Jornada I |
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Salen DOÑA ANA y CELIA.
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DOÑA ANA | Hasta que venga mi hermano, | | Celia, le hemos de esperar. | |
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CELIA | Pues eso será velar, | | porque él juzga que es temprano | | la una o las dos; y a mi ver, | 5 | aunque es grande ociosidad, | | viene a decir la verdad, | | pues viene al amanecer. | | Mas, ¿por qué ahora te dio | | esa gana de esperar, | 10 | si te entras siempre a acostar | | tú, y le espero sola yo? | |
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DOÑA ANA | Has de saber, Celia mía, | | que aquesta noche ha fiado | | de mí todo su cuidado, | 15 | tanto de mi afecto fía. | | Bien sabes tú que él salió | | de Madrid dos años ha, | | y a Toledo, donde está, | | a una cobranza llegó, | 20 | pensando luego volver, | | y así en Madrid me dejó, | | donde estando sola yo, | | y a poder ser vista y ver, | | me vio don Juan y le vi, | 25 | y me solicitó amante, | | a cuyo pecho constante | | atenta correspondí; | | cuando, o por no ser tan llano | | como el pleito se juzgó, | 30 | o lo cierto, porque no | | quería irse mi hermano, | | porque vive aquí una dama | | de perfecciones tan summas | | que dicen que faltan plumas | 35 | para albarla a la Fama, | | de la cual enamorado, | | aunque no correspondido, | | por conseguirla perdido | | en Toledo se ha quedado; | 40 | y porque yo no estuviese | | sola en la Corte sin él, | | o porque su amor crüel | | de algún alivio le fuese, | | dispuso el que venga aquí | 45 | a vivir yo, que al instante | | di cuenta a don Juan, que amante | | vino a Toledo tras mí; | | fineza a que agradecida | | toda el alma estar debiera, | 50 | si ya (¡ay de mí!) no estuviera | | del empeño arrepentida, | | porque el amor, que es villano | | en el trato y la bajeza, | | se ofende de la fineza. | 55 | Pero, volviendo a mi hermano, | | sábete que él ha [inquirido] | | con obstinada porfía | | qué motivo haber podía | | para no ser admitido; | 60 | y hallando que es otro amor, | | aunque yo no sé de quién, | | sintiendo más que el desdén | | que otro gozase el favor, | | -que como este fiero engaño | 65 | es envidioso veneno, | | se siente el provecho ajeno | | mucho más que el propio daño-, | | sobornando (¡oh vil costumbre | | que así la razón estraga, | 70 | que es tan ciego Amor que paga | | porque le den pesadumbre!) | | una crïada, que era | | de quien ella se fiaba, | | en el estado que estaba | 75 | su amor, con el fin que espera | | y con lo demás que pasa, | | supo de la infiel crïada | | que estaba determinada | | a salirse de su casa | 80 | esta noche con su amante; | | de que mi hermano furioso, | | como a quien está celoso | | no hay peligro que le espante, | | con unos hombres trató | 85 | que fingiéndose Justicia | | (¡mira qué astuta malicia!) | | prendan al que la robó, | | y que al pasar por aquí | | [el] galán y dama bella, | 90 | como en depósito, a ella, | | me la entregasen a mí, | | y que luego al apartarse, | | como que acaso ellos van | | descuidados, [al] galán | 95 | den lugar para escaparse, | | con lo cual claro se arguye | | que él se valdrá de los pies | | huyendo, pues piensa que es | | la Justicia de quien huye; | 100 | y mi hermano con la traza | | que su amor ha discurrido, | | sin riesgo habrá conseguido | | traer su dama a su casa, | | y en ella es bien fácil cosa | 105 | galantearla abrasado | | sin que él parezca culpado | | ni ella pueda estar quejosa, | | porque si tanto despecho | | ella llegase a entender, | 110 | visto es que ha de aborrecer | | a quien tal daño le ha hecho. | | Aquesto que te he contado, | | Celia, tengo que esperar; | | mira ¿cómo puedo entrar | 115 | a acostarme sin cuidado? | |
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CELIA | Señora, nada me admira, | | que en amor no es novedad | | que se vista la verdad | | del color de la mentira; | 120 | ni quién habrá que se espante | | si lo que es, llega a entender, | | temeridad de mujer, | | ni resolución de amante; | | ni de traidoras criadas, | 125 | que eso en todo el mundo pasa, | | y quizá dentro de casa | | hay algunas calderadas. | | Sólo admirado me han, | | por las acciones que has hecho, | 130 | los indicios que tu pecho | | da de olvidar a don Juan; | | y no sé por qué el cuidado | | das en trocar en olvido, | | cuando ni causa has tenido | 135 | tú, ni don Juan te la ha dado. | |
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DOÑA ANA | Que él no me la da, es verdad; | | que no la tengo, es mentira. | |
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DOÑA ANA | ¿Qué te admira? | | Es ciega la voluntad. | 140 | Tras mí, como sabes, vino, | | amante y fino, don Juan, | | quitándose de galán | | lo que se añade de fino, | | sin dejar a qué aspirar | 145 | a la ley del albedrío, | | porque si él es ya tan mío, | | ¿qué tengo que desear? | | Pero no es aquesa sola | | la causa de mi despego, | 150 | sino porque ya otro fuego | | en mi pecho se acrisola. | | Suelo en esta calle ver | | pasar a un galán mancebo | | que, si no es el mismo Febo, | 155 | yo no sé quién pueda ser. | | A este, (¡ay de mí!), Celia mía, | | no sé si es gusto o capricho, | | y... pero ya te lo he dicho, | | sin saber que lo decía. | 160 |
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DOÑA ANA | ¿Pues no he de llorar, | | ¡ay infeliz de mí!, cuando | | conozco que estoy errando | | y no me puedo enmendar? | |
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CELIA | (Aparte.) | Qué buenas nuevas me dan | 165 | con esto que ahora he oído, | | para tener yo escondido | | en su cuarto al tal don Juan; | | que habiendo notado el modo | | con que le trata enfadada, | 170 | quiere hacer la tarquinada | | y dar al traste con todo. | | -¿Y quién, señora, ha logrado | | tu amor? |
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DOÑA ANA | Solo decir puedo | | que es un don Carlos de Olmedo | 175 | el galán. Mas han llamado; | | mira quién es, que después | | te hablaré, Celia. |
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CELIA | ¿Quién llama? | |
(Dentro.)
