Jornada I |
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Salen los MÚSICOS vestidos a lo judío, y detrás BERSABÉ, URÍAS, LÍA y ZABULONA.
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MÚSICOS | La beldad de Bersabé
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eterna a los siglos viva,
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para ser siglos eternos
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felice esposa de Urías,
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sin que turben sus glorias,
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muden sus dichas,
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ni la envidia de celos,
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ni amor de envidia.
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URÍAS | ¡Cantad otra vez! ¡Cantad! | | Y en estos nupciales días, | 10 | que hacen vuestras alegrías | | mayor mi felicidad, | | mi contento celebrad | | con sonoras voces graves, | | llevando en ecos suaves | 15 | tantas coplas diferentes, | | los compases de las fuentes, | | las cláusulas de las aves. | | Decid vosotros el bien | | que merecí; que aunque yo | 20 | mejor sé sentirlo, no | | sabré decirlo tan bien. | | Que no es fino amante quien, | | con los sentidos en calma, | | no da al silencio la palma | 25 | de sus sentimientos; pues | | el silencio sólo es | | la retórica del alma. | | Demás, que si mi contento | | volando en ecos veloces, | 30 | aún no cabe en tantas voces, | | dulces lisonjas del viento, | | ¿cómo cabrá en un acento | | que sólo en sentirlo estriba? | | Y así, esa tropa festiva | 35 | en mi nombre diga que | |
la beldad de Bersabé
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eterna a los siglos viva. | |
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MÚSICOS | Sin que turben sus glorias,
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muden sus dichas,
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ni la envidia de celos,
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ni amor de envidia.
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BERSABÉ | ¡Callad! ¡No cantéis! ¡Callad! | | que ni festeja ni aplace, | | una música que hace | 45 | menor mi felicidad. | | Porque no en mi voluntad | | han de ser más elocuentes | | otras voces diferentes | | que las mías, aunque graves, | 50 | hurten el eco a las aves, | | a las hojas y a las fuentes. | | No digo yo que podré | | decir lo que sienta, no. | | Pues si no lo digo yo, | 55 | ¿por qué lo dirá, por qué, | | quien ni mi amor ni mi fe | | tiene? Luego, mí fatiga | | mejor es que no la diga | | nadie, y que yo sola amando | 60 | consiga el callarla, cuando | | el decirla no consiga. | | Que si no ha de apercibir | | nadie de decirla modos, | | pues aunque la digan todos, | 65 | se ha de quedar sin decir. | | Mejor es, señor, pedir | | que canten las glorias mías | | a eternos siglos los días | | en blandos halagos tiernos, | 70 |
para ser siglos eternos
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felice esposa de Urías.
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MÚSICOS | Sin que turben sus glorias,
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muden sus dichas,
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ni la envidia de celos, | 75 |
ni amor de envidia.
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(Tocan y alborótanse.)
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URÍAS | ¿Qué música militar | | es la que turba y suspende | | en los días de mis bodas | | el más feliz de los siete? | 80 |
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BERSABÉ | Por mal agüero he tenido | | que, siendo el último este, | | remate en guerras. |
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URÍAS | ¿Por qué? | | Si antes, Bersabé, parece | | que por haber sido yo | 85 | soldado que tantas veces | | seguí las tropas de Marte, | | Marte a celebrarlas viene. | |
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BERSABÉ | Porque, habiendo sido tú | | soldado, temo... |
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BERSABÉ | Que Marte venga por ti, | | y de mis brazos te lleve, | | como quien dice: «Este preso | | es mío, que ser no puede | | hoy tierno amante quien fue | 95 | soldado ayer tan valiente». | |
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URÍAS | Ya sabe Marte que Amor | | en su bandera me tiene | | alistado, y que por ti | | dejé... Pero otra vez vuelven | 100 | [Vuelven a tocar.] | las trompetas y las cajas. | | Veré qué rumor es éste. | |
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(Sale MATATÍAS.)
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MATATÍAS | Señor, unas buenas nuevas | | te traigo. Haz tú que lleve | | algunas buenas albricias, | 105 | y direlas brevemente. | |
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MATATÍAS | ¿No ves | | que es gran solecismo ese, | | responderme tú en futuro, | | hablándote yo en presente? | 110 |
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ZABULONA | ¿Tanto el «toma» crece | | las dádivas? |
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MATATÍAS | Si, «más vale | | un toma que dos daretes». | | Joab, general de las tropas | 115 | de Israel, con quien tú tienes | | tal amistad, entra ahora | | coronado de laureles, | | arrastrando mil trofeos | | de aquesas bárbaras gentes | 120 | de Filistín. Mas ¿qué mucho, | | si en el nombre de Dios vence? | |
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URÍAS | Pocas albricias te he dado | | por nuevas tan excelentes. | |
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MATATÍAS | Pues de enmendar es bien fácil | 125 | el yerro, si el yerro es ese, | | que yo me dejaré dar | | otro diamante. |
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ZABULONA | Pues, bárbaro impertinente, | 130 | ¿el «toma» no le hizo dos? | |
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[MATATÍAS] | Sí. Y yo te quiero de suerte | | que quiero partir contigo | | Éste en mi dedo se quede; | | toma tú el que añadió el «toma». | 135 | ¡Mira si parto igualmente! | |
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URÍAS | Bellísima Bersabé, | | ya sabes cuánto le debe | | a Joab la amistad mía. | | De la fiesta de hoy suspende | 140 | el regocijo hasta tanto | | que a darle el parabién llegue, | | y a convidarle también, | | porque mis bodas alegre, | | pues en el último día | 145 | he merecido tal huésped. | |
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BERSABÉ | Acude a tu obligación, | | pues sabes que estaré siempre | | a tus preceptos constante, | | y a tus gustos obediente. | 150 | Venid conmigo vosotros; | | y hasta que vuelva Urías, cese | | la música, pues Joab | | de nuestras bodas divierte | | el alegría; aunque pienso, | 155 | amante y rendida siempre, | | que dividirnos Joab | | no pudiera sin la muerte. | |
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(Vanse, y quedan URÍAS y MATATÍAS.)
