Al concejo de
Justicia, Cavalleros hijos-dalgo y homes buenos de la villa de
Jumilla (á quien Dios mantenga) Andres Matheo de Guardiola y
Aragon, Mayordomo mayor del Infante de Aragón don Enrique,
é Alcayde de la villa y fortaleza de Jumilla y Capitan
General de esta frontera y Marquesado de Villena por merced de Rey
y Reyna mis Señores (á quien Dios mantenga) y al
Concejo, Justicia, Caballeros hijos-dalgo de la villa de Jumilla,
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Salud, como aquellos para quien queria diesse Dios mucha
honra y buenaventura. Sabed honrrados Señores, que Nos
aviendo partido de essa villa aier savado con mill é
setecientos de á cavallo é tres mil é
quinientos infantes que Nos sacamos de este Marquesado é
frontera, llegamos oy domingo primero de Pascua de Resureccion, un
hora antes de amanecer á esta desdichada villa de Cieza y,
mas de una legua antes cogieron los nuestros un home sospechoso y
sin armas, y á el qual aviendole yo atormentado su cuerpo
confesó ser Moro espia imbiado por el Rey Muley Alboacen de
Granada para dar aviso como Nos veniamos ya en su seguimiento, y
Nos confesso que el Rey quedaba saquendo la villa de Cieza y que la
tenia cercada desde aier sabado antes de amanecer, é
cogió toda la gente dentro, homes, é mugeres sin
escaparse nadie, y que traia quatro mill de á cavaIlo y
treinta mill infantes para entrar talando y asolando la tierra de
nuestra frontera y Marquesado empezando por essa villa, por saver
que Nos estabamos ausentes de ella en la corte con Sus Altezas y
marchando con nuestro sin facer ruido llegamos aun no claro
á esta desdichada villa, y fallamos que el cruel Rey, tenia
cargado el saco y dexaba pasados á cuchillo fasta cient
personas homes, niños y mugeres las mas que ahora Nos
acabamos de facer enterrar, é como su gente una hora antes
que Nos llegasemos empezaba á caminar apriesa llevando la
caballeria adelante el cruel Rey, que en la retaguardia venia,
mandó pegar fuego á toda la villa, la qual por
espacio de una hora, marchando como ibamos, la vimos arder y
quemarse y con el gran fuego, luces y algazara que tenian no nos
sintieron, fasta que en nombre de Dios empezamos a dar sobre ellos
porque estaban seguros y sin recelo de Nos como avemos dicho y
aviendo pues llegado Señores a esta desdichada villa, que
aun no era claro, fallamos al cruel Rey moro y á toda su
gente sin orden ni concierto en esta manera: toda su cavalleria
fasta seiscientos ginetes que le quedaban, toda la demas avia ya
pasado adelante con casi la mitad de su infanteria y gran parte de
los cautivos de esta villa, é la otra mitad de su exercito y
mas que aun no avia pasado, estaba en esta, que serían poco
mas de diez y seis mil Infantes y fasta seiscientos
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ginetes; en este cuerpo estaba el Rey Alboacen en lo mejor
de su exercito con muchos Alcaydes y todo el robo de ropa, ganados
é la maior parte de todos los cautivos é nos fallamos
su exercito assi como avemos dicho; sacamos del nuestro dos
esquadras grandes en esta manera. La una de piqueros por si venia
la cavallería y con ellos muchos vallesteros é tras
estos una manga volante de espadas desnudas. La otra esquadra
fué de ginetes lanceros con una tropa de hombres de á
pie con espadas desnudas; y el cuerpo do estaba la demás
gente: de nuestro exercito mandamos poner en la frente de el una
media luna de gente de á caballo, y tras estos otra media
luna de homes de á pie con espadas desnudas. Siendo pues
descubiertos, la que hacia claro, comienzan los nuestros a
tañer las trompetas y cajas diciendo: Santiago. La una
esquadra de la cavalleria arremetió de improviso por la
parte de avajo, é como estaban marchando sin orden y
concierto, rompió el exercito del moro, é lo
dividió, é dividido la mitad de el en que iba la
caballeria, comenzó luego á fuir apriesa, é la
nuestra caballeria dando sobre ellos entro é atropeyolos y
derrotolos sin resistencia alguna, é luego los homes de
á pie con espadas desnudas entraron pasando a cuchillo los
hombres atropellados: estos hicieron notable estrago y asolamiento
en los que quedaron, por que los demás se pusieron en fuida.