| ¡La justicia! |
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DOÑA ANA | Esta es la dama. | | Abre, Celia. |
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(Entran EMBOZADOS y DOÑA LEONOR.)
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EMBOZADO | Señora, aunque yo no ignoro | | el decoro de esta casa, | | pienso que el entrar en ella | | ha sido más venerarla | | que ofenderla; y así, os ruego | 185 | que me tengáis esta dama | | depositada, hasta tanto | | que se averigüe la causa | | por qué le dio muerte a un hombre | | otro que le acompañaba. | 190 | Y perdonad, que a hacer vuelvo | | diligencias no escusadas | | en tal caso. |
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(Vanse.)
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DOÑA ANA | ¿Qué es aquesto? | | Celia, a aquesos hombres llama | | que lleven a esta mujer, | 195 | que no estoy acostumbrada | | a oír estas liviandades. | |
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CELIA | (Aparte.) | Bien la deshecha mi ama | | hace de querer tenerla. | |
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DOÑA LEONOR | Señora, en la boca el alma | 200 | tengo (¡ay de mí!), si piedad | | mis tiernas lágrimas causan | | en tu pecho (hablar no acierto), | | te suplico arrodillada | | que ya que no de mi vida, | 205 | tengas piedad de mi fama, | | sin permitir, puesto que | | ya una vez entré en tu casa, | | que a otra me lleven adonde | | corra mayores borrascas | 210 | mi opinión; que a ser mujer, | | como imaginas, liviana, | | ni a ti te hiciera este ruego, | | ni yo tuviera estas ansias. | |
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DOÑA ANA | A lástima me ha movido | 215 | tu belleza y tu desgracia. | | [Aparte.] | Bien dice mi hermano, Celia. | |
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CELIA | [Aparte a DOÑA ANA.] | Es belleza sobrehumana, | | y si está así en la tormenta, | | ¿cómo estará en la bonanza? | 220 |
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DOÑA ANA | Alzad del suelo, señora, | | y perdonad si turbada | | del repentino suceso, | | poco atenta y cortesana | | me he mostrado, que ignorar | 225 | quién sois, pudo dar la causa | | a la estrañeza; mas ya | | vuestra persona gallarda | | informa en vuestro favor, | | de suerte que toda el alma | 230 | ofrezco para serviros. | |
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DOÑA LEONOR | ¡Déjame besar tus plantas, | | bella deidad, cuyo templo, | | cuyo culto, cuyas aras, | | de mi deshecha fortuna | 235 | son el asilo! |
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DOÑA ANA | Levanta, | | y cuéntame qué sucesos | | a tal desdicha te arrastran; | | aunque, si eres tan hermosa, | | no es mucho ser desdichada. | 240 |
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CELIA | (Aparte.) | De la envidia que le tiene | | no le arriendo la ganacia. | |
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DOÑA LEONOR | Señora, aunque la vergüenza | | me pudiera ser mordaza | | para callar mis sucesos, | 245 | la que como yo se halla | | en tan infeliz estado, | | no tiene por qué callarlas; | | antes pienso que me abono | | en hacer lo que me mandas, | 250 | pues son tales los indicios | | que tengo de estar culpada, | | que por culpables que sean | | son más decentes sus causas; | | y así, escúchame. |
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DOÑA ANA | El silencio | 255 | te responda. |
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CELIA | ¡Cosa brava! | | ¿Relación a media noche | | y con vela? ¡Que no valga! | |
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DOÑA LEONOR | Si de mis sucesos quieres | | escuchar los tristes casos | 260 | con que ostentan mis desdichas | | lo poderoso y lo vario, | | escucha, por si consigo | | que, divirtiendo tu agrado, | | lo que fue trabajo propio | 265 | sirva de ajeno descanso, | | o porque en el desahogo | | hallen mis tristes cuidados | | a la pena de sentirlos, | | el alivio de contarlos. | 270 | Yo nací noble; este fue | | de mi mal el primer paso, | | que no es pequeña desdicha | | nacer noble un desdichado; | | que aunque la nobleza sea | 275 | joya de precio tan alto, | | es alhaja que en un triste | | solo sirve de embarazo; | | porque estando en un sujeto | | repugnan como contrarios, | 280 | entre plebeyas desdichas | | haber respetos honrados. | | Decirte que nací hermosa | | presumo que es escusado, | | pues lo atestiguan tus ojos | 285 | y lo prueban mis trabajos. | | Solo diré... Aquí quisiera | | no ser yo quien lo relato, | | pues en