Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente




ArribaAbajo

Libro II


A la Duquesa de Soma

He miedo de importunar a vuestra señoría con tantos libros. Pero ya que la importunidad no es escusa, pienso que avrá sido menos malo dalla repartida en partes, porque si la una acabare de cansar, será muy fácil remedio dexar las otras. Aunque tras esto me acuerdo agora que el cuarto libro ha de ser de las obras de Garcilaso, y éste no solamente espero yo que no cansará a nadie, mas aun dará muy gran alivio al cansancio de los otros. En el primero avrá vuestra señoría visto esas coplas (quiero dezillo así) hechas a la castellana. Solía holgarse con ellas un hombre muy avisado y a quien vuestra señoría deve de conocer muy bien, que es don Diego de Mendoça. Mas paréceme que se holgava con ellas como con niños, y así las llamava las redondillas. Este segundo libro terná otras cosas hechas al modo italiano, las cuales serán sonetos y canciones, que las trobas desta arte así han sido llamadas siempre. La manera déstas es más grave y de más artificio y (si yo no me engaño) mucho mejor que la de las otras. Mas todavía, no embargante esto, cuando quise provar a hazellas no dexé de entender que tuviera en esto muchos reprehensores. Porque la cosa era nueva en nuestra España y los nombres también nuevos, a lo menos muchos dellos, y en tanta novedad era imposible no temer con causa, y aun sin ella. Cuanto más que luego en poniendo las manos en esto, topé con hombres que me cansaron. Y en cosa que toda ella consiste en ingenio y en jüizio, no tiniendo estas dos cosas más vida de cuanto tienen gusto, pues cansándome havía de desgustarme, después de desgustado, no tenía donde pasar más adelante. Los unos se quexavan que en las trobas desta arte los consonantes no andavan tan descubiertos ni sonavan tanto como en las castellanas; otros dezían que este verso no sabían si era verso o si era prosa, otros argüían diziendo que esto principalmente havía de ser para mugeres y que ellas no curavan de cosas de sustancia sino del son de las palabras y de la dulçura del consonante. Estos hombres con estas sus opiniones me movieron a que me pusiese a entender mejor la cosa, porque entendiéndola viese más claro sus sinrazones. Y así cuanto más he querido llegar esto al cabo, discutiéndolo conmigo mismo, y platicándolo con otros, tanto más he visto el poco fundamento que ellos tuvieron en ponerme estos miedos. Y hanme parecido tan livianos sus argumentos, que de solo haver parado en ellos, poco o mucho me corro; y así me correría agora si quisiese responder a sus escrúpulos. Que ¿quién ha de responder a hombres que no se mueven sino al son de los consonantes? ¿Y quién se ha de poner en pláticas con gente que no sabe qué cosa es verso, sino aquel que calçado y vestido con el consonante os entra de un golpe por el un oído y os sale por el otro? Pues a los otros que dizen que estas cosas no siendo sino para mugeres no han de ser muy fundadas, ¿quién ha de gastar tiempo en respondelles? Tengo yo a las mugeres por tan sustanciales, las que aciertan a sello, y aciertan muchas, que en este caso quien se pusiese a defendellas las ofendería. Así que estos hombres y todos los de su arte, licencia ternán de dezir lo que mandaren, que yo no pretiendo tanta amistad con ellos que, si hablaren mal, me ponga en trabajo de hablar bien para atajallos. Si a éstos mis obras les parecieren duras y tuvieren soledad de la multitud de los consonantes, ahí tienen un cancionero, que acordó de llamarse general, para que todos ellos bivan y descansen con él generalmente. Y si quisieren chistes también los hallarán a poca costa. Lo que agora a mí me queda por hazer saber a los que quisieren leer este mi libro es que no querría que me tuviesen por tan amigo de cosas nuevas que pensasen de mí que por hazerme inventor de estas trobas, las cuales hasta agora no las hemos visto usar en España, haya querido provar a hazellas. Antes quiero que sepan que ni yo jamás he hecho profesión de escrivir esto ni otra cosa ni, aunque la hiziera, me pusiera en trabajo de provar nuevas invinciones. Yo sé muy bien cuán gran peligro es escrivir y entiendo que muchos de los que han escrito, aunque lo hayan hecho más que medianamente bien, si cuerdos son, se deven de aver arrepentido hartas vezes. De manera que si de escrivir, por fácil cosa que fuera la que huviera de escrivirse, he tenido siempre miedo, mucho más le tuviera de provar mi pluma en lo que hasta agora nadie en nuestra España ha provado la suya. Pues si tras esto escrivo y hago imprimir lo que he escrito y he querido ser el primero que ha juntado la lengua castellana con el modo de escrivir italiano, esto parece que es contradecir con las obras a las palabras. A esto digo que, cuanto al escrivir, ya di dello razón bastante en el prólogo del primer libro. Cuanto al tentar el estilo de estos sonetos y canciones y otras cosas de este género, respondo: que así como en lo que he escrito nunca tuve fin a escrivir sino a andarme descansando con mi spíritu, si alguno tengo, y esto para pasar menos pesadamente algunos ratos pesados de la vida, así también en este modo de invención (si así quieren llamalla) nunca pensé que inventava ni hazía cosa que huviese de quedar en el mundo, sino que entré en ello descuidadamente como en cosa que iva tan poco en hazella que no havía para qué dexalla de hazer haviéndola gana. Cuanto más que vino sobre habla. Porque estando un día en Granada con el Navagero, al cual por haver sido varón tan celebrado en nuestros días he querido aquí nombralle a vuestra señoría, tratando con él en cosas de ingenio y de letras y especialmente en las variedades de muchas lenguas, me dixo por qué no provava en lengua castellana sonetos y otras artes de trobas usadas por los buenos authores de Italia. Y no solamente me lo dixo así livianamente, mas aun me rogó que lo hiziese. Partíme pocos días después para mi casa, y con la largueza y soledad del camino discurriendo por diversas cosas, fui a dar muchas vezes en lo que el Navagero me havía dicho. Y así comencé a tentar este género de verso, en el cual al principio hallé alguna dificultad por ser muy artificioso y tener muchas particularidades diferentes del nuestro. Pero después, pareciéndome quiçá con el amor de las cosas proprias que esto començava a sucederme bien, fui poco a poco metiéndome con calor en ello. Mas esto no bastara a hazerme pasar muy adelante si Garcilaso, con su jüizio, el cual no solamente en mi opinión, mas en la de todo el mundo, ha sido tenido por regla cierta, no me confirmara en esta mi demanda. Y así, alabándome muchas vezes este mi propósito y acabándomele de aprovar con su enxemplo, porque quiso él también llevar este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos ociosos en esto más fundadamente. Y después, ya que con su persuasión tuve más abierto el jüizio, ocurriéronme cada día razones para hazerme llevar adelante lo començado. Vi que este verso que usan los castellanos, si un poco asentadamente queremos mirar en ello, no hay quien sepa de dónde tuvo principio. Y si él fuese tan bueno que se pudiese aprovar de suyo, como los otros que hay buenos, no havría necesidad de escudriñar quiénes fueron los inventores dél. Porque él se trahería su autoridad consigo y no sería menester dársela de aquellos que le inventaron. Pero él agora ni trahe en sí cosa por donde haya de alcançar más onra de la que alcança, que es ser admitido del vulgo, ni nos muestra su principio con la autoridad del cual seamos obligados a hazelle onra. Todo esto se alla muy al revés en estotro verso de nuestro segundo libro, porque en él vemos, dondequiera que se nos muestra, una disposición muy capaz para recebir cualquier materia: o grave o sotil, o dificultosa o fácil, y asimismo para ayuntarse con cualquier estilo de los que hallamos entre los authores antiguos aprovados. De más desto, ha dexado con su buena opinión tan gran rastro de sí por dondequiera que haya pasado, que si queremos tomalle dende aquí, donde se nos ha venido a las manos y bolver con él atrás por el camino por donde vino, podremos muy fácilmente llegar hasta muy cerca de donde fue su comienço. Y así le vemos agora en nuestros días andar bien tratado en Italia, la cual es una tierra muy floreciente de ingenios, de letras, de jüizios y de grandes escritores. Petrarcha fue el primero que en aquella provincia le acabó de poner en su punto, y en éste se ha quedado y quedará, creo yo, para siempre. Dante fue más atrás, el cual usó muy bien dél, pero diferentemente de Petrarcha. En tiempo de Dante y un poco antes, florecieron los proençales, cuyas obras, por culpa de los tiempos, andan en pocas manos. Destos proençales salieron muchos authores ecelentes catalanes, de los cuales el más ecelente es Osias March, en loor del cual, si yo agora me metiese un poco, no podría tan presto bolver a lo que agora traigo entre las manos. Mas basta para esto el testimonio del señor Almirante, que después que vio una vez sus obras las hizo luego escrivir con mucha diligencia y tiene el libro dellas por tan familiar como dizen que tenía Alexandre el de Homero. Mas tornando a nuestro propósito, digo que, aun bolviendo más atrás de los proençales, hallaremos todavía el camino hecho deste nuestro verso. Porque los hendecasíllabos, de los cuales tanta fiesta han hecho los latinos, llevan casi la misma arte, y son los mismos, en cuanto la diferencia de las lenguas lo sufre. Y porque acabemos de llegar a la fuente, no han sido dellos tampoco inventores los latinos, sino que los tomaron de los griegos, como han tomado muchas otras cosas señaladas en diversas artes. De manera que este género de trobas, y con la authoridad de su valor proprio y con la reputación de los antiguos y modernos que las han usado, es dino, no solamente de ser recebido de una lengua tan buena como es la castellana, mas aún de ser en ella preferido a todos los versos vulgares. Y así pienso yo que lleva camino para sello. Porque ya los buenos ingenios de Castilla, que van fuera de la vulgar cuenta, le aman y le siguen y se exercitan en él tanto que, si los tiempos con sus desasosiegos no lo estorvan, podrá ser que antes de mucho se duelan los italianos de ver lo bueno de su poesía transferido en España. Pero esto aún está lexos, y no es bien que nos fundemos en estas esperanças hasta vellas más cerca. De lo que agora los que escriven se pueden preciar es que para sus escritos tengan un jüizio de tanta autoridad como el de vuestra señoría, porque con él queden favorecidos los buenos y desengañados los malos. Pero tiempo es que el segundo libro comience a dar ya razón de sí y entienda cómo le ha de ir con sus sonetos y canciones. Y si la cosa no sucediera tan bien como él desea, piense que en todas las artes los primeros hazen harto en empeçar y los otros que después vienen quedan obligados a mejorarse.






Soneto


ArribaAbajo    Nunca d'Amor estuve tan contento
que'n su loor mis versos ocupase;
ni a nadie consejé que s'engañase
buscando en el amor contentamiento.

    Esto siempre juzgó mi entendimiento:  5
que d'este mal tod'hombre se guardase,
y así, porque'sta ley se conservase,
holgué de ser a todos escarmiento.

    ¡O vosotros que andáis tras mis escritos
gustando de leer tormentos tristes,  10
según que por amar son infinitos!,

    mis versos son deziros: «¡O benditos
los que de Dios tan gran merced huvistes
que del poder d'Amor fuésedes quitos!»




