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ArribaAbajo

Libro IV




Del almirante a Boscán preguntándole ciertas cosas de unos amores ya pasados de mucho tiempo


ArribaAbajo    Pidos por merced, Boscán,
que digáis qué tal hallastes
la que contino negastes
do mis pensamientos van.
Y si el caerse su flor  5
si bastó para sanar,
o la memoria matar
con aquel viejo dolor.

    Que si ¡ay! no fue fingida
la pasión que atormentava,  10
la pena quentonces dava
aora verná más crecida.
Que al Petrarca, quen amar
leéis que perdió la vida,
no le curó la herida  15
el arco por aventar.

    No creo que devaneo
sosteniendo esta quistión,
porque yo mi coraçón
con solo este mal le veo.  20
Que aquí, cuando yo me duelo,
las hermosas contempladas
son imágines pintadas
que me muestran las del cielo.

    Y como un mismo dolor  25
era el que a entrambos hería,
parécele a la fe mía
que no puede aver mayor.
Y si alguno os fue a la mano,
temo que nunca tuvistes  30
la pena que descubristes,
y que stáis del todo sano.

    Siendo así, os é compasión;
quen amor la sanidad
á de ser que piadad  35
muestre ver tanta pasión.
Ques grande la diferencia
dentrel sano y el doliente,
del que mis males no siente
es más grande su dolencia.  40

    La firmeza haze mi obra
y tal quel alma figura,
que la verdadera cura
es el mal cuando me sobra.
Y así al amador que yerra  45
tiene el amor ordenado,
que como descomulgado
que no le sufra la tierra.

    Y pues vuestra pasión calma,
por mudar vuestra querella,  50
quiero saber si con calma
bolveréis acá, o sin ella.
Que si vos queréis mudaros
ser de tanto mal testigo,
si lo sé podré lloraros  55
como a verdadero amigo.

    Que dar al preso poder
de salir de la prisión,
peligro es para temer
más que faltar gualardón.  60
Confesad el desamor,
ques mejor que no negalle
y es afrentar al amor
mostrar que podéis forçalle.

    Si soy largo en lescrivir  65
nos devéis maravillar,
que yo nunca sé acabar
el comienço sin morir.
Cuando ¡ay! quedé cativo,
firmeza me dio pasión  70
do á destar el coraçón
todo cuanto fuere bivo.

    Hálloos menos en la corte
a donde Dios me á traído;
menos por ser allá ido,  75
menos por vuestro deporte,
y me quedan más recelos
de los queran menester,
por tener amor poder
de matarme acá de celos.  80




De un fraile respondiendo a Boscán en nombre del almirante


ArribaAbajo    Yo mestoy maravillando
que se mude nuestro cielo:
vos lo vais imaginando,
vos lo tomáis a repelo,
vos sois el que os vais mudando.  5
Y otro cualquier cuidado
presuma y os desatiente,
que si razón no me miente
no olvidar el mal pasado
onra es del bien presente.  10

    Vuestros pasados dolores
entonces eran presentes,
agora los acidentes
son viejos y son menores
y siempre serán ausentes.  15
Encubrir vuestros milagros
pues que son falsificados;
vuestros deseos, doblados,
consumidos, gruesos, magros,
de pocos amortiguados.  20

    El coraçón, yo concluyo
que pudo padecer llaga,
mas cómo se satisfaga
si yo mesmo lo destruyo
no siento cómo se haga.  25
Y cuando más voy pensando
y miro por vuestro estado,
entonces veo, cuitado,
vuestro bivir peligrando
justamante maltratado.  30

    No sé cómo serán ciertos,
según narra la historia,
vuestros males, pues son muertos
no estáis vos para ver gloria:
lleno estáis de desconciertos.  35
Y si no fuesen respectos,
en verdad que yo contase
vuestros notables defetos,
si la causa no mirase
cuando miro los efetos.  40

    Si por la ley umanal
vuestro desorden acato,
luego me hielo y me mato,
temiendo que vuestro mal
a todos ponga en rebato.  45
Y si me voy acordando
de vuestras causas pasadas,
hállolas tan estremadas
que las questáis alabando
me parecen escusadas.  50

    Pues también será escusado
de lo que fue olvidarme,
en los dos quiero ocuparme:
daquello ques ya pasado
haze el presente acordarme.  55
No entréis vos en diferencia
de lo que fue a este mundo,
falsa es mi intiligencia,
si sin memoria me fundo
merezco gran penitencia.  60

    Mas porque nadi consienta,
señor, en vuestros pecados,
son los presentes pasados;
nos engañéis en la cuenta
que todos son ya contados.  65
Vuestro mudar yo no cuento,
ques cosa muy mal pensada,
vos tenéis lalma gastada;
por mudar el pensamiento
nunca acabaréis jornada.  70

    Tantas vezes os prendió
el amor con gran fortuna
que sperar vos de ninguna
no presumáis como yo,
pues siempre serví a una.  75
Y así que yo é pensado
de poner la lengua mía
en lo presente y pasado,
para vuestra fantasía
quede todo lo vedado.  80




Respuesta de Boscán al fraile en nombre del almirante


ArribaAbajo    Reverendo, onrado fraile,
de scaramuças ganoso
¿para qués tan gran donaire
que os queráis hazer donoso?
Vuestra respuesta entendí  5
y en ella entendí vuestro arte,
pero qué vistes en mí
para que vos, de mi parte,
respondiésedes así.

    ¡Qué deseo de valerme!  10
¡Qué pleito tan escusado!
Si pensastes defenderme
tenéislo muy mal pensado.
¡Cuál dolor es el que os ciega!
¡Qué jüizio es el que os falta!  15
La pelota que va alta,
si el que no sabe la juega,
dará risa y hará falta.

    Respuesta es de castigar
la vuestra, aunque fuera buena;  20
quel fraile no deve entrar
sin licencia en casa agena.
Entrastes como a robar,
con pasos disimulados,
mas ya que son declarados,  25
sabé que os hará saltar
la grita por los tejados.

    Andarán las asonadas
de aquellos que os correrán;
son tales vuestras pisadas  30
quel rastro no perderán.
Si el que os prendiere os despoja
los bestidos que traéis,
según los aborrecéis,
aun agora se me antoja  35
cómo dello os holgaréis.