callarlo o decirlo | | dos inconvenientes hallo: | 290 | porque, si digo que fui | | celebrada por milagro | | de discreción, me desmiente | | la necedad del contarlo; | | y, si lo callo, no informo | 295 | de mí, y en un mismo caso | | me desmiento, si lo afirmo, | | y lo ignoras, si lo callo. | | Pero es preciso al informe | | que de mis sucesos hago | 300 | (aunque pase la modestia | | la vergüenza de contarlo), | | para que entiendas la historia, | | presuponer asentado | | que mi discreción la causa | 305 | fue principal de mi daño. | | Inclineme a los estudios | | desde mis primeros años | | con tan ardientes desvelos, | | con tan ansiosos cuidados, | 310 | que reduje a tiempo breve | | fatigas de mucho espacio. | | Conmuté el tiempo, industriosa, | | a lo intenso del trabajo, | | de modo que en breve tiempo | 315 | era el admirable blanco | | de todas las atenciones, | | de tal modo, que llegaron | | a venerar como infuso | | lo que fue adquirido lauro. | 320 | Era de mi patria toda | | el objeto venerado | | de aquellas adoraciones, | | que forma el común aplauso; | | y como lo que decía | 325 | (fuese bueno o fuese malo) | | ni el rostro lo deslucía | | ni lo desairaba el garbo, | | llegó la supersitición | | popular a empeño tanto, | 330 | que ya adoraban deidad | | el ídolo que formaron. | | Voló la fama parlera, | | discurrió reinos estraños, | | y en la distancia segura | 335 | acreditó informes falsos. | | La pasión se puso antojos | | de tan engañosos grados, | | que a mis moderadas prendas | | agrandaban los tamaños. | 340 | Víctima en mis aras eran, | | devotamente postrados, | | los corazones de todos | | con tan comprehensivo lazo, | | que habiendo sido al principio | 345 | aquel culto voluntario, | | llegó después la costumbre, | | favorecida de tantos, | | a hacer como obligatorio | | el festejo cortesano; | 350 | y, si alguno disentía, | | paradojo o avisado, | | no se atrevía a proferirlo | | temiendo que, por estraño, | | su dictamen no incurriese, | 355 | siendo de todos contrario, | | en la nota de grosero | | o en la censura de vano. | | Entre estos aplausos yo, | | con la atención zozobrando | 360 | entre tanta muchedumbre, | | sin hallar seguro blanco, | | no acertaba a amar a alguno, | | viéndome amada de tantos. | | Sin temor en los concursos | 365 | defendía mi recato | | con peligros del peligro | | y con el daño del daño. | | Con una afable modestia | | igualando el agasajo, | 370 | quitaba lo general | | lo sospechoso al agrado. | | Mis padres en mi mesura | | vanamente asegurados, | | se descuidaron conmigo. | 375 | ¡Qué dictamen tan errado!, | | pues fue quitar por de fuera | | las guardas y los candados | | a una fuerza que en sí propia | | encierra tantos contrarios. | 380 | Y como tan neciamente | | conmigo se descuidaron, | | fue preciso hallarme el riesgo | | donde me perdió el cuidado. | | Sucedió, pues, que entre muchos | 385 | que de mi fama incitados | | contextar con mi persona | | intentaban mis aplausos, | | llegó acaso a verme (¡Ay cielos!, | | ¿cómo permitís tiranos | 390 | que un afecto tan preciso | | se forjase de un acaso?) | | don Carlos de Olmedo, un joven | | forastero, mas tan claro | | por su origen, que en cualquiera | 395 | lugar que llegue a hospedarlo, | | podrá no ser conocido, | | pero no ser ignorado. | | Aquí, que me des te pido | | licencia para pintarlo, | 400 | por disculpar mis errores, | | o divertir mis cuidados, | | o porque al ver de mi amor | | los estremos temerarios, | | no te admire que el que fue | 405 | tanto, mereciera tanto. | | Era su rostro un enigma | | compuesto de dos contrarios | | que eran valor y hermosura, | | tan felizmente hermanados, | 410 | que faltándole a lo hemoso | | la parte de afeminado, | | hallaba lo más perfecto | | en lo que estaba más falto; | | porque ajando las facciones | 415 | con un varonil desgarro, | | no consintió a la hermosura | | tener imperio asentado, | | tan remoto a la noticia, | | tan ajeno del reparo, | 420 | que aun no le debió lo bello | | la atención de despreciarlo; | | que como en un hombre está | | lo hermoso como sobrado, | | es bueno para tenerlo | 425 | y malo para ostentarlo. | | Era el talle como suyo, | | que aquel talle y aquel garbo, | | aunque la Naturaleza | | a otro dispuesta darlo, | 430 | solo le asentara bien | | al espíritu de Carlos: | | que fue de su providencia | | esmero bien acertado, | | dar un cuerpo tan gentil | 435 | a espíritu tan gallardo. | | Gozaba un entendimiento | | tan sutil, tan elevado, | | que la edad de lo entendido | | era un mentís de sus años. | 440 | Alma de estas perfecciones | | era el gentil desenfado | | de un despejo tan airoso, | | un gusto tan cortesano, | | un recato tan amable, | 445 | un tan atractivo agrado, | | que en el más bajo descuido | | se hallaba el primor más alto; | | tan humilde en los afectos, | | tan tierno en los agasajos, | 450 | tan fino en las persuasiones, | | tan apacible en el trato | | y en todo, en fin, tan perfecto, | | que ostentaba cortesano | | despojos de lo rendido, | 455 | por galas de lo alentado. | | En los desdenes sufrido, | | en los favores callado, | | en los peligros resuelto, | | y prudente en los acasos. | 460 | Mira si con estas prendas, | | con otras más que te callo, | | quedaría en la más cuerda | | defensa para el recato. | | En fin, yo le amé; no quiero | 465 | cansar tu atención contando | | de mi temerario empeño | | la historia caso por caso; | | pues tu discreción no ignora | | de empeños enamorados, | 470 | que es su ordinario principio | | desasosiego y cuidado; | | su medio, lances y riesgos; | | su fin, tragedias o agravios. | | Creció el amor en los dos | 475 | recíproco, y deseando | | que nuestra feliz unión | | lograda en tálamo casto | | confirmase de Himeneo | | el indisoluble lazo; | 480 | y porque acaso mi padre, | | -que ya para darme estado | | andaba entre mis amantes | | los méritos regulando- | | atento a otras conveniencias | 485 | no nos fuese de embarazo, | | dispusimos esta noche | | la fuga, y atropellando | | el cariño de mi padre, | | y de mi honor el recato, | 490 | salí a la calle, y apenas | | daba los primeros pasos | | entre cobardes recelos | | de mi desdicha, fiando | | la una mano a las basquiñas | 495 | y a mi manto la otra mano, | | cuando a [nosotros] resueltos | | llegaron dos embozados. | | -«¿Qué gente?» dicen, y yo | | con el aliento turbado, | 500 | sin reparar lo que hacía | | (porque suele en estos casos | | hacer publicar secretos | | el cuidado de guardarlos), | | -«¡Ay Carlos, perdidos somos!» | 505 | dije, y apenas tocaron | | mis voces a sus oídos | | cuando los dos arrancando | | los aceros, dijo el uno: | | -«Matadlo, don Juan, matadlo, | 510 | que esa tirana que lleva, | | es doña Leonor de Castro, | | mi prima». Sacó mi amante | | el acero, y alentado, | | apenas con una punta | 515 | llegó al pecho del contrario, | | cuando diciendo: «¡Ay de mí!» | | dio en tierra, y viendo el fracaso | | dio voces el compañero, | | a cuyo estruendo llegaron | 520 | algunos; y aunque pudiera | | la fuga salvar a Carlos, | | por no dejarme en el riesgo, | | se detuvo temerario | | de modo que la Justicia, | 525 | que acaso andaba rondando, | | llegó a nosotros, y aunque | | segunda vez obstinado | | intentaba defenderse, | | persuadido de mi llanto | 530 | rindió la espada a mi ruego, | | mucho más que a sus contrarios. | | Prendiéronle, en fin; Y a mí, | | como a ocasión del estrago, | | viendo que el que queda muerto | 535 | era don Diego de Castro, | | mi primo, en tu noble casa, | | señora, depositaron | | mi persona y mis desdichas, | | donde en un punto me hallo | 540 | sin crédito, sin honor, | | sin consuelo, sin descanso, | | sin aliento, sin alivio, | | y finalmente esperando | | la ejecución de mi muerte | 545 | en la sentencia de Carlos. | |
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DOÑA ANA | (Aparte.) | ¡Cielos! ¿Qué es esto que escucho? | | Al mismo que yo idolatro | | es el que quiere Leonor. | | ¡Oh que presto que ha vengado | 550 | Amor a don Juan! ¡Ay triste! | | -Señora, vuestros cuidados | | siento como es justo. -Celia, | | lleva esta dama a mi cuarto, | | mientras yo a mi hermano espero. | 555 |
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DOÑA LEONOR | Tus pasos | | sigo (¡ay de mí!), pues es fuerza | | obedecer a los hados. | |
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(Vanse CELIA y DOÑA LEONOR.)
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DOÑA ANA | Si de Carlos la gala y bizarría | | pudo por sí mover a mi cuidado, | 560 | ¿cómo parecerá, siendo envidiado, | | lo que solo por sí bien parecía? | | Si sin triunfo rendirle pretendía, | | sabiendo que ya vive enamorado | | ¿qué victoria será verle apartado | 565 | de quien antes por suyo le tenía? | | Pues perdone don Juan, que aunque yo quiera | | pagar su amor, que a olvido ya condeno, | | ¿cómo podré, si ya en mi pena fiera | | introducen los celos su veneno? | 570 | Que es Carlos más galán, y aunque no fuera, | | tiene de más galán el ser ajeno. | |
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(Sale DON CARLOS con la espada desnuda, y CASTAÑO.)
