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41

Esta circunstancia hace creer que tiene algo de judaísmo que aprueba la muerte del Salvador, y le maldice siete veces al día: ¡miserables! (N. del A.)

 

42

No nos admiremos de esto entre bárbaros, pues sabemos cuáles fueron los juegos Lupercales de Roma antigua, en que bailó Marco Antonio semidesnudo; admirémonos sí de que en México se autoricen las máscaras del carnaval por el gobierno, en que salen en mojiganga muchos vestidos de papas, obispos, cardenales y frailes, haciéndose cucamonas, para burlarse con la mayor indecencia de las dignidades de la Iglesia, paseándose por las calles y cementerio de la catedral... ¡y dicen que somos católicos! (N. del A.)

 

43

Entre los antiguos mexicanos era conocida la confesión auricular, pero esta no la hacían sino una sola vez, pues creían que la misericordia de Dios solo se limitaba a perdonar una vez. Sobre este punto hizo una declaración expresa Jesucristo, pues preguntado hasta cuantas veces se podrían perdonar los pecados, respondió con estas palabras consoladoras: ...No siete veces, sino setenta veces siete; es decir, siempre. El hombre miserable quiere medir la infinita misericordia de Dios tan desatinadamente como si quisiera medir la inmensidad del cielo por la pequeña palma de su mano. (N. del A.)

 

44

Hoy en 20 de julio de 1811 sin duda no se componen a pesar del fausto y ostentación con que se insulta a los antiguos literatos mexicanos. Hay mucho de bambolla en la literatura y poco de sustancia. No hay quien se atreva a hacer una composición en mexicano, como si fuera idioma muerto. (N. del A.)

 

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¡Qué difícil es que tan cristiana resolución sea imitada hoy por esos agiotistas que están destruyendo las más ricas familias de México, tienen el corazón metalizado! (N. del A.)

 

46

Hoy está repuesta y es uno de los templos más augustos de la América, tanto por su arquitectura, como por su adorno interior. (N. del A.)

 

47

He aquí la verdad de la religión probada por fuego en la América, como lo fue en Roma por San Juan Evangelista delante de la puerta latina. (N. del A.)

 

48

Dedicado después a nuestra Señora de Loreto: es una basílica suntuosíma, en que gastó inmensas sumas de dinero el conde Basoco; pero hoy está abandonada por un enorme desorden que ha padecido, aunque están sin lesión sus arcos y bóvedas. Créese que ya asentó de todo punto, por lo que esperamos que vuelva a abrirse para honra de la Virgen. La iglesia de San Pedro y San Pablo estuvo cerrada por muchos años: se le permitió abrir al cura del sagrario, doctor don José Nicolás Larragoiti para sepulcros de su parroquia. En 1821 se destino para situar allí el primer congreso general de México independiente, que lo instaló el señor don Agustín Iturbide, el domingo 24 de febrero de 1822. Después se trasladó al salón que se erigió en el Palacio nacional, y amenazando ruina la iglesia de Loreto, volvió a su primer destino la de San Pedro y San Pablo, donde hoy se celebran los divinos misterios con gran pompa. Es mucho de sentir que el gobierno no haya perpetuado la memoria de la instalación del congreso con una inscripción que marque la memoria de un suceso tan fausto, y lo recuerdo a la posteridad, como se hace en las primeras ciudades de Europa. (N. del A.)

 

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Existe en el día en el mayor arreglo por la bondad de las primeras señoras mexicanas que se han consagrado a una obra tan agradable a los ojos de Dios, y que siempre recordará la memoria de su reponedor el eminentísimo cardenal de Lorenzana, arzobispo de México. Los juaninos tomaron posesión jurídica del terreno del hospital en 24 de febrero de 1601. (N. del A.)

 

50

En la noche del 4 de octubre de 1801 un horrible terremoto derribó en Oaxaca la hermosa cúpula de la iglesia de la Compañía, cuyo colegio, por la expulsión de los padres jesuitas, se convirtió en convento de monjas de la Concepción. Hoy está reparada dicha iglesia y convento. (N. del A.)

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