Jornada I
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En casa de DON
PEDRO.
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(Salen DOÑA
ANA y CELIA.)
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DOÑA ANA |
Hasta que venga mi hermano, |
|
Celia, le hemos de esperar. |
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CELIA |
Pues eso será velar, |
|
porque él juzga que es
temprano |
|
la una o las dos;
y a mi ver, |
5 |
aunque es grande ociosidad |
|
viene a decir la verdad, |
|
pues viene al amanecer. |
|
Mas, ¿por
qué ahora te dio |
|
esa gana de esperar, |
10 |
si te entras siempre a acostar |
|
tú, y le espero sola
yo? |
|
|
|
DOÑA ANA |
Has de saber, Celia
mía, |
|
que aquesta noche ha fiado |
|
de mí todo su cuidado: |
15 |
tanto de mi afecto fía. |
|
Bien sabes
tú que él salió |
|
de Madrid dos años ha, |
|
y a Toledo, donde está, |
|
a una cobranza llegó, |
20 |
pensando luego
volver, |
|
y así en Madrid me
dejó, |
|
donde estando sola yo, |
|
y poder ser vista y ver, |
|
me vio don Juan
y le vi, |
25 |
y me solicitó amante, |
|
a cuyo pecho constante |
|
atenta correspondí; |
|
cuando, o por no
ser tan llano |
|
como el pleito se
juzgó, |
30 |
o lo cierto, porque no |
|
quería irse mi hermano |
|
(porque vive
aquí una dama |
|
de perfecciones tan sumas |
|
que dicen que falta a plumas |
35 |
para alabarla a la Fama, |
|
de la cual
enamorado |
|
aunque no correspondido, |
|
por conseguirla perdido |
|
en Toledo se ha quedado, |
40 |
y porque yo no
estuviese |
|
sola en la corte sin
él, |
|
o porque a su amor crüel |
|
de algún alivio le
fuese), |
|
dispuso el que
venga aquí |
45 |
a vivir yo, que al instante |
|
di cuenta a don Juan, que
amante |
|
vino a Toledo tras mí: |
|
fineza a que
agradecida |
|
toda el alma estar debiera, |
50 |
si ya ¡ay de mí! no
estuviera |
|
del empeño arrepentida, |
|
porque el amor
que es villano |
|
en el trato y la bajeza, |
|
se ofende de la fineza. |
55 |
Pero, volviendo a mi hermano, |
|
sábete
que él ha inquirido |
|
con obstinada porfía |
|
qué motivo haber
podía |
|
para no ser admitido; |
60 |
y hallando que
es otro amor, |
|
aunque yo no sé de
quién, |
|
sintiendo más que el
desdén |
|
que otro gozase el favor |
|
(que como este
fiero engaño |
65 |
es envidioso veneno, |
|
se siente el provecho ajeno |
|
mucho más que el propio
daño); |
|
sobornando
(¡oh vil costumbre |
|
que así la razón
estraga, |
70 |
que es tan ciego Amor, que
paga |
|
porque le den pesadumbre!) |
|
una criada que
era |
|
de quien ella se fïaba, |
|
en el estado que estaba |
75 |
su amor, con el fin que espera |
|
y con lo
demás que pasa, |
|
supo de la infiel crïada, |
|
que estaba determinada |
|
a salirse de su casa |
80 |
esta noche con
su amante; |
|
de que mi hermano furioso, |
|
como a quien está
celoso |
|
no hay peligro que le espante, |
|
con unos hombres
trató |
85 |
que fingiéndose
Justicia |
|
(¡mira qué astuta
malicia!) |
|
prendan al que la robó, |
|
y que al pasar
por aquí |
|
al galán y dama bella, |
90 |
como en depósito, a
ella |
|
me la entregasen a mí, |
|
y que luego al
apartarse, |
|
como que acaso ellos van |
|
descuidados, al galán |
95 |
den lugar para escaparse, |
|
con lo cual
claro se arguye |
|
que él se valdrá de
los pies |
|
huyendo, pues piensa que es |
|
la Justicia de quien huye; |
100 |
y mi hermano, con la traza |
|
que su amor ha discurrido, |
|
sin riesgo habrá
conseguido |
|
traer su dama a su casa, |
|
y en ella es
bien fácil cosa |
105 |
galantearla abrasado |
|
sin que él parezca
culpado |
|
ni ella pueda estar quejosa, |
|
porque si tanto
despecho |
|
ella llegase a entender, |
110 |
visto es que ha de aborrecer |
|
a quien tal daño le ha
hecho. |
|
Aquesto que te
he contado, |
|
Celia, tengo que esperar; |
|
mira ¿cómo puedo
entrar |
115 |
a acostarme sin cuidado? |
|
|
|
CELIA |
Señora, nada me admira; |
|
que en amor no es novedad |
|
que se vista la verdad |
|
del color de la mentira, |
120 |
¿ni
quién habrá que se espante |
|
si lo que es, llega a
entender, |
|
temeridad de mujer |
|
ni resolución de
amante, |
|
ni de traidoras
crïadas, |
125 |
que eso en todo el mundo pasa, |
|
y quizá dentro de casa |
|
hay algunas calderadas? |
|
Sólo
admirado me han, |
|
por las acciones que has
hecho, |
130 |
los indicios que tu pecho |
|
da de olvidar a don Juan; |
|
y no sé
por qué el cuidado |
|
das en trocar en olvido, |
|
cuando ni causa has tenido |
135 |
tú, ni don Juan te la ha
dado. |
|
|
|
DOÑA ANA |
Que él no me la da, es
verdad; |
|
que no la tengo, es mentira. |
|
|
|
|
DOÑA ANA |
¿Qué te admira?