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DON CARLOS | Señora, si en vuestro amparo | | hallan piedad las desdichas, | | lograd el triunfo mayor | 575 | siendo amparo de las mías. | | Siguiendo viene mis pasos | | no menos que la Justicia, | | y como huir de ella es | | generosa cobardía, | 580 | al asilo de esos pies | | mi acosado aliento aspira, | | aunque si ya perdí el alma, | | poco me importa la vida. | |
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CASTAÑO | A mí sí me importa mucho; | 585 | y así, señora, os suplica | | sin medio, que me escondáis | | debajo de las basquiñas. | |
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CASTAÑO | ¿Pues será | | la primer vez, si lo miras, | 590 | esta, que los sacristanes | | a los delicuentes libran? | |
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DOÑA ANA | [Aparte.] | Carlos es, ¡válgame el cielo! | | La ocasión a la medida | | del deseo se me viene | 595 | de obligar con bizarrías | | su amor, sin hacer ultraje | | a mi presumpción altiva; | | pues amparándome aquí | | con generosas caricias, | 600 | cubriré lo enamorada | | con visos de compasiva; | | y sin ajar la altivez | | que en mi decoro es precisa, | | podré, sin rendirme yo, | 605 | obligarle a que se rinda; | | que aunque sé que ama a Leonor, | | ¿qué voluntad hay tan fina | | en los hombres, que si ven | | que otra ocasión los convida | 610 | la dejen por la que quieren? | | Pues alto, Amor, ¿qué vacilas, | | si de que puede mudarse | | tengo el ejemplo en mí misma? | | -Caballero, las desgracias | 615 | suelen del valor ser hijas, | | y cebo de las piedades; | | y así, si las vuestras libran | | en mí su alivio, cobrad | | la respiración perdida, | 620 | y en esta cuadra, que cae | | a un jardín, entrad aprisa, | | antes que venga un hermano | | que tengo, y con la malicia | | de veros conmigo solo | 625 | otro riesgo os aperciba. | |
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DON CARLOS | No quisiera yo, señora, | | que el amparo de mi vida | | a vos os costara un susto. | |
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CASTAÑO | ¿Ahora en aqueso miras? | 630 | ¡Cuerpo de quien me parió! | |
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DOÑA ANA | Nada a mí me desanima. | | Venid, que aquí hay una pieza | | que nunca mi hermano pisa, | | por ser en la que se guardan | 635 | alhajas que en las visitas | | de cumplimiento me sirven, | | como son alfombras, sillas | | y otras cosas; y además | | de aqueso, tiene salida | 640 | a un jardín, por si algo hubiere; | | y porque nada os aflija, | | venid y os la mostraré; | | pero antes será precisa | | diligencia el que yo cierre | 645 | la puerta, por que advertida | | salga en llamando mi hermano. | |
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CASTAÑO | [Aparte de DON CARLOS.] | Señor, ¡qué casa tan rica | | y qué dama tan bizarra! | | ¿No hubieras (¡pese a mis tripas, | 650 | que claro es que ha de pesarles, | | pues se han de quedar vacías!) | | enamorado tú a aquesta | | y no a aquella pobrecita | | de Leonor, cuyo caudal | 655 | son cuatro bachillerías? | |
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DOÑA ANA | Vamos. | | (Aparte.) | Amor, pues que tú me brindas | | con la dicha, no le niegues | | después el logro a la dicha | 660 |
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(Vanse.)
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(Salen DON RODRIGO y HERNANDO.)
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HERNANDO | Lo que pasa: | | que mi señora salió de casa. | |
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DON RODRIGO | ¿Y con quién, no has sabido? |
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HERNANDO | ¿Cómo puedo, | | si, como sabes tú, todo Toledo | | y cuantos a él llegaban, | 665 | su belleza e ingenio celebraban? | | Con lo cual, conocerse no podía | | cuál festejo era amor, cuál cortesía; | | en que no sé si tú culpado has sido, | | pues festejarla tanto has permitido, | 670 | sin advertir que, aunque era recatada, | | es fuerte la ocasión y el verse amada, | | y que es fácil que, amante e importuno, | | entre los otros le agradase alguno. | |
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DON RODRIGO | Hernando no me apures la paciencia | 675 | que aqueste ya no es tiempo de advertencia. | | ¡Oh fiera! ¿Quién diría | | de aquella mesurada hipocresía, | | de aquel punto y recato que mostraba, | | que liviandad tan grande se encerraba | 680 | en su pecho alevoso? | | ¡Oh mujeres! ¡Oh monstruo venenoso! | | ¿Quién en vosotras fía, | | si con igual locura y osadía, | | con la misma medida | 685 | se pierde la ignorante y la entendida? | | Pensaba yo, hija vil, que tu belleza, | | por la incomodidad de mi pobreza, | | con tu ingenio sería | | lo que más alto dote te daría; | 690 | y ahora, en lo que has hecho, | | conozco que es más daño que provecho; | | pues al ser conocida y celebrada | | y por nuevo milagro festejada, | | me sirve, hecha la cuenta, | 695 | solo de que se sepa más tu afrenta. | | Pero ¿cómo a la queja se abalanza | | primero mi valor, que a la venganza? | | Pero ¿cómo (¡ay de mí!), si en lo que lloro | | la afrenta sé y el agresor ignoro? | 700 | Y así ofendido, sin saber que me quedo | | ni cómo, ni de quién vengarme puedo. | |