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MATATÍAS | Parece que mi señora | | ha sentido que la dejes. | 160 |
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URÍAS | ¿Por qué? Si el alma, que es suya, | | no la ha dejado, ni puede. | |
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URÍAS | Soy su amante | | y su esposo juntamente. | |
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MATATÍAS | Y en fin, ¿las mujeres propias | 165 | son como las otras mujeres? | |
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MATATÍAS | Para ese efecto no tienes | | que hacer mucha diligencia; | | que como a palacio viene | 170 | marchando, y tú de palacio | | vives tan cerca, que tiene | | sus miradores encima | | de tus jardines, parece, | | cuando vas a recibirle, | 175 | que él a ti a buscarte viene. | |
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URÍAS | Dices bien, pues a palacio | | llegamos juntos. |
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MATATÍAS | ¿No adviertes | | que el Rey sale a recibirle? | |
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URÍAS | Como esas honras merece | 180 | tan prudente consejero, | | y soldado tan valiente. | |
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MATATÍAS | En habiendo hablado el Rey, | | tú podrás hablarle y verle. | |
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(Tocan, y salen SOLDADOS, y detrás JOAB, viejo con bastón; y por otro, DAVID y NATÁN, viejo; y todos se arriman al paño.)
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DAVID | Valiente hebreo de quien ha fiado | 185 | el cielo tantos orbes, fiel coluna | | de Israel, en que estriba tan porfiado | | peso sin padecer fatiga alguna, | | árbitro de la cólera del hado, | | juez de la condición de la Fortuna, | 190 | ¡oh, tú!, dame los brazos, pues alcanzas | | ser venganza del Dios de las venganzas. | |
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JOAB | Soberano David, a cuyo celo | | debe mi corto esfuerzo tanta gloria, | | porque el celo del rey es en el cielo | 195 | el que antes facilita la victoria: | | en el suelo estoy bien, porque en el suelo | | con mis labios escriba mi memoria | | cuando desde la alfombra de tus plantas | | al solio de tus brazos me levantas. | 200 |
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DAVID | En fin, ¿queda vencido el filisteo? | |
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JOAB | La asistencia de Dios, señor, ha sido | | la que, prestando fuerzas al hebreo, | | su ejército le ha roto y le ha vencido. | | Soberbio estaba por algún trofeo | 205 | que había de tus armas conseguido, | | sin que su error infiel, que fuese, arguya, | | castigo nuestro, y no victoria suya. | | Pues, cuando en Dios tal vez algún pecado | | de su pueblo a venganza justa obliga, | 210 | tiene Dios por azote levantado | | el brazo del infiel que le fatiga. | | Y así, el infiel que vence coronado | | tal vez no vence, no, sino castiga; | | porque si Dios quien vence siempre ha sido, | 215 | el que vence sin Dios nunca ha vencido. | | Dígalo el día que, llamando al Cielo, | | su pueblo fiel le aplaca y desenoja. | | Dígalo el que, a las voces de su celo, | | en su socorro rayos les arroja. | 220 | Dígalo el que, trocando su desvelo | | en triunfo alegre la fatal congoja, | | se muestran igualmente agradecidos | | hoy vencedores, como ayer vencidos. | |
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DAVID | No sólo te agradezco, Joab valiente, | 225 | que vengas del idólatra triunfante, | | sino que a tiempo vengas, que, prudente, | | eres a mis designios importante. | | Y así, antes que descanses blandamente | | del camino, conviene que al instante | 230 | te partas a otra empresa que te fío. | |
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JOAB | Vida y honor es tuyo; nada es mío. | |
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DAVID | El tiempo que conmigo estuvo airado | | Saúl, vuestro rey, nobles israelitas, | | por verme de mi patria desterrado, | 235 | persecuciones padecí infinitas. | | De Naat admitido y amparado | | -que el cetro tuvo de los amonitas- | | fui, y conviene ser agradecido; | | que, aunque soy rey, que fui pastor no olvido. | 240 | Murió Naat, y Anón, su hijo heredero, | | en su dosel repite su persona; | | y aunque bárbaro es, le considero | | amigo conveniente a mi corona. | | Pésame y parabién que le des quiero; | 245 | que por muerte del padre, el cetro abona | | que reciban, de dos opuestas leyes, | | parabienes y pésames los reyes. | | Y porque no presuma variamente | | el pueblo que a un idólatra le envío | 250 | embajadores, como confidente | | te quiero hacer en el imperio mío. | | El profeta Natán, que está presente, | | contigo ha de ir; y así verá, pues fío | | a un ministro de Dios esta embajada, | 255 | cómo a la religión no toca en nada. | | Partid de paz los dos. Y aquesto sea | | sin que al descanso un punto te permitas. | |
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JOAB | Al que servirte como yo desea, | | con mandarle, el descanso facilitas. | 260 | Y porque el mundo mi obediencia vea, | | dame los pies. |
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NATÁN | Yo iré con él, señor, pues es tu gusto. | |
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(Vase DAVID, y sale URÍAS.)
