Real Cédula de Felipe II mandando dar a Simón Ruiz las obligaciones y recaudos necesarios por las cantidades que debe percibir según cláusula de asiento concertado con él
Carta de Alejandro Farnesio a Rodrigo Vázquez de Arce, presidente del Consejo de Hacienda del Rey, comunicándole el asiento realizado con el portugués Felipe Jorge, en nombre de Simón Ruiz, para la provisión de 60.000 escudos destinados al Ejército de Flandes | Buena parte de los ingresos de la Corona se destinaba al pago de las operaciones militares en el marco de su política internacional. De manera que la Hacienda Real necesitaba proveerse con prontitud de fondos para sus cuantiosos gastos. Entre otros expedientes recurrió a los asientos. El término «asiento» se refiere al contrato de anticipo de dinero que los mercaderes-banqueros u hombres de negocios realizaban con el rey. En esta operación financiera quedan asentados tanto el préstamo a interés de una cantidad, como el lugar, fecha y tipo de moneda de cambio en que hubiera que efectuar los pagos en el punto de destino. Este negocio resultaba muy rentable tanto por los elevados intereses como por el beneficio obtenido con el cambio de la moneda, pero entrañaba más de un riesgo porque la Corona podía declararse en bancarrota o «quiebra», debiéndose llegar a un arreglo para el reembolso con los acreedores.
Una de las formas consistía en consignaciones sobre la plata que llegaba desde las Indias y otra en pagos sobre los ingresos de la Corona, bien rentas ordinarias (alcabalas, tercias, aduanas, etc.) o extraordinarias (ingresos por ventas de tierras baldías, oficios, jurisdicciones de lugares, etc.).
Simón Ruiz participó en asientos con la Corona desde 1576 hasta 1590, retirándose prácticamente de la actividad profesional en 1592. Los dos documentos que presentamos son testigos de su quehacer financiero con la Hacienda Real.
Entre 1587 y 1589, debido a tres años consecutivos de malas cosechas, los Países Bajos cayeron presa de la peor hambre del siglo. No había víveres y a esta situación había que añadir el bloqueo impuesto por los holandeses sobre las provincias meridionales que impedía la llegada de granos del Báltico. Las condiciones eran desesperadas para el gran contingente de tropas españolas concentradas en Flandes cuyo objetivo era conectar con la gran flota de la Armada Invencible. En estas circunstancias, Alejandro Farnesio, capitán general del Ejército de Flandes y Gobernador de los Países Bajos, solicita un empréstito con un comerciarte portugués residente en Amberes, entregando letras de cambio pagaderas por el Consejo de Hacienda en España. Este método de contratación se conocía con el nombre de «asiento de Flandes» (contrato de cambio flamenco).
La Real Cédula, dada por Felipe II en 1590, trata sobre el reembolso de 138.000 ducados más el interés (12% anual) mediante obligaciones y recaudos («resguardos») por el anticipo que concedió el banquero medinense tal como está asentado por los contadores en la Contaduría de la Razón de la Contaduría Mayor de Hacienda.
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