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HERNANDO | Señor, aunque no sé con evidencia | | quién pudo de Leonor causar la ausencia, | | por el rumor que había | 705 | de los muchos festejos que le hacía, | | tengo por caso llano | | que la llevó don Pedro de Arellano. | |
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DON RODRIGO | Pues si don Pedro fuera, | | di ¿qué dificultad hallar pudiera | 710 | en que yo por mujer se la entregara | | sin que tan grande afrenta me causara? | |
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HERNANDO | Señor, como eran tantos los que amaban | | a Leonor, y su mano deseaban, | | y a ti te la han pedido, | 715 | temería no ser el elegido; | | que todo enamorado es temeroso, | | y nunca juzga que será el dichoso; | | y aunque usando tal medio | | le alabo yo el temor y no el remedio, | 720 | sin duda, por quitar la contingencia, | | se quiso asegurar con el ausencia. | | Y así, señor, si tomas mi consejo | | -tú estás cansado y viejo, | | don Pedro es mozo, rico y alentado, | 725 | y, sobre todo, el mal ya está causado-, | | pórtate con él cuerdo, cual conviene, | | y ofrécele lo mismo que él se tiene: | | dile que vuelva a casa a Leonor bella | | y luego al punto cásale con ella, | 730 | y él vendrá en ello, pues no habrá quién huya | | lo que ha de resultar en honra suya; | | y con lo que te ordeno, | | vendrás a hacer antídoto el veneno. | |
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DON RODRIGO | ¡Oh Hernando! ¿Qué tesoro es tan preciado | 735 | un fiel amigo, o un leal crïado? | | Buscar a mi ofensor aprisa elijo | | por convertirle de enemigo en hijo. | |
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HERNANDO | Sí, señor, que el remedio es bien se aplique | | antes que el mal que pasa se publique. | 740 |
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(Vanse.)
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(Sale DOÑA LEONOR retirándose de DON JUAN.)
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DON JUAN | Espera, hermosa homicida. | | ¿De quién huyes? ¿Quién te agravia? | | ¿Qué harás de quien te aborrece | | si así a quien te adora tratas? | | Mira que ultrajas huyendo | 745 | los mismos triunfos que alcanzas, | | pues siendo el vencido yo | | tú me vuelves las espaldas, | | y que haces que se ejerciten | | dos acciones encontradas: | 750 | tú, huyendo de quien te quiere; | | yo, siguiendo a quien me mata. | |
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DOÑA LEONOR | Caballero, o lo que sois, | | si apenas en esta casa | | -que aún su dueño ignoro- acabo | 755 | de poner la infeliz planta, | | ¿cómo queréis que yo pueda | | escuchar vuestras palabras, | | si de ellas entiendo solo | | el asombro que me causan? | 760 | Y así, si como sospecho | | me juzgáis otra, os engaña | | vuestra pasión. Deteneos | | y conoced, más cobrada | | la atención, que no soy yo | 765 | la que vos buscáis. |
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DON JUAN | ¡Ah ingrata! | | Solo eso falta, que finjas, | | para no escuchar mis ansias, | | como que mi amor tuviera | | condición tan poco hidalga, | 770 | que en escuchar mis lamentos | | tu decoro peligrara. | | Pues bien para asegurarte, | | las experiencias pasadas | | bastaban, de nuestro amor, | 775 | en que viste veces tantas | | que las olas de mi amor, | | cuando más crespas llegaban | | a querer con los deseos | | de amor anegar la playa, | 780 | era margen tu respeto | | al mar de mis esperanzas. | |
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DOÑA LEONOR | Ya he dicho que no soy yo, | | caballero, y esto basta. | | Idos, y yo llamaré | 785 | a quien oyendo esas ansias | | las premie por verdaderas | | o las castigue por falsas. | |
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DON JUAN | ¡Pues vive el cielo, tirana, | 790 | que forzada me has de oír | | si no quieres voluntaria, | | y ha de escucharme grosero | | quien de lo atento se cansa! | |
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(Cógela de un brazo.)
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DOÑA LEONOR | ¿Qué es esto? ¡Cielos, valedme! | 795 |
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DON JUAN | En vano a los cielos llamas, | | que mal puede hallar piedad | | quien siempre piedad le falta. | |
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DOÑA LEONOR | ¡Ay de mí! ¿No hay quién socorra | | mi inocencia? |
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(Salen DON CARLOS y DOÑA ANA deteniéndole.)