Mientras los nuestros andaban assi, la otra mitad del exercito
contrario arremetió sin orden ni concierto a la otra
esquadra nuestra de parte de arriba, que eran homes de á
pie, piqueros é vallestros; y esta esquadra nuestra no
pudiéndola romper, les detubimos el paso, que si las
rompieran, sed ciertos que acabaran con Nos sin que quedara nadie,
por mas caballeria que tubieramos, porque esse segundo cuerpo era
de mas de diez y seis mill infantes. Con lo qual las dos medias
lunas, que teniamos en la frente de nuestro exercito partió
la primera de los homes de á caballo, rompiendo por medio de
ellos, faciendo grandes fechos; á los cuales siguio luego la
otra media luna de los homes de á pie con espadas desnudas
haciendo en ellos el destrozo y asolamiento que los pasados
hicieron en el primero esquadrón, con lo qual viendo que la
cavalleria facia tal ruina —529→
en ellos, aventurando la demas cavallería en nombre
de Dios, dioles otro encuentro con lo qual de todo punto se
acabaron de poner en huida dexando la vatalla, é Nos luego
mandamos que la misma infanteria corriese el campo y passase a
cuchillo todos los feridos y atropellados fuera de infinitos que se
nos escaparon feridos de la vallesteria, lo qual avemos fecho con
la aiuda de Dios y del glorioso Apóstol Santiago,
Patrón de esta villa, por ser Nos de ella, é ser esta
de su orden é cavalleria, sed ciertos Señores que el
Santo por la mucha fee que tenianlos vino en ayuda de Nos ó
Nos a diferido dar esta victoria para que Nos en la tierra seamos
mas honrados; tomámole en esta batalla todo el carruaje del
saco ó robo que avian fecho é gran cantidad de
ganarlos que acia aca traían y vacas, é la maior
parte de los captivos, é habemos ganado quince vanderas y
siete pendones con el del Rey Alboacen y su cuerpo pudimos
prehender, por que estaba en el segundo cuerpo de su exercito que
nos dividimos y atropellamos, mas no fue conocido por haberse
quitado las vestiduras reales que los nuestros fallaron
después. Los moros atropellarlos que avemos pasado á
cuchillo pasan de mas de seis mill é quinientos, de que
somos ciertos entre ellos muchos Alcaydes fuera de infinitos que
Nos fueron; duro la batalla desvíe el amanecer hasta casi
medio dia y entre los capitanes que mas se señalaron en esta
batalla fue el capitan Alonso Perez de los Cobos, capitan de los de
Arevalo de essa villa y á quien se le atribuie toda la
victoria, porque el con su compañía rompió el
exercito y lo dividió y atropelló faciendo poner en
fuida casi la mitad del exercito y cogió el estandarte real
y pudo prehender el cuerpo de el Rey mas no conoció como
avemos dicho; Luis Abarca capitan de infanteria de essa villa
entró con las compañías de Yecla, Tobarra y
Montealegre y passó á cuchillo los feridos y
atropellados; Francisco Serrano y Miguel Lozano, su sobrino,
capitanes de los piqueros é ballesteros, detuvieron el paso
al segundo cuerpo del exercito que eran de mas de diez y seis mill
infantes; señalaronse tambien Aparicio Fernández y,
Pasqual Matheo y sus cuatro hermanos y sus primos; los Abarcas,
fixos del Capitan, é tambien Diego Ruiz é sus fixos;
los dos hermanos —530→
Herreros é Martín Quadrado y Miguel
Ramón de la Calle é Diego Thomas el Mozo Alferez de
la nuestra seña y pendón; señaronse tambien
Pasqual Martinez é Juan Ramón de la calle, su primo,
los quales prendieron á Laver Malique Alcayde de Vaza, y
estando en esta porfia llegose á ellos Alfonso Ximenez de
Notal con un pedazo de lanza que tomó del suelo y dixo:
«Caballeros cesse la porfia y ocupaos en matar moros que esse
honrrado Alcaide no es de ninguno de vosotros sino del diablo como
vereis luego» y diole una lanzada por el pecho que le
mató; que todos tres sobre el caso vinieron ante Nos como
á Capitan General para que los juzgaremos. El capitan
Rodríguez de Villena é los Alcaydes de Almansa y
Hellin no parecen fasta ahora ni vivos ni muertos. Los feridos
nuestros son pocos é los muertos tambien. Esto,
señores cavalleros, escribimos, para que sepades el valor de
los muertos y alabedes á Dios; é todo esto
señores facedlo saver á la noble dueña
doña Jinesa mi muger que presto seremos en su
compañía é facedlo saver tambien á los
Alcaydes de los castillos de la frontera y Marquesado porque Nos
quedamos cansados y ocupados en el reparo de esta villa y quedamos
escriviendo para Sus Altezas vuestros fechos porque vos honren y
fagan mercedes. Del noble Pedro Faxardo, Adelantado de Murcia,
viene ahora á Nos un home á cavallo y nos face saber,
como ha llegado a su villa de Molina é viene con la
cavalleria de Murcia en ayuda de Nos. Dios os guarde, Nobles
cavalleros de este campo de Cieza, oy Domingo de Pasqua, mill y
quatrocientos y setenta y siete.
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