Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

51

Debemos señalar que Thomas O'Connor conocía la suelta de la biblioteca de Pennsylvania que tiene la loa fechada en 1675 y la comedia en 1676; este dato pudo haber servido a Schmidhuber para sus pesquisas puesto que se trata de la misma suelta. También menciona O'Connor otra suelta de la BNM (Biblioteca Nacional de Madrid) fechadas, loa y comedia, en 1676 (O'Connor, «On Dating the comedias of Salazar y Torres: A Provisional Study», Hf, 1979, núm. 67, 73-81). De acuerdo con Moll, las sueltas son impresos para el gran público y, generalmente, no son muy cuidadosas; en ocasiones, se imprimían para entregarlas a los invitados a la representación. Es posible que esta suelta se imprimiera para los asistentes a palacio cuando se presentó la comedia en 1676, pero extraña que no sea más elaborada y que no tenga signaturas (cf. infra n. 52).

 

52

Por orden alfabético, doy las gracias a las siguientes personas que me enviaron información y fotocopias relacionadas con la polémica y asunto que nos ocupa: Antonio Alatorre, Emilie Bergmann, Elane Granger Carrasco, José Pascual Buxó y Guillermo Schmidhuber. Agradecimientos especiales debo a Sara Poot-Herrera, Eugenio Asensio, Don Cruickshank, Robert Flores, Meg Greer, Jaime Moll y John Varey, especialistas en el teatro del Siglo de Oro y en ediciones e impresos de la época, fueron de una grandísima ayuda en cuanto a la información enviada y en conversaciones particulares con ellos, como es el caso de Moll y Varey, con quienes me reuní en Madrid en el verano de 1991. Agradezco a Antonio Alatorre la lectura atenta de este artículo; he adoptado alguna de sus sugerencias. Naturalmente, las deficiencias que tenga este trabajo son sólo mías.

 

53

Agustín de Salazar y Torres (1642-1675) era autor conocido por Sor Juana; hay ecos de la poesía del español-novohispano en el romance decasílabo en esdrújulos dedicado a la Marquesa de la Laguna y en loas de la monja (véase mi Inundación castálida, Castalia, Madrid, 1982, pp. 51-52 y la nota 44; en la p. 286, la nota a la composición, núm. 70). También los hallamos en los sonetos de la rosa (no sólo en palabras sueltas sino en el tono del poema mismo), en algún romance y en otro de retrato con esdrújulos iniciales en ambos. Copiemos unos pocos versos en los siguientes ejemplos (damos por primero los de Salazar y luego los de Sor Juana). Los de la rosa: «Rosa del prado, estrella nacarada», «Miró Celia una rosa que en el prado»; «Mueres ahajada y vives presumida», «¡Cuán altiva en tu pompa, presumida». El romance: «Hermosa, divina Anarda», «Hermosa, divina Elvira». El romance de un retrato con esdrújulos iniciales: «Círculos de dos pomos de nieve... Cláusula que a dos puntos reduces», «Círculo dividido en dos arcos... cláusula de coral y de aljófar». El tour de force de Sor Juana en su romance fue, sin embargo, superior: su poema es más largo, así que tuvo que buscar mayor número de esdrújulos. ¿Conoció Juana a Salazar y Torres en México? Éste le llevaba sólo cinco u ocho años, dependiendo de la fecha de nacimiento que se acepte (1648 ó 1651); así que no parece posible, ya que sería para los once o doce que llegaría la niña a la capital y Salazar se marchaba a los dieciocho. Sería posiblemente en la biblioteca del palacio virreinal donde Juana encontraría, por primera vez, alguna obra del malogrado poeta. El tío de Salazar, Marcos de Torres, «colegial en el Mayor de Santa Cruz de Valladolid y obispo de Campeche, que murió virrey de México» (prólogo de Vera Tassis en Cythara de Apolo), llevó consigo al niño de cinco años, al parecer acompañando al Duque de Alburquerque al pasar éste a la Nueva España donde fue virrey, y bajo cuyo amparo volvió Salazar a la Península alrededor de 1660 (véanse el prólogo de Cythara y a O'Connor, art. cit., p. 74).

 

54

Véase a O'Connor, art. cit., pp. 79 y 80 para los comentarios de cómo ha llegado a determinar esa fecha para la representación de La segunda Celestina, aunque resulta confuso el hecho de que la llama El encanto es la hermosura, siendo así que las sueltas que tienen esas fechas de 1675 para la loa y 1676 para la comedia o esta última fecha para ambas, corresponden a las del final anónimo y con el primer título. O'Connor se refiere a Varey y Shergold así como a Cotarelo. En papeles manuscritos que obtuve de Varey se dice (llamándola también El encanto) que «Vera Tassis finished it and it was put on in 1676».

 

55

Maura, Vida y reinado de Carlos II, Madrid, España-Calpe, 1954, t. I, p. 249.