|
|
Es ciega la voluntad. |
140 |
Tras mí,
como sabes, vino |
|
amante y fino don Juan, |
|
quitándose de
galán |
|
lo que se añade de
fino, |
|
sin dejar a
qué aspirar |
145 |
a la ley del albedrío, |
|
porque si él es ya tan
mío |
|
¿qué tengo que
desear? |
|
Pero no es
aquesa sola |
|
la causa de mi despego, |
150 |
sino porque ya otro fuego |
|
en mi pecho se acrisola. |
|
Suelo en esta
calle ver |
|
pasar a un galán
mancebo, |
|
que si no es el mismo Febo, |
155 |
yo no sé quién pueda
ser. |
|
A éste,
¡ay de mí!, Celia mía, |
|
no sé si es gusto o
capricho, |
|
y... Pero ya te lo he dicho, |
|
sin saber que lo decía. |
160 |
|
|
|
DOÑA ANA |
¿Pues no he de llorar
|
|
¡ay infeliz de mí!,
cuando |
|
conozco que estoy errando |
|
y no me puedo enmendar? |
|
|
|
CELIA |
(Aparte.)
|
(Qué buenas nuevas me
dan |
165 |
con esto que ahora he
oído, |
|
para tener yo escondido |
|
en su cuarto al tal don Juan, |
|
que habiendo notado el modo |
con que le trata enfadada, |
170 |
quiere hacer la tarquinada |
|
y dar al traste con todo.) |
|
-¿Y quién,
señora, ha logrado |
|
tu amor? |
|
|
DOÑA ANA |
Sólo decir puedo
|
|
que es un don Carlos de Olmedo |
175 |
el galán. Mas han
llamado; |
|
mira
quién es, que después |
|
te hablaré, Celia. |
|
|
CELIA |
¿Quién llama?
|
|
(Dentro.)
|
¡La Justicia! |
|
|
DOÑA ANA |
Ésta es la dama;
|
|
abre, Celia. |
|
|
|
|
(Entran EMBOZADOS
y DOÑA
LEONOR.)
|
EMBOZADO |
Señora, aunque yo no
ignoro |
|
el decoro de esta casa, |
|
pienso que el entrar en ella |
|
ha sido más venerarla |
|
que ofenderla; y así, os
ruego |
185 |
que me tengáis esta
dama |
|
depositada, hasta tanto |
|
que se averigüe la causa |
|
por qué le dio muerte a un
hombre |
|
otro que la acompañaba. |
190 |
Y perdonad, que
a hacer vuelvo |
|
diligencias no escusadas |
|
en tal caso. |
|
|
|
|
(Vanse.)
|
DOÑA ANA |
¿Qué es
aquesto?
|
|
Celia, a aquestos hombres
llama |
|
que lleven esta mujer, |
195 |
que no estoy acostumbrada |
|
a oír estas
liviandades. |
|
|
|
CELIA |
(Aparte.)
|
Bien la deshecha mi ama |
|
hace de querer tenerla. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Señora (en la boca el
alma |
200 |
tengo ¡ay de mí!), si
piedad |
|
mis tiernas lágrimas
causan |
|
en tu pecho (hablar no
acierto), |
|
te suplico arrodillada |
|
que ya que no de mi vida, |
205 |
tengas piedad de mi fama, |
|
sin permitir, puesto que |
|
ya una vez entré en tu
casa, |
|
que a otra me lleven adonde |
|
corra mayores borrascas |
210 |
mi opinión; que a ser
mujer |
|
como imaginas, liviana, |
|
ni a ti te hiciera este ruego, |
|
ni yo tuviera estas ansias. |
|
|
|
DOÑA ANA |
A lástima me ha movido |
215 |
su belleza y su desgracia. |
|
Bien dice mi hermano, Celia. |
|
|
|
CELIA |
(Aparte a DOÑA ANA.)
|
Es belleza sobrehumana; |
|
y si está así en la
tormenta |
|
¿cómo estará
en la bonanza? |
220 |
|
|
DOÑA ANA |
Alzad del suelo,
señora, |
|
y perdonad si turbada |
|
del repentino suceso, |
|
poco atenta y cortesana |
|
me he mostrado, que ignorar |
225 |
quién sois, pudo dar la
causa |
|
a la extrañeza; mas ya |
|
vuestra persona gallarda |
|
informa en vuestro favor, |
|
de suerte que toda el alma |
230 |
ofrezco para serviros. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
¡Déjame besar tus
plantas, |
|
bella deidad, cuyo templo, |
|
cuyo culto, cuyas aras, |
|
de mi deshecha fortuna |
235 |
son el asilo! |
|
|
DOÑA ANA |
Levanta,
|
|
y cuéntame qué
sucesos |
|
a tal desdicha te arrastran; |
|
aunque, si eres tan hermosa, |
|
no es mucho ser desdichada. |
240 |
|
|
CELIA |
(Aparte.)
|
De la envidia que le tiene |
|
no le arriendo la ganancia. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Señora, aunque la
vergüenza |
|
me pudiera ser mordaza |
|
para callar mis sucesos, |
245 |
la que como yo se halla |
|
en tan infeliz estado, |
|
no tiene por qué
callarlas; |
|
antes pienso que me abono |
|
en hacer lo que me mandas, |
250 |
pues son tales los indicios |
|
que tengo de estar culpada, |
|
que por culpables que sean |
|
son más decentes sus
causas; |
|
y así,
escúchame. |
|
|
DOÑA ANA |
El silencio
|
255 |
te responda. |
|
|
CELIA |
¡Cosa brava!
|
|
¿Relación a media
noche |
|
y con vela? ¡Que no
valga! |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Si de mis sucesos quieres |
|
escuchar los tristes casos |
260 |
con que ostentan mis desdichas |
|
lo poderoso y lo vario, |
|
escucha, por si consigo |
|
que divirtiendo tu agrado, |
|
lo que fue trabajo propio |
265 |
sirva de ajeno descanso, |
|
o porque en el desahogo |
|
hallen mis tristes cuidados |
|
a la pena de sentirlos |
|
el alivio de contarlos. |
270 |
Yo nací
noble; éste fue |
|
de mi mal el primer paso, |
|
que no es pequeña
desdicha |
|
nacer noble un desdichado: |
|
que aunque la nobleza sea |
275 |
joya de precio tan alto, |
|
es alhaja que en un triste |
|
sólo sirve de embarazo; |
|
porque estando en un sujeto, |
|
repugnan como contrarios, |
280 |
entre plebeyas desdichas |
|
haber respetos honrados. |
|
Decirte que
nací hermosa |
|
presumo que es excusado, |
|
pues lo atestiguan tus ojos |
285 |
y lo prueban mis trabajos. |
|
Sólo diré...