    La justicia que castiga
los públicos maleficios,
tratará como enemiga
vuestros agenos oficios.  40
Y porquel mal no se trague
sin su justo gualardón,
y este mundo no se estrague,
dará vozes el pregón:
«quien tal trova que tal pague».  45

    Al revés yo respondiera
de lo que vos respondistes;
antes la lança perdiera
que no dar a donde distes.
De lo que Boscán á escrito  50
la letra sola tomastes;
tan contra el alma os mostrastes,
que aun el alma del escrito
por ser alma la matastes.

    No hizo el cielo mudable  55
aunque, si bien sentendiera,
ya que mudable lo hiziera,
no fuera el yerro notable.
Muévese y su movimiento
le muda sus influencias;  60
de aquí vienen mil sentencias,
de aquí nuestro sentimiento
recibe sus diferencias.

    Queréis por culpa muy gruesa
mudança a Boscán echalle,  65
que donaire es escusalle
de lo quél mesmo confiesa.
Si el mudar fue con razón,
de jüizio fue discreto;
y ansí sube el coraçón  70
para subir a perfeto,
de una en otra perfición.

    Dixo más: que sarrepiente
de los amores pasados.
En esto, si bien se siente,  75
sennoblecen sus cuidados.
Su puerto sube tan alto
que de lo pasado llora,
no porquestonces fue falto,
mas por aver dado agora  80
para arriba tan gran salto.

    A esto vos respondéis
no sé qué cosa soñada,
la cual si vos entendéis,
entendéis lo que no es nada.  85
Sus razones confirmáis
¡o qué adversario tan fiero!
Acertáis do no tiráis,
sois tan hermoso puntero
que para acertar erráis.  90

    Dezís otras niñerías,
tan baxas y tan perdidas,
que no merecen, de frías,
ser bien ni mal respondidas.
Hablastes como turbado,  95
bolvistes muy mal la proa,
dezís, por vuestro pecado,
que aquello que Boscán loa
parece ques escusado.

    Mala querella tomastes,  100
todo el mundo os contradize,
lengua que tal cosa dize
para qué no la cortastes.
Reclamar a Barcelona,
pedirá vengança desto;  105
toda la tierra pregona
quel fraile ques descompuesto,
no le á de valer corona.

    Vanidad es la que acusa,
el mundo da la sentencia;  110
la locura es la que escusa
pero no sin penitencia.
El proceso está cerrado;
no tenés dónde apelar
¡o fraile muy mal mirado!  115
Ganoso de más errar
aun después de aver errado.

    ¡O pasos fuera de tiento!
¡O mano mal sosegada!
¡O lengua para escarmiento  120
sin que quede escarmentada!
¡O seso con razón muerta!
¡O bivir muy desigual!
¡O mundo que sufres tal
que vaya de puerta en puerta  125
un fraile trobando mal!




De Boscán al almirante respondiendo a unas coplas que le embió diziéndole que era muy mudable y que ya lo avía visto enamorado en otra parte y después avía començado otros amores


ArribaAbajo    Las coplas an allegado,
pero dizen que truxeron
el camino tan errado
que no sé cómo pudieron
llegar jamás a poblado.  5
Nunca llegaran tan presto
por tierra con tan mal tiempo;
quiçá vienen por el viento,
y si queréis bien ver esto
miraldes el fundamiento.  10

    Fundan que mi coraçón
no sabe verdad de amor,
y que soy camaleón
reçibiendo la color
de cuantas colores son.  15
Y que me dieron destreza
en saber sufrir ultrajes,
y que agora, mi firmeza,
quebrantó los omenajes
y vendió la fortaleza.  20

    En fin, porquesto se diga
en nuestra más común lengua,
qu'é tomado nueva amiga,
y que ya tan grave mengua
¿por qué Amor no la castiga?  25
Agravian tanto el proceso
que bien muestran su malicia;
matarme así lo confieso,
y si niego mi justicia,
recibirá gran avieso.  30

    La verdad me da valer
pues que más que todo vale,
porquen la ley del querer,
lo que por la boca sale,
haze ganar o perder.  35
Confesaré que é mudado,
y provaré que el mudar,
á sido perseverar
destar firme en el estado
quel amor quiso ordenar.  40

    Yo me vi ser amador
y entonces pensé que amava,
porquen la verdad hallava
algunos tientos de Amor,
y el amor me los mostrava.  45
Andava como entendía,
guardava los mandamientos,
huían mis sentimientos,
de caer en eregía
de dañados pensamientos.  50

    Mostrava la calentura
porque no estava en las venas,
bastava ser mi figura
buen testigo de las penas
de toda mi desventura.  55
Pensava ya que mi daño
no pudiera ser mayor,
como nuevo sabidor
que presume el primer año
de llegar a ser dotor.  60

    Amor no se contentó
comigo de aquel estado,
y de un grado en otro grado
brevemente me subió
adonde agora é llegado.  65
Si culpan este mudar
porque fui do el amor quiso,
también me podrán culpar
cuando fuere a paraíso
queriéndome Dios llevar.  70

    Mejorar la fantasía
no es mudar de su carrera;
mudança la mejoría
sería, desta manera
que todo se perdería.  75
¿Cómo sería el querer
si bueltas no recibiese?
No abría más de un ser
si la rueda no bolviese
para subir y caer.  80

    El Sol firme está en el cielo
pero en mil formas parece;
mudanças en sí padece,
nublados le ponen velo,
siendo claro se escurece.  85
Él se pone y se levanta,
su rostro viste y desnuda;
no por eso nos espanta,
no dezimos que se muda
con una mudança tanta.  90

    Pues si esto que se altera,
a lo menos en la muestra,
nuestra natura nos muestra
que á de ser desta manera
por mostrarse más maestra.  95
Y aun aquello que empeora
mudando naturalmente,
no es culpa ni se siente
si mi alma se me mejora
para que no se consiente.  100

    Nunca muda el coraçón
si su valor le aprovecha;
por cosa tienen bien hecha
salir duna religión
para otra más estrecha.  105
El que ama en mayor grado
no menos es mereciente
en el ser que aya dexado,
si es más noble el ques presente,
allí viene el ques pasado.  110