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URÍAS | Aunque de paso, no quiero | 265 | dejar de hacerte testigo | | de mi bien. |
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JOAB | Urías, amigo, | | ya como tuyo lo espero... | | Aunque he dicho un desvarío, | | si de mi amistad arguyo | 270 | que, siendo contento tuyo, | | le he de esperar como mío. | |
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URÍAS | Presumiendo que vinieses | | a Jerusalén de espacio, | | vine a buscarte a palacio, | 275 | porque a honrar mis bodas fueses; | | que es hoy el último día | | nupcial de mi gloria, en que | | se celebra a Bersabé. | |
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JOAB | ¡Dicha y honra fuera mía! | 280 | Pero ya ves cuánto estoy | | empeñado en partir luego | | sin permitirme al sosiego, | | pues no he llegado, y me voy. | | Perdonadme el no asistir | 285 | a tanta felicidad, | | y fiad de mi amistad; | | que, aunque habemos de vivir | | tú marido y yo soldado, | | tu lazo en el alma está, | 290 | que mi fe no mudará | | la mudanza de tu estado. | |
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URÍAS | Así lo creo; y te juro | | que, si tal vez te importara | | yo en la guerra, que dejara | 295 | la paz que sigo y procuro, | | para asistirte a ti en ella. | |
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JOAB | Es tan grande tu valor, | | Urías, que si a mi honor | | tal vez importara hacella, | 300 | no la hiciera -te prometo- | | sin ti; tanto me ha alentado | | la palabra que me has dado. | |
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JOAB | Y yo la aceto | | con los brazos. |
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JOAB | ¿Quién, pues, le podrá romper, | | si habemos los dos de ser | | amigos hasta la muerte? | |
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(Sale DAVID con un pliego en la mano.)
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DAVID | Ya escribí, y aquesta es | | la carta. Dadme los brazos, | 310 | y partid. |
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NATÁN | Sobran tus lazos, | | señor, donde están tus pies. | |
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(Vase.)
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JOAB | Quédense las tropas todas, | | porque de paz he de ir. | |
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(Vase.)
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URÍAS | Y vaya yo a proseguir | 315 | la alegría de mis bodas. | |
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(Vase.)
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DAVID | ¿Cuándo, Señor, será el día | | que llegue dulce y veloz | | a tus oídos mi voz | | en loor tuyo y dicha mía? | 320 | Contigo es bien que concluya | | cuentas hoy mi majestad, | | no para mi vanidad, | | sino para gloria tuya, | | Pastor nací de un rebaño | 325 | de pobres ovejas, y hoy | | absoluto dueño soy | | de la eterna luz del año. | | Un cayado el cetro era | | de imperio tan limitado, | 330 | y hoy es el cetro el cayado | | de una república entera. | | Una honda que esgrimí | | contra el jayán filisteo | | era todo mi trofeo, | 335 | y hoy son mis armas aquí, | | no el cáñamo de una honda, | | tanto acero sí, bruñido, | | a cuyo grande estallido | | no hay eco que no responda. | 340 | Pues, si haciéndome de nuevo, | | -¡oh inmenso, oh grande Señor!- | | os debo tanto favor, | | tantas finezas os debo, | | ¿qué habrá en mi edad sucesiva | 345 | que pueda alterar mi fe? | |
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(Cantan [dentro].)
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[MÚSICOS] | La beldad de Bersabé
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eterna a los siglos viva...
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DAVID | ¡Cielos! ¿Qué es esto que escucho? | | ¿Qué varias voces han sido | 350 | las que así me han respondido? | | ¡Fuego soy, en hielo lucho! | | ¿Quién turba las voces mías, | | y necio entre halagos tiernos...? | |
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MÚSICOS | ...para ser siglos eternos
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felice esposa de Urías.
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(Sale JOSEPH.)
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DAVID | ¿Quién ha sido | | quien ahí fuera ha cantado? | |
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JOSEPH | Las voces que has escuchado | | de más lejos han venido; | 360 | que de Urías celebrando | | su boda en esos jardines | | de tu palacio confines, | | están tañendo y cantando. | | Bien de su acento podías | 365 | saberlo, pues yo escuché | | el nombre de Bersabé | | en la canción, y el de Urías. | |
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DAVID | ¿Cuántas veces en tal caso | | parece que una ilusión | 370 | hace en la imaginación | | propósito del acaso? | | Voces que libres corrieron, | | ecos que al aire volaron, | | mis sentidos perturbaron, | 375 | mis discursos suspendieron. | | Y aunque crédito no debe | | dar el constante varón | | a una sombra, a una ilusión, | | tanto el escrúpulo mueve | 380 | las turbadas ansias mías, | | que en mi vida no veré... | |
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MÚSICOS | ...La beldad de Bersabé,
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felice esposa de Urías.
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(Vanse, y salen SOLDADOS y ANÓN, vestidos de pieles, [y CÉLFORA].)