Soneto


ArribaAbajo    Las llagas que, d'Amor, son invisibles,
quiero como visibles se presenten,
porque aquellos que umanamente sienten
s'espanten d'acidentes tan terribles.

   Los casos de justicia más horribles  5
en público han de ser, porque'scarmienten
con ver su fealdad, y s'amedrienten
hasta los coraçones invencibles.

    Yo traigo aquí la istoria de mis males,
donde hazañas d'amor han concurrido,  10
tan fuertes, que no sé cómo contallas.

    Yo solo en tantas guerras fui herido,
y son de mis heridas las señales
tan feas, que é vergüença de mostrallas.




Soneto


ArribaAbajo    Mas mientra más yo desto me corriere,
más converná mostrar mis desventuras;
que así serán pagadas mis locuras
con la triste vergüença que sintiere.

    Y cada vez que bien marrepintiere,  5
gran logro llevaré de mis tristuras;
d'esta cura salrán otras mil curas
para mí y para quien verme quisiere.

    Por el ancho camino por do fueren
todos verán mi triste monumento  10
y verán de mi muerte'l gran letrero.

    Temblando quedarán en un momento
cuantos allí miraren y leyeren
un modo de morir tan lastimero.




Soneto


ArribaAbajo    ¿Quién terná en sí tan duro sentimiento
que, 'n ver mi mal, la buelta no dé luego?
¿Quién tan loco será, o será tan ciego,
que los ojos no cierre a mi tormento?

    Delante van las penas que'n mí siento  5
dando nuevas de mi desasosiego,
y en las manos llevando el bivo fuego
do ardiendo'stá mi triste pensamiento.

    Los que tras mí vernán, si se perdieren,
no sé cómo podrán ser desculpados.  10
Morirán a sabiendas, si murieren.

    Dinos serán de ser al campo echados,
por mano de las gentes que los vieren
tan adrede morir desesperados.




Soneto


ArribaAbajo    Aún bien no fui salido de la cuna,
ni de l'ama la leche uve dexado,
cuando el amor me tuvo condenado
a ser de los que siguen su fortuna.

    Diome luego miserias d'una en una  5
por hazerme costumbre en su cuidado;
después en mí d'un golpe ha descargado
cuanto mal hay debaxo de la luna.

    En dolor fui criado y fui nacido,
dando d'un triste paso en otro amargo,  10
tanto que, si hay paso, es de la muerte.

    ¡O coraçón que siempre has padecido!,
dime: tan fuerte mal, ¿cómo es tan largo?
Y mal tan largo -di-, ¿cómo es tan fuerte?




Soneto


ArribaAbajo    El alto cielo -que'n sus movimientos
por diversas figuras discurriendo,
en nuestro sentir flaco'stá influyendo
diversos y contrarios sentimientos;

    y una vez mueve blandos pensamientos,  5
otra vez asperezas va encendiendo,
y es su uso traernos rebolviendo,
agora con pesar y ora contentos-,

    fixo'stá en mí, sin nunca hazer mudança
de planeta ni sino en mi sentido,  10
clavado en mis tormentos todavía.

    De ver otro hemisperio no é'sperança,
y así donde una vez m'anochecido,
allí me'stoy, sin esperar el día.




Soneto


ArribaAbajo    Solo y pensoso en páramos desiertos
mis pasos doy, cuidosos y cansados,
y entrambos ojos traigo levantados
a ver no vea alguien mis desconciertos.

    Mis tormentos allí vienen tan ciertos,  5
y van mis sentimientos tan cargados,
que aun los campos me suelen ser pesados
porque todos no'stan secos y muertos.

    Si oyo balar acaso algún ganado,
y la boz del pastor da en mis oídos,  10
allí se me rebuelve mi cuidado;

    y quedan espantados mis sentidos,
¿cómo ha sido no haver desesperado
después de tantos llantos doloridos?




Soneto


ArribaAbajo    Quise amaros, señora, de mi grado,
con blandos sentimientos, blandamente,
y entonces yo jamás sentí acidente
con el cual no quedase mejorado.

    Dest'amor no's havéis vos contentado  5
porque salir le vistes mansamente,
sino que, por mostraros más valiente,
mi blanda voluntad havéis forçado.

    Aborreció's el manso vasallage
y quesistes usar de tiranía,  10
vuestro reino'stragando con ultrage.

    Dañastes malamente la fe mía
y así os quise quebrar el omenage,
y, si agora pudiese, lo haría.




Soneto


ArribaAbajo    Como suele en el aire la cometa,
o algún otro señal nuevo'spantarnos,
y tanto su temor haze avisarnos,
que'ntonces cada uno es gran propheta,

    así, muestra de bien clara o secreta,  5
si a mí y a mis sentidos queréis darnos,
no podemos sino mucho alterarnos:
tan nuevo'stá en el bien nuestro planeta.

    No sufre mi dolor ningún estado
de ningún bien si no es muy poco a poco;  10
d'otra arte pienso ser siempre'ngañado.

    Nunca creo el plazer, aunque le toco;
y si tan mala vez m'he asegurado,
temo que me ternán todos por loco.




Soneto


ArribaAbajo    Querelléme de vos, señora, cuando
de vuestras artes fui tan inorante
que me'ngañava en ver vuestro semblante,
vuestro ser por el gesto imaginando.

    Andúveme después desengañando,  5
y vi, en lo que de vos me vi delante,
que vuestro uso y natura es la culpante
que vos ya sobre vos no tenéis mando.

    Así que agora no hay de qué quexarme;
mi derecho y mis quexas han parado,  10
pues vos no tenéis ya de qué pagarme.

    No he de ser yo de seso tan menguado
que del fuego, en el cual fui a quemarme,
quede quexoso en ver que m'ha quemado.




Soneto


ArribaAbajo    No es tiempo ya de no tener templança;
si mi dolor quisiese consentilla
perdono mi congoxa y el sentilla,
y el desgusto que del sufrir m'alcança.

    Mas el amor me pone tanta lança  5
que oxallá yo pudiese no sufrilla;
hayan de mí los hombres ya manzilla,
siquiera porque soy su semejança.

    Cayo y levanto, 'spero y desconfío;
no tengo del bivir sino qué siento:  10
ya cuanto soy parece desvarío.

    Si un poco más en mi penar porfío
en mí presto s'acabará el tormento,
su poder acabando con el mío.




Soneto


ArribaAbajo    Vime al través en fuertes peñas dado,
casi sin vida, y lo demás perdido;
y entonces fui de seso tan caído
que'n tanto mal me vi'star descuidado.

    He'ntendido después tan mal estado  5
cuando las gentes dél m'han advertido;
y así agora, aunque'stoy arrepentido,
no me contento, pues tanto he tardado.

    No tardé en entender luego el engaño,
pero, de miserable, no quería  10
acabar de creer tan fuerte daño.

    Venció en fin la verdad a mi porfía
y quedó confirmado el desengaño,
tomando nueva buelta el alma mía.




Soneto


ArribaAbajo    Dexadme en paz, ¡o duros pensamientos!
Básteos el daño y la vergüença hecha.
Si todo lo é pasado, ¿qué aprovecha
inventar sobre mí nuevos tormentos?

    Natura en mí perdió sus movimientos;  5
el alma ya a los pies del dolor s'echa;
tiene por bien, en regla tan estrecha,
a tantos casos, tantos sufrimientos.

    Amor, fortuna y muerte, ques presente,
me llevan a la fin por sus jornadas,  10
y a mi cuenta devría ser llegado.

    Yo, cuando acaso afloxa el acidente,
si buelvo el rostro y miro las pisadas,
tiemblo de ver por donde m'an pasado.




Soneto


ArribaAbajo    Yo cuento ya los pasos que voy dando
y veo bien las tierras que traspaso.
Sé lo que pierdo en dar un solo paso;
quiero siempre parar y siempre ando.

    Traigo este cuerpo, que por fuerça mando,  5
y con la carga dél voy tan a paso,
y en poca tierra tanto dolor paso,
que's cuanto ando andarme reparando.

    ¿Yo qué haré, que me partí, cuitado?
Mal bolverá quien tanto mal á hecho;  10
y así es agora mal cuanto yo hago.

    Ando conmigo en todo tan penado
que'n mí de nada quedo satisfecho
sino de ver que no me satisfago.




Soneto


ArribaAbajo    Ponme en la vida más brava, importuna,
do pida a Dios mil vezes la mortaja;
ponme en edad do el seso más trabaja,
o en los braços del ama, o en la cuna;

    ponme en baxa o en próspera fortuna;  5
ponme do el sol el trato humano ataja,
o a do por frío el alto mar se cuaja,
o en el abismo o encima de la luna;

    ponme do a nuestros pies biven las gentes,
o en la tierra, o en el cielo, o en el viento;  10
ponme entre fieras, puesto entre sus dientes,

    do muerte y sangre es todo el fundamento;
dondequiera terné siempre presentes
los ojos por quien muero tan contento.




Soneto


ArribaAbajo    ¿Cuándo será que buelva a ver los ojos
de donde amor me haze tanta guerra,
y pueda'star mirando aquella tierra
do me dexé con todos mis despojos?

    No puedo, triste, más con mis enojos;  5
a cada paso el coraçón me cierra
ver tanto llano en medio y tanta sierra,
por do el bivir m'arrancan a manojos.

    Ando mil vezes por tomar el buelo
y bolver mal, sin esperar sazón,  10
y hazer por más seso esta locura.

    Pero luego levántase un recelo,
conozco que me'ngaña el coraçón
y quedo'stoy por no'stragar la cura.




Soneto


ArribaAbajo   Ya canso al mundo y bivo todavía;
llevo tras mí mis años arrastrando;
mis amigos de mí van murmurando;
yo ando ya ascondiéndome del día.

   La noche sigo, mas mi fantasía  5
me stá entre las tinieblas espantando.
La soledad doquiera voy buscando,
pero a las vezes busco compañía.

   Viene mi mal con tan cruda figura
que'l alma no le tiene el rostro firme:  10
quiere huir de tanta desventura.

   Yo deseo también tras ella irme;
mas amor, la costumbre y la ventura,
me salen y me tienen al partirme.




Soneto


ArribaAbajo    Oíd, oíd, los hombres y las gentes,
un nuevo caso que'n amar s'ofrece:
Amor en mí con su deleite crece,
mientra más males tengo, y más presentes.

    Estando el alma con mil acidentes,  5
un gusto, que no sé, la favorece.
Ella lo sabe, y así más florece
en los más fríos tiempos o calientes.

    Tanto en amar estiendo mi camino
que descubro sin causas mil efetos;  10
a otros mundos me lleva el desatino.

    Estoy en mi negocio tan contino
que según sé d'amor grandes secretos,
ya no soy sabidor, sino adevino.