    No vino contra la ley
del amor mi coraçón;
los que quiebran la prisión
huyendo para su rey
en ninguna culpa son.  115
Mas que los que me prendieron
y me pusieron allí,
demprestado lo hizieron;
fue para ponerme aquí
donde agora me traxeron.  120

    En esto, que fue mudada
mi alma y se satisfizo;
la disculpa más provada
es quen cuanto en mí se hizo
yo jamás no hize nada.  125
Yo estava hecho pedaços
sin poder ya menearme,
el amor vino a mudarme:
y áme tomado en sus braços
para mejor asentarme.  130

   El alma de su natura
quiere subir donde nace,
y así lo alto procura
y de lo alto se pace;
allí busca su figura.  135
Va siguiendo su esperança
donde todos se la dan,
de una en otra semejança,
de salidas pararán
do todo su bien alcança.  140

    Pues por qué á de ser la mía
contra su naturaleza;
bien haze en seguir su vía
tras la mayor gentileza
que tenemos oy en día.  145
Aquí me predestinó
el amor en mis sentidos,
este lugar ordenó
donde estén sus escogidos,
y así quiere questé yo.  150

    Aquí no puedo mudar
pues no se muda el ojeto,
forçado es perseverar
para tan alto secreto,
si se pudiere alcançar.  155
Las razones aquí fueron,
para esto se guardaron,
las hojas se menearon,
y los troços estuvieron
aquí donde se plantaron.  160

    Cien mil razones daría,
mas teme mi voluntad
denflaquecer la verdad
mostrando tanta porfía
por defender su bondad.  165
Y es materia tan delgada
esta disputa de amores,
que sembrara mil errores
si no fuere bien tratada
por sotiles amadores.  170

    Por eso mi fe, señor,
no alteremos los groseros,
no será de buen pastor
poner miedo a los corderos
que tienen la fe de amor.  175
Pues el pueblo es ynorante,
dispuesto a mil acidentes,
no se diga que a las gentes
las confunde un almirante
con razones aparentes.  180




De Boscán al almirante en nombre de un cavallero


ArribaAbajo    Quien para tirar estira,
si no tiene el braço sano,
áse de dar cuando tira
en el arco o en la mano.
Así, vuestra señoría,  5
queriéndome dar a mí,
yo sé bien dó acertaría,
puesto que acertarse a sí
gran maravilla sería.

    Mas aun el braço en que dais  10
puede ser que no le deis,
de tan cerca le tiráis
ques fuerça que le acertéis.
Dexadas burlas aparte,
mirá por vos otra vez;  15
catá, señor, ques mal arte
que presumáis de ser juez
en negocio que sois parte.

    Cuanto más que os an ganado
ese pleito, y vos tras eso,  20
viendo que sois condenado,
añadís en el proceso.
Pues no digáis que os juzgaron
así por ser en ausencia,
porque al dar de la sentencia,  25
yo sé bien que os condenaron,
señor, en vuestra presencia.

    La sentencia no fue larga,
de justa no sobró nada,
a la persona cargada  30
viene medida la carga.
Con todo, es cosa despanto
questa burla tanto dure;
un señor que pudo tanto,
pues nunca pudo, no cure  35
sino de hablar como un santo.




Coblas hechas sobre:



Siéntome tal en miraros
que dolor tengo de mí;
¡quién pudiese holvidaros
para cordarse de sí!




GLOSA

ArribaAbajo    Trasportado en la figura
de vuestro merecimiento,
do tan linda creatura
contemplo en su hermosura
ques salud de mi tormento;  5
cuando pienso publicaros
la causa de mi pasión,
porque falta el coraçón,
siéntome tal en miraros.

    Antes dexaré de ser  10
que no dexaros de amar;
mas ¿quién bastará querer
merecer el merecer
de que os quiso Dios dotar?
Mas pues tal cosa emprendí  15
en la pena que padesco,
viendo cuán poco meresco,
que dolor tengo de mí.

    La muerte ques enemiga
de dar fin al dolor mío,  20
si la quiero por amiga
por me dar mayor fatiga
pone muy mayor desvío;
mas ella, por contentaros,
se alexa de mi prisión,  25
porque diga con pasión:
¡Quién pudiese olvidaros!

    Al fin mi fin será tal
cual el fin por quien yo muero,
que por regla natural  30
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  35
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .




Canción del mesmo


ArribaAbajo    Manya deve ser de Amor,
porque dél no me desmande,
que al tiempo que estoy peor,
ningún mal çufro tan grande
que no escuse otro mayor.  5
La llaga del escarmiento
de los males que an venido
me haze que lo que siento
me parece buen partido
de miedo de más tormento.  10
Quiçá es enganyo de amor,
porque mejor en mí mande,
pues cuando me va peor
ningún mal sufro tan grande
que no escuse otro peor.  15




Obra llamada Ospital de amor echa por Boscán


ArribaAbajo    Como en pena siempre velo
con ansia de amor rabiosa,
una noche sin consuelo
sentí una boz hermosa
que me puso gran recelo.  5
Yo pensaba si el huir
o esperar sería mejor;
a este tiempo oí dezir,
con otra boz muy mayor:
«Deste mal as de morir.»  10

    Miré si pudiera ver,
por un vergel dónde stava,
qué cosa podría ser
que tan tristes nuevas dava,
do faltava tal plazer.  15
Y mientras esto procuro,
vi cabe mí una donzella,
con rostro gentil, seguro,
tan onesta como bella,
vestida de verdescuro.  20

    Roguéle, por cortesía,
que me dixera quién era.
Dixo: «Yo soy quien solía,
con tu pena lastimera,
darte descanço algún día;  25
mi nombre de ti no huya,
que amiga t'é sido y buena;
pero ¿quieres que concluya?
Ora te soy tan agena
cuantotro tiempo fui tuya.  30

    Yo soy la quen tu pación
luego vi tu perdimiento,
quen ser tal la ocasión
conocí tu pensamiento
ser destrema presunción;  35
y soy la quen tu meneo
puse esfuerço de contino,
hasta agora que ya veo
que no puede aver camino
para curar tu deçeo.  40