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ANÓN | Ya que he llegado a ver el feliz día | 385 | en que mi majestad, pues era mía, | | mi padre a mi poder restituyese | | -que aunque mi padre fuese | | el rey vuestro, también su monarquía, | | con caducos engaños, | 390 | tiranizada estaba de los años-, | | darles las gracias quiero | | de su muerte a los Dioses; y así, espero | | sacrificar a cuantos hoy adoro | | en barro, en leño, en bronce, en mármol y oro. | 395 | Para aquesto he venido, | | de mi afecto traído, | | a este elevado templo, | | última maravilla del ejemplo, | | que, a Moloc dedicado, | 400 | está en sangre de víctimas bañado, | | donde a Célfora, docta pitonisa, | | que es su sacerdotisa, | | tengo de hablar. ¡Oh, tú, mágica bella, | | que los rayos del sol estrella a estrella | 405 | cuentas, pues tanto eres, | | responde a mis acentos! |
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CÉLFORA | ¿Qué me quieres | | -¡oh, joven! -cuando estoy tan afligida | | del espíritu grande, que en mi vida | | tan fuerte imperio tiene, | 410 | que por instantes a afligirme viene? | | ¡Loca estoy! ¡Sin mí estoy! ¡Rabiando muero! | | ¿Qué me quieres, Anón? |
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ANÓN | Solo te quiero | | que a Moloc sacrifiques | | un hecatombe entero, y le supliques | 415 | que mis hazañas crezcan infinitas, | | ya que su rey me ven los amonitas. | |
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CÉLFORA | Yo lo haré así; mas si aplacarle quieres, | | nunca más sacrificio hacerle esperes | | que en este infausto día. | 420 | Diga, pues, la voz mía | | lo que en las fuerzas que el furor me quita | | espíritu diabólico me incita: | | «No admitir ni escuchar -¡estoy helada!- | | de David la embajada, | 425 | ni que con los soberbios amonitas | | confirmen amistad los israelitas. | | Demás, que cautelosamente envía | | solo a fin de saber tu monarquía | | qué prevenciones tiene | 430 | de guerra, que defensa le previene, | | cuando a abrasarla llega. | | Y así, con ira tú, y cólera ciega, | | sus legados recibe, | | y con su sangre su tragedia escribe». | 435 |
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(Cae desmayada.)
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ANÓN | ¡Escucha! | [Aparte.] | ...(¡Desmayada | | se ha quedado!... ¡Del Cielo fue el aviso! | | ¡Obedecerle en todo es ya preciso!) | | ¡Célfora! |
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CÉLFORA | ¿Quién me llama? ¿Quién me nombra?... | | ¡Anón! ¡Señor!... |
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ANÓN | ¡Escucha! ¿Qué te asombra? | 440 | [Aparte.] | (A un tiempo sus mudanzas dudo y creo.) | |
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CÉLFORA | ¡Ay de mí! ¿Dónde estoy?... ¿Qué es lo que veo? | | ¿Tu majestad, señor, de apueste modo? | |
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ANÓN | [Aparte.] | (¡Nada me admira, y ya me espanta todo!)
| | Pues, ¿ya no me habéis visto? | 445 |
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ANÓN | (Aparte.) | (¡Dioses, mal resisto
| | mis suspensiones!) Cuando, | | de David la embajada anticipando, | | me avisaste que vienen cautelosos | | con máscara de paz. |
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CÉLFORA | Si los piadosos | 450 | Dioses por mi te hablaron, | | y en mí, sin mí, la lengua articularon | | al éxtasis que roba mi sentido, | | obedece a los Dioses. |
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ANÓN | Si este ha sido | | favor suyo en mí vaticinado, | 455 | presto dirá el efecto. |
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[Sale un criado.]
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CRIADO | Aquí han llegado | | embajadores de David. |
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ANÓN | Ya es cierto | | tu pronóstico, Célfora. Y advierto | | que el gran Moloc lo que he de hacer me avisa | | por ti, mágica docta pitonisa. | 460 | [Habla aparte.] | Y así, ¡escuchad, soldados!... | |
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(Salen JOAB y NATÁN.)