Canción


ArribaAbajo      Quiero hablar un poco
mas teme'l coraçón de fatigarse,
porque si hablo sé que será tanto
      quel seso á d'alterarse,
y a su culpa no es bien tornarse loco.  5
Tras esto mostrars'á mi crudo llanto
tal que con él no querría dar espanto.
Pero pasar este peligro es fuerça,
y escójolo por menos peligroso;
       de suerte que si oso  10
es ya por el aprieto que me fuerça,
       y el alma á de provar
su seso y su poder, y así se'sfuerça.
Con esto tales cosas é d'hablar,
que aún ora'stoy pensando de callar.  15

      Callaré, si pudiere;
mas no podré, que á mucho que no puedo;
hablaré, por no'starme como'stoy,
      pues no puedo'star quedo,
que mal sosegará quien así muere.  20
Si parto, sólo por irme, me voy;
mudanças hago por no ser quien soy.
En fin, pues esto tanto ya conviene,
començaré a quexarme a pesar mío.
      Mas quiçá es desvarío,  25
llanto que'n tal dolor tan tarde viene.
      Eslo, mas mi tristura
¿qué hará, si otro remedio no tiene?
Hallo asimismo en tanta desventura,
que'l seso y la razón es ya locura.  30

       ¿Para qué's dar desculpas,
en tiempo que cuanto tengo es perdido?
Hombre tan triste, tan cuitado y tal,
       no á de ser reprendido,
ni tener puede méritos ni culpas.  35
Pues en mi pena me dexan mortal,
déxenm'agora quexar de mi mal.
No sufrirá consejo mal tan grave;
todo es uno con gusto tan dañado:
       todo sabe a cuidado.  40
Si ay alguno que mis cuitas no alave,
      porfío y contradigo
y dígole que's loco, y que no save.
Ya en mis males no tengo por amigo
sino al que me's dañoso y enemigo.  45

       Faltará la memoria
para poder dezir lo que'n mí siento.
Mas, aunque ataja el mal, también despierta
       y pone tal aliento,
que m'atrevo a contar tan gran istoria,  50
por donde'l alma casi como muerta
no atina ya sino como s'acierta.
Olvidando el comienço, el fin no hallo;
mal concierto terná cuento tan largo,
      do todo á sido amargo;  55
y agora lo á de ser también contallo.
       Trabajan mis sentidos
en buscar lo que siento, por echallo.
Oyo llamar de lexos mis gemidos,
y é lástima de ver que van perdidos.  60

       ¡O mis crudos dolores,
dadme un poco d'alivio porque pueda
provar a ver si diré lo que digo!
      Pues mi alma sólo queda
por escarmiento a muchos amadores,  65
dexadme ya seguir esto que sigo.
Catá que con el mal digo y desdigo.
Confieso más, que pueden preguntarme,
y viéneme, en mitad de lo que cuento,
       tan grande corrimiento  70
que allí, luego, querría desculparme.
       ¡O triste coraçón,
en cuántas cosas hazes atajarme!
La vergüença de mi gran confusión
me duele más que toda mi pasión.  75

       Yo, ¿cómo fui cativo,
que buen cobro de mí pensé que diera?
Quisiera ser libre, mas no lo quise;
      y oxallá no lo fuera,
pues fue para bivir como yo bivo.  80
Ya no aprovecha cosa que m'avise,
sino dexarme que'l dolor me pise.
¡O libertad por todos eredada!,
¿qué erraste contra mí o qué heziste?,
      ¿por dónde mereciste  85
que fueses, tú de mí, tan mal tratada?
       Perdímonos los dos;
yo llevo a cuestas toda la jornada.
Yo lo hize y lo pago, y plega a Dios
no lo paguéis, señora, también vos.  90

       Cuando el amor cobré
no sé cómo no vi el mal que tenía.
Tan cautelosamente me hería
       que apenas lo sentía.
Mil vezes dixe en mí: «No sé qué m'é»;  95
y preguntava a algunos que me vían
aquello mismo si otros lo sentían.
Si me dezían que no, miedo cobrava.
Consolávame cualquiera doliente
      malo de mi acidente,  100
y aun yo mismo también me consolava.
      Mas ya veis qué sería,
cuando tan presto remedios buscava.
¡Guay del triste que busca el alegría,
en especial si mucho lo porfía!  105

       Cosas sin fin, y nuevas,
hazía no sé cómo, sin pensallas.
La novedad ya de'llas me'spantava
       y no osava mirallas.
Tentava mi remedio con mil pruevas.  110
Alguna vez con maña me'scapava,
mas era mucho lo que atrás dexava.
Crecía el miedo de lo por venir,
y ocorríanme mil cosas contadas,
      que'stavan olvidadas,  115
por espantarme y hazerme morir.
       Estos temores tales
m'apretavan a desear bivir.
Ya quisiera hurtarme de mis males,
porque vi siempre en mí malas señales.  120

       Siempre mi voluntad
la vi con vos más blanda que cumplía.
Queríaos bien, no pensé que eran amores.
      Y si os hablava o's vía,
pensava que todo fuese amistad.  125
Vinieron luego unos sanos temores;
temprano aún era para otros dolores.
A veros iva, y en mitad del camino,
que'ntonces no era tiempo imaginava;
      y si no me tornava,  130
era por parecerme desatino.
      Iva entre mí diziendo:
«Este'mpacho, ¿por qué agora me vino?
Yo no la sirvo, ¿de qué voy temiendo?
No tengo qué temer, no la sirviendo.»  135

       Miserias me bullían,
de las que nadie sabe dalles nombre;
por allá dentro andavan escarvando,
    do no hallavan hombre
que sólo les dixese qué hazían.  140
Y así, pues, todos fueron de su bando,
qué maravilla si tienen tal mando.
¡O comienços por nuestro mal sabrosos!
Vuestras figuras, ¡cuán lexos de muertas
      mostráis en vuestras puertas!  145
¡Cuán bivos son sus gestos, y gozosos!
       ¡Qué bien fuera de mí,
si fueran mis sentidos cautelosos!
Cuando pude curarme, no lo vi;
agora que no puedo, lo entendí.  150

       Luego tuve un tormento
que agora ya conozco que eran celos,
mas entonces imbidia pensé que era.
       Eran todos mis duelos,
y toda mi congoxa y sentimiento,  155
si os vía con otri, y fuese quinquiera.
Malo era vello, peor si lo oyera.
Reprendíame de'ste pensamiento;
para tenelle causas no hallava;
      y en mi seso afirmava  160
ser mala condición tal movimiento.
       Mil sospechas presentes
sentía yo sin mi consentimiento.
Con vuestra madre, hermanos y parientes
fueron luego mis cuitas y acidentes.  165

       Víaos holgar con ellos;
teníalo por malo y por baxeza,
esto en vos sola, que'n otras bien fuera.
       Sentía allí tristeza,
porque la sangre os obligó a querellos.  170
Pensando'stava, si dellos viniera,
que alguna parte del bien me cupiera.
Luego saltava en otro pensamiento:
tenía por mejor estarm'así,
      pues a la ora que os vi  175
tuve de vos tan buen conocimiento.
       Nacíame despecho
d'aver buscado otro contentamiento.
En fin, concluía d'ir satisfecho,
quedándome con todo mi derecho.  180

      A do'stávades iva,
aún no entendía que por vos fuese;
con todo, alguna vez lo sospechava.
      Si m'iva sin que os viese,
no se me hazía el ir muy cuesta arriva,  185
mas sin causa después me desvañava
y en todo aquel día nada acertava.
De descontento andava desvalido,
parecíame mal cuando yo vía,
       y aún yo lo parecía.  190
Mil cosas començava de perdido,
      sin nunca acabar nada.
Si los que andar me vían tan caído
preguntavan «¿qué á?», «¿de qué se'nfada?»,
respondía riendo: «De no nada».  195

       Cuando esto así pasava,
de mí tuve sospecha algunos días.
Començava el peligro d'asomarse,
      bullían fantasías,
iva viendo el jüizio donde'stava.  200
De dentro el ser començava alterarse,
y por defuera la color mudarse.
Dos o tres vezes dixe: «Mira bien
dónde vas a meterte y lo que'mprendes;
      ¿por qué no te defiendes,  205
primero que'n lo más bivo te den?»
      Ya la cosa iva mala;
con todo me valiera, pero ¿quién
será tan presto y fuerte que se vala
de fortuna, que tiempo no señala?  210

      El mal se declaró,
señaló y encontró todo en un punto;
mató después por términos, y largos;
      salióme el dolor junto;
dizen que'l alma del golpe cayó.  215
D'allí me queda ella en muchos cargos,
que'n valelle mil tragos pasé amargos.
El deseo de vida natural
me hazía mil remedios tentallos;
mas, ¡triste!, que buscallos  220
no era sino a mal añadir mal.
      Yo viendo más dañarme
y tornarse la cura más mortal,
el trabajo que uviera en el curarme
convertíle en el gusto de llorarme.  225

      Alcé, pues, mis defensas;
alçáralas, ¡triste!, si las tuviera;
mas, cuando me'ntregué, entregado'stava.
      Diome'l mal de manera
que'n una todas fueron las ofensas;  230
el seso temía, el amor osava;
la umanidad huía, yo'sperava.
Levantáronse grandes los tormentos;
sus amenazas eran tanto fuertes
       que pasavan mil muertes  235
de miedo por mis tristes sentimientos.
      Cuitado no soy parte,
¡o dolor!, en dezir tus movimientos,
mas provara a lo menos a contarte,
sino que oyó llamarme en otra parte.  240

       Ya que supe bien claro
que os amava, señora, de tal suerte
que'n vos estava todo mi cuidado,
      dixe con mal de muerte:
«¿Declararme yo? Mas ¿si me declaro?»  245
Quedé en un punto de'sto tan cortado
que nunca más dexé de'star turbado.
La determinación me fatigava,
la cual crecía, creciendo el temor,
       pues tampoco el amor,  250
bien creeréis, que de balde no'stava.
       Yo andava muy perdido:
todo, en fin, como avía d'andar, andava.
Al cabo me vi tal, tan sin partido,
que anduve levantado, de caído.  255

       Con esto me'sforcé,
si esforçarse se llama ser forçado.
Esforçándome, pues, menos hiziera.
       Como quiera, cuitado,
deziros mis congoxas acordé.  260
Y así os dixe mi vida, tal cual era,
y nadie me pregunte la manera.
Emprendíalo mil vezes, y parava.
Estorvos dondequiera atravesavan,
      y todo lo mudavan.  265
No los avía, mas yo los hallava.
Cuán cierto era atajarme,
cuando ningún embaraço topava;
y si le avía que pudiese'storvarme,
allí era el esfuerço y el quexarme.  270

       Anduve, como digo,
muchos días vencido en mi porfía,
y después de vencido, peleando.
      Hasta que'n fin, un día,
pensando'star del todo sin abrigo,  275
a caso me hallé con vos hablando,
y algún rato conmigo disputando.
Muchas cosas vinieron a turbarme,
y la que más de todas m'atajava,
      era yo que os hablava.  280
Estando así, quiriendo ya esforçarme
       contra'l dolor que siento,
no sé cómo os bolvistes a mirarme.
Cobré esfuerço, que'l flaco pensamiento
de qué quiera recibe movimiento.  285

       Así osando y temiendo,
díxeos no sé qué; no sé si os lo dixe;
mas díxeoslo, según me respondistes.
      ¡O cuánto me maldixe,
después que'n lo que hize fui cayendo!  290
Vos, señora, vos bien lo conocistes,
y alguna vez a lástima os movistes.
Vime tan adelante, que tornarme
por donde entré muy gran peligro fuera.
      Mas presto me perdiera,  295
si fin tuviera entonces a ganarme.
      El temor m'arrojava
al peligro mayor, para salvarme.
Como en miedo de noche, no osava
tornar atrás, y así m'aventurava.  300

