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Unión de Intelectuales Españoles

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ArribaAbajoLa Unión de Intelectuales Españoles

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La labor de los intelectuales españoles residentes en provincias puede ser valiosísima. Ellos están excepcionalmente capacitados para ilustrar sobre la situación de España y sus problemas, a los medios intelectuales franceses en que se mueven, haciendo comprender a esos mismos medios el sentido y alcance de nuestras pasadas luchas y de las jornadas que se avecinan; extendiendo, en fin, por todas partes, infatigablemente, la comprensión y el amor a la España libre e independiente por que combatimos.

Al mismo tiempo, nuestros intelectuales deberán ocuparse de las cuestiones culturales que el porvenir inmediato nos suscita, hacernos llegar sus iniciativas y sus puntos de vista. Piénsese que debemos volver a España unidos para la reconstrucción de nuestro país, con plena conciencia y con la mejor capacidad posible para sumir la parte que como hombres de ciencia, técnicos, juristas, médicos, docentes, artistas o escritores nos corresponde en esa magna empresa reconstructiva.

Nuestra labor, pues, comprende dos partes: una, de acción, inmediata, ahora y aquí; otra de organización y preparación de cara al mañana. Entrambas han de ser llevadas a cabo simultáneamente, con los ojos, con el pensamiento y el corazón puestos en España. Entrambas constituyen el deber primordial e ineludible de los intelectuales españoles en estos momentos decisivos de nuestra historia.


(Texto extraído de «Editorial», Boletín de Intelectuales Españoles, número 1, año I, diciembre 1944)                





ArribaAbajoPropósito inicial de la Unión de Intelectuales Españoles

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Los escritores, artistas, científicos e intelectuales en general, que a raíz de la liberación del territorio francés a fines del último verano, se reunieron para constituir la Unión de Intelectuales Españoles, en París, estaban animados de un sentimiento unánime. El de reunir sus esfuerzos en un organismo que satisficiera su necesidad de expresión tras unos años de agobio espiritual, elevando su voz, como testimonio de fidelidad al solar y a la cultura patrios [...].

La Unión de Intelectuales Españoles, parte de una realidad nacional evidente: la de la pluralidad de idiomas, de culturas y de pueblos que constituyen -fundidos por las pruebas sufridas en común- la España nueva que va a ser definitivamente edificada ahora. En el terreno de la Cultura, que es el suyo propio, afirma la necesidad del respeto y de la convivencia de las diferentes espiritualidades peninsulares, tal y como ha de existir en el campo de la política: autonomía de cuerpo y de alma.

La Unión de Intelectuales Españoles, en fin, que reúne en su seno a españoles de todos los matices ideológicos, reafirma una vez más aún su absoluta independencia respecto a los diversos partidos y movimientos patrióticos españoles que se aprestan al rescate de España. Y ello no por desafección o indiferencia hacia ellos o hacia sus postulados -ya que la causa de todos ellos es también nuestra causa-, sino por una profunda convicción que nos hace creer que el ejemplo de convivencia que representamos en nuestro campo estricto será pronto seguido por los otros sectores- mucho más amplios de la emigración española. Entonces, todos a una, podremos rehacer la España limpia y feliz con la que todos soñamos, restableciendo una República por la que los mejores de nuestros compatriotas han dado su sangre, su vida o lo más alquitarado de su inteligencia.


(Texto extraído del Boletín de Intelectuales Españoles, nº 2-3, año II, enero-febrero 1945)                





ArribaAbajoEl Boletín de la Unión de Intelectuales Españoles

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El número 1 del Boletín sale en diciembre de 1944. Nace, como otras muchas revistas y periódicos del exilio [...] aprovechando la efervescencia de los últimos meses de guerra, la retirada alemana, la liberación de París en agosto, la victoria de los aliados ya perceptible, etc. Durará cuatro años y se interrumpirá brutalmente en el número 45-46-47 (agosto-septiembre-octubre de 1948) después de un pedido urgente de ayudas y suscripciones. Representa un total de 29 entregas, contando con los muchos números dobles y triples y con un número de páginas que pasó de 7 a 12 (excepcionalmente 16).

Visiblemente, la revista no dejó de pasar apuros financieros, aunque disfrutó de una subvención oficial francesa de 30 000 francos a partir de junio del 45 (acompañada de un local [...] y de una secretaría. La revista sale respaldada por una lista de miembros de la UIE de 99 nombres. El secretario general (luego presidente) es José María Quiroga Pla, el yerno de Unamuno, que ocupa el lugar más eminente en la revista hasta el final.

[...] Pese a la modestia de sus recursos y medios, el Boletín tiene unos objetivos ambiciosos [...], aspira a ser un órgano tanto de acción como de reflexión y hasta de divulgación científica. Mantener la continuidad de la cultura española, en su perspectiva más humanista, prolongar la imagen de la República, es un proyecto lógico y proclamado.


(Texto de Serge Salaün, «El exilio literario en Francia: el Boletín de la Unión de Intelectuales Españoles», en El exilio literario español de 1939: actas del Primer Congreso Internacional)                





ArribaPrimer editorial del Boletín

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A principios del mes pasado, hubo de hacer nuestro BOLETÍN su primera salida, un tanto apresurada. Las condiciones materiales de la edición -renotipada-, y las dificultades iniciales con que su difusión tropezó, nos mueven a sacar a luz impreso, en lo sucesivo, nuestro órgano de información, considerando el presente como su primer número refundido y completado.

A los intelectuales españoles residentes en Francia:

La UNIÓN DE INTELECTUALES ESPAÑOLES ha surgido al calor de ese fervor patriótico que es hoy la bandera que une a todos los españoles decentes. Idéntico espíritu nos anima a todos, por encima de cualquier ideario político y social, supeditándolo todo al derrocamiento de Franco y la Falange, a la reconquista de España y de su independencia y libertades. Dentro de este objetivo común la U. I. E. Tiene un cometido específico: agrupar, como su mismo título indica, eficazmente a todos los compañeros, compatriotas nuestros, que en el destierro o en España tengan conciencia de los deberes a que les obliga doblemente para con la patria esclavizada su condición de españoles libres y de intelectuales. La libertad y la cultura de España están en juego. Sin la primera, la segunda no puede lograrse ni dar fruto. A asegurar entrambas, pues, debe enderezarse el esfuerzo, la actividad toda de nuestros compañeros, sin distinción de ideologías, en cualquier parte de España que hayan nacido. Así, en la U. I. E. se encuentran hombres de todos los partidos y creencias, de todas las Españas también: al lado de los castellanos, asturianos, extremeños y andaluces, figura un representante de la intelectualidad catalana, y están en vías de formación las Secciones vasca y gallega.

Por otra parte, una presidencia y escritores, representación eminente de la fraterna cultura francesa en estas horas en que la comunidad de destino de nuestros pueblos se acusa con particular evidencia».


(Texto extraído del Boletín de Intelectuales Españoles, nº 1, año I, diciembre 1944)                






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