    Por eso tú, triste amante,
tente por desengañado,
dexa dir más adelante,
no pienses quel enamorado
sana más por ser constante;  45
que la propia ley damor
es quen ley no se consiste,
pues vemos quel amador
haze a las vezes más triste
y al contrario da favor.»  50

    Oída la nueva tal
que la sperança traía,
los que saben deste mal
bien verán si lancia mía
sería más que mortal.  55
Cuanto pude m'sforcé
a grandes bozes diziendo:
«Señora, si en vos no ay fe,
no me detengáis biviendo:
del morir me socorré.»  60

    Ella de muy gran dolor,
doliéndoçe de mis sobras,
díxome: «Triste amador,
sábete que son mis hobras
conformes a mi color;  65
quen mi verde vestidura
la fe que spera no falta,
mas tus males y tristura
nacen de causa tan alta
que mi ropa es buelta scura.»  70

    Fuese sin más responder,
porque sanar no merece,
bien como suele hazer
el fícico que conosieçe
al que no á de guarecer.  75
Yo, estando sin más consierto,
llévanme súpitamente
en una nuve cubierto,
no con música plaziente
mas con obsequias de muerto.  80

    Hasta quen un campo straño
me dexaron triste y solo,
por do'ndava un hermitaño
que dezía: «¿Adolo, adolo?
¿Pues que hasí ha echo el daño?»  85
Los que la nuve bolvían,
que mavían dexado allí,
yo sentí que respondían:
«No stá muy lexos de ti,
que tus pasos a él te guían.»  90

    A mí luego se acercó,
y antes que nada digo,
saludándome habló:
«Dime quién eres, amigo,
y dezir t'é quién só yo.  95
Cómo eres aquí venido
no quiero de ti sabello,
que primero la é sabido,
y aun en el consierto dello
alguna parte é yo sido.»  100

    Respondí: «Padre, señor,
yo soy un desventurado
prisionero del amor,
contino más desamado
mientras más firme amador;  105
a quien corre la fortuna
y á corrido siempre tal,
que no ay persona alguna
a quien no duela mi mal,
si no es tan sola una.  110

    Ésta es, señor, aquella
que así me tiene a su mando,
que no sé sino querella;
aunque stoy con vos hablando
está mi alma con ella;  115
y de verme en mal esquivo
no se tiene por contenta,
mientra más soy su cativo
se me haze más ausenta;
ved en cuánta pena bivo.»  120

    «No te cumple más hablar
-me dixo muy mesurado-,
de mí te quiero avizar,
que é por nombre Cuidado,
si m'as oído nombrar;  125
y es mi casa aquí en un prado,
un ospital sin plazer
quel amor á fabricado
para poder acoger
a quien dél es mal llagado.  130

    Allí vienen amadores
de sabida priminencia
a morir mortes de amores;
por tan plenaria indulgencia
de sus penas y dolores.  135
Y porque muy por entero
se duela lamor de tu mal,
fue contento y plazentero
quen este triste ospital
acabes tu fin postrero.  140

    Y porque podrías pensarte
quen tu mal abrás holgança,
quiso primero enviarte
tu amiga la Esperança
para más desengañarte.  145
Y mandó a sus oficiales
traerte por esta vía,
en aquestos campos tales
dexarte sin compañía,
acompañado de males.»  150

    Y a mí dixo: «Vos, Cuidado,
id, salid a recebir;
dezilde venga de grado,
que, aunque aquí viene a morir,
más muere en vivir penado.  155
Por eso tú, hijo, ven,
quel ospitalero só,
que sin te mostrar desdén,
como si tú fueres yo
onraré todo tu bien.»  160

    Yo le dixe: «Padre, vamos»,
y él me tomó por la mano;
y así nos fuimos, entramos
caminando por un llano,
hasta que hallá llegamos.  165
Y después dallá llegar,
como por la puerta entro,
tuve gana de mirar
todo cuanto stava dentro,
pues me iva allí a morar.  170

    Vi pintado y construido
el cielo con las estrellas,
y la imagen de Cupido,
que stá sobre todas ellas,
con este mote escupido:  175
A cuantas planetas son,
vence el discreto seso;
pero el de más discreción
es de Amor vencido y preso,
que no le vale razón.  180

    Vi en otra parte pintadas
istorias damor más duna
y por orden debuxadas
las bueltas que la Fortuna
nos á echo mil vegadas;  185
vi su cara triste y leda,
y estas letras que allí son:
Aunque da buelta su rueda,
es de tal costilación
quen el mal se stá más queda.  190

    Dexo las otras pinturas
que allí lindas parecían,
por contar de las tristuras
de los tristes que allí eran
sufriendo sus amarguras.  195
Vide muchos que lloravan
y otros del todo contrechos;
unos vide que vasqueavan
y otros echados en lechos
que ya casi se finavan.  200

    Vide una tienda, trasmano,
de un viejo, grande erbolario;
éste era en el tiempo anciano
quera también boticario
y físico y cirurgiano.  205
Pero no era curativa
la medecina que ordenava,
antes era empaliativa,
porque a quien Amor apenava
nunca sana en cuanto viva.  210

    Como salió a visitar
los enfermos que allí estavan,
fuime tras él, por mirar
si en sus dolores hallavan
algún descanço u vagar.  215
El primero que visitó
fue un enfermo de deseo,
que dezía: «Muerto só,
quel dolor en que me veo
no tiene remedio, no.»  220

    «Ese mal, ¿cómo te vino?
-el físico-, hijo», dezía.
Dixo: «En los hojos camino
y asiento en la fantazía
hasta me sacar de tino;  225
y en ellos traigo imprimida
la muy graciosa figura
de quien me rovó la vida;
así que no cumple cura,
pues es mortal la herida.»  230

    «Para que puedas sanar,
éste es el mejor remedio:
ten siempre con quien hablar,
quel pasatiempo es buen medio
para hazerse olvidar.  235
Xarabe de sufrimiento,
aunque grave te paresca,
toma y tente a regimiento;
que cuando tu mal más cresca
quita dél el pençamiento.»  240