       Lo que después sentí
no es menos escrivillo, que's pasallo.
Diré verdad, parecerá mentira.
      ¡O triste!, que si callo,
para callar no tengo esfuerço en mí.  305
Callaré yo, mas hablará la ira,
la cual su movimiento sólo mira.
E'spántame'l hablar y el callar temo.
El seso por su bien todo lo prueva,
      y en un punto me lleva  310
a un estremo el temor del otro estremo.
       En fin, pues donde fuere,
á d'ir tras mí la llama en que me quemo,
hablaré ya lo menos que tuviere,
que sto será lo más que yo pudiere.  315

       El mal determinado
de lance en lance á venido a parar
a punto que's vergüença no encubrille.
       Esto se dize amar,
que sólo el nombre me tiene'spantado.  320
Mira bien su dolor si es de sentille
que todo su remedio es el sufrille.
Son siempre mis tormentos tan estraños,
que busco mil remedios, y é buscado,
      por salir de cuidado,  325
y esto á que me dura muchos años.
      Procuro remediarme,
cuando remedio no ay para mis daños.
Y si'sperança tengo de sanarme,
luego paro en el miedo de curarme.  330

      Entrégome al tormento,
y engaño al coraçón por tantas vías
que ya tanto engañar le desengaña.
       No bastan mis porfías
a quitar del dolor el escarmiento,  335
porque, a la fin, en pena tan estraña,
su fuerça puede más que no mi maña.
Acá y allá mis pensamientos buelvo,
provando si en alguno hallar podría
      descanso a lalma mía.  340
Mientra más hago, en más dolor me'mbuelvo;
       no hallo cosa buena
de dond'asir, por más que me rebuelvo,
sino mi vida'star de mal tan llena,
que aun quiçá a vos os cansará mi pena.  345

      ¿Qué ufaneza tamaña
os parece, señora, por ventura,
triunfando de mi sangre, llevar gloria?
      ¿Qué gran fama os procura
tender contra mí solo vuestra saña?  350
¿Para qué's componer y urdir istoria
de cosa que no es bien quede en memoria?
¿Quiçá pensáis que's ofender la onra
valerme? Pues catá que's sinrazón
       matar un coraçón  355
que'n vos bive y en vos sola se onra.
      Luego, si pena darme
es sinrazón, en vos será desonra.
Pues ved cómo queréis vos bien tratarme:
que os desonráis por solo fatigarme.  360

      Pues yo poco os merezco
que hagáis vos de mí tal sacrificio;
corriendo va tras vos mi fantasía,
       tiniendo por oficio
hazerme padecer cuanto padezco.  365
No puede ser, y amaros más querría;
pienso, sin poder más, que más podría;
mi coraçón por vos todo lo emprende;
no ay peligro ni mal que le retraya,
       y si un poco desmaya,  370
éste es solo el dolor que más m'ofende,
      y desto tengo ira.
La sospecha, porque al querer enciende,
me pesa alguna vez, si se me tira,
pero querría que fuese mentira.  375

       Tras esto, así m'aprieta
el sospechar, que por mejor ternía
que fuese ya verdad, sin sospechallo.
      Mas luego al alma mía
la'ltera imaginar culpa secreta.  380
Menos mal es el ser que'l barruntallo,
mas ¿cuál estaré, siendo, si lo hallo?
¡O triste, fuerte y áspera ventura,
que'n tantos males no ay un mal más cierto!
      Tomaría por puerto,  385
con tal que fuese cierta, la tristura.
      Amor, por más penarme,
muda del mal mil vezes la figura:
porque no sepa cómo é de guardarme,
no determina un modo de matarme.  390

       En mis tristes entrañas
bolviendo de mis males va la rueda:
en esto el orden siempre permanece.
       Un punto no'stá queda,
y en el bolver sus bueltas son estrañas.  395
De suyo el movimiento tanto crece,
que allí'stá quien la mueve, y no parece.
¡O, mi alma, de males fundamento,
hazedora de mi corporal muerte!
      ¡O fuerça cruda y fuerte,  400
do al un tormento'spanta otro tormento!
       ¡O mal siempre presente,
do llega al cabo, y crece'l sentimiento!
¿Qué cielo, qué natura así consiente
hallarse sin menguante tal creciente?  405

       Todas las cosas tienen
sus puntos naturales y mudanças,
y su curso alcançaron ya medido;
      sus ratos de bonanças
hallan con que sus fuerças se sostienen.  410
Mas yo, que me consuelo dolorido
de lo que siento con lo que é sentido,
la noche'spanta y luego hiere'l día,
lo presente me haze, que deseo
      todo lo que no veo.  415
Buelve y rebuelve amor la fantasía.
       Parece'l esperança
tal ante mí, que no me desconfía,
mal luego sé que della no s'alcança,
sino prendarme más con la tardança.  420

      De sola muerte bivo,
y en bivo fuego es siempre mi morada:
manjar estraño y animal no visto.
       El alma va cargada;
yo, en cuanto della tengo, stoy cativo.  425
De punto en punto un nuevo dolor visto,
y el uso es tal, que nunca le resisto.
El mal m'aprieta, lo peor me'spanta.
Yo'stoy mirando si veré socorro,
      y alguna vez me corro  430
de contemplar que'stoy en pena tanta.
       El solo imaginar,
con sus falsas figuras me quebranta.
Busca para matarme vanidades,
como si no bastasen las verdades.  435

       ¡O alma, y alma mía!,
¡o vos, señora, de mí fuerte estrago!,
¡o vida desdeñosa en tus provechos!
      Mas ¿dónde'stoy? ¿Qué hago?
¿Dó tan allá el tormento me desvía?  440
¿Para qué's ya, con llantos tan deshechos,
trabajar de curar males tan hechos?
No quiero más con quexas encenderme;
bástame que mi mal mismo me'ncienda.
       No cumple que se'stienda  445
mi llorar, pues llorar no á de valerme.
       Mientra en esto más toco,
hallo, ¡triste!, que más echo a perderme.
Pues así es, no quiero ser más loco,
sino ver si podré callar un poco.  450

    Canción: si de muy larga te culparen,
respóndeles que sufran con paciencia;
que un gran dolor de todo da licencia.




Canción


ArribaAbajo      Claros y frescos ríos
      que mansamente vais
siguiendo vuestro natural camino;
      desiertos montes míos,
      que'n un estado estáis  5
de soledad muy triste, de contino;
       aves en quien ay tino
       de descansar cantando;
       árboles que bivís,
       y en fin también morís,  10
y estáis perdiendo a tiempos y ganando,
      oídme juntamente
mi voz amarga, ronca y tan doliente.

       Pues quiso mi ventura
       que uviese d'apartarme  15
de quien jamás osé pensar partirme,
       en tanta desventura
       conviene consolarme,
que no es agora tiempo de morirme;
       el alma ha destar firme,  20
       que en un tan baxo estado
      vergonçosa es la muerte;
       si acabo en mal tan fuerte,
todos dirán que voy desesperado;
       y quien tan bien amó  25
no es bien que digan que tan mal murió.

       He de querer la vida,
      fingiéndome'sperança,
y engañar mal que tanto desengaña.
       Fortuna tan perdida  30
       ha de traer bonança;
no durará dolor que tanto daña.
      Un mal que así se'nsaña
      amansará si espero.
      A donde voy, iré;  35
      y, en fin, yo bolveré
a ver mi bien, si triste no me muero,
      pero ¿quién pasará
este tiempo que mucho tardará?

      Pasaré imaginando  40
       si en hombre tan rebuelto
puede'l imaginar hazer su oficio.
       Pensaré cómo y cuándo
      podré verme ya buelto
do hizo amor de mí su sacrificio;  45
       y tomaré por vicio
       figurar la que quiero,
      hablándole en ausencia
       harto más que'n presencia.
Contarle é desd'acá cómo allá muero;  50
       y mi voluntad mucha
me hará parecer que'lla me'scucha.

      Agora ya imagino
      lo que'stará haziendo.
Pensando'stoy, quiçá, si piensa en mí.  55
       El gesto determino
       con que'stará riendo
de cuál estuve, cuando me partí.
      Aunque según sentí,
       cuitado, la partida,  60
       no cabe en su valor
       que no sienta dolor
de tan amarga y cruda despedida.
       Tan triste partí yo,
que aunque no quiera, ella lo sintió.  65

      Las horas estoy viendo
      en ella, y los momentos,
y cada cosa pongo en su sazón.
      Conmigo acá la entiendo:
       pienso sus pensamientos;  70
por mí saco los suyos cuáles son.
       Dízeme'l coraçón
      -y pienso yo que acierta-:
       «Ya'stá alegre, ya triste,
      ya sale, ya se viste;  75
agora duerme, agora'stá despierta.»
       El seso y el amor
andan por quién la pintará mejor.

      Viéneme a la memoria
      dónde la vi primero,  80
y aquel lugar do comencé d'amalla;
       y náceme tal gloria
      de ver cómo la quiero,
que's ya mejor que'l vella el contemplalla.
      En el contemplar halla  85
       mi alma un gozo estraño.
      Pienso'stalla mirando;
      después, en mí tornando,
pésame que duró poco el engaño.
       No pido otra alegría  90
sino engañar mi triste fantasía.

      Mas esto no es posible;
      buélvome a la verdad
y hállome muy solo, y no la veo.
       Paréceme imposible  95
       que ya mi voluntad
traiga más en palabras mi deseo.
      Mil negocios rodeo
      por descansar un poco,
      y en toda cosa pierdo,  100
      sino en el desacuerdo.
Libro mucho mejor cuando'stoy loco.
      ¡Mirá qué gentil cura,
que's forçado valerme con locura!

       El vano imaginar,  105
       en yéndoseme, cayo
en como para vella no ay remedio.
      Allí empieço a pensar,
      y en el pensar desmayo
de ver cuántos lugares dexo en medio.  110
      Si entonces me remedio,
      rasgo más la herida;
      viénenseme a los ojos
      los presentes enojos
y los gozos de la pasada vida.  115
      Cada palmo de tierra
para mí, triste, es ora una gran sierra.

       Tengo en el alma puesto
       su gesto tan hermoso
y aquel saber estar adondequiera;  120
       el recoger onesto,
      el alegre reposo,
el no sé qué de no sé qué manera.
      Y con llaneza entera
       el saber descansado,  125
       el dulce trato hablando,
       el acudir callando
y aquel grave mirar disimulando.
       Todo esto'stá ausente,
y otro tiempo lo tuve muy presente.  130

      Contando'stoy los días
      que paso no sé cómo.
Con los pasados no oso entrar en cuenta.
      Acuden fantasías;
       allí a llorar me tomo  135
de ver tanta flaqueza en tanta afrenta;
      allí se me presenta
      la llaga del penar;
      házenseme mil años
       las oras de mis daños;  140
por otra parte, 'l siempre imaginar
       me haze parecer
que cuanto é pasado fue ayer.

       Algunas cosas miro
      por ocuparme un rato  145
y ver, si de bivir, terné'sperança.
      Entonces más sospiro,
      porque, 'n cuanto yo trato,
hallo allí de mi bien la semejança.
       Por doquiera m'alcança  150
      amor con su vitoria.
       Mientra más lexos huyo,
       más rezio me destruyo,
que allí me representa la memoria
       mi bien a cada instante,  155
por su forma contraria o semejante.