Aquí quisiera |
|
no ser yo quien lo relato, |
|
pues en callarlo o decirlo |
|
dos inconvenientes hallo: |
290 |
porque si digo que fui |
|
celebrada por milagro |
|
de discreción, me
desmiente |
|
la necedad del contarlo; |
|
y si lo callo, no informo |
295 |
de mí, y en un mismo
caso |
|
me desmiento si lo afirmo, |
|
y lo ignoras si lo callo. |
|
Pero es preciso al informe |
|
que de mis sucesos hago |
300 |
(aunque pase la modestia |
|
la vergüenza de
contarlo), |
|
para que entiendas la
historia, |
|
presuponer asentado |
|
que mi discreción la
causa |
305 |
fue principal de mi
daño. |
|
Inclineme a los
estudios |
|
desde mis primeros años |
|
con tan ardientes desvelos, |
|
con tan ansiosos cuidados, |
310 |
que reduje a tiempo breve |
|
fatigas de mucho espacio. |
|
Conmuté el tiempo,
industriosa, |
|
a lo intenso del trabajo, |
|
de modo que en breve tiempo |
315 |
era el admirable blanco |
|
de todas las atenciones, |
|
de tal modo, que llegaron |
|
a venerar como infuso |
|
lo que fue adquirido lauro. |
320 |
Era de mi patria toda |
|
el objeto venerado |
|
de aquellas adoraciones |
|
que forma el común
aplauso; |
|
y como lo que decía, |
325 |
fuese bueno o fuese malo, |
|
ni el rostro lo
deslucía |
|
ni lo desairaba el garbo, |
|
llegó la
superstición |
|
popular a empeño tanto, |
330 |
que ya adoraban deidad |
|
el ídolo que formaron. |
|
Voló la
Fama parlera, |
|
discurrió reinos
extraños, |
|
y en la distancia segura |
335 |
acreditó informes
falsos. |
|
La pasión se puso
anteojos |
|
de tan engañosos
grados, |
|
que a mis moderadas prendas |
|
agrandaban los tamaños. |
340 |
Víctima en mis aras
eran, |
|
devotamente postrados, |
|
los corazones de todos |
|
con tan comprensivo lazo, |
|
que habiendo sido al principio |
345 |
aquel culto voluntario, |
|
llegó después la
costumbre, |
|
favorecida de tantos, |
|
a hacer como obligatorio |
|
el festejo cortesano; |
350 |
y si alguno disentía, |
|
paradojo o avisado, |
|
no se atrevía a
proferirlo, |
|
temiendo que, por
extraño, |
|
su dictamen no incurriese, |
355 |
siendo de todos contrario, |
|
en la nota de grosero |
|
o en la censura de vano. |
|
Entre estos
aplausos yo, |
|
con la atención
zozobrando |
360 |
entre tanta muchedumbre, |
|
sin hallar seguro blanco, |
|
no acertaba a amar a alguno, |
|
viéndome amada de
tantos. |
|
Sin temor en los concursos |
365 |
defendía mi recato |
|
con peligros del peligro |
|
y con el daño del
daño. |
|
Con una afable modestia |
|
igualando el agasajo, |
370 |
quitaba lo general |
|
lo sospechoso al agrado. |
|
Mis padres, en mi mesura |
|
vanamente asegurados, |
|
se descuidaron conmigo: |
375 |
¡qué dictamen tan
errado, |
|
pues fue quitar por de fuera |
|
las guardas y los candados |
|
a una fuerza que en sí
propia |
|
encierra tantos contrarios! |
380 |
Y como tan neciamente |
|
conmigo se descuidaron, |
|
fue preciso hallarme el riesgo |
|
donde me perdió el
cuidado. |
|
Sucedió,
pues, que entre muchos |
385 |
que de mi fama incitados |
|
contestar con mi persona |
|
intentaban mis aplausos, |
|
llegó acaso a verme
(¡Ay cielos!, |
|
¿cómo permitís
tiranos |
390 |
que un afecto tan preciso |
|
se forjase de un acaso?) |
|
don Carlos de Olmedo, un joven |
|
forastero, mas tan claro |
|
por su origen, que en
cualquiera |
395 |
lugar que llegue a hospedarlo, |
|
podrá no ser conocido, |
|
pero no ser ignorado. |
|
Aquí, que
me des te pido |
|
licencia para pintarlo, |
400 |
por disculpar mis errores, |
|
o divertir mis cuidados; |
|
o porque al ver de mi amor |
|
los extremos temerarios, |
|
no te admire que el que fue |
405 |
tanto, mereciera tanto. |
|
Era su rostro un enigma |
|
compuesto de dos contrarios |
|
que eran valor y hermosura, |
|
tan felizmente hermanados, |
410 |
que faltándole a lo
hermoso |
|
la parte de afeminado, |
|
hallaba lo más perfecto |
|
en lo que estaba más
falto; |
|
porque ajando las facciones |
415 |
con un varonil desgarro, |
|
no consintió a la
hermosura |
|
tener imperio asentado: |
|
tan remoto a la noticia, |
|
tan ajeno del reparo, |
420 |
que aun no le debió lo
bello |
|
la atención de
despreciarlo; |
|
que como en un hombre
está |
|
lo hermoso como sobrado, |
|
es bueno para tenerlo |
425 |
y malo para ostentarlo. |
|
Era el talle como suyo, |
|
que aquel talle y aquel garbo, |
|
aunque la Naturaleza |
|
a otro dispusiera darlo, |
430 |
sólo le asentara bien |
|
al espíritu de Carlos: |
|
que fue de su providencia |
|
esmero bien acertado, |
|
dar un cuerpo tan gentil |
435 |
a espíritu tan
