llena más de lo que puede contener en sí; y met. á la persona que come con exceso ó á reventar, como vulg. se suele decir, aludiendo á la necesidad en que se encuentra de estallar un arca vieja puesta en aquellas condiciones.

Algunos dicen tambien,

Tronar como arca vieja, aludiendo al estallido que produciría un arpa vieja al estirarse demasiado su encordadura.

Arca de Noé.

Suele llamarse así cualquiera habitacion ó cofre donde se encierran muchas y diversas cosas, aludiendo al par de animales de cada especie que mandó el Señor á Noé encerrase dentro del Arca juntamente con su familia, para preservarlos de las aguas del Diluvio.

Ardilla. -Ser más ligero que una ardilla.

Aplícase á la persona sumamente ligera, por ser esta una de las cualidades más distintivas en dicho cuadrúpedo.

Arena.

Suele servir esta palabra de término de comparacion cuando se trata de manifestar lo dilatado ó numeroso de alguna especie, como v. gr.: Su descendencia es mas numerosa que las arenas del mar.

Comer arena antes que hacer vileza.

Ref. que exhorta á la virtud, aconsejando que no se ha de obrar contra ella por más que estreche la necesidad, sino que se prefieran las privaciones á los goces ilícitos.

Eso es lo mismo que quien edifica sobre arena.

Fr. con que se da á, entender á alguno la poca duracion que tendrá su empresa, por carecer de bases sólidas.

Argos.-Ser un Árgos, ó Estar hecho un Árgos.

Fr. con que se da á entender la suma vigilancia de alguno, aludiendo al personaje mitológico de este nombre, de quien cuenta la fábula que tenía cien ojos, la mitad de los cuales estaban abiertos en tanto que los otros dormían.

Aristarco.

Aplícase este epíteto á todo crítico ó censor juicioso y severo, con alusion á un célebre gramático de la antigüedad así llamado, natural de Alejandría, que publicó nueve libros de correcciones sobre las obras de Homero. V. Zoilo.

Arma. -Largo y angosto como arma de vizcaino.

Aplicase á todo objeto, y rara vez á sujeto, que reune las dos cualidades susodichas, con alusion á las antiguas armas de los naturales de Vizcaya.

Armiño. -Más blanco que un armiño, ó que el armiño.

Aplicase á todo objeto de suma blancura.

Tratándose de personas, se propone como tipo de extremado aseo, por serlo tanto el de este cuadrúpedo que, si cuando se halla perseguido por el cazador no encuentra otro recurso para librarse de sus emboscadas que atraveso algun charco, prefiere entregarse, á ver manchada su piel con el lodo.

Arpa. V. Arca.

Arpía. -Ser una arpía, ó Ponerse hecho una arpia.

Aplícase á la persona huraña y de genio agreste, y á veces tambien á la que es hábil y mañosa para sacarlo á otro sus intereses.

Las arpías eran unos monstruos fabulosos, hijos de Neptuno y de la Tierra, sumamente voraces, que al rostro de mujer unían cuerpo de buitre con alas, garras en los pies y en las manos, y orejas de oso. Las principales se llamaban Aello, Ocipete y Celeno.

Arrope. -Dulce como el arrope.

V. Caramelo.

Arroz. -Pesado como el arroz.

Aplícase á las personas y á las cosas de calidad pesada é indigesta.

Artillero. -Morir como buen artillero al pié del cañon.

Morir siendo víctima del cumplimiento de su deber.

Asador. -Parece que come asadores.

Fr. fam. que se aplica al que anda muy tieso sin hacer caso de nadie.

Ascua. -Estar como un ascua de oro, ó Parecer un ascua de oro.

Brillar, lucir ó resplandecer mucho una persona ó cosa. V. Brasa.

Asiento.- Tener culo de mal asiento.

Fr. prov. con que se moteja á las personas. inconstantes en sus determinaciones, a semejanza de las vasijas que, teniendo el fondo ó base en desnivel, se están moviendo un buen rato antes de que el centro de gravedad las haga fijar definitivamente.

Asno. -Tanto entiende de eso como el asno de la vihuela.

Fr. que se usa cuando á un ignorante se le explican cosas que por demasiado sutiles no están á su alcance, para manifestar que semejante proceder es tan inútil como lo sería el pretender dar lecciones de guitarra á una bestia.

Ave de cuchar, más come que val.

Ref. que denota la poca utilidad y escaso mérito de esta familia de aves acuáticas, como son los patos, ánades, etc.

De las aves que alzan el rabo, la peor es el jarro.

Ref. que denota las fatales consecuencias de la embriaguez, comparando chistosamente al jarro con el ave por tener pico como ésta, y llamándote, aún más burlescamente rabo, en lugar de cola, al asa ó lugar por donde se agarra para empinarlo.

Es un ave.

Es una persona sumamente activa.

Es un ave fría.

Es una persona sumamente apática.

Avellana.

Suelen compararse á esta fruta los diamantes de gran tamaño. Así lo emplea nuestro festivo Salas cuando, describiendo el carácter de los madrileños, exclama en su tan conocida décima:


Aun las personas más sanas,
si son en Madrid nacidas,
tienen que hacer sus comidas
de píldoras y tisanas.
Diamantes como avellanas
estirado corbatin,
ricas vueltas y espadin
suele ser su adorno bello;
mas siempre marcado el cuello
con sellos de Auton Martin.

Ave-María. -Saber una cosa como el Ave-María.

Saberla de corrido y al pié de la letra.

Avenencia. -Más vale mala avenencia que buena sentencia.

V. Más vale mal ajuste que buen pleito.

Avicena. -Más vale un no cena que cien Avicenas. Más mató la cena que sanó Avicena.

Refs. que provienen que el cenar con exceso suele ser causa de gran perjuicio para la salud, y á veces hasta un atentado contra la vida.

Avispa. -Tener la gracia en el culo como las avispas, ó Tener la gracia de las avispas.

Carecer alguna persona de gracia ó habilidad; y más comunmente, causar alguna molestia en son de entretenimiento. Alude á que sobre no producir la avispa obra alguna de utilidad, mortifica notablemente con la picadura ocasionada por medio del aguijon, el cual lo tiene situado en la parte trasera.

Azabache. -Más negro que el azabache.

Extremadamente negro.

Azacan. -Andar, ó Estar hecho un azacan.

Andar alguno muy afanado en dependencias ó negocios, especialmente si son de persona extraña.

Azafran.

Tipo usual del color amarillo, singularmente hablándose del rostro.

Azogado. -Temblar como un azogado.

Estar sumamente tembloroso, á consecuencia del excesivo frío, miedo, etc.

Azogue. -Ser, ó Parecer un azogue.

Aplícase á los individuos, y especialmente á los niños, sumamente inquietos.

Azúcar.

Suele servir esta sustancia de término de comparacion para expresar que una cosa es sumamente dulce.

Suegra, ni aún de azúcar es buena.

Ref. que advierte que por lo comun las suegras, aún las más prudentes y recomendables, se avienen mal con las nueras y con los yernos.

Azucena. -Más blanco que un a azucena.

De extremada blancura.



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