 

56

En mis investigaciones en la BNM encontré varias ediciones de la Cythara; la mayoría consisten en los dos tomos mencionados en las dos fechas señaladas y con las particularidades que señalaré a continuación: U-9229 (1 t., 1.ª parte, 1681); T-6896-7 (2 ts., 1.ª y 2.ª partes, 1681); U-10447 (1 t., 2.ª parte, 1681); R-17351 (2 ts., 1.ª y 2.ª partes, 1694); R-24565-6 (2 ts., 1.ª y 2.ª partes, 1694); T-6890-1 (2 ts., 1.ª y 2.ª partes, 1694); R-4424-5 (2 ts., 1.ª y 2.ª partes, 1694); R-23127-8 (2 ts., 1.ª y 2.ª partes, 1694); U-5572 (1 t., 1.ª parte, 1694). También había visto en la Universidad de California en Santa Barbara y en la Universidad de California en Los Ángeles, ejemplares pertenecientes a estas ediciones: los dos ts. de 1694 en la primera y el t. 2 en Los Ángeles. Ha habido cierta confusión con respecto a estas ediciones. Alberto de la Barrera en su Catálogo..., en la parte dedicada a Salazar y Torres (pp. 358-361), dice que no ha visto la segunda parte de Cythara de 1681 aunque advierte que, por lo que dicen otros autores, cree que la hubo (p. 360). De este modo, probablemente, se introdujo el error de que no existiera sino la edición de 1694, error que, al parecer, ha continuado hasta nuestros días. En la edición de BAE de Rivadeneyra (1859), Mesonero Romanos no la menciona, sólo la de 1694. En una edición de esa fecha (R-17351, véase supra en esta misma nota) que perteneció a Gayangos, en el volumen de la 2.ª parte, hay unas líneas del dueño anterior del libro (J. R. Chorley) donde dice que la «dio Vera Tassis a luz por primera vez año de 1694»; Gayangos añade que compró el libro a ese señor en su librería de Londres. Me parece que es importante llamar la atención sobre el hecho de que las portadas de los dos tomos de la ed. de Cythara de 1681 tienen dedicatoria a Mariana de Austria, «la augusta reina madre por mano del excelentísimo señor D. Antonio de Toledo, marqués de Mancera...» (las cursivas son mías). El nombre de Mancera sólo aparece en la edición de 1681, así como una dedicatoria llena de halagos al marqués a quien busca como «padre y amparo en la generosa protección de V. Excelencia desde cuya sombra, elevándose a la más soberana esfera, merezcan los benignos ojos de la reina madre, nuestra señora...». En la ed. de 1694 no aparece el nombre de Mancera en la portada, solamente el de Mariana de Austria y, a continuación, la dedicatoria a la augusta señora con la que le «consagra segunda vez» su rendimiento. Pero aquí no acaban las complicaciones de estas ediciones; existe, además, otra edición de 1694 con sus dos ts. de 1.ª y 2.ª partes, dedicada a don Isidoro de Burgos, de las cuales la del primer volumen difiere en tipos de otra impresión que contiene lo mismo. Todos estos ejemplares de las eds. de 1694 tienen el mismo impresor, Antonio González de Reyes, pero los «a costa» varían según la ed. esté dedicada a Mariana o a Isidoro.

 

57

Modernizo la acentuación de las citas que tomo de textos antiguos.

 

58

El Dicc. Aut. s. v. perficionar da: «Acabar enteramente alguna cosa, dándola toda su perfección, o puliéndola». También vale para «mejorar, pulir o habilitar alguna cosa». La interpretación de Méndez Plancarte y Salceda fue como «terminar, acabar»; Schmidhuber se ha basado en la segunda significación para creer que la labor de mejorar, pulir, se extiende a toda la obra. Sin embargo, en los preliminares de un ejemplar de la Fama (1714) que vi, en la «Advertencia» dice lo siguiente: «Terminado el preludio al entendido lector, se humanó a favorecer las primeras poesías de este perficionado cuaderno, uno de los muy peregrinos ingenios de nuestra España...», palabras que deben pertenecer al mismo Castorena y Ursúa, siendo su significado el de «terminar».

 

59

En el prólogo de Fama, Castorena habla de «haber discurrido reimprimir con éste sus primeros dos libros en tres clases: en la primera, las poesías de asuntos humanos; en la segunda, los divinos; en la tercera, sus escritos a sagrados asuntos en prosa, para que por los moldes brotase esta primavera en lo intelectual, según el orden vegetativo, hojas, flores y frutos». Esta reimpresión de las obras de Sor Juana nunca se hizo. Este orden no corresponde al que se había seguido cuando se publicaron los tomos antiguos de la obra de la monja; tengamos en cuenta este propuesto ordenamiento de Castorena para lo que se comente más adelante.

 

60

Véase a Alatorre, «Para leer la Fama y Obras Pósthumas de Sor Juana Inés de la Cruz», NRFH, 1980, XXIX, pp. 455-459 y pp. 466-467.

Indice