gallardo. |
|
Gozaba un entendimiento |
|
tan sutil, tan elevado, |
|
que la edad de lo entendido |
|
era un mentís de sus
años. |
440 |
Alma de estas perfecciones |
|
era el gentil desenfado |
|
de un despejo tan airoso, |
|
un gusto tan cortesano, |
|
un recato tan amable, |
445 |
un tan atractivo agrado, |
|
que en el más bajo
descuido |
|
se hallaba el primor más
alto; |
|
tan humilde en los afectos, |
|
tan tierno en los agasajos, |
450 |
tan fino en las persuasiones, |
|
tan apacible en el trato |
|
y en todo, en fin, tan
perfecto, |
|
que ostentaba cortesano |
|
despojos de lo rendido, |
455 |
por galas de lo alentado. |
|
En los desdenes sufrido, |
|
en los favores callado, |
|
en los peligros resuelto, |
|
y prudente en los acasos. |
460 |
Mira si con estas prendas, |
|
con otras más que te
callo, |
|
quedaría, en la más
cuerda, |
|
defensa para el recato. |
|
En fin, yo le
amé; no quiero |
465 |
cansar tu atención
contando |
|
de mi temerario empeño |
|
la historia caso por caso; |
|
pues tu discreción no
ignora |
|
de empeños enamorados, |
470 |
que es su ordinario principio |
|
desasosiego y cuidado, |
|
su medio, lances y riesgos, |
|
su fin, tragedias o agravios. |
|
Creció el amor en los
dos |
475 |
recíproco y deseando |
|
que nuestra feliz unión |
|
lograda en tálamo casto |
|
confirmase de Himeneo |
|
el indisoluble lazo, |
480 |
y porque acaso mi padre, |
|
que ya para darme estado |
|
andaba entre mis amantes |
|
los méritos regulando, |
|
atento a otras conveniencias |
485 |
no nos fuese de embarazo, |
|
dispusimos esta noche |
|
la fuga, y atropellando |
|
el cariño de mi padre, |
|
y de mi honor el recato, |
490 |
salí a la calle, y
apenas |
|
daba los primeros pasos |
|
entre cobardes recelos |
|
de mi desdicha, fïando |
|
la una mano a las
basquiñas |
495 |
y a mi manto la otra mano, |
|
cuando a nosotros resueltos |
|
llegaron dos embozados. |
|
«¿Qué
gente?» dicen, y yo |
|
con el aliento turbado, |
500 |
sin reparar lo que
hacía |
|
(porque suele en tales casos |
|
hacer publicar secretos |
|
el cuidado de guardarlos), |
|
«¡Ay, Carlos, perdidos
somos!» |
505 |
dije, y apenas tocaron |
|
mis voces a sus oídos |
|
cuando los dos arrancando |
|
los aceros, dijo el uno: |
|
«Matadlo, don Juan,
matadlo; |
510 |
que esa tirana que lleva, |
|
es doña Leonor de
Castro, |
|
mi prima». Sacó mi
amante |
|
el acero, y alentado, |
|
apenas con una punta |
515 |
llegó al pecho del
contrario, |
|
cuando diciendo: «¡Ay
de mí!» |
|
dio en tierra, y viendo el
fracaso |
|
dio voces el compañero, |
|
a cuyo estruendo llegaron |
520 |
algunos; y aunque pudiera |
|
la fuga salvar a Carlos, |
|
por no dejarme en el riesgo |
|
se detuvo temerario, |
|
de modo que la Justicia, |
525 |
que acaso andaba rondando, |
|
llegó a nosotros, y
aunque |
|
segunda vez obstinado |
|
intentaba defenderse, |
|
persuadido de mi llanto |
530 |
rindió la espada a mi
ruego, |
|
mucho más que a sus
contrarios. |
|
Prendiéronle, en fin; y a
mí, |
|
como a ocasión del
estrago, |
|
viendo que el que queda muerto |
535 |
era don Diego de Castro, |
|
mi primo, en tu noble casa, |
|
señora, depositaron |
|
mi persona y mis desdichas, |
|
donde en un punto me hallo |
540 |
sin crédito, sin honor, |
|
sin consuelo, sin descanso, |
|
sin aliento, sin alivio, |
|
y finalmente esperando |
|
la ejecución de mi
muerte |
545 |
en la sentencia de Carlos. |
|
|
|
DOÑA ANA |
(Aparte.)
|
(¡Cielos! ¿qué
es esto que escucho? |
|
Al mismo que yo idolatro |
|
es el que quiere Leonor... |
|
¡Oh qué presto que ha
vengado |
550 |
Amor a don Juan! ¡Ay
triste!) |
|
-Señora, vuestros
cuidados |
|
siento como es justo. -Celia, |
|
lleva esta dama a mi cuarto |
|
mientras yo a mi hermano
espero. |
555 |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Tus pasos
|
|
sigo, ¡ay de mí!, pues
es fuerza |
|
obedecer a los hados. |
|
|
|
|
(Vanse CELIA y
DOÑA
LEONOR.)
|
DOÑA ANA |
Si de Carlos la gala y
bizarría |
|
pudo por sí mover a mi
cuidado, |
560 |
¿cómo
parecerá, siendo enviado, |
|
lo que sólo por sí
bien parecía? |
|
Si sin triunfo
rendirle pretendía, |
|
sabiendo ya que vive enamorado |
|
¿qué victoria
será verle apartado |
565 |
de quien antes por suyo le
tenía? |
|
Pues perdone don
Juan, que aunque yo quiera |
|
pagar su amor, que a olvido ya
condeno, |
|
¿cómo podré si
ya en mi pena fiera |
|
introducen los
celos su veneno? |
570 |
Que es Carlos más
galán; y aunque no fuera, |
|
tiene de más galán el
ser ajeno. |
|
|
|
|
(Sale DON CARLOS
con la espada desnuda, y CASTAÑO.)