    Vimos luego otro doliente
que dezía muy penado:
«¿Ay razón que tal consiente
que me tenga desdeñado
la que sirvo lealmente?»  245
El maestro, a la sazón,
miró el pulso que tenía;
violo arder sin proporsión
y a tal prisa le vatía
quera daver compaçión.  250

    Y dixo: «Toma un ungüento
hecho de olios muy perfetos,
de claro conocimiento
con que veas los defetos
de quien causa tu tormento;  255
más con esto, es menester
sangrarte en todas maneras
de la vena del querer,
porque tanto bien no quieras
a quien te quiere perder.»  260

    Mientras recibe consuelo
éste, que mal se quexava,
vi hazer muy grande duelo
a un mancebo que allí andava
con grandes vascas de celo.  265
«¿Qué mal as, que así tempece?
-dixo el físico-.» «Cuitado,
una imbidia que me crece
de ver de ser más amado
a quien menos lo merece.  270

    Daquí me nace otro mal,
que, si quien de mí es servida,
de amor haze algún señal
a persona desta vida,
recibo pena mortal.  275
Que su amor yo no lo quiero
cuando a otro da dél parte,
porquen una tema muero:
quel amor que se reparte
no puede ser verdadero.»  280

    «Lo que tú hazer debrías
por sanar tales estremos,
axaroparte unos días
porque después xaropeemos
todas esas fantasías.  285
Los xarabes han de ser
de paciencia y fortaleza,
y las aguas de plazer,
con que venças tu tristeza
y apoderes tu poder.  290

    Y después te purgarás
con media onça de razón,
con la cual sosegarás
tu alma de la pasión
tan terrible que le das.  295
Y pues más no as de ganar,
por querer así matarte,
cura de disimular
y echa bien a buena parte
lo que así puede pasar.»  300

    Otro vimos por la sala
que dezía: «Morir me cale,
¡ved si es mi dicha mala
que el ánima se me sale
y no ay nadie que me vala!»  305
Dixo el físico al aflegido:
«¿Qués lo que más te atormenta?»
Respondió: «Señor, olvido,
que de mí no ay más cuenta
que si no fuera nacido.  310

    Nunca la señora mía
yo dél aun la deshago,
y ella, con cuerda porfía,
no haze de mí más caso
que si no me conocía.  315
Ved que tal estoy ausente
en dolores tan perplexos,
que sirviendo lealmente
me era el remedio tan lexos
cuanto el daño mes presente.»  320

    «Pues en ella está, y no en ti,
ese dolor tan straño.»
«Verdad es, mi señor, sí,
pero yo recibo el daño,
lo que nunca merecí.»  325
«El medio que as de tener
para tan grande dolencia,
es que tayas de abstener
de la peligrosa aucencia,
lo que aquí no puede ser.»  330

    Luego fuimos a otro lecho
adonde stava lloroso
un enfermo muy contrecho,
diziendo: «Hablar no oso
la causa de mi despecho.  335
Temo que mi enfermedad
sabrá quien causa dolor.»
Dixo el físico: «Hablad,
que a mí y al confesor
no sencubre la verdad.»  340

    «Lo que sólo dizir quiero
de mi pena tan inmensa,
es que aquella por quien muero
por ventura no lo piensa:
mirad qué remedio spero.  345
Mil vezes le voy a hablar
y mi lengua, que le pesa,
se me pega al paladar,
diziendo ques alta empresa
la que yo quiero tomar.»  350

    «Para pena tan crecida
y de tan crecido sello,
toma de ti tu medida
y tráela siempre al cuello,
si no, perderás la vida.  355
Mide bien tu merecer
y sanarás desta hiebre;
no midas a tu plazer,
ques fuerça quel hilo quiebre
si lo tiras de su ser.»  360

    Otro, de nuevo herido,
entra cuando no me cato,
y venía amortecido,
hasta que a cabo de un rato
fue tornado en su sentido,  365
diziendo: «Yo stoy espantado
de cómo no desespero,
pues me veo desdichado
sin saber de qué mal muero,
al morir tan acercado.»  370

    El físico le tentó
todo el cuerpo con gran tino;
cuando al coraçón llegó
dixo en voz: «¡Ay! Que me fino,
que de aí muero yo.»  375
Respondió: «Es gran razón
que aí te aya de doler,
porques clara conclusión
que donde nasce el querer
se asienta la pasción.»  380

    A este punto ordenóle
prestamente un restaurante,
y de perlas y de oro de fe
con que sufra y no sespante,
por más que Amor le dé.  385
Y provóle a estancar
las lágrimas de sus ojos;
mas no puede aprovechar,
porque las causan enojos
que son malos de acabar.  390

    Otro enfermo del engaño
dezía a vozes: «Señor,
¿ay remedio en mal tamaño,
que, quien causa mi dolor,
encarece de mi daño?  395
De unas razones se ampara
que ni me tiene ni me suelta:
unas vezes aze cara,
otras vezes da la buelta
con que mi muerte declara.»  400

    «El remedio de las llagas
de que agora, triste, enfermas,
es que un dormitorio hagas
con quen su amor te aduermas
y verás cómo le pagas;  405
questo es un fino toque
do se afirma quien bien ama,
que finjas un mucho troque
de tu amor con otra dama,
aunquel querer no se apoque.»  410

    El enfermo respondió:
«Vuestro consejo agradesco,
mas no quiera Dios que yo,
a mí, que gran mal padezco,
me aduerma en servilla, no.  415
Cuanto más que mi figura
no puede disimular
mi dolor y mi tristura,
por do estimo más quedar
a beneficio de natura.»  420

    Con lágrimas, y muy sangrientas,
otro enfermo allí venía,
que contava en unas cuentas
todo cuanto le devía
la que causa sus afrentas;  425
y dezía: «Al mal que siento
no basta cuenta ni pluma,
que, aunque valga por ciento
nunca allegará a la suma
del medio de mi tormento.»  430

    Dixo el físico: «¿Qué mal
os da pena tan crecida?»
«Un dolor muy desigual,
que otros dizen que da vida,
mas yo digo ques mortal.  435
Es un mal de ser presente
que mis ansias me despierta,
que, aunque da gloria aparente,
trae la muerte encubierta,
cual lo sabe quien lo siente.»  440

