Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

31

He aquí el mejor uso que puede hacerse de la fantasía en obsequio de la religión cristiana... Dígalo el vizconde Chateaubriand. (N. del E.)

 

32

Esta relación está sacada de la historia de la conquista de los estados independientes del imperio mexicano escrita por fray Francisco Trejes, cronista del colegio de Guadalupe de Zacatecas, escritor de buena crítica y delicado gusto. (N. del A.)

 

33

Esta es la causa única, y no la decantada filantropía del siglo, la que ha conducido las expediciones de los aventureros tejanos para sucumbir allí con ignominia en estos últimos días. (N. del A.)

 

34

Que publiqué, intitulándola: Los tres siglos de México durante el gobierno español, con dos tomos de suplementos, harta la declaración de la independencia en 1821, páginas 57 y 58, tomo 2.º. (N. del A.)

 

35

Lo era el señor arzobispo don fray Payo Enríquez de Rivera, religioso agustino: durante su gobierno se construyó la grande iglesia de San Agustín de México, por haberse quemado la anterior, que era de plomada como la de la Merced que hoy existe y corre el mismo riesgo. Al segundo día de haberse verificado el incendio, este arzobispo virrey salió a pedir limosna para su reedificación, y juntó cuarenta mil pesos; reunió a los arquitectos de México y les mandó que cada uno formase su planta del nuevo edificio y se lo presentase, y entre varios, escogió el que hoy vemos con asombro realizado. Esto era México durante el reinado de Carlos II. Acaso hoy no se haría mejor templo con todo el decantado progreso con que nos quiebran la cabeza los reformadores, ni se reuniría en cuarenta años el dinero que en un solo día se juntó entonces. Había en aquella época lo que en el Evangelio se conoce con los nombres de caridad y piedad, y a los oídos de nuestros abuelos no habían llegado las palabras huecas de... filantropía, patriotismo... civismo, etc., que es moneda corriente en el día, pero tan baja y despreciable, como la del cobre a los ojos de un hombre pensador. (N. del A.)

 

36

Con este nombre es hoy conocido este campo, porque los frailes vivieron durante la celebración del capítulo bajo cubiertas o techos de esteras o petates. Si tanto fue el número de los unidos en aquel valle, ¿a cuánto ascendería el de los que ya entonces formaban este orden religioso? (N. del A.)

 

37

Mr. Rosell de Jorgues en su excelente obra intitulada: Jesucristo en presencia del siglo, el cual, hablando del retroceso que ha hecho la impiedad, dice que ya los pueblos han reconocido la necesidad de la Divina Providencia, bajo cuya invocación ejercen los actos más augustos. En México, dice, (pág. 238, tomo 2.º) el presidente de la república don Antonio López de Santa-Anna llama sobre el gobierno la protección de la Providencia. (N. del A.)

 

38

Así me lo ha ofrecido, encargándome que lo publique sin embozo, y yo le tomé la palabra. (N. del A.)

 

39

El autor del Sacerdote en presencia del siglo, por M. A. Madrolle, impresión de París año de 1841. (N. del A.)

 

40

Estas son unas cuentas de piedra verdes que tienen el color de la esmeralda, o acaso lo son, muy apreciadas de los antiguos mexicanos de la época del imperio de Moctheuzoma. (N. del A.)

Indice