El citado Sr. Ojeda aduce los testigos históricos, y los sabe quien ha leído obras serias en materia de religión. (N. del A.)
Tales son: algún buen Devocionario, o las Verdades eternas, por Rosignoli; la Guía de pecadores, por Fr. Luis de Granada. (N. del A.)
Gury Ballerini, n. 488; Bucceroni, n. 711. (N. del A.)
Bucceroni, n. 674. (N. del A.)
Bucceroni, n. 717. (N. del A.)
En 1888 salió una traducción castellana, aprobada en Roma. (N. del A.)
El Devocionario Manual arreglado por algunos padres de la Compañía de Jesús, pone las más usuales, sacadas de la Colección romana y reconocidas por el Ordinario. (N. del A.)
En el Devocionario Manual está la explicación de ese acto heroico. (N. del A.)
Bol. Ecl. de Madrid, t. XII, pág. 6. (N. del A.)
Bucceroni, núm. 540. (N. del A.)