    «La medicina discreta
-dixo el físico- señor,
es que vos tengáis a dieta
de ver lo que os da dolor,
aunquen el alma se os meta.»  445
«Eso yo no puedo hazer;
y, aunque puedo, no querría,
que stimo más padecer
viendo la memoria mía,
que sanar por no la ver.»  450

    Otro enfermo congoxado
a grandes vozes dezía:
«¡Ay de mí, desventurado!
Quien viese... mi porfía
nunca matará venado.  455
En ausencia o en presencia,
por demás oy se procura
mi servir sin diferencia;
que do falta la ventura
no aprovecha diligencia.  460

    De causa es mi pación
la mayor que nunca fue,
que no sé por qué razón
mientras más crece mi fe
más me amengua el gualardón.»  465
El físico habló muy priado:
«Ponte un empastro en la frente
de mil ombres que an penado
deste mal que tu alma siente,
y serás aconsolado.»  470

    Desque vide mal tan fiero
y personas tan aflegidas,
dixe a mi compañero:
«Las damas de amor heridas,
¿dónde stán, que verlas quiero?»  475
Díxome: «Del mal que mueres,
que tan mal se desimula,
no ay aquí la que tú quieres,
porque tienen una bula
que no acogen las mugeres.»  480

    Yo le dixe: «Señor, dezí,
y ellas, ¿no tienen tal mal?»
Díxome: «Dizen que çí,
y que tienen otrospital,
pero yo jamás le vi.»  485
Yo respondí: «A mi creer
bien se puede dezir yermo
vuestro ospital de plazer,
pues llorar tiene el enfermo
donde falta la muger.»  490

    Él me dixo: «Así conviene
que descanço aquí tú esperes,
porquel triste que aquí viene,
más le danyan los plazeres
cuanto más dolor sostiene.  495
Y tanvién ay gran primor
en lo que ahora me preguntas,
quen el orden del amor,
cuando las causas son justas
acresientan el dolor.»  500

    En esto dixo el maestro
al viejo quera presente:
«Dad recaudo en lo que es nuestro;
porque sta mesquina gente
no se muera a cargo vuestro.  505
Y si alguno sin enmienda
acidente le cresciese,
acudid presto en mi tienda,
porquen lo que pertenece
se le ordena una bevienda.»  510

    Dixo el ospitalero:
«Señor, dello soy contento,
mas mirad mi compañero,
que pasa grave tormento,
no se muera aquí primero.»  515
Del dolor que me tenía
preguntó las calidades;
le rendí con agonía:
«Todas las infermedades
no se igualen con la mía.  520

    Que yo muero de deseo
y vivo menospreciado,
y tanvién celos poseo,
estando más desviado;
cuando más privarme creo  525
buelo en alto sin que buele,
y es mi engaño muy crescido
y aun el coraçón me duele;
la presencia me ha erido
y crueza, como suele.»  530

    De que el físico me vio
dixo todas tus señales:
«Según que halcanço yo
son sin duda muy mortales,
quen sí no ay remedio, no.  535
Y pues a todo mi ver
es muy vieja tu herida,
esfuerça en el padecer,
que la llaga envegecida
no se puede guarecer.  540

    Y por ende, vos, Cuidado,
dalde un lecho de reposo,
en que muera más holgado
este que no fue dichoso
de verçe gualardonado.»  545
Luego el Cuidado me mete
con muy lloroso denuedo,
en un scuro retrete,
do mucho vivir no puedo,
quel morir ya me acomete.  550

    Aunque prové acostar,
mi pasión no stava en calma,
quel estrecho razonar
de mi cuerpo con el alma
dava storvo al sosegar.  555
Y a la segunda visita
que el físico fue tornado,
dixo: «Hijo, resucita,
que una cosa é pensado
que quiçá el morir te quita.  560

    Y es que aquí suele venir
un hombre de gran mesura,
que limosna va a pedir
para los tan sin ventura
que aquí pasan su vivir;  565
el cual con lamentasión
demanda en este tenor:
'Dat, por Dios, consolación
a los heridos de amor,
que os libre de su pasión.'  570

    Con éste as de enviar
a la que te cativó,
a dezir de tu penar,
y que si ella sola no,
nadi vasta a remediar.»  575
Yo dixe: «Poco aprovecha,
pero quiero lo hazer;
vaya perdida esta trecha,
pues para siempre perder
mi triste vida fue echa.»  580

    En esto el hombre á llegado
que dixo el físico mío,
y venía congoxado,
porque más vezes vazío
venía que no cargado.  585
Yo le dixe algo contento:
«¿Cómo os llamáis, buen hombre?»
Él me dixo: «Pensamiento
es, señor, mi triste nombre,
que de vuestro mal me siento.»  590

    «No sé si me conocéis
en este lugar tan tosco.»
«En eso nos engañéis,
que mejor que a mí os conosco,
y a la que os tiene tal cual veis;  595
que a las puertas defendidas
de su querer di aldavadas,
y por nunca ser oídas,
fueron tristes mis tornadas
mucho más que no las idas.»  600

    «Esta vez, si os plaziera
me haze merced que vais
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
cómo stoy, y dó me dexáis,
donde nunca más me viera.  605
Y si os quisiere habrir,
tened, señor, tales modos
que a vozes agáis sentir
mi dolor, que lo oigan todos,
pues no es cosa de sofrir.»  610

    «Sin ningún dolor ni miedo
-respondió- yo iré de grado,
no digo una vez, mas siento;
pero de vos atribulado
no perdáis el sufrimiento;  615
ni tampoco en mal tan fiero
esperéis corto el favor,
porque si es falta, no quiero
que sea mayor dolor
el postrero quel primero.»  620


Haze fin andereçando a su amiga

    Luego partió vía vía;
allá va a vuestra presencia:
él os dirá lancia mía;
dalde muy larga creencia,
que mi alma lo embía.  625
Hazé que mi mal squivo
en mí, triste, no sensuelba...
Mas con un recelo bivo,
que, aunque la respuesta buelva,
yo, triste, no seré bivo.  630




Canción


ArribaAbajo    Villa, y luego en aquel ver
vi quen nuestro mal no ay medio,
y sin él no ay remedio,
sin perderme y vos perder.
Quen mí la honor perderçe  5
y la vida, ques mortal,
ni en vos todo este mal
no sería de dolerçe,
no perdiendo el principal.
Temo abrán de padecer  10
nuestras almas sin remedio,
pues que nos halla remedio
sin perderme y vos perder.