       Cuanto veo me carga;
      muestro holgar con ello
por pasar y bivir entre la gente.
      Si cayo con la carga,  160
       levanto y no querello.
¡Y sabe Dios lo que mi vida siente!
       Mas, tan crudo acidente,
      ¿por qué no se resiste?,
      ¿por qué mi sufrimiento  165
      no esfuerça al sentimiento?
Cobra buen coraçón, mi alma triste,
       que yo la veré presto,
y miraré aquel cuerpo y aquel gesto.

Canción: bien sé dónde volver querrías,  170
      y la que ver deseas,
pero no quiero que sin mí la veas.




Soneto


ArribaAbajo    Paso mi vida lo mejor que puedo;
en esto podéis ver cómo la paso:
d'un triste pensamiento en otro paso,
mortal priesa me doy para'star quedo.

    Sobre'l punto de mis congoxas ruedo,  5
y si en huir me pruevo a dar un paso
huyo de puro miedo tan a paso
que, de donde me parto, allí me quedo.

    Quedo allí, triste, tan escarmentado
que m'aflijo, y me muero, y m'acovardo,  10
y de medroso acometo al cuidado.

    Piensan quiçá que'stoy desesperado
viendo que del morir tan mal me guardo:
pues sepan que lo hago de cuitado.




Soneto


ArribaAbajo    Cuando el bolar del coraçón levanto
y miro aquella que muerto me tiene,
allí un derretimiento se me viene
que'nternece y estiende más mi llanto.

    Allí haze mi mal dulce su canto;  5
allí mi vida tanto bien sostiene
que se m'antoja, puesto que más pene,
que aún no me cubre amor bien con su manto.

    En mi querer sospecho floxedad,
mas hallo que's la fuerça del ojeto,  10
y así descanso con esta verdad.

    Todavía temiendo mi defeto,
si no puedo acusar mi voluntad,
buélvom'a mí y acuso mi sujeto.




Soneto


ArribaAbajo    ¿Qué strella fue por donde yo caí
en el mundo con tanta pesadumbre?
¿Cuál madre ya de vida me dio lumbre?
¿Por qué m'echó tan huérfano y así?

    ¿Quién primero holgó, cuando nací?  5
¿Cuál dolor me subió tan en su cumbre
que no hallé remedio en la costumbre,
y oy sienta más lo que ayer más sentí?

    ¿Por qué no morí en el vientre o en naciendo?
¿Por qué me tomó nadie en sus rodillas,  10
criándome entre bivos, no biviendo?

    Forçado es ya que vaya descubriendo,
entre mis enemigos, mis manzillas,
y unos lloren y'stén otros riendo.




Canción


ArribaAbajo   Gentil señora mía,
yo hallo en el mover de vuestros ojos
un no sé qué -no sé cómo nombrallo-,
      que todos mis enojos
descarga de mi triste fantasía.  5
Busco la soledad por contemplallo,
y en ello tantos gustos de bien hallo,
que moriría si el pensar durase.
Mas este pensamiento es tan delgado
       que presto es acabado,  10
y conviene que'n otras cosas pase.
      Porfío en más pensar,
y'stoy diziendo: ¡si esto no acabase!
Mas después veo que tanto gozar
no es de las cosas que pueden durar.  15

   Yo pienso si allá arriva,
donde'stá el movedor de las estrellas,
las obras que se veen son de'sta arte,
      ¿por qué para bien vellas
de mí no huye mi alma tan cativa?,  20
¿por qué no abre la cárcel y se parte
a do de tanto bien lleve su parte?
Tras esto, en ver que sois vos la que quiero,
bendigo, pues que vos estáis aquí,
       la hora en que nací,  25
y el suelo en que los pies puse primero,
       y por no ver finida
la voluntad que os tengo, y la que'spero,
muero tanto por alargar la vida,
que siempre pienso tenella perdida.  30

   Vuestro gentil semblante,
tan grandes son las fuerças que en mí tiene,
que alguna vez me pesa velle tal.
      Mi alma no sostiene
ver junto tanto bien en un instante,  35
y más que tan gran bien es muy gran mal;
¿cómo durará un ser tan desigual?
Vuestro es el gesto y el mirar es mío.
Y mientra más vuestra hermosura crece,
      mi vista más padece,  40
tanto, que ya sufrirse es desvarío.
      Totalmente á de ser
forçado en este crudo desafío
que vos dexéis o templéis vuestro ser,
o yo, señora, que os dexe de ver.  45

    Las cosas que os contemplo,
cuando os las miro, no pueden venir
a la medida d'un hombre que muere.
      No puedo yo sentir
de hermosura un tan subido enxemplo.  50
Por fe, os á de querer aquel que os quiere.
Gran parte de su gloria, quien os viere,
la perderá, por falta de sentilla:
así que os empobrece la riqueza.
       Pues vuestra gentileza,  55
de mucha, no es de creella ni dezilla,
       si yo pudiese gozalla
mi bienaventurança, o recebilla,
como vos, mi señora, podéis dalla,
yo bien podría yo bien alcançalla.  60

    Bien proveen mis penas
en templar la calor de mi deseo;
forçado es echar agua a tanto fuego.
       El miedo, cuando os veo,
yela toda mi sangre por las venas,  65
refrena al gozo y al desasosiego.
¡O'straño mal, que é de buscar sosiego
entre'l dolor y la desconfiança!
El estremo del bien es tanto y tal,
      que otro estremo de mal  70
l'á de sanar y l'á de dar templança.
       Contrarios elementos
sostienen al amor en su balança.
Si a un cabo echase mis pensamientos,
muy presto faltarían sus cimientos.  75

   Levántase'l quereros
tan sin tino, que ya no sé qué quiero.
É de venir a no querer ya nada.
      Por cien mil cosas muero,
y no sé, cuando's veo, sino veros.  80
Al primer paso acabo la jornada;
gran cuenta traigo siempre començada,
y que's tiempo de dalla bien lo siento,
ya que llegó, y el dalla'stá en la mano;
       paréceme temprano,  85
y fundo por razón mi encogimiento.
      Delante de vos puesto
mi coraçón, que'n vos siempre'stá atento,
haze tantas mudanças, y tan presto,
cuantas son las que haze vuestro gesto.  90

   Busco lo más seguro,
dilatando lo que's más necesario
por una cierta temerosa vía.
      Jamás falta contrario
en lo que quiero ni en lo que procuro.  95
Esta dicha mil años á que's mía;
si yo la viese, yo la conocería;
amor me hiere, y luego se m'asconde.
Yo lo perdono, mas también m'ensaño
      de ver que con engaño  100
se me va lo mejor no sé por dónde.
       Pensá lo que os merezco,
que llamo siempre a quien no me responde,
y en los mayores casos que padezco
deseo el bien y el mal os agradezco.  105

    Canción: ya puedes ir a quien tú sabes;
y si al bolver me quieres hazer fiesta,
no cures tú de darme su respuesta.




Canción


ArribaAbajo    Yo ya biví y anduve ya entre bivos.
Bien sé que m'engañava por bivir,
pero, en fin, como quiera yo bivía.
Sentía el mal, sabíale sufrir;
mis sentidos andavan harto'squivos,  5
mas quedava algún gusto todavía.
       El alma parescía
que a lo menos podía sostenerme;
      yo quería valerme
con alguna sperança, mala o buena.  10
       No stava tan agena
de todo mi jüicio mi razón,
que un rato no acudiese al coraçón.

    Alcançava a las vezes ver aquélla
en cuya vista mi alma reposava  15
y recebía un general olvido.
Amava yo, y amando descansava.
Si algo vía de qué tener querella,
no me tenía luego por perdido,
      ni andava tan caído  20
que anduviese mirándome la gente.
       Pasava un acidente,
y osava'sperar otro que viniese.
      Por más dolor que uviese,
no temía de mí crüel sentencia,  25
sino la fuerte y peligrosa ausencia.

    Temíla tanto, que imposible fuera
que no viniera cosa tan temida.
Nunca es sin causa un miedo, cuando dura.
Uvo de ser, cuitado, esta partida,  30
y entristecióme, triste, de manera
que al amor á vencido la tristura.
      Ya toda mi blandura
se'ndureció con duros pensamientos.
       Dañaron mis tormentos  35
aquel lugar do amor más enternece:
      ya todo el mal parece.
Ya en lágrimas amargas de dolor
s'an mudado las lágrimas d'amor.

    Todo amava, y agora todo peno.  40
Recogiósel amor, do no parece.
No le siento, y sé bien que'stá presente.
Él mengua al parecer, su lavor crece.
No figuro su rostro tan de lleno,
mas hallo en mí más fuerte su acidente.  45
       Todo'stá tan doliente,
que no sé, triste, de cuál lado echarme,
      ni puedo levantarme.
Abré de morir mal, aunque me pese,
      o que'l alma s'aveze  50
a sostener al cabo de sus años
nuevo mal, nuevo amor y nuevos daños.

    Todo aquello con que me sostenía,
á faltado, faltando la presencia.
Yo só el cargado y soy también la carga.  55
No sé, ni veo, ni oyo sino ausencia.
Todos los días son un mismo día,
y es éste solo muchos, pues s'alarga.
      Todo igualmente amarga.
Mi cuerpo, cuanto él es, es esta llaga.  60
       No sé, triste, qué haga,
que's mucho ya lo que hazer conviene,
      y mi coraçón tiene
por muy mejor pasar con su tristura,
que sufrir las fatigas de la cura.  65

    Cuanto oyo me pone sobresalto;
las malas nuevas siempre las barrunto;
para mí no ay palabra descuidada;
no oso preguntar, pero pregunto;
en juntándose dos, luego allí salto;  70
mátanme mil, que piensan no hazer nada;
      todo en todos m'enfada;
cuantos me hablan pienso que m'engañan,
       y allí luego m'ensañan;
enójome con ellos, y bien sé  75
       que no tengo de qué;
é de bolver a enojarme conmigo,
y así de mí y de todos só enemigo.

    Grandes son los peligros que amor trae,
pero mayores son los que me'spantan.  80
matan los ciertos, enojan los vanos;
todos son ciertos, todos me quebrantan;
cualquier caso acaescido me descae,
y luego acude al que tengo entre manos.
      Mis sentidos malsanos  85
hazen torres de viento de temores
      de mil competidores,
de tiviezas, d'olvidos, de mudanças,
       de tristes esperanças.
Llega ya mi temor a tanto'stremo,  90
que hasta los nombres de las cosas temo.

    Los desastres que presente no vía,
agora me parece que los veo;
para curallos no les hallo tomo;
con las sombras de los males peleo;  95
en siendo dentro, allá en mi fantasía,
verdad se haze todo, no sé cómo;
      si duermo o si como,
allí me'stan taniendo mil recelos.
       Van y vienen, los celos,  100
con las mudanças del mundo'spantosas.
       Y todas estas cosas
me dan mayor congoxa sospechadas,
que muy sabidas, vistas y miradas.

    Contra este mal tomé al amor por padre;  105
a él en todas mis congoxas llamo,
y si al dolor me hallo muy sujeto,
acuérdome d'aquella que tanto amo,
como el hijo s'acuerda de su madre,
cuando se halla en algún gran aprïeto.  110
       Mi tan flaco sujeto
en sus afrentas y venturas malas,
       se pone so las alas
d'aquella que con solo un bolver d'ojos
      sanava mis enojos;  115
y descansava así mi pensamiento
que, sin saber por qué, 'stava contenta.