|
DON CARLOS |
Señora, si en vuestro
amparo |
|
hallan piedad las desdichas, |
|
lograd el triunfo mayor |
575 |
siendo amparo de las
mías. |
|
Siguiendo viene mis pasos |
|
no menos que la Justicia, |
|
y como huir de ella es |
|
generosa cobardía, |
580 |
al asilo de esos pies |
|
mi acosado aliento aspira, |
|
aunque si ya perdí el
alma, |
|
poco me importa la vida. |
|
|
|
CASTAÑO |
A mí sí me importa
mucho; |
585 |
y así, señora, os
suplica |
|
mi miedo, que me
escondáis |
|
debajo de las
basquiñas. |
|
|
|
|
CASTAÑO |
¿Pues será
|
|
la primer vez, si lo miras, |
590 |
ésta, que los
sacristanes |
|
a los delincuentes libran? |
|
|
|
DOÑA ANA |
(Aparte.)
|
(Carlos es, ¡válgame
el cielo! |
|
La ocasión a la medida |
|
del deseo se me viene |
595 |
de obligar con
bizarrías |
|
su amor, sin hacer ultraje |
|
a mi presunción altiva; |
|
pues amparándole
aquí |
|
con generosas caricias, |
600 |
cubriré lo enamorada |
|
con visos de compasiva; |
|
y sin ajar la altivez |
|
que en mi decoro es precisa, |
|
podré, sin rendirme yo, |
605 |
obligarle a que se rinda; |
|
que aunque sé que ama a
Leonor, |
|
¿qué voluntad hay tan
fina |
|
en los hombres, que si ven |
|
que otra ocasión los
convida |
610 |
la dejen por la que quieren? |
|
Pues alto, Amor, ¿qué
vacilas, |
|
si de que puede mudarse |
|
tengo el ejemplo en mí
misma?) |
|
-Caballero, las
desgracias |
615 |
suelen del valor ser hijas |
|
y cebo de las piedades; |
|
y así, si las vuestras
libran |
|
en mí su alivio, cobrad |
|
la respiración perdida, |
620 |
y en esta cuadra, que cae |
|
a un jardín, entrad
aprisa, |
|
antes que venga un hermano |
|
que tengo, y con la malicia |
|
de veros conmigo solo |
625 |
otro riesgo os aperciba. |
|
|
|
DON CARLOS |
No quisiera yo, señora, |
|
que el amparo de mi vida |
|
a vos os costara un susto. |
|
|
|
CASTAÑO |
¿Ahora en aqueso miras? |
630 |
¡Cuerpo de quien me
parió! |
|
|
|
DOÑA ANA |
Nada a mí me desanima. |
|
Venid, que aquí hay una
pieza |
|
que nunca mi hermano pisa, |
|
por ser en la que se guardan |
635 |
alhajas que en las visitas |
|
de cumplimiento me sirven, |
|
como son alfombras, sillas |
|
y otras cosas; y además |
|
de aqueso, tiene salida |
640 |
a un jardín, por si algo
hubiere |
|
y porque nada os aflija, |
|
venid y os la mostraré; |
|
pero antes será precisa |
|
diligencia el que yo cierre |
645 |
la puerta, porque advertida |
|
salga en llamando mi hermano. |
|
|
|
CASTAÑO |
(Aparte a DON CARLOS.)
|
Señor, ¡qué
casa tan rica |
|
y qué dama tan bizarra! |
|
¿No hubieras (¡pese a
mis tripas, |
650 |
que claro es que ha de
pesarles, |
|
pues se han de quedar
vacías!) |
|
enamorado tú a
aquésta |
|
y no a aquella pobrecita |
|
de Leonor, cuyo caudal |
655 |
son cuatro
bachillerías? |
|
|
|
|
DOÑA ANA |
Vamos.
|
|
(Aparte.)
|
Amor, pues que tú me
brindas |
|
con la dicha, no le niegues |
|
después el logro a la
dicha. |
660 |
|
|
|
(Vanse.)
|
|
(En casa de LEONOR.)
|
|
(Salen DON RODRIGO
y HERNANDO.)
|
|
HERNANDO |
Lo que pasa:
|
|
que mi señora se
salió de casa. |
|
|
|
DON RODRIGO |
¿Y con quién, no has
sabido? |
|
|
HERNANDO |
¿Cómo puedo,
|
|
si, como sabes tú, todo
Toledo |
|
y cuantos a él
llegaban, |
665 |
su belleza e ingenio
celebraban? |
|
Con lo cual, conocerse no
podía |
|
cuál festejo era amor,
cuál cortesía; |
|
en que no sé si tú
culpado has sido, |
|
pues festejarla tanto has
permitido, |
670 |
sin advertir que, aunque era
recatada, |
|
es fuerte la ocasión y el
verse amada, |
|
y que es fácil que, amante e
importuno, |
|
entre los otros le agradase
alguno. |
|
|
|
DON RODRIGO |
Hernando, no me apures la
paciencia |
675 |
que aquéste ya no es tiempo
de advertencia. |
|
¡Oh fiera!
