Inundación Castálida
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A la excelentísima señora condesa de Paredes, marquesa de la Laguna, enviándole estos papeles que su excelencia la pidió y pudo recoger soror Juana de muchas manos en que estaban, no menos divididos que escondidos como tesoro, con otros que no cupo en el tiempo buscarlos ni copiarlos
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Procura desmentir los elogios que a un retrato de la poetisa inscribió la verdad, que llama pasión
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Resuelve la cuestión de cuál sea pesar más molesto en encontradas correspondencias, amar o aborrecer
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Prosigue el mismo asunto, y determina que prevalezca la razón contra el gusto
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Continúa el asunto, y aun le expresa con más viva elegancia
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Enseña cómo un solo empleo en amar es razón y conveniencia
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Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios, y justifica su divertimiento a las Musas
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Muestra sentir que la baldonen por los aplausos de su habilidad
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Escoge antes el morir que exponerse a los ultrajes de la vejez
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Engrandece el hecho de Lucrecia
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Nueva alabanza del hecho mismo
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Admira con el suceso que refiere los efectos imprevenibles de algunos acuerdos
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Contrapone el amor al fuego material, y quiere achacar remisiones a éste con ocasión de contar el suceso de Porcia
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Refiere con ajuste, y envidia sin él, la tragedia de Píramo y Tisbe
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Discurre inevitable el llanto a vista de quien ama
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Sólo con aguda ingeniosidad esfuerza el dictamen de que sea la ausencia mayor mal que los celos
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Desea que el cortejo de dar los buenos años al señor marqués de la Laguna llegue a su excelencia por medio de la excelentísima señora doña María Luisa, su dignísima esposa
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Convaleciente de una enfermedad grave, discretea con la señora virreina, marquesa de Mancera, atribuyendo a su mucho amor aun su mejoría en morir
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Celebra el cumplir años la señora virreina con un retablito de marfil del nacimiento, que envía a su excelencia
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Enviando una rosa a su excelencia
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A la misma excelentísima señora
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Describe, con énfasis de no poder dar la última mano a la pintura, el retrato de una belleza
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Discurre con ingenuidad ingeniosa sobre la pasión de los celos. Muestra que su desorden es senda única para hallar el amor, y contradice un problema de don Josef Montoro, uno de los más célebres poetas de este siglo
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No habiendo logrado una tarde ver al señor virrey, marqués de la Laguna, que asistió en las Vísperas del convento, le escribió este romance
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Expresa más afectuosa que con sutil cuidado, el sentimiento que padece una mujer amante de su marido muerto
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Expresa aun con expresiones más vivas, el mismo asunto
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Acusa la hidropesía de mucha ciencia, que teme inútil aun para saber, y nociva para vivir
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Sospecha crueldad disimulada, el alivio que la esperanza da
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Pide, con discreta piedad, al señor arzobispo de Méjico, el sacramento de la confirmación
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Habiendo ya baptizado su hijo, da la enhorabuena de su nacimiento a la señora virreina
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Loa a los años de la reina nuestra señora doña María Luisa de Borbón
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Pinta en jocoso numen, igual con el tan célebre de Jacinto Polo, una belleza
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Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres, que en las mujeres acusan lo que causan
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Loa al mismo asunto
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Defiende que amar por elección del arbitrio, es sólo digno de racional correspondencia
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Pinta la armonía simétrica que los ojos perciben en la hermosura, con otra música
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Sosiega el susto de la fascinación, en una hermosura medrosa
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Alma que al fin se rinde al amor resistido: es alegoría de la ruina de Troya
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Con ocasión de celebrar el primer año que cumplió el hijo del señor virrey, le pide a su excelencia indulto para un reo
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Aplaude, lo mismo que la Fama, en la sabiduría sin par de la señora doña María de Guadalupe Alencastre, la única maravilla de nuestros siglos
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Aunque en vano, quiere reducir a método racional el pesar de un celoso
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Un celoso refiere el común pesar que todos padecen, y advierte a la causa, el fin que puede tener la lucha de afectos encontrados
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En la muerte de la excelentísima señora marquesa de Mancera
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A lo mismo
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Loa a los años del reverendísimo padre maestro fray Diego Velázquez de la Cadena, representada en el Colegio de san Pablo