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JOAB | ¡Salve, generoso Anón, | | cuyo dilatado imperio | | todo el término del orbe | 465 | límite presume al tiempo! | |
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NATÁN | ¡Salve! -otra vez- y tu mano | | permite a los labios nuestros, | | en tanto que de tu solio | | honrados, como extranjeros | 470 | embajadores, respondas | | a esta carta que traemos. | |
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ANÓN | (Toma la carta.) | ¡Con bien vengáis, israelitas, | | a mi patria | (Aparte.) | (¡qué mal puedo | | disimular!)... donde sean | 475 | mis brazos cuchillo vuestro! | | (Abrázase con ellos.) |
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ANÓN | ¡Vengar injurias es esto! | |
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NATÁN | ¿Desta suerte nos recibes? | | ¿Es de caribes tu reino, | 480 | adonde es el peregrino | | el huésped del valimiento? | |
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JOAB | ¿En qué te hemos ofendido | | los que aún pisado no habemos | | tus umbrales? |
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ANÓN | Ya, cobardes, | 485 | ya, cautelosos hebreos, | | los designios que traéis | | me han revelado los cielos. | | Ya sé que, embozando aleves | | la traición en lisonjeros | 490 | halagos, venís a ver | | las defensas de mi reino, | | para hacerme después guerra, | | humanos áspides siendo, | | que entre lisonjas de flores | 495 | tenéis oculto el veneno. | |
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JOAB | El Rey David, gran profeta | | de Dios y monarca nuestro, | | no de cautelas jamás | | ha apadrinado el esfuerzo. | 500 | Desnudo a sus enemigos | | siempre ha meneado el acero; | | y hoy no viniera envainado, | | cuando yo viniera a eso. | | De paz venimos, Anón, | 505 | a darte en su nombre a un tiempo | | pésames y parabienes; | | que caben en un sujeto | | el día que un hijo entierra | | un padre y hereda un reino; | 510 | porque es el cetro capaz | | de pesar y de contento. | |
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ANÓN | ¿Creeré acaso tus razones | | con la misma fe que creo | | las del gran Dios de Moloc, | 515 | que ya me dijo tu intento? | |
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JOAB | Mejor debieras creerlas, | | si consideraras cuerdo | | que el que es mentiroso Dios | | no te ha de dar verdaderos | 520 | avisos, porque eso fuera | | faltar la causa a su efecto. | |
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CÉLFORA | La defensa de los Dioses | | me toca a mí, porque tengo | | a mi cargo el culto suyo, | 525 | y respiro sus alientos. | | Moloc es... |
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NATÁN | ¡Bronce en quien hablan | | las gargantas del infierno! | |
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ANÓN | Pues ¿cómo osáis, atrevidos, | | hablar con ese desprecio | | de los Dioses? Desta suerte | 535 | veré vuestro atrevimiento | | castigado en mi presencia: | | ¡Célfora, pisa sus cuellos, | | porque de su religión | | triunfemos los dos a un tiempo! | 540 |
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(Échalos en el suelo.)
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JOAB | No me pesa deste agravio | | porque a mí me le hayáis hecho, | | sino porque de David | | la persona represento. | |
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ANÓN | Por eso, por eso solo | 545 | lo hago. Y a mis pies puestos, | | a la respuesta que habéis | | de llevar estad atentos. | | ¿Veis esta inmensa ciudad | | que oprime, estrechando el viento, | 550 | al cielo con la estatura, | | y a la tierra con el peso? | | Rabaat se llama, que es | | «Ciudad de Agua», que en hebreo | | «Multitud» dice, porque | 555 | es tanta la de su pueblo, | | que de avenidas de gente | | en sí misma no cabiendo, | | suele reventar sus muros, | | haciendo patria el desierto. | 560 | Esta es mi corte; y en ella | | en su defensa [es] lo menos | | de su defensa su muro, | | que es su muralla mi pecho. | | ¡Miradla! ¡Miradla bien! | 565 | ¡Miradla de espacio! Y luego, | | porque las nuevas llevéis, | | ir con las nuevas os dejo. | | Pero en castigo de tantos | | osados atrevimientos, | 570 | iréis sin armas, atadas | | las manos, los medios cuerpos | | desnudos, ensangrentados | | los rostros, por más desprecio | | de vuestro rey. Y decidle | 575 | que venga a vengar soberbio | | este agravio, y que consigo | | el arca del testamento | | traiga, si la quiere ver | | en segundo cautiverio, | 580 | presa de los amonitas, | | como de los filisteos. | |
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JOAB | No vendrá David, que yo | | vendré; pues yo solo puedo | | hacer a tu patria guerra, | 585 | asolando y destruyendo | | los muros desta ciudad | | que desde tus plantas veo. | | Verás tú a las de David | | hechas como un monumento | 590 | de tus gentes, siendo entonces | | triste teatro funesto | | en la mísera tragedia | | de la fortuna y el tiempo. | |
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ANÓN | Pues porque más presto vuelvas | 595 | a vengarte, ¡vete presto! | | ¡Echadlos de la ciudad | | como os he mandado! |
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CÉLFORA | ¡Cuánto, Anón, | | de sus ultrajes me huelgo! | 600 |
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JOAB | ¡Ay de mí! | | ¡Cuántas desdichas padezco; | | pues a Rabaat honrado | | vine, y afrentado vuelvo! | |
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(Vanse. Córrese una cortina, y descúbrese una huerta hecha de hiedra a una parte del tablado, y en ella se ve a ZABULONA y DAMAS con azafates desnudando a BERSABÉ.)
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BERSABÉ | ¿Está el baño prevenido? | 605 |
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ZABULONA | De las lágrimas que llora | | cada mañana el aurora, | | este estanque ha recogido | | cuantas perlas ha podido | | en las suyas engastar, | 610 | en la imagen singular | | de tanta esmeralda bruta. | |
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BERSABÉ | Dentro, pues, de aquella gruta | | me acabad de desnudar. | |
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(Vanse, y salen MATATÍAS y LÍA.)
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MATATÍAS | A hablar voy con mi señora. | |
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LÍA | Desnudándose está ahora... | | ¡Mira si hablarla podrás! | |
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LÍA | ¡Qué locura! | | ¡Está desnuda! ¡Qué exceso | 620 | querer entrar! |
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MATATÍAS | ¡Y aun por eso! | | Quiero ver su hermosura. | |
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LÍA | Di qué la quieres decir; | | que yo a ella se lo diré. | |
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MATATÍAS | Que hoy quiere con ella ir, | | para acabar de acudir | | a su obediencia, a besar | | la mano a David. |
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LÍA | Lugar | | de decirlo habrá después. | 630 | ¡Vete! |
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MATATÍAS | Sí haré; que no es | | tampoco de codiciar | | en tales haciendas ver | | mujer, por linda que sea, | | porque en puribus es fea | 635 | la más hermosa mujer. | | Pero dila -y no te asombre- | | que no se desnude bella | | adonde el sol pueda vella, | | que es grande amigo del hombre. | 640 |
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(Vase, y sale DAVID a un mirador que ha de estar a otra parte de la huerta.)