   Si yo pudiese hurtar al pensamiento
algunos ratos de bien contemplalla,
yo duraría hasta poder vella.  120
Pero mi sentimiento ya no halla
sino dolor, espanto y caimiento,
lloros, o muerte, o la tardança de'lla.
       Ya desto no ay querella
que baste, ni aquí cabe'star quexoso.  125
       Dolor tan temeroso
trae consigo mansa la paciencia.
       Yo'spero mi sentencia,
tan hecho al mal, que la terné por buena,
por poco que s'alivie de mi pena.  130

   Canción: a mí me pesa
d'aver hablado así, tan duramente;
       mas amor no consiente
templança, que's muy grande su enemiga.
      Cualquier cosa que diga,  135
perdonármela a mí será razón,
que ya perdona más mi coraçón.




Soneto


ArribaAbajo    Ha tanto ya que mi desdicha dura
que'n esto solo tuve mi'sperança.
Esperé de fortuna su mudança,
que por mí no negara su natura.

    Entendióme, yo pienso, la ventura,  5
y á tornado al revés mi confiança.
Que por tenerme siempre so la lança,
firme s'á hecho, y de su ser no cura.

    Para bien destruirme se destruye;
dexa de ser, por ser contra mí fuerte;  10
sus leyes naturales en mí vence.

    Pensé do no ay razón, que uviera suerte.
Agora sé que'l mundo ya me huye,
y es fuerça que otro mundo se comience.




Soneto


ArribaAbajo    ¿Quién me dará un coraçón tan alto
que d'amor pueda escudriñar los hechos,
sin que mis daños proprios, o provechos,
s'atraviesen a darme sobresalto?

    Comienço a contemplar y luego salto  5
por medio del deleite en mil despechos
que m'arrancan el alma de los pechos
y quedo yo acusándome de falto.

    Cargan tristezas, mas en mitad dellas
el spíritu d'amor sostiene'l gusto  10
y defiende que'l desamor no tiente.

    Es el proceso de'sto muy injusto;
quema el fuego y alumbran las centellas;
el bien se huele y el dolor se siente.




Soneto


ArribaAbajo    El fuerte mal que sufro de'sta ausencia
gastando va mi triste sentimiento.
Por otra parte, alivia el pensamiento
sólo ver que's posible la presencia.

    Anda en esto tan cruda resistencia  5
que de dolor el coraçón no siento.
Alguna vez despiértome al tormento
y que veré mi bien doy por sentencia.

    Rebuelve y dize la desconfiança
que's trabajo, peligro y aun locura,  10
pasar con tan dudosa confiança.

    Respondo yo, de ver tanta hermosura:
«No se sufre tener cierta'sperança;
bastarme deve sola el aventura.»




Soneto


ArribaAbajo    Gran tiempo ha que'l coraçón m'engaña
y que, de miedo, adrede me confía.
Anda conmigo, falsa, mi alegría;
yo la entiendo, mas cúmpleme su maña.

    Apártome de quien me desengaña  5
por no verme'stragar la fantasía.
Mi mal es tanto que m'ensañaría,
pero no es este mal d'aquel que'nsaña.

    En tanto aprieto'stá mi pensamiento
que me contento y pienso que'stoy sano  10
por poco que s'alivie mi tormento.

    Lo que puedo salvar, eso me gano.
Para ver mi poder, el braço tiento,
y hallo que no'stá nada en mi mano.




Soneto


ArribaAbajo    Sueños d'amor me traen en gran duda;
yo no'stó ya para sufrir rebatos.
Pudiera el seso andar en estos tratos
si fuera mi fortuna menos cruda.

    Agora el alma queda muy desnuda;  5
ya se perdieron todos sus baratos.
Ha de gastar sus tiempos y sus ratos
en ser en todo sorda, ciega y muda.

    Cual digo stoy, y viene'l afición
trayendo el bien y el mal a presentarme.  10
Yo, viendo en mí, que entre'llos me detengo,

    el mal escojo por determinarme.
Mas, luego, el bien remuerde al coraçón
y é dolor de perder lo que no tengo.




Soneto


ArribaAbajo    No é de pedir sino lo que merezco,
y é de pediros cuanto yo deseo.
Igualo el merecer con el deseo
y entiendo bien con esto a qué m'ofrezco.

    Así lo digo, y no m'ensoverbezco,  5
ni en palabras inchadas me rodeo;
antes, según yo desto siento y creo,
de sola la verdad me favorezco.

    No quiso Dios dar bien no merecido,
y así nos dio con qué se mereciese.  10
El alma os doy, y os doy lo que's posible;

    ¡Y oxalá yo, señora, más pudiese!
Con esto, pues, merezco lo que pido,
y hasta donde comiença lo imposible.




Soneto


ArribaAbajo    El tiempo buelve y bullen esperanças;
yo stoy atento a ver qué á de ser esto.
Un coraçón tan flaco no es dispuesto
a sostener las prósperas mudanças.

    Señales ay de no sé qué bonanças;  5
no las tengo por buenas, si son presto.
Ver en mis enemigos tan buen gesto,
me pone más dudosas confianças.

    Yo'stava sosegado en mis tristuras,
muy contento de muy determinado;  10
tenía bien hartas mis desventuras.

    Estando así, sin gozos ni amarguras,
sin soledad, del bien todo olvidado,
rebuelven a matarme sus blanduras.




Soneto


ArribaAbajo    Amor m'engaña, más quiçá no haze;
quiçá es engaño desconfiar yo tanto.
Quiero de mí tirar todo el espanto,
sólo pensar que's cierto lo que plaze.

    Si el alma un poco en sí se satisfaze,  5
ahorrará gran parte del quebranto.
Agora el bien rebuelto en tanto llanto
entre mis manos todo se deshaze.

    Nace d'aquí, por mí, un desabrimiento,
y el gusto por aquí empieça a dañarse  10
con enojo, después con caimiento.

    Yo veo, a la sazón, que'sto en mí siento,
que un muy gran bien, si dexa de gozarse,
es de los males el peor tormento.




Soneto


ArribaAbajo    Delgadamente amor trata conmigo,
con dulçuras ablanda el sentimiento,
porque mejor con el primer tormento
me derrueque y me dexe sin abrigo.

    En viendo el bien, a Dios doy por testigo,  5
un sobresalto viene al pensamiento,
que'l temor basta a ser mi enterramiento
aunque nunca tuviese otro enemigo.

    Cobrado é miedo a cualquier aventura;
mi sentido consigo s'aborrece;  10
resiste a todo, por tentar su cura:

    a su dolor, porque's contra natura,
y al deleite, pues tanto l'enflaquece,
que le dispone para más tristura.




Soneto


ArribaAbajo    Harto mal fue que'n hombre tan cuitado
pusiese amor estado tan dichoso.
Prosperidad me hizo ser medroso
y mal sufrido estar tan regalado.

    De'sto nació quedar desesperado  5
adonde más avía de'star gozoso;
y allá en mitad del centro del reposo
tener toda su fuerça mi cuidado.

    ¿Qué m'aprovecha el bien, si el bien me'straga?
¿Qué fruto hará amor do no ay sujeto  10
que sostenga la cura de la llaga?

    Un ser traigo entre manos muy perfeto,
mas cuando tomo cuenta de la paga,
alcánçam'otro ser, que's imperfeto.




Soneto


ArribaAbajo    ¿Adónd'iré que puedan socorrerme,
si por amor, o por mi desconcierto,
mi fortuna es mayor dentro en el puerto
y al bien faltó poder para valerme?

    Quiero acabar mil vezes de perderme,  5
y sacar de locura algún concierto;
mas no puede natura verme muerto
y, a mi pesar, se pone en defenderme.

    Comiença en esto el ansia del remedio
y el porfiar que no me'sfuerço harto,  10
y el cargar más trabajo de'sforçarme.

    Mientra más voy, más lexos voy del medio;
con esto é de parar, y el mal reparto
en sufrir, en llorar y en lastimarme.




Soneto


ArribaAbajo    Antigua llaga que'n mis huesos cría
no dexa resollar el buen deseo.
Yo por caminos ásperos rodeo,
por llegar a sosiego el alma mía.

    Hurto algún gusto, mas mi fantasía  5
me le'mbaraça cuando le poseo.
Medrar no puede aquello que grangeo,
que'n tierra se sembró cruda y sombría.

   El bien quel seso ofrece al sentimiento
haze que amor me ponga diligencia  10
para cerrar mis ojos al tormento.

    Porque bien sé que un blando pensamiento
da causa de tener menos paciencia
y a vezes es peligro'star contento.




Canción


ArribaAbajo    Yo voy siguiendo mis procesos largos,
y'stoy incierto del estado mío.
      Llévame'l desvarío
del pensamiento a diferentes partes,
y a mi pesar, tras todas ellas guío.  5
Son por doquiera muchos los embargos.
      Yo, para tantos cargos,
digo al seso: «¿Por qué no te repartes?
Nuevos casos requieren nuevas artes;
pues trae'l mal tan grandes diferencias,  10
conviene al alma que ande diferente,
y, según la moviere'l acidente,
que busque en sí conformes esperiencias.»
      D'aquí son mis sentencias,
las unas de las otras tan contrarias,  15
      que no son voluntarias.
¡O rebolver del cielo, que dispuso
acá, en el mundo, un hombre tan confuso!

   Lo pasado rebuelto y lo presente
imaginando, no sé dónde incline,  20
      ni sé qué determine,
y á mil años que'stoy determinado.
En fuerte tiempo a tanto dolor vine,
que'l coraçón no entienda lo que siente,
      y biva tan doliente,  25
que lo presente haga a lo pasado
parecer tiempo bienaventurado,
y al contrario lo juzgue en un momento.
Mil vezes pienso que'sto no es efeto
d'amor, sino que's otro algún secreto  30
de Dios o de natura, que'n tormento
       rebuelven cuanto siento.
Es tanto mi dolor que's ufaneza
       pensar que una'strañeza
tan sin costumbre quedará en memoria,  35
y á de quedar mi nombre por istoria.

    En mis huesos está como enemiga
una pelea, que me'stá royendo;
      voy entre mí entendiendo
la vida que é tenido y la que tengo;  40
yo só el tercero, 'stoylas componiendo
sin que aproveche cosa que les diga
      para que hagan liga.
Sabe Dios el espanto que sostengo
al tiempo que a meterme entre'llas vengo.  45
Por su parte, el bivir pasado trae
de bien y mal una rebuelta'straña,
que me confunde tanto que me'nsaña.
Mi coraçón que luego en todo cae,
      con esto se descae.  50
Gran bien m'acuerdo que por mí pasava,
      pero yo en fin amava,
y el amor cuando pasa de su raya
su bien mismo es aquel que más desmaya.