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DOÑA ANA | Tente, aguarda, | 800 | que yo veré lo que ha sido, | | sin que tú al peligro salgas | | si es que mi hermano ha venido. | |
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DON CARLOS | Señora, esta voz el alma | | me ha atravesado, perdona. | 805 |
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DOÑA ANA | [Aparte.] | La puerta tengo cerrada; | | y así, de no ser mi hermano | | segura estoy; mas me causa | | inquietud el que no sea | | que Carlos halle a su dama; | 810 | pero si ella está en mi cuarto | | y Celia fue a acompañarla, | | ¿qué ruido puede ser este? | | Y a escuras toda la cuadra | | está. -¿Quién va? |
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DON CARLOS | Yo, señora; | 815 | ¿qué me preguntas? |
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DON JUAN | Doña Ana, | | mi bien, señora, ¿por qué | | con tanto rigor me tratas? | | ¿Estas eran las promesas, | | estas eran las palabras | 820 | que me distes en Madrid | | para alentar mi esperanza? | | Si obediente a tus preceptos, | | de tus rayos salamandra, | | girasol de tu semblante, | 825 | Clicie de tus luces claras, | | dejé, sólo por servirte, | | el regalo de mi casa, | | el respeto de mi padre | | y el cariño de mi patria; | 830 | si tú, si no de amorosa, | | de atenta y de cortesana, | | diste con tácito agrado | | a entender lo que bastaba | | para que supiese yo | 835 | que era ofrenda mi esperanza | | admitida en el sagrado | | sacrificio de tus aras, | | ¿cómo ahora tan esquiva | | con tanto rigor me tratas? | 840 |
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DOÑA ANA | (Aparte.) | ¿Qué es esto que escucho, cielos? | | ¿No es éste don Juan de Vargas, | | que mi ingratitud condena | | y sus finezas ensalza? | | ¿Pues quién aquí le ha traído? | 845 |
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(Llega DON CARLOS a DOÑA LEONOR.)
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DOÑA LEONOR | Hombre, aparta; | | ya te he dicho que me dejes. | |
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DON CARLOS | Escucha, hermosa doña Ana, | | mira que don Carlos soy, | | a quien tu piedad ampara. | 850 |
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DOÑA LEONOR | [Aparte.] | Don Carlos ha dicho. ¡Cielos!, | | y hasta en el habla jurara | | que es don Carlos; y es que como | | tengo a Carlos en el alma, | | todos Carlos me parecen, | 855 | cuando él (¡ay, prenda adorada!) | | en la prisión estará. | |
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DOÑA LEONOR | Apartad, que basta | | deciros que me dejéis. | |
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DON CARLOS | Si acaso estáis enojada | 860 | porque hasta aquí os he seguido, | | perdonad, pues fue la causa | | solamente el evitar | | si algún daño os amenaza. | |
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DOÑA LEONOR | [Aparte.] | ¡Válgame Dios, lo que a Carlos | 865 | parece! |
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DON JUAN | ¿Qué, en fin, ingrata, | | con tal rigor me [desprecias]? | |
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(Sale CELIA con luz.)
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CELIA | A ver si está aquí mi ama, | | para sacar a don Juan | | que oculto dejé en su cuadra, | 870 | vengo; mas ¿qué es lo que veo? | |
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DOÑA LEONOR | [Aparte.] | ¿Qué es esto? ¡El cielo me valga! | | ¿Carlos no es este que miro? | |
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DON CARLOS | [Aparte.] | ¿Esta es Leonor, o me engaña | | la aprenhensión? |
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DOÑA ANA | [Aparte.] | ¿Don Juan aquí? | 875 | Aliento y vida me falta. | |
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DON JUAN | [Aparte.] | ¿Aquí don Carlos de Olmedo? | | Sin duda que de doña Ana | | es amante, y que por él, | | aleve, inconstante y falsa | 880 | me trata a mí con desdén. | |
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DOÑA LEONOR | [Aparte.] | ¡Cielos! ¿En aquesta casa | | Carlos, cuando amante yo | | en la prisión le lloraba? | | ¿En una cuadra escondido, | 885 | y a mí, pensando que hablaba | | con otra, decirme amores? | | Sin duda, que de esta dama | | es amante. Pero ¿cómo | | (¡si es ilusión lo que pasa | 890 | por mí!) si a él llevaron preso | | y quedé depositada? | | Yo toda soy un abismo | | de penas. |
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DON JUAN | ¡Fácil, liviana! | | ¿Estos eran los desdenes? | 895 | ¿Tener dentro de tu casa | | oculto un hombre? ¡Ay de mí! | | ¿Por esto me desdeñabas? | | ¡Pues, vive el Cielo, traidora, | | que pues no puede mi saña | 900 | vengar en ti mi desprecio, | | porque aquella ley tirana | | del respeto a las mujeres | | de mis rigores te salva, | | me he de vengar en tu amante! | 905 |
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DOÑA ANA | ¡Dentente, don Juan, aguarda! | |
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DON CARLOS | [Aparte.] | Son tantas las confusiones | | en que mi pecho batalla, | | que en su varia confusión | | el discurso se embaraza, | 910 | y por discurrirlo todo | | acierto a discurrir nada. | | ¿Aquí Leonor? ¡Cielos! ¿Cómo? | |
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DON JUAN | ¡Aparta, tirana, | | que a tu amante he de dar muerte! | 915 |
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DOÑA ANA | ¿Qué dices, Celia? ¡Ay de mí! | | -Caballeros, si mi fama | | os mueve, débaos [ahora] | | el ver que no soy culpada | 920 | aquí en la entrada de alguno. | | A esconderos, que palabra | | os doy de daros lugar | | de que averigüéis mañana | | la causa de vuestras dudas; | 925 | pues si aquí mi hermano os halla, | | mi vida y honor peligra. | |
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DON CARLOS | En mí bien asegurada | | está la obediencia, puesto | | que debo estar a tus plantas | 930 | como a amparo de mi vida. | |
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DON JUAN | Y en mí, que no quiero, ingrata, | | aunque ofendido me tienes, | | cuando eres tú quién lo manda, | | que a otro, porque te obedece, | 935 | le quedes más obligada. | |
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DOÑA ANA | Yo os estimo la atención. | | -Celia, tú en distintas cuadras | | oculta a los dos, supuesto | | que no es posible que salga, | 940 | hasta la mañana, alguno. | |
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CELIA | Ya poco término falta. | | -Don Juan, conmigo venid. | | -Tú, señora, a ese fantasma | | éntrala donde quisieres. | 945 |
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(Vanse CELIA y DON JUAN.)