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DAVID | Desde aqueste mirador | | todas las cercas se ven | | de la gran Jerusalén. | | No puede objeto mejor | | buscar la vista en favor | 645 | de los ojos. ¡Qué vistosa | | ciudad! Y ¡qué suntuosa | | la cubren en horizontes | | muros, jardines y montes! | | ¿Qué variedad no es hermosa? | 650 | Pero donde más primores | | logran perfecciones sumas | | es en un jardín de plumas, | | es en un golfo de flores, | | que de aquestos corredores | 655 | vecinos, matices mil, | | con el céfiro sutil, | | su fe y amor desafía, | | rayo a rayo todo el día, | | flor a flor todo el Abril. | 660 | Pero ¿qué mucho, si en él | | a humana deidad le debe | | el jazmín candor y nieve, | | grana y púrpura el clavel, | | pompa y luz todo vergel, | 665 | siendo a su hermoso arrebol | | cualquier planta girasol, | | pues tras sus reflejos va? | | ¿Cómo no es de noche ya, | | si se está bañando el sol? | 670 | ¡Mal hubiste la tejida | | gruta de yedra y laurel, | | que ha sido verde cancel, | | donde, hasta que esté vestida, | | esta beldad retraída | 675 | oculta! Aunque mis congojas, | | por entre azules y rojas | | vidrieras -¡qué dulce ofensa!- | | acechan lo que dispensa | | la brújula de las hojas. | 680 | De sus damas los sentidos | | torpes el jardín desnudan | | para vestirla, que dudan | | las flores y los vestidos. | | ¿Qué mucho, si suspendidos | 685 | todos los cuadros en vella | | por más lisonjas hacella, | | se han vestido en los colores, | | ella de todas las flores, | | y todas las flores della? | 690 | ¡No vi más rara beldad! | |
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(Sale JOSEPH, criado de David, por una puerta que ha de estar a la bajada del mirador.)
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JOSEPH | En aqueste mirador | | estaba el rey mi señor. | |
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DAVID | Gente sube... ¡Allá esperad! | | ¡Ya bajo yo!... | [Aparte.] | (¡Qué crueldad | 695 | es la que conmigo usó | | mi mismo afecto, pues no | | quiere que otros la posean, | | y para que otros no vean, | | me saco los ojos yo!) | 700 | ¿Quién era el que ahora aquí | | hablaba? |
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JOSEPH | Yo te busqué. | | ¡Perdona!, que celo fue | | de mi amor. |
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DAVID | Pésame de haber por ti | 705 | dejado lo que miraba, | | porque divertido estaba. | |
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JOSEPH | ¿En qué, señor, lo has estado? | |
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DAVID | Pues a tal tiempo has llegado, | | y a ti declararme es bien, | 710 | sepa mi ventura quien | | ha de saber mi cuidado. | | Desde aquese mirador | | que elevadamente juzga, | | corona de tantos montes, | 715 | sus más eminentes puntas, | | de Jerusalén miraba | | las variedades confusas | | que en jardines y edificios | | hacen mayor su hermosura. | 720 | En uno puse los ojos, | | porque su esfera dibuja | | de naturaleza y arte | | las dos perfecciones juntas. | | Esta, pues, esfera humana | 725 | tanto los sentidos turba, | | que, haciendo estrellas sus flores, | | quiere que el sol la presuma | | verde pedazo del cielo. | | A cuya ambición, a cuya | 730 | vanidad, [el] cielo, entonces | | se vale de igual industria, | | y haciendo de estrellas flores, | | finge azul jardín la pura | | campaña. Y así, encontrados | 735 | siempre están con igual lucha | | los cielos hermosos, donde | | duermen las estrellas mudas, | | compitiendo con las selvas, | | donde las flores madrugan. | 740 | Agua y viento, que de entrambas | | son campaña, a entrambas hurtan | | desperdiciados despojos | | con que sus plantas ilustran. | | Y así, el agua -repitiendo | 745 | en las fuentes que la cruzan | | los rayos del sol- y el viento | | -en las aves que le surcan, | | los matices de la tierra- | | se dan batalla segunda; | 750 | pues, cuando en el agua el sol | | reflejos hace de espuma, | | los pájaros en el viento | | forman abriles de plumas. | | Aquí, pues, una mujer... | 755 | Pero no digo bien... Una | | ninfa -sí- de aquella gruta, | | estaba... Al decirte cómo, | | turbado el acento duda, | | torpe el labio se suspende, | 760 | fácil la lengua se turba; | | porque al acento ni al labio, | | ni a la lengua, es acción justa | | el pintar una belleza, | | con ser la verdad desnuda. | 765 | Mas baste decir que, aun siendo | | al tiempo que el sol se oculta | | para acabar con el día, | | el mismo sol que lo alumbra, | | la flor, el cristal, el ave, | 770 | la campaña y la espesura, | | de una belleza engañados, | | por aurora la saludan. | | Pero qué mucho, si estaba | | en la abreviada laguna | 775 | de un bello estanque varado | | sobre su planta cerúlea | | todo un bajel de marfil; | | siendo