    No sé qué fue, que amor puso a mi'stado  55
en tan estraña bienaventurança,
      que no basta'sperança
sólo a pensar que pueda ser posible.
No le sé dar ninguna semejança,
que tener pueda forma de traslado  60
      d'un bien tan acabado.
Él pudo ser, y siendo fue imposible;
víase'l bien, y el bien era invisible;
ya en ser tan grande fue mi dicha mala;
un sol muy claro, en todo'stremo ardiente,  65
en tempestad es fuerça que rebiente;
cuando el ir bien al uso desiguala,
       provecho no señala;
en mí, luego, al principio, no cabía,
      y así se me perdía.  70
¡O cuánto mejor fuera no alcançalle
que tenelle, y no ser para gozalle!

    Con el plazer, la voluntad crecía,
y el deseo d'asegurarme tanto,
      que aquí empeçava el llanto.  75
Subía el alma en un tan alto grado
que después conservalle era el quebranto.
En daño suyo s'ensobervecía,
      y desto acontecía
hazérseme'l jüizio tan dañado,  80
que juzgava por malo el buen estado.
Más hizo amor, que'n mi conocimiento
dexó un poco de lumbre natural
porque viese mis yerros y mi mal,
no para enmienda o arrepentimiento,  85
mas para más tormento.
Vía mi gloria y víame perdella,
      viéndome poseella.
¡Qué miseria tan grande, qué strecheza
d'aquello que tenéis pasar pobreza!  90

   Estava amor poniéndome'n aprieto;
yo, por querer, quisiera querer menos;
      mis sentidos, de llenos,
fallescían debaxo de su carga;
al gusto no podían ser tan buenos,  95
que no anduviese faltando el sujeto
      para tan gran ojeto;
que al alma, en fin, si triste stá, y amarga,
la nobleza del caso más la carga.
Andavan rehuyendo mis sentidos  100
lo que era de seguir naturalmente.
La ley d'amor no era consintiente
que'n tanto bien creciesen mis gemidos.
       Y así'stavan reñidos
mis concetos primeros y segundos;  105
      trastornavan mil mundos
contra no sé yo quién, porque así quiso
darme infierno en mitad de paraíso.

    Estas memorias me presenta el seso,
en competencia del bivir presente.  110
      Salta el otro acidente
de la parte que traigo ora conmigo:
estiéndeme delante cuanto siente.
Allí veo cargarme un muy gran peso
      y veo que'stoy preso  115
en lugar donde yo no tengo amigo
y a do solo entre piedras me fatigo.
En esta ausencia todo s'á secado;
no ay para qué convenga trabajar.
Lo mejor de'sta vida es acordar,  120
así, en común, aquello que's pasado.
       Que a bueltas del cuidado
nadie m'a de quitar un buen sabor
      que dentro'stá d'amor.
Con éste solo mantener solía  125
todos mis males, cuando Dios quería.

    Faltan agora ya mis movimientos,
los buenos y los malos igualmente;
       también, por consiguiente,
yo é de faltar a mí y a todo el mundo.  130
No digo más sino que'stoy ausente
y'stán perdiendo ya sus fundamentos
      todos mis pensamientos.
De'ste milagro nasce otro segundo:
que al alma tiene un sueño tan profundo  135
que no puede'l tormento despertalla,
y duermo yo a do todos me lloran.
Los sentidos que'n mi coraçón moran,
huyen en ver sospecha de batalla.
       Todo mi bando calla.  140
Yo no oso dezir esta pena es mía,
      ni sé qué's alegría,
ni puedo solamente imaginalla,
del dolor que me da nunca alcançalla.

    Aquello poco que a bivir porfía,  145
que entre los males cae y se levanta,
      del todo ya se'spanta.
Su luz postrera á hecho ya la lumbre;
la fuerça de la pena ya no es tanta,
que'l coraçón le falta, do se cría.  150
       El alma va su vía;
quiere ver si podrá subir la cumbre,
pero, a la postre, carga la costumbre.
Allí el desmayo, allí el desesperarse,
allí viene el temer mayor afrenta,  155
allí no oso yo meterme en cuenta,
si toda ya no uviese de borrarse.
       Allí empieça a pesarse
la fuerça y la verdad de mi jüizio.
      Allí del perjüizio  160
que me hize, me dan grandes clamores;
allí un rato se pierden los amores.

    Pelean, como digo, estas dos vidas,
y el daño es contra mí, de'sta pelea.
       Porque's fuerça que sea  165
mi coraçón el campo do combatan,
y en este campo la verdad se vea,
la cual se mostrará con las heridas
       que'n mí'stán imprimidas.
Y así lo que estas dos vidas baratan,  170
es que por mí se matan, y me matan.
Yo tomo en fin d'aquí que s'han juntado
dos vidas, para darme cien mil muertes.
Y en esto sólo son ellas tan fuertes,
como flacas y tristes s'han mostrado  175
       en cuanto yo é pasado.
Mas vos que veis, señora, esta contienda,
       ¿por qué soltáis la rienda
a tanto mal?, ¿no veis que la vengança
tarde o temprano al malhechor alcança?  180

    Con esta vida emprende la pasada
de competir; mira cuál era
      más que gentil querella
que contienda de cuál será peor.
Todo es peor y todo es más querella;  185
todos hazen entera su jornada
      muy brava y enriscada,
cualquier mal que padezco es muy mayor
mas no ay mayor adonde no ay menor.
La pasada me dio más sentimiento;  190
dava en más blando y en lugar más bivo;
con cada punto me parava esquivo.
En la de agora es tanto el caimiento
      que no sé lo que siento;
no lo entiendo ni sé determinarme,  195
       basta saber matarme;
tan confuso el proceso en esto fundo
que dexo el pleito para el otro mundo.

    Canción: yo quedo muy peor que digo:
sin coraçón para mandarte nada.  200
Tú vete ya, o queda, si quisieres;
no cures de mí más, si bien me quieres,
que ya mi cuenta queda rematada
      y hecha mi jornada.
No t'acuerdes de mí, si soy nacido:  205
      que un hombre tan perdido
fatígase en saber que alguno queda
que dél s'acuerde, o acordarse pueda.




Soneto


ArribaAbajo    Nueva prisión uviera de matarme,
según hallé peligro al entrar della.
Pero cesó la parte la querella,
y alcancé, por jüizio, de librarme.

    Andan agora por tornar a echarme  5
al yugo antiguo, que'n mis huesos sella;
que para allá m'arrebató mi'strella
y allá me tiene sin dexar holgarme.

    Confesaré, si dizen que é mudado,
que mudó el acidente algún pedaço,  10
no la raíz del mal acostumbrado.

    Un mudar fue d'un coraçón cansado,
como es mudar en el izquiedo braço
el peso del derecho atormentado.




Soneto


ArribaAbajo    Todo es amor en quien de verdad ama,
hasta el mudar que haze es más firmeza.
Si mudare, pensá que's de tristeza,
que'l mal le haze aver de mudar cama.

    Así me hizo a mí mi vieja llama  5
que sosegar no pude en su crueza,
y el alma agora a nuevo amor s'aveza;
mas no podrá, que'l otro amor la llama.

    Yo pagaré, por uno, más de ciento,
este querer así descabullirme,  10
que'n fin flaqueza fue del pensamiento.

    Si pagar puede un gran arrepentirme,
yo pago bien, mas nada no es descuento
del tiempo que é perdido en querer irme.




Soneto


ArribaAbajo    Amor me tiene por su desenfado,
por descargar en mí toda su saña;
y así, quienquiera sea quien l'ensaña,
que yo he de ser contino el castigado.

    No sé qué tema es ésta que ha tomado  5
de buscar siempre cuanto a mí me daña;
tiene sed de mi sangre, tan estraña,
que todo su sabor es mi cuidado.

    Haga de mí, pues, ya cuanto quisiere;
acabe ya, o yo acabaré presto,  10
que un hombre soy, en fin, que nace y muere.

    Un hombre de contrarios soy compuesto;
si amor no tiempla el golpe que me diere
mi ser destruirá su prosupuesto.




Soneto


ArribaAbajo    Atento'stava el bivo pensamiento
del alma, imaginando su bien alto,
cuando, entre mí, me vino un sobresalto
que'l mover trastornó del sentimiento.

   Hondura de gran causa en esto siento;  5
no l'alcanço, mas d'una en otra salto.
Gran temor he d'algún estraño salto,
según la parte donde sopla el viento.

    Mis sentidos no mueven de ligero,
ni es mucho en tanto mal ser adevino;  10
tanto más temo, cuanto entiendo menos;

    ni es milagro, si algún peligro'spero,
si barrunto a quemarme algún camino
trayendo el fuego con entrambos senos.




Soneto


ArribaAbajo    Buelve el deseo a levantar su rueda;
reverdece y barrunta ya el verano;
la tierra viste su color temprano;
moço'stá el año, al buen estado rueda.

    El alma en su'sperança se'stá queda,  5
aunque avisos le dan de mano en mano;
flores vernán, mas nunca verná el grano;
con hambre quedará, si en esto queda.

    No quedaré sino muy mantenido,
que al desear mantiénele'l deseo.  10
Yo traigo en mí lo que para mí pido.

    Quiero querer, y es mi querer cumplido;
mas, en tal tiempo, a vezes me proveo,
que's mayor hambre'star más proveído.




Soneto


ArribaAbajo    Va el coraçón camino d'aquel centro
do sus trabajos descansar solían,
y do agora también descansarían
si no me diera amor tan bravo encuentro.

    A cada paso en más peligros entro;  5
un no sé qué mis sentimientos crían;
tras éste van, y mueren, y porfían
los deseos, que m'echan más adentro.

    Yo tengo d'ir de grado a do me llevan
por no'sperar me lleven arrastrando;  10
no he miedo al daño ya, sino al ultrage.

    Cruezas mil agravios en mí pruevan;
házelo, que ha subido a tener mando
un dolor que's de muy rüin linage.




Soneto


ArribaAbajo    Temor celoso el alma me desvía,
fatígame y rebuélveme conmigo.
Mas, ¿para qué ser yo tan enemigo
d'aquel que'n las entrañas d'Amor cría?

    Muero en sufrir su triste compañía;  5
sólo por él yo mismo me persigo.
¿Por qué, con todo, si amo me fatigo
con quien amar me haze noche y día?

    Yela el deseo, al tiempo que más ardo;
antes más ardo, si por él me rijo;  10
más me'sfuerço por él que m'acovardo.

    En fin, él m'embaraça y dél me guardo;
no puede ser, que del Amor es hijo:
es hijo del Amor, mas es bastardo.