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DOÑA ANA | Caballero, en esa cuadra | | os entrad. |
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DON CARLOS | Ya te obedezco. | | ¡Oh, quiera el cielo que salga | | de tan grande confusión! | |
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(Vase.)
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DOÑA ANA | Leonor, también retirada | 950 | puedes estar. |
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DOÑA LEONOR | Yo, señora, | | aunque no me lo mandaras | | me ocultara mi vergüenza. | |
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(Vase.)
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DOÑA ANA | ¿Quién vio confusiones tantas | | como en el breve discurso | 955 | de tan pocas horas pasan? | | ¡Apenas estoy en mí! | |
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(Sale CELIA.)
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CELIA | Señora, ya en mi posada | | está. ¿Qué quieres ahora? | |
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DOÑA ANA | A abrir a mi hermano baja, | 960 | que es lo que ahora importa, Celia. | |
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CELIA | [Aparte.] | Ella está tan asustada | | que se olvida de saber | | cómo entró don Juan en casa; | | mas ya pasado el aprieto, | 965 | no faltará una patraña | | que decir, y echar la culpa | | a alguna de las crïadas, | | que es cierto que donde hay muchas | | se peca de confianza, | 970 | pues unas a otras se culpan | | y unas por otras se salvan. | |
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(Vase.)
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DOÑA ANA | ¡Cielos, en qué empeño estoy! | | De Carlos enamorada, | | perseguida de don Juan, | 975 | con mi enemiga en mi casa, | | con crïadas, que me venden, | | y mi hermano, que me guarda. | | Pero él llega; disimulo. | |
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(Sale DON PEDRO.)
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DON PEDRO | Señora, querida hermana, | 980 | ¡qué bien tu amor se conoce, | | y qué bien mi afecto pagas, | | pues te halló despierta el sol, | | y te ve vestida el alba! | | ¿Dónde tienes a Leonor? | 985 |
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DOÑA ANA | En mi cuadra, retirada | | mandé que estuviese, en tanto, | | hermano, que tú llegabas. | | Mas ¿cómo tan tarde vienes? | |
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DON PEDRO | Porque al salir de su casa | 990 | la conoció un deudo suyo, | | a quien con una estocada | | dejó Carlos casi muerto; | | y yo, viendo alborotada | | la calle, aunque no sabían | 995 | quién era y quién la llevaba, | | para que aquel alboroto | | no declarara la causa, | | hice que, de los crïados, | | dos al herido cargaran, | 1000 | como de piedad movido, | | hasta llevarle a su casa, | | mientras otros a Leonor, | | y a Carlos preso, llevaban | | para entregártela a ti; | 1005 | y hasta dejar sosegada | | la calle, venir no quise. | |
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DOÑA ANA | Fue atención muy bien lograda, | | pues escusaste mil riesgos | | sólo con esa tardanza. | 1010 |
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DON PEDRO | Eres en todo discreta; | | y pues Leonor sosegada | | está, si a ti te parece, | | no será bien inquietarla, | | que para que oiga mis penas, | 1015 | teniéndola yo en mi casa, | | sobrado tiempo me queda; | | que no es amante el que trata | | primero de sus alivios | | que no del bien de su dama; | 1020 | y también para que tú | | te recojas, que ya basta | | por aliviar mis desvelos, | | la mala vida que pasas. | |
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DOÑA ANA | Hermano, yo por servirte | 1025 | muchos más riesgos pasara, | | pues somos los dos tan uno | | y tan como proprias trata | | tus penas el alma, que | | imagino al contemplarlas | 1030 | que tu desvelo y el mío | | nacen de una misma causa. | |
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DOÑA ANA | [Aparte.] | Si entendieras mis palabras... | |
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DON PEDRO | Vámonos a recoger, | 1035 | si es que quien ama descansa. | |
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DOÑA ANA | [Aparte.] | Voy a sosegarme un poco, | | si es que sosiega quien ama. | |
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DON PEDRO | [Aparte.] | Amor, si industrias alientas, | | anima mis esperanzas. | 1040 |
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DOÑA ANA | [Aparte.] | Amor, si tú eres cautelas, | | a mis cautelas ampara. | |
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(Vanse.)
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