Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

Sin saber qué cosas trataban, ¿cómo se podrá apellidar delito sus juntas? Los apóstoles tenían sus juntas secretas, luego, según este principio, los apóstoles eran delincuentes.

 

12

Si se descubre, ¿cómo no se sabe?

 

13

«[...] se han hecho tan» (Bula del soberano pontífice, p. 2).

 

14

En el siglo pasado, los fanáticos pasaban por prudentes y católicos; si no, ¿cómo habían de afirmar que se incurría en la nota de malos por entrar en unas juntas cuyo designio ignoraban?

 

15

Esta causal no está sujeta a lógica. Era menester sacar herejías o blasfemias de semejante principio. Si los hermanos de una santa escuela no hicieran cosas malas, no se encerrarían y apagarían las velas a la hora de ciertos ejercicios. Si las monjas no fueran delincuentes no se taparían la cara; y si el mismo Jesucristo no; hubiera delinquido algunas veces, no se hubiera escondido otras de sus enemigos, como nos dice el Evangelio. Ergo, ¡qué cosas!

 

16

Bula del soberano pontífice, pp. 2-3.

 

17

Los orígenes de la masonería se remontan hacia la Edad Media y en Inglaterra y Escocia, en las hermandades y cofradías de artesanos, principalmente albañiles y constructores.

 

18

Son palabras de Benedicto XIV: «Muchas veces antes de ahora, y principalmente en el año del jubileo próximo pasado, hemos concedido benignamente la absolución de la excomunión incurrida, por haber violado las leyes de dicha constitución [la Bula de Clemente XII], a muchos fieles cristianos, verdaderamente arrepentidos, y que ofrecían de corazón apartarse en un todo de semejantes sociedades y conciliábulos condenados, y nunca volver a ellos en lo sucesivo» (Bula del soberano pontífice, p. 5).