ArribaAbajo Pues que no sé qu'é de azer
lo que mí querer desea,
quiero lo que no á de ser;
quiçá con nuestro querer
posible será que sea.  5

    No quiero de oy más mostrar
querer lo qu'é deseado;
no quiero dexar de amar
y quiero que mi penar
no se muestre'n mi cuidado;  10
ni menos quiero atender
cosa que por mi bien vea,
y con este contender,
quiçá con nuestro querer
posible será que sea.  15

    Ya no quiero el esperar
me sostenga ni dé vida,
ni quiero ver quel tardar
del tiempo, ni su mudar,
tenga mi fe apercibida.  20
Cortaré mi parecer
de lo que más me recrea,
desterrado del plazer;
quiçá con nuestro querer
posible será que sea.  25

    Hastaquí mi desear
á sido lo que quería;
agora quiero mudar
y conmigo contrastar
por ver si se mudaría  30
Fortuna, porque a mi ver,
suele donde ay gran pelea
a las vezes proveer,
y es pues aquel querer
mi querer, no puede ser;  35
quiçá con nuestro querer
posible será que sea.




Esparce


ArribaAbajo    Dos pensaments ma pensa'n tant torbada,
determinar no sé cual dells seguesca:
a tots seguir no puch sens no fenesca
per gran dolor ma vida tribulada.
Dexar-los tots es cosa imposible  5
se puga fer, pus mon poder no y basta;
tant per igual lo meu voler contrasta
los dos camins que més no és posible.
Forsat será divisió dells fasa,
pus altrament es traurel mal en plasa.  10




Conversión de Boscán


ArribaAbajo    Después que por este suelo
mil engaños descubrí,
un poco tornando en mí,
sin osar mirar al cielo
preguntéme qués de ti.  5
Los ojos alcé por verme,
y en verme así tan mortal,
que pues no puedo valerme,
por no conocerme tal
no quisiere conocerme.  10

    Conoscí la enfermedad
de mi mal conocimiento,
vi confuso al pensamiento,
y suelta la voluntad
y atado el entendimiento.  15
Vi mi alma como va,
muerta con su misma guerra
y vila enterrada ya,
puesta debaxo de tierra
pues debaxo el cuerpo está.  20

    Vi mi seso como es
que a cada paso estropieça,
vime tornado al revés:
los pies sobre la cabeça,
la cabeça so los pies.  25
El orden vi natural
en mí todo trastornado,
porque vi ser sojuzgado:
lo immortal a lo mortal
y lo flaco a lo esforçado.  30

    Vi la parte que se muestra
por muestra de Dios en todos,
a la parte más siniestra,
derribada de sus modos,
atinada de mal diestra.  35
Lo malo se encarescía,
lo bueno dava de balde;
no sé quién vi que ponía
al deseo por alcalde,
por reina a la fantasía.  40

    Vi mis cuatro calidades
que de fuerça son contrarias,
convertidas, de adversarias,
para todas mis maldades,
conformes y voluntarias.  45
Consintiendo en lo peor,
a tener paz fui venido,
mas deviera yo, perdido,
ganalla por vencedor
y ganella por vencido.  50

    Ya llegava estar contento
en disformidad conforme,
satisfecho el pensamiento
de que vi que era disforme,
la casa con el cimiento.  55
Holgava de estar confuso,
huía de cualquier cura,
y en esta mi compostura
governava el solo uso
y cesava la natura.  60

    Como doliente dañado
de dañada fantasía,
que aborresce lo poblado,
y en meitad quiere del día
de la luz estar privado.  65
Yo así, donde el bien morava
y alumbrava la razón,
tan presto me fatigava
que en el mal del coraçón
solamente reposava.  70

    En el más baxo elemento
era mi plazer y gloria;
allí estava el pensamiento,
preparando en la memoria
deleites al sentimiento.  75
Arrastrado por el suelo
mi jüizio tanto yerra,
que tuviera por consuelo,
si quien hizo mar y tierra,
se olvidara hazer cielo.  80

    Con ceguedad muy estraña,
tan contraria de mi nombre,
aunque todo el mal me engaña,
con la parte que fui hombre,
conoscí ser alimaña.  85
Aquel ser con quien nascí
tan del todo se perdió,
que entonces en mí se vio
ninguna cosa de mí,
tan lexos como fui yo.  90

    Aunque el mal yo no repuno
estando un poco despierto,
vime dos ombres en uno,
y al cabo fue lo más cierto
que vi, que no fue ninguno.  95
De mí mismo gana uve
entonces de me provar,
mas de vergüença que tuve,
no siendo para reinar,
en mi reino me detuve.  100

    Puesto que era tan perdido,
del mal pensé apartarme;
mas cuando quise mudarme,
según estava tollido,
no fue posible mudarme.  105
Diome luego tal tristeza
viendo el mal que así se esfuerça,
que según fue su grandeza,
queriendo provar mi fuerça,
fue provada mi flaqueza.  110

    Socorro no me faltava,
solevantarme quería,
mas aquel que me ayudava
al principio socorría
y en el medio me dexava.  115
No dexava su tristeza
jamás de me socorrer,
pero ni dio su poder
con lo que, por mi flaqueza,
se pudiera sostener.  120

    Como niño que no anda,
mas anda por andar ya,
que si es cuerdo el que lo manda,
do quiera que con él va
poco a poco se desmanda.  125
Así, aquel que me llevava,
como a niño me trahía;
los principios me mostrava,
lo demás que no cabía,
do cabía lo guardava.  130

    Yo llegava al primer grado
de la gracia que se empieça
donde aquel que es ya llegado,
si no pierde la cabeça,
se tiene por bien librado.  135
Ya la luz esclarecía,
la tiniebla se quebrava
aunque el sol no parescía,
do el cielo no se cerrava
se mostrava el claro día.  140