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Encarece de animosidad la elección de estado durable hasta la muerte
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Para explicar la causa a la rebeldía, ya sea firmeza de un cuidado, se vale de opinión que atribuye a la perfección de su forma lo incorruptible en la materia de los cielos; usa cuidadosamente términos de escuelas
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Aplaude la ciencia astronómica del padre Eusebio Francisco Kino, de la Compañía de Jesús, que escribió del cometa que el año de ochenta apareció, absolviéndole de ominoso
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Lamenta con todos la muerte de la señora marquesa de Mancera
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Presentando un reloj de muestra a persona de autoridad, y su estimación, le da los buenos días
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En un anillo retrató a la señora condesa de Paredes: dice por qué
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Al mismo intento
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Esmera su respectoso amor; habla con el retrato, y no calla con él, dos veces dueño
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Memorial a un juez, pidiéndole por una viuda que la litigaban la vivienda
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Rehúsa para sí, pidiéndola para un inglés, la libertad, a la señora virreina
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Reconociendo el cabildo de Méjico el singular acierto que tuvo en la idea de un arco triunfal a la entrada del virrey, señor conde de Paredes, marqués de la Laguna, que encargó a soror Juana Inés, estudio de tan grande humanista y que ha de coronar este libro, la presentó el regalo que dice y agradece
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Favorecida y agasajada, teme su afecto de parecer gratitud y no fuerza
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Segunda norabuena de cumplir años el señor virrey, marqués de la Laguna
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Al mismo asunto
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Coplas para música, en festín de cumplimiento de años de su majestad
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Debió la austeridad de acusarla tal vez el metro; y satisface, con el poco tiempo que empleaba en escribir a la señora virreina, las Pascuas
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Puro amor, que ausente y sin deseo de indecencias, puede sentir lo que el más profano
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Satisface, con agradecimiento, a una queja que su excelencia tuvo de no haberla esperado a ver
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Mezcla con el gracejo la erudición, y da los años que cumple la excelentísima señora condesa de Paredes, no por muchos, sino por augmento
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De amor, puesto antes en sujeto indigno, es enmienda blasonar del arrepentimiento
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Prosigue en su pesar, y dice que aun no quisiera aborrecer tan indigno sujeto, por no tenerle así aun cerca del corazón
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No quiere pasar por olvido lo descuidado
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Sin perder los mismos consonantes, contradice con la verdad, aún más ingeniosa, su hipérbole
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La excusa de lo mal obrado, lo empeora
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Pinta la proporción hermosa de la excelentísima señora condesa de Paredes, con otra de cuidados, elegantes esdrújulos, que aún le remite desde Méjico a su excelencia
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A la merced de alguna presea que la excelentísima señora doña Elvira de Toledo, virreina de Méjico, la presentó, corresponde con una perla y este romance, de no menor fuerza, que envió desde Méjico a la excelentísima señora condesa de Paredes
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Llegaron a Méjico, con el hecho piadoso, las aclamaciones poéticas de Madrid a su majestad; que alaba la poetisa por más superior modo
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A la Encarnación
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A lo mismo
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Glosa a San Josef
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A lo mismo
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A san Pedro
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A la sentencia que contra Cristo dio Pilatos: y aconseja a los jueces que antes de firmar fiscalicen sus proprios motivos
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A la muerte del excelentísimo señor duque de Veragua
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Al mismo
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Al mismo
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que se cantaron en la santa iglesia metropolitana de Méjico, en honor de María santísima, madre de Dios, en su Asunción triunfante, y se imprimieron, año de 1685
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que se cantaron en los maitines del gloriosísimo padre san Pedro Nolasco, fundador de la Sagrada Familia de Redentores del Orden de Nuestra Señora de la Merced, día 31 de enero de 1677 años, en que se imprimieron
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que se cantaron en la santa iglesia metropolitana de Méjico, en honor de María santísima madre de Dios, en su Asunción triunfante, año de 1687 en que se imprimieron
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Villancico primero
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Villancico IV
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Villancico VII
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Ensaladilla. Jura
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alegórico,
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alegórica y aplicación de la fábula
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con que la santa iglesia metropolitana dedicó a su excelencia esta breve demostración de su encendido afecto. La cual se escribió en el tarjón que coronaba la portada, en la distancia que había desocupada entre ella y el tablero principal