el cabello que inunda | | la espalda, jarcias con quien | 780 | manso el céfiro se burla; | | y creyendo que nacía | | otra vez de las espumas | | Venus, todos la adoraron; | | y arrepentidos, en suma, | 785 | de la culpa de adorarla, | | unos a otros se acusan; | | y viendo sus bellos ojos, | | quedan libres de su culpa. | | Claro está que para ser | 790 | su rara belleza mucha, | | le bastaba ser entonces | | solamente una escultura, | | adorno de aquella fuente... | | ¡Aquí el ingenio discurra, | 795 | discurra aquí la razón | | como será una hermosura | | donde está además el alma!... | | Pues, si siendo estatua muda | | en lo material, pudiera | 800 | competencia hacer segura | | a los cielos, claro está, | | por el alma que la ilustra, | | que esta mujer es más bella; | | aun los cielos no lo dudan. | 805 | Yo, pues, estaba elevado | | de ver solamente una | | estatua dentro del agua... | | Lo que haría -¡ay de mí!- juzga, | | pues, al verla salir della, | 810 | vi en el agua otra segunda, | | y que engarzadas las dos | | estaban por las columnas. | | Muerto quedé, porque fue | | de un hombre obligación justa | 815 | rendir la vida al mirar | | una belleza tan suma, | | como obligación rendir | | el alma en víctima suya. | | Pues si obligaciones dos | 820 | con tanta causa me buscan, | | porque Amor no me castigue, | | las pagaré; que, sin duda, | | no pagar obligaciones | | delito en amor se juzga. | 825 | Y así, desde aqueste instante | | saber -¡ay de mí!- procura | | quién es apuesta mujer. | | Sola esa pared que murtas | | y yedras cubren es quien | 830 | de mí la divide. Busca | | este prodigio; que Amor | | ni teme -¡ay cielos!-, ni duda | | que afable me corresponda, | | que tan perfecta, tan pura | 835 | beldad, no ha de ser ingrata; | | que fuera bajeza mucha | | deslucir la ingratitud | | tal beldad, pues nadie duda | | que lo ingrato en la belleza | 840 | aun ha menester disculpa. | |
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JOSEPH | ¡Aún mayor es tu cuidado | | de lo que piensas, señor! | |
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JOSEPH | Por las señas que me has dado | 845 | del jardín... |
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JOSEPH | ...Aquesa hermosura fue... | |
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JOSEPH | ...De Bersabé, | | nombre que otra vez oíste | | en los versos lisonjeros | 850 | de una canción celebrando. | |
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DAVID | Una gran desdicha ¿cuándo | | vino sin grandes agüeros? | | Yo ...Pero ¿quién allí ha entrado? | |
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(Sale MATATÍAS.)
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JOSEPH | Díganlo sus osadías. | 855 | Un loco es, señor, de Urías | | y de Bersabé criado. | | ¡Hola! |
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MATATÍAS | ¡Ay de mí!, | | que en mirar entretenido | | los jardines, he venido | 860 | donde está el rey. |
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MATATÍAS | «Andando» dijera, | | a no ser vieja frialdad. | |
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MATATÍAS | Es verdad; | | ¡pluguiera a Dios no lo fuera! | 865 |
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MATATÍAS | Tengo un nombre | | que, si como es nombre fuera | | oficio, más [me] valiera. | |
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MATATÍAS | Sí, y no te asombre | | que fuera de gran provecho. | 870 |
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MATATÍAS | Porque es mejor | | que para dicho, para hecho. | |
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DAVID | ¡Acaben nuestras porfías! | |
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MATATÍAS | Pues de saberlo gustáis, | 875 | yo me llamo... |
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DAVID | ¿Qué dudáis? | | ¡Decid presto! |
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MATATÍAS | Matatías. | | Mire Vuestra Majestad, | | si oficio Matatías fuera, | | ¡cuánto cada año valiera!; | 880 | y mire si fue verdad | | que era el callar de capricho: | | porque Matatías, señor, | | es muchísimo mejor | | para hecho que para dicho. | 885 |
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DAVID | Dicen que es su esposa bella. | |
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MATATÍAS | Presto, señor, podrás vella. | |
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DAVID | ¿De qué suerte? | [Aparte.] | (¡Ay ansias mías!) | |
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MATATÍAS | Porque Urías, por acudir | 890 | con su honor, a Bersabé | | trae... Mas él lo dirá, que | | no me dejará mentir. | |
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(Salen todas las mujeres de acompañamiento, y detrás URÍAS y BERSABÉ.)