    Yo viendo que amaneciera,
comencé de apercebirme,
ya era tiempo de partirme,
pero no de tal manera
que pudiese bien regirme.  145
Poco a poco recordava
por qué estava tan pesado,
que el sueño que me quedava,
del sueño que era pasado,
paresce que me turbava.  150

    Como pastor que ha dormido
en la noche en su cavaña,
que viniendo la mañana
se levanta amodorrido
y se va por la montaña,  155
y soplándose las manos
se sacude y se despierta,
así el alma que era muerta,
en deseos harto vanos,
se halló que fue despierta.  160

    Del cielo hasta el abismo
vi el aire cuasi sereno,
y acordando mi baptismo,
conoscí que tan ageno
fuera siempre de mí mismo.  165
Y vi el sol en su semblante,
tan hermoso y tan luziente
que, aunque estava en el Oriente,
tanta luz en un instante
se mostrava en el poniente.  170

    El socorro ya segundo
començava a socorrerme,
con el cual pude valerme
de los males deste mundo,
sin peligro de perderme.  175
De mi mal quedava sano,
pero no tan sin trabajo
que fuese tan en mi mano
caminar por el atajo
como pude por lo llano.  180

    Del sueño muy recordado,
tirando para la cumbre,
me hallé tan levantado
que en mí, sola la costumbre
me quedava del pecado.  185
A la culpa me tornava;
y el huir del alma mía
el mal yo lo concebía,
mas tan presto le matava
que luego le mal paría.  190

    Entonces de nuevo hecho
vi el ser de mi coraçón,
que se viera tan deshecho,
que en el alma la razón
era todo su despecho.  195
Criado como de nada
vi mi hombre que está dentro,
tan rehecho allá en su centro,
que la vida dél pasada
la llevava de un encuentro.  200

    Dexando de ser ageno
fui hecho como en un punto,
a fin que todo muy junto,
sobre aquello que es más bueno,
yo llevase el contrapunto.  205
Porque aquel que me crió,
que en todo se satisfizo,
muchas veces me formó,
la primera vez me hizo,
las otras me convertió.  210

    De ser tan alto subido,
como digo, y transformado,
en mi orden ordenado,
vi mi reino muy regido
por razón y no por grado.  215
Mis tres almas a la par
vi puestas en exercicio,
cada una en su oficio:
la una para mandar,
y las dos para servicio.  220

    Vi luego la fantasía
como moço reçongando,
mas razón no permitía,
por el bien del otro vando,
que pasase su porfía.  225
Vi mis torpes sentimientos
aunque no quisiera vellos,
y hallé, según sus tientos,
que sólo quedavan dellos
los primeros movimientos.  230

    Y vi la más alta sphera
del alma que governava,
y según me paresciera,
por de dentro calentava,
y alumbrava por de fuera.  235
Allí vi el entendimiento
con la verdad por objecto,
y vi todo el regimiento
tan cerca de ser perfecto,
que me hizo estar contento.  240

    Vi la voluntad con mando
absoluto y ordinario,
que por mejorar su vando
hasta el bien extraordinario
se iva de cuando en cuando.  245
Vi la parte ques espuela
para la salud y freno;
vi Amor que puso vela
del deseo, que de bueno,
va pagado con la tela.  250

    Vi más el alta memoria,
tesoro de bien humano,
donde vi larga la historia
de mi ser, que fue tan vano,
que no fue para dar gloria.  255
Fue bien averme acordado
de mi triste mal absente,
pues mi alma ya consiente
que, acordando lo pasado,
se corrija lo presente.  260

    Lo pasado y por venir,
todo lo puso delante,
y de aver sido inconstante
me vino ella a repetir
que me hizo ser constante.  265
Trastornava mi consciencia
lo que es y lo que era,
todo puesto en mi presencia,
de mí, que el mando tuviera,
se tomava residencia.  270

    Dolor de la culpa mía,
de la culpa me librava,
porque así me castigava,
que solo pesar tenía
si pesar no me sobrava.  275
Meresciendo en el holgar
que uve del padecer,
tan puesto estava en llorar,
que mil vezes mi plazer
renovava mi penar.  280

    Por creer en el dolor
de mi pasada locura,
contemplando el hazedor
me acordé de la hechura
de mí, triste pecador.  285
Vi que Dios me redimió
contra sí siendo crüel,
y mirando bien lo dél,
vi cómo se hizo Él yo
porque yo me hiziese Él.  290

    Vi que cuando me formara
ningún estado me diera,
mas en mi mano pusiera
que yo mismo me tornara
aquello que más quisiera.  295
Que pudiese ser bestial
o pudiese ser humano,
o que fuese angelical,
o que estuviese en mi mano,
o tomar lo divinal.  300

    Vi su alta providencia
do lo por hazer es hecho,
que jamás me dio sentencia
que no fuese por provecho
de mi sola conocencia.  305
Vi la causa por qué quiso
aver hecho fuego eterno,
y fue para darme aviso,
por guardarme del infierno,
que ganase el paraíso.  310

    Vi que cuando mi justicia
va forçada y con discordia,
que á de poder de mi malicia:
queriendo misericordia
le hago querer justicia.  315
Viendo esto, vi tal vena
en mí, de arrepentimiento,
que bastó, para descuento,
un momento desta pena
para el eternal tormento.  320

    Fue tan alto convertirme
y de Dios tan ayudado,
que luego al muy alto grado,
con mi propósito firme,
me vi que fui sublimado.  325
Tan dentro me vi a la puerta,
tan en paz y tan arriba
la guerra tan lexos iva,
que la carne estuvo muerta
de quedar el alma biva.  330

    De las gracias, la postrera,
aquella que nos confirma,
tras la segunda y primera
poniendo luego su firma
dexóme desta manera,  335
dexóme con tal salud;
y en tal estado me puso
que, de dentro, en mí compuso
con natura, la virtud,
y con la virtud el uso.  340

    Como ciego en quien se ofrece
tener la calidad tal,
y que así se compadece,
y su ser de ser igual
ni se altera ni adolesce.  345
Así, el alma en substancia
sus calidades ponía
con tal igual consonancia,
que en ella ya no podía
tener poder inconstancia.  350

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