¿Quién diría |
|
de aquella mesurada
hipocresía, |
|
de aquel punto y recato que
mostraba, |
|
que liviandad tan grande se
encerraba |
680 |
en su pecho alevoso? |
|
¡Oh mujeres! ¡Oh
monstruo venenoso! |
|
¿Quién en vosotras
fía, |
|
si con igual locura y
osadía, |
|
con la misma medida |
685 |
se pierde la ignorante y la
entendida? |
|
Pensaba yo, hija vil, que tu
belleza, |
|
por la incomodidad de mi
pobreza, |
|
con tu ingenio sería |
|
lo que más alto dote te
daría; |
690 |
y ahora, en lo que has hecho, |
|
conozco que es más
daño que provecho; |
|
pues el ser conocida y
celebrada |
|
y por nuevo milagro festejada, |
|
me sirve, hecha la cuenta, |
695 |
sólo de que se sepa
más tu afrenta. |
|
¿Pero
cómo a la queja se abalanza |
|
primero mi valor, que a la
venganza? |
|
¿Pero cómo, ¡ay
de mí!, si en lo que lloro |
|
la afrenta sé y el agresor
ignoro? |
700 |
Y así ofendido, sin saber me
quedo |
|
ni cómo, ni de quién
vengarme puedo. |
|
|
|
HERNANDO |
Señor, aunque no sé
con evidencia |
|
quién pudo de Leonor causar
la ausencia, |
|
por el rumor que había |
705 |
de los muchos festejos que le
hacía, |
|
tengo por caso llano |
|
que la llevó don Pedro de
Arellano. |
|
|
|
DON RODRIGO |
Pues si don Pedro fuera, |
|
di ¿qué dificultad
hallar pudiera |
710 |
en que yo por mujer se la
entregara |
|
sin que tan grande afrenta me
causara? |
|
|
|
HERNANDO |
Señor, como eran tantos los
que amaban |
|
a Leonor, y su mano deseaban, |
|
y a ti te la han pedido, |
715 |
temería no ser el
elegido: |
|
que todo enamorado es
temeroso, |
|
y nunca juzga que será el
dichoso; |
|
y aunque usando tal medio |
|
le alabo yo el temor y no el
remedio, |
720 |
sin duda por quitar la
contingencia |
|
se quiso asegurar con él
ausencia. |
|
Y así, señor, si
tomas mi consejo |
|
-tú estás cansado y
viejo, |
|
don Pedro es mozo, rico y
alentado, |
725 |
y sobre todo, el mal ya está
causado-, |
|
pórtate con él
cuerdo, cual conviene, |
|
y ofrécele lo mismo que
él se tiene: |
|
dile que vuelva a casa a Leonor
bella |
|
y luego al punto cásale con
ella, |
730 |
y él vendrá en ello,
pues no habrá quien huya |
|
lo que ha de resultar en honra
suya; |
|
y con lo que te ordeno, |
|
vendrás a hacer
antídoto el veneno. |
|
|
|
DON RODRIGO |
¡Oh Hernando!
¡Qué tesoro es tan preciado |
735 |
un fiel amigo, o un leal
criado! |
|
Buscar a mi ofensor aprisa
elijo |
|
por convertirle de enemigo en
hijo. |
|
|
|
HERNANDO |
Sí, señor, que el
remedio es bien se aplique |
|
antes que el mal que pasa se
publique. |
740 |
|
|
|
(Vanse.)
|
|
(En casa de DON
PEDRO.)
|
|
(Sale DOÑA
LEONOR retirándose de DON JUAN.)
|
DON JUAN |
Espera, hermosa homicida. |
|
¿De quién huyes?
¿Quién te agravia? |
|
¿Qué harás de
quien te aborrece |
|
si así a quien te adora
tratas? |
|
Mira que ultrajas huyendo |
745 |
los mismos triunfos que
alcanzas, |
|
pues siendo el vencido yo |
|
tú me vuelves las
espaldas, |
|
y que haces que se ejerciten |
|
dos acciones encontradas: |
750 |
tú, huyendo de quien te
quiere; |
|
yo, siguiendo a quien me mata. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Caballero, o lo que sois: |
|
si apenas en esta casa, |
|
que aun su dueño ignoro,
acabo |
755 |
de poner la infeliz planta, |
|
¿cómo queréis
que yo pueda |
|
escuchar vuestras palabras, |
|
si de ellas entiendo
sólo |
|
el asombro que me causan? |
760 |
Y así, si como sospecho |
|
me juzgáis otra, os
engaña |
|
vuestra pasión.
Deteneos |
|
y conoced, más cobrada |
|
la atención, que no soy
yo |
765 |
la que vos buscáis. |
|
|
DON JUAN |
¡Ah ingrata!
|
|
Sólo eso falta, que
finjas, |
|
para no escuchar mis ansias, |
|
como que mi amor tuviera |
|
condición tan poco
hidalga |
770 |
que en escuchar mis lamentos |
|
tu decoro peligrara. |
|
Pues bien para asegurarte, |
|
las experiencias pasadas |
|
bastaban, de nuestro amor, |
775 |
en que viste veces tantas |
|
que las olas de mi amor |
|
cuando más crespas
llegaban |
|
a querer con los deseos |
|
de amor anegar la playa, |
780 |
era margen tu respeto |
|
al mar de mis esperanzas. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Ya he dicho que no soy yo, |
|
caballero, y esto basta; |
|
idos, o yo llamaré |
785 |
a quien oyendo esas ansias |
|
las premie por verdaderas |
|
o las castigue por falsas. |
|
|
|
|
|
DON JUAN |
¡Pues vive el cielo,
tirana, |
790 |
que forzada me has de
oír |
|
si no quieres voluntaria, |
|
y ha de escucharme grosero |
|
quien de lo atento se cansa! |
|
|
|
|
(Cógela de un brazo.)
|
DOÑA LEONOR |
¿Qué es esto?