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URÍAS | Hasta ofrecer a tus plantas | | -¡oh, invicto señor heroico!- | 895 | todas mis fortunas, no | | me parece que las logro. | | Bersabé florida rama | | de aquel más fecundo tronco | | de Israel, tu mano pide. | 900 | Y yo, que a tus pies me pongo, | | ofrezco en ellos mi vida, | | mi honor, mi fe; que aunque todo | | es para mi suerte mucho, | | para tu servicio es poco. | 905 |
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BERSABÉ | Dame, señor, vuestra mano; | | que aunque yo indigna la toco, | | pueden granjearme esta gloria | | los méritos de mi esposo. | |
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DAVID | Alzad, Bersabé, del suelo... | 910 | (Aparte.) | (¡lo mismo que siento ignoro!) | | ...y creed... (¡estoy turbado!) | | ...de mi afecto... (¡estoy dudoso!) | | ...que las victorias que debo | | en las lides al heroico | 915 | valor de Urías sabré | | agradecer generoso. | | (Aparte.) | (¡Oh, qué otro de mí -ay de mí- | | estoy de un instante a otro!) | |
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BERSABÉ | Otra vez por esas honras | 920 | os beso la mano, como | | mercedes ya recibidas... | | ¡Ay de mí! |
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(Cáese, y detiénela el rey.)
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DAVID | No os cause asombro, | | que si caéis, en mis brazos | | caéis. |
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(Cajas destempladas.)
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URÍAS | (Aparte.) | Al instante propio | 925 | que tropezó Bersabé, | | acentos se escuchan roncos. | | ¡Aparatos de mi muerte, | | id viniendo poco a poco! | |
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DAVID | ¿Qué es esto? ¿Quién ha causado | 930 | este trágico alboroto? | | ¿Quién este funesto acento | | pronunciar hizo? |
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(Salen JOAB y NATÁN.)
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JOAB | Nosotros -¡oh, gran David!- | | que hasta llegar a tu solio | 935 | no nos hemos reparado | | de las injurias y oprobios | | de Anón por poder con ellas | | incitar más tus enojos; | | porque, en fin, en los pesares | 940 | no sabe, aunque sean propios, | | llorar bien el corazón | | lo que no miran los ojos. | | Natán -divino profeta | | de Dios, varón religioso | 945 | que tantas veces su culto | | ha administrado devoto- | | y yo -yo que tantas veces, | | coronado del famoso | | árbol que hace el rayo mismo | 950 | privilegio a sus pimpollos, | | entré por Jerusalén | | aplaudido y victorioso- | | ofendidos y afrentados, | | atadas las manos, rotos | 955 | los vestidos y, en efecto, | | ensangrentados los rostros, | | nos echamos a tus pies. | | Aunque no es nuevo en nosotros, | | después que hizo Anón soberbio | 960 | de nuestras cervices trono, | | en torpe desprecio tuyo | | y tu Dios, diciendo loco... | |
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DAVID | ¡Calla! ¡Calla! ¡No prosigas! | | Que por el gran Dios que adoro | 965 | en el impíreo, de quien | | murallas son esos globos | | que la luna a cercos mide | | y el sol ilumina a tornos, | | que ha de constar mi venganza | 970 | desde el uno al otro polo, | | siendo la gran Rabaat | | de mi cólera destrozo, | | de mi venganza trofeo | | y de mi poder despojo. | 975 | Y tú que fuiste, Joab, | | el ofendido, tú propio | | has de ser quien la destruya. | | Junta mi ejército todo | | para resistir a Anón, | 980 | cuyo acero te propongo | | que no has de quitar en tanto | | que su campo numeroso | | no quede vuelto en ceniza, | | o vuele deshecho en polvo, | 985 | desatadas sus memorias | | rayo a rayo y soplo a soplo. | | Y pues igualmente toca | | la venganza que dispongo | | a la religión, Natán | 990 | saque sobre justos hombros | | el arca del testamento | | a la campaña. Así tomo | | a mi cargo sus ofensas. | | Por la boca y por los ojos | 995 | -áspid soy- veneno vierto, | | -volcán soy- llamas arrojo. | |
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JOAB | Palabra doy a los cielos | | de que muera generoso | | antes que vuelva vencido. | 1000 | Toca al arma; y el heroico | | campo que de Filistín | | antes traje victorioso | | feliz vuelva a coronarse | | de triunfos. Y tú, famoso | 1005 | Urías, advierte que hoy | | esta venganza que tomo | | toca a mi honor. |
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URÍAS | La palabra | | que te di te reconozco. | | Contigo iré, deponiendo | 1010 | el blando, el felice ocio | | de la paz. |
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DAVID | (Aparte.) | (Solo su ausencia | | templar podrá mis enojos.) | | Tan grande fineza, Urías, | | vos sabéis hacerla solo. | 1015 |
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PERSAS | Señor, ¿cómo dais licencia | | a quien ya es casado? |
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DAVID | [Aparte.] | (¿Cómo? | | Urías me importa más | | ausente de vuestros ojos.) | |
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JOAB | Toca al arma, porque al punto | 1020 | he de marchar animoso. | |
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(Vase.)
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NATÁN | Yo, si el arca ha de salir, | | voy a disponer el modo. | |
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(Vase.)
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ZABULONA | Tú, Matatías, ¿no vas | | a la guerra? |
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MATATÍAS | ¿So yo bobo? | 1025 | Zabulona, acá me quedo. | |
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URÍAS | Ven conmigo, dueño hermoso, | | porque al punto he de partir. | |
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BERSABÉ | ¡Oh, cuánto tu ausencia lloro! | |
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URÍAS | Esto es honor, Bersabé. | 1030 |
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BERSABÉ | También era honor estotro. | |
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(Vanse.)
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DAVID | ¡Qué de contrarios efectos | | a un tiempo en mi reconozco: | | de mi cólera los unos | | y de mi pasión los otros! | 1035 | Diga el más sutil ingenio | | quién podrá acudir a todos. | |
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