¡Cielos, valedme! |
795 |
|
|
DON JUAN |
En vano a los cielos llamas, |
|
que mal puede hallar piedad |
|
quien siempre piedad le falta. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
¡Ay de mí! ¿No
hay quién socorra |
|
mi inocencia? |
|
|
|
(Salen DON CARLOS
y DOÑA ANA
deteniéndolo.)
|
DOÑA ANA |
Tente, aguarda,
|
800 |
que yo veré lo que ha
sido, |
|
sin que tú al peligro
salgas |
|
si es que mi hermano ha
venido. |
|
|
|
DON CARLOS |
Señora, esta voz el
alma |
|
me ha atravesado; perdona. |
805 |
|
|
DOÑA ANA |
(Aparte.)
|
(La puerta tengo cerrada; |
|
y así, de no ser mi
hermano |
|
segura estoy; mas me causa |
|
inquietud el que no sea |
|
que Carlos halle a su dama; |
810 |
pero si ella está en mi
cuarto |
|
y Celia fue a
acompañarla, |
|
¿qué ruido puede ser
éste? |
|
Y a escuras toda la cuadra |
|
está.) |
-¿Quién va?
|
|
|
DON CARLOS |
Yo, señora:
|
815 |
¿qué me
preguntas? |
|
|
DON JUAN |
Doña Ana,
|
|
mi bien, señora, ¿por
qué |
|
con tanto rigor me tratas? |
|
¿Éstas eran las
promesas, |
|
éstas eran las palabras |
820 |
que me distes en Madrid |
|
para alentar mi esperanza? |
|
Si obediente a tus preceptos, |
|
de tus rayos salamandra, |
|
girasol de tu semblante, |
825 |
Clicie de tus luces claras, |
|
dejé, sólo por
servirte, |
|
el regalo de mi casa, |
|
el respeto de mi padre |
|
y el cariño de mi
patria; |
830 |
si tú, si no de
amorosa, |
|
de atenta y de cortesana, |
|
diste con tácito agrado |
|
a entender lo que bastaba |
|
para que supiese yo |
835 |
que era ofrenda mi esperanza |
|
admitida en el sagrado |
|
sacrificio de tus aras, |
|
¿cómo ahora tan
esquiva |
|
con tanto rigor me tratas? |
840 |
|
|
DOÑA ANA |
(Aparte.)
|
¿Qué es esto que
escucho, cielos? |
|
¿No es éste don Juan
de Vargas, |
|
que mi ingratitud condena |
|
y sus finezas ensalza? |
|
¿Pues quién
aquí le ha traído? |
845 |
|
|
|
|
(Llega DON CARLOS
a DOÑA
LEONOR.)
|
DOÑA LEONOR |
Hombre, aparta;
|
|
ya te he dicho que me dejes. |
|
|
|
DON CARLOS |
Escucha, hermosa doña
Ana, |
|
mira que don Carlos soy, |
|
a quien tu piedad ampara. |
850 |
|
|
DOÑA LEONOR |
(Aparte.)
|
Don Carlos ha dicho
¡cielos!, |
|
y hasta en el habla jurara |
|
que es don Carlos; y es que
como |
|
tengo a Carlos en el alma, |
|
todos Carlos me parecen, |
855 |
cuando él ¡ay, prenda
adorada! |
|
en la prisión
estará. |
|
|
|
|
DOÑA LEONOR |
Apartad, que basta
|
|
deciros que me dejéis. |
|
|
|
DON CARLOS |
Si acaso estáis enojada |
860 |
porque hasta aquí os he
seguido, |
|
perdonad, pues fue la causa |
|
solamente el evitar |
|
si algún daño os
amenaza. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
(Aparte.)
|
¡Válgame Dios, lo que
a Carlos |
865 |
parece! |
|
|
DON JUAN |
¿Qué, en fin,
ingrata,
|
|
con tal rigor me desprecias? |
|
|
|
|
(Sale CELIA con
luz.)
|
CELIA |
(Aparte.)
|
A ver si está aquí mi
ama, |
|
para sacar a don Juan |
|
que oculto dejé en su
cuadra, |
870 |
vengo; mas ¿qué es lo
que veo? |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
(Aparte.)
|
¿Qué es esto?
¡El cielo me valga! |
|
¿Carlos no es éste
que miro? |
|
|
|
DON CARLOS |
(Aparte.)
|
¡Ésta es Leonor, o me
engaña |
|
la aprensión! |
|
|
DOÑA ANA |
(Aparte.)
|
¿Don Juan aquí?
|
875 |
Aliento y vida me faltan. |
|
|
|
DON JUAN |
(Aparte.)
|
¿Aquí don Carlos de
Olmedo? |
|
Sin duda que de doña
Ana |
|
es amante, y que por él |
|
aleve, inconstante y falsa |
880 |
me trata a mí con
desdén. |
|
|
|
DOÑA LEONOR |
(Aparte.)
|
¡Cielos! ¿En aquesta
casa |
|
Carlos, cuando amante yo |
|
en la prisión le
lloraba? |
|
¿En una cuadra
escondido, |
885 |
y a mí, pensando que
hablaba |
|
con otra, decirme amores? |
|
Sin duda que de esta dama |
|
es amante. Pero
¿cómo? |
|
¿Si es ilusión lo que
pasa |
890 |
por mí? ¡Si a
él llevaron preso |
|
y quedé depositada |
|
yo! Toda soy un abismo |
|
de penas. |
|
|
DON JUAN |
¡Fácil, liviana!
|
|
¿Éstos eran los
desdenes: |
895 |
tener dentro de tu casa |
|
oculto un hombre? ¡Ay de
mí! |
|
¿Por esto me
desdeñabas? |
|
¡Pues, vive el cielo,
traidora, |
|
que pues no puede mi
saña |
900 |
vengar en ti mi desprecio, |
|
porque aquella ley tirana |
|
del respeto a las mujeres |
|
de mis rigores te salva, |
|
me he de vengar en tu amante! |
905 |
|
|
DOÑA ANA |
¡Detente, don Juan,
aguarda! |
|
|
|
DON CARLOS |
(Aparte.)
|
Son tantas las confusiones |
|
en que mi pecho batalla, |
|
que en su varia
confusión |
|
el discurso se embaraza, |
910 |
y por discurrirlo todo |
|
acierto a discurrir nada. |
|
¡Aquí Leonor, cielos!
¿Cómo? |
|
|
|
|
DON JUAN |
¡Aparta, tirana,
|
|
que a tu amante he de dar
muerte! |
915 |
|
|
|
DOÑA ANA |
¿Qué dices, Celia?
¡Ay de mí! |
|
-Caballeros, si mi fama |
|
os mueve, débaos ahora |
|
el ver que no soy culpada |
920 |
aquí en la entrada de
alguno, |
|
a esconderos, que palabra |
|
os doy de daros lugar |
|
de que averigüéis
mañana |
|
la causa de vuestras dudas; |
925 |
pues si aquí mi hermano os
halla, |
|
mi vida y mi honor peligran. |
|
|
|
DON CARLOS |
En mí bien asegurada |
|
está la obediencia,
puesto |
|
que debo estar a tus plantas |
930 |
como a amparo de mi vida. |
|
|
|
DON JUAN |
Y en mí, que no quiero,
ingrata, |
|
aunque ofendido me tienes, |
|
cuando eres tú quien lo
manda, |
|
que a otro, porque te obedece, |
935 |
le quedes más obligada. |
|
|
|
DOÑA ANA |
Yo os estimo la
atención. |
|
Celia, tú en distintas
cuadras |
|
oculta a los dos, supuesto |
|
que no es posible que salga, |
940 |
hasta la mañana,
alguno. |
|
|
|
CELIA |
Ya poco término falta. |
|
-Don Juan, conmigo venid. |
|
-Tú, señora, a esa
fantasma |
|
éntrala donde
quisieres. |
945 |
|
|
|
(Vanse CELIA y
DON JUAN.)
|
DOÑA ANA |
Caballero, en esa cuadra |
|
os entrad. |
|
|
DON CARLOS |
Ya te obedezco.
|
|
¡Oh, quiera el cielo que
salga |
|
de tan grande
confusión! |
|
(Vase.)
|
|
|
DOÑA ANA |
Leonor, también
retirada |
950 |
puedes estar. |
|
|
DOÑA LEONOR |
Yo señora,
|
|
aunque no me lo mandaras |
|
me ocultara mi vergüenza. |
|
(Vase.)
|
|
|
DOÑA ANA |
¿Quién vio
confusiones tantas |
|
como en el breve discurso |
955 |
de tan pocas horas pasan? |
|
¡Apenas estoy en
mí! |
|
|
|
|
(Sale CELIA.)
|
CELIA |
Señora, ya en mi posada |
|
está. ¿Qué
quieres ahora? |
|
|
|
DOÑA ANA |
A abrir a mi hermano baja, |
960 |
que es lo que ahora importa,
Celia. |
|
|
|
CELIA |
(Aparte.)
|
Ella está tan asustada |
|
que se olvida de saber |
|
cómo entró don Juan
en casa; |
|
mas ya pasado el aprieto, |
965 |
no faltará una
patraña |
|
que decir, y echar la culpa |
|
a alguna de las criadas, |
|
que es cierto que donde hay
muchas |
|
se peca de confianza |
970 |
pues unas a otras se culpan |
|
y unas por otras se salvan. |
|
(Vase.)
|
|
|
DOÑA ANA |
¡Cielos, en qué
empeño estoy: |
|
de Carlos enamorada, |
|
perseguida de don Juan, |
975 |
con mi enemiga en mi casa, |
|
con crïadas que me
venden, |
|
y mi hermano que me guarda! |
|
Pero él llega;
disimulo. |
|
|
|
|
(Sale DON
PEDRO.)
|
DON PEDRO |
Señora, querida
hermana, |
980 |
¡qué bien tu amor se
conoce, |
|
y qué bien mi afecto
pagas, |
|
pues te halló despierta el
sol, |
|
y te ve vestida el alba! |
|
¿Dónde tienes a
Leonor? |
985 |
|
|
DOÑA ANA |
En mi cuadra, retirada |
|
mandé, que estuviese, en
tanto, |
|
hermano, que tú
llegabas. |
|
Mas ¿cómo tan tarde
vienes? |
|
|
|
DON PEDRO |
Porque al salir de su casa |
990 |
la conoció un deudo
suyo, |
|
a quien con una estocada |
|
dejó Carlos casi
muerto; |
|
y yo viendo alborotada |
|
la calle, aunque no
sabían |
995 |
quién era y quién la
llevaba, |
|
para que aquel alboroto |
|
no declarara la causa, |
|
hice que, de los crïados, |
|
dos al herido cargaran, |
1000 |
como de piedad movido, |
|
hasta llevarle a su casa, |
|
mientras otros a Leonor, |
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y a Carlos preso, llevaban, |
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para entregártela a ti; |
1005 |
y hasta dejar sosegada |
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la calle, venir no quise. |
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DOÑA ANA |
Fue atención muy bien
lograda, |
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pues excusaste mil riesgos |
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sólo con esa tardanza. |
1010 |
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DON PEDRO |
Eres en todo discreta; |
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y pues Leonor sosegada |
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está, si a ti te
parece, |
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no será bien
inquietarla, |
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que para que oiga mis penas, |
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teniéndola yo en mi
casa, |
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sobrado tiempo me queda; |
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que no es amante el que trata |
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primero de sus alivios |
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que no del bien de su dama; |
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y también para que
tú |
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te recojas que ya basta |
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por aliviar mis desvelos, |
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la mala vida que pasas. |
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DOÑA ANA |
Hermano, yo por servirte |
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muchos más riesgos
pasara, |
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pues somos los dos tan uno |
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y tan como propias trata |
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tus penas el alma, que |
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imagino al contemplarlas |
1030 |
que tu desvelo y el mío |
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nacen de una misma causa. |
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DOÑA ANA |
(Aparte.)
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Si entendieras mis palabras... |
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DON PEDRO |
Vámonos a recoger, |
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si es que quien ama descansa. |
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DOÑA ANA |
(Aparte.)
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Voy a sosegarme un poco, |
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si es que sosiega quien ama. |
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DON PEDRO |
(Aparte.)
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Amor, si industrias alientas, |
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anima mis esperanzas. |
1040 |
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DOÑA ANA |
(Aparte.)
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Amor, si tú eres
cautelas, |
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a mis cautelas ampara. |
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(Vanse.)
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