Canción


ArribaAbajo    Tiéntame Amor con peligrosas pruevas:
¿quiçá el tentar no sea derrocarme?
      Ya tanto fatigarme
baste en un coraçón tan fatigado.
No es tiempo Amor de más querer provarme;  5
escusado es andar trayendo nuevas
       para que más me muevas.
Tiénesme puesto en un tan baxo'stado,
que ni puedes quitar ni dar cuidado.
Perdido é la vergüença y el temor;  10
quien siempre tiene todo'l mal presente
      el porvenir no siente.
Tus amenazas ya no dan dolor:
vanidad es, y tiempo muy perdido,
amenazar después d'haver herido.  15

    Gran plazer es estar determinado
y pensar lo peor el pensamiento;
       gran parte del tormento
ahorra el coraçón cuando le traga.
Ármase a cada paso el pensamiento  20
del que siempre en desdichas fue criado;
       dest'arte yo, cuitado,
conviene por mi dicha que lo haga,
si quiero endurecerme en esta llaga.
Tengo por bien adelantar la pena,  25
de miedo de sufrilla toda junta.
       En ver que'l mal m'apunta,
adrede pienso lo que más me pena.
No me tomará Amor no apercebido,
que'n los oídos traigo su rüido.  30

    Todavía las nuevas que ora vienen,
no siendo nuevas, novedad me ponen,
      y el alma me disponen
a dolor, que'ntre mí digo: «¿Qué's esto?»
Mi seso malamente descomponen;  35
en maravilla y en temor me tienen,
      y en ansia me sostienen,
tanto, que mi remedio más compuesto
es pensar que sabré la verdad presto.
Cuando no andavan, túvelas tragadas,  40
matávame con quien no las creía,
      yo mismo me las vía,
contava a cada paso sus jornadas,
sufría yo pensallas y dezillas,
y agora muero, triste, en solo oíllas.  45

    No puede'l seso humano apercebirse
contra mal que no puede imaginarse.
      Ha de poder mirarse
el tormento, si el hombre osa'speralle.
Quien miralle podrá, podrá'sforçarse:  50
mas, si aun es mucho el mal para fingirse,
       ¿cómo havrá de sufrirse?
No viéndole pensé poder miralle,
ora le veo, y no oso imaginalle.
Harto bien hize yo toda mi cuenta:  55
antes del mal compuse mis consuelos,
       pensé que mis recelos
me previnieran de cualquier afrenta.
Agora, Amor, yo digo mi pecado:
no vale contra ti'star avisado.  60

    Confié mucho en mi apercebimiento;
de'sto deviera yo d'apercebirme.
       Porque pensé en morirme,
pensé'scusar el ansia de la muerte;
mas no afloxó por eso el afligirme.  65
¡Triste, que adelanté mi sentimiento
      y no amansé'l tormento!
El dolor que's de su natura fuerte,
no ay maña ni saber que le concierte.
Perdona, amor, perdona mi locura  70
si t'ofendí queriendo defenderme.
       Cuando pensé en valerme,
no fue de ti, sino de mi tristura.
Sabía yo que un hombre entristecido
no pudiera tenerte bien servido.  75

    Agora yo no sé cómo tratarme;
si lo que dizen por mis ojos veo,
       ¿dó sosterné'l deseo?,
¿dó pasaré, si atajan la salida?
Fuerte staré y diré que no lo creo.  80
No querría sino sobresanarme,
      puesto que's más matarme,
mi cuidado no es ya sanar mi herida,
sino por puntos alargar la vida.
¡O sentimiento umano que así huye  85
de padecer lo que á de ser por fuerça,
      y tanto en sí se'sfuerça,
que mucho más su esfuerço le destruye!
¿A qué aprovecha encima del penar
poner trabajo de querer sanar?  90

    Lo mejor es topar con el tormento
y tomar en mi muerte algún padrino
      que acierte a tener tino
de darme en parte que'n un punto muera.
¡Venga el morir, si corto es el camino!  95
Yo le salré con gran recibimiento,
      alegre y muy contento.
Venga en mí ya la muerte tan ligera
que, antes que su dolor, llegue primera.
Muy de verdad perdono el ser ya muerto,  100
mas no perdono el punto del morirme,
       que's grave'l despedirme.
Porque se pueda en esto dar concierto,
mátame, ¡o Amor!, con algún rayo,
no poco a poco, así, con tal desmayo.  105

    Canción: el alma tengo hecha un yelo,
temiendo aquello que temer no oso.
¿Qué hará el mal, si tal me tiene'l miedo?
      No digas tú cuál quedo,
que me corro de'star tan congoxoso.  110
Llorando irás, si quiera por cumplir,
no digan que no sientes mi morir.




Soneto


ArribaAbajo    Colgado stá d'un caso el pensamiento,
que'ntre'sperar y miedo se sostiene.
Compone, cada vez que al pleito viene,
el esperar, más fuerte su argumento.

    De deseoso, el triste sentimiento  5
no osa temer; mirá qué temor tiene:
sólo imagina aquello que conviene
por engañar un poco su tormento.

    ¿Qué haré yo, con mi triste sentido,
si acontece desastre a tanto amor?  10
¿Dó'stará el mal después d'aver venido?

    ¿Cómo podré valerme en mi dolor
si agora a cada paso'stoy perdido
sólo en abrir las puertas al temor?




Soneto


ArribaAbajo    Temblando'stá la vida a cada punto
d'una ventura que ofrecido s'ha;
yo sé cuál buelve y sé cómo se va
el bien ya cuando llega a'star muy junto.

    Cierro mis ojos, callo y no pregunto,  5
esperando Fortuna qué hará.
Harto mal es tener por cierto ya
que todo el mal o el bien ha de ser junto.

    Gran miedo es éste, y grande la'sperança;
no'stá el alma dispuesta a tanto'stremo;  10
mucho cuesta el vencer en tal pelea.

    Los que son de mi parte también temo,
que'l socorro que viene sin templança
los suyos mata, al tiempo que pelea.




Soneto


ArribaAbajo    Puesto m'ha Amor al punto do'stá el medio
de todo el bien que sobre'l alma rueda.
No es fortuna quien manda ya esta rueda:
más alto'stá mi mal o mi remedio.

    Sólo es Amor de cuanto amo el medio;  5
aquí puede'l poder, aunque no pueda;
d'aquí parte, aquí anda y aquí queda
la fuerça con que muero o me remedio.

    De tanto amar cual deve ser lo amado,
vean a mí, y entenderán a ella:  10
yo doy entera fe de su traslado.

    Mas como en mí se'ncubre mi cuidado
en ella, así, a quien querrá entendella,
se'ncubrirá gran parte de su'stado.




Soneto


ArribaAbajo    Mueve'l querer las alas con gran fuerça
tras el loor d'aquella que yo canto.
Al començar, levántase un espanto
tal que's peor del seso si se'sfuerça.

    Por otra parte, la razón me fuerça;  5
yo hablo, y callo, y'stoyme así entretanto;
esfuerço alguna vez, y otras me'spanto;
en fin, la gana de'scrivir refuerça.

    Del mundo, bien; de nuestros tiempos, gloria,
fue nacer ésta por la cual yo bivo:  10
enmienda fue de cuanto aquí se yerra.

    Fue declarar lo natural más bivo,
fue de virtud hazer perfeta istoria,
y fue juntar el cielo con la tierra.




Soneto


ArribaAbajo    La tierra, el cielo y más los elementos
han puesto su arte, hizieron a porfía
ésta, cuyo nombre es señora mía,
so cuya mano'stán mis sentimientos.

    Quedaron los maestros muy contentos  5
de su lavor, y vieron que acudía
la mano al punto de la fantasía;
y en paz fueron allí sus movimientos.

    Dichoso el día, dichosa la hora,
también la tierra donde nacer quiso  10
ésta del mundo general señora.

    Dichosa edad, que tanto se mejora,
pues entre sí ya tienen paraíso
los que infierno tuvieron hasta'gora.




Soneto


ArribaAbajo    ¿En cuál parte de cielo, en cuál planeta
guardado fue tan grande nacimiento?
¿Cuál estrella alcançó merecimiento
para influir en cosa tan perfeta?

    ¿Qué principio, qué causa tan secreta  5
pudo tener tan alto fundamento,
sino aquel ser d'aquel entendimiento
al cual toda otra causa'stá sujeta?

    Diónosla Dios, mas no porque la diese,
que fuera enagenar de su corona:  10
prestada fue para mostrar su obra.

    Y según es el ser de su persona,
porque más tiempo en ella él se viese,
tarda quiçá, que presto no la cobra.




Soneto


ArribaAbajo    ¿Dó stán mis ojos que su luz no veen?
¿Dó stá mi lengua, que a mi bien no cuenta
mi tanto mal y mi tan gran tormenta,
que ya por mis pecados no me creen?

    ¿Dó'stán mis pies? ¿Dó irán, que se paseen  5
por el lugar do començó mi afrenta?
¿Dó stá mi cuerpo, que no se presenta
adonde sus sentidos le recreen?

    ¿Dó'stá el andar con ansia todo'l día,
preguntando por quien nuevas me diese  10
de mi plazer, aunque me'ntristecía?

    ¿Dó'l sobresalto, si alguno quería
dezirm'algo, primero que lo oyese?
¡Y era bueno después cuando lo oía!




Soneto


ArribaAbajo    Cargado voy de mí doquier que ando,
y cuerpo y alma todo m'es pesado.
Sin causa bivo, pues que'stó apartado
de do'l bivir su causa iva ganando.

    Mi seso'stá sus obras desechando;  5
no me queda otra renta, ni otro'stado,
sino pasar pensando en lo pasado;
y cayo bien en lo que voy pensando.

    Tanto es el mal, que mi coraçón siente
que sola la memoria d'un momento  10
viene a ser para mí crudo acidente.

    ¿Cómo puede bivir mi pensamiento
si el pasado plazer y el mal presente
tienen siempre ocupado el sentimiento?




Soneto


ArribaAbajo   Esfuerça el alma su virtud postrera;
álçase en pie, y a caminar s'ensaya;
Amor le dize que, si no desmaya,
verá su bien, por eso que no muera.

    Para durar buscando'sta manera;  5
mas el buscar tan fuera va de raya
que'l darse priesa l'ha d'hazer que caya
donde abrá de quedar aunque no quiera.

    El desear le quita todo el tiento,
y el tiento es necesario, y el deseo;  10
andan los dos riñiendo en mi sentido.

    Yo en parte'stoy do pelear los veo;
del uno es necesario el vencimiento,
y el otro no podrá quedar vencido.




Soneto


ArribaAbajo    Levanta el desear el pensamiento
con tal hervor, que todo'l mundo es mío.
Buelven en seso todo el desvarío
la fuerça y la verdad del sentimiento.

    Mi coraçón do ama es tan atento,  5
que'l bien y el mal yo mismo me le crío,
tanto, que ya por puro amor confío
de sostener mis torres en el viento.

    Cuanto entra en mí, se muda todo luego
en el plazer que del amor influye;  10
mi bien fingido pasa por verdad.

    Esto no es mucho, pues que traigo fuego,
que cuanto toma luego lo destruye
y lo convierte en otra calidad.




Soneto


ArribaAbajo    Quien dize que'l ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando stá ausente, más perdido.

   Abiva la memoria su sentido;  5
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado
haze su desear más encendido.

    No sanan las heridas en él dadas
aunque cese'l mirar que las causó,  10
si quedan en el alma confirmadas.

    Que si uno'stá con muchas cuchilladas,
porque huya de quien l'acuchilló,
no por eso serán mejor curadas.




Soneto


ArribaAbajo    Cosa es común en los enamorados
holgarse con sus mismos pensamientos,
hazer consigo grandes fundamentos
para fingirse bienaventurados.

    Quieren éstos andar muy apartados  5
buscando soledad a sus tormentos;
recógense en sus propios sentimientos,
y entre sí con el mundo andan doblados.

    Muy al revés es de'stos la mi vida,
que no sólo no huelgo ya conmigo,  10
pero soy para mí un cargado peso.

    Huyendo de mí siempre, a mí me sigo,
y anda la cosa ya tan bien partida
que'l cuerpo es la prisión y el alma el preso.




Soneto


ArribaAbajo    El tiempo en toda cosa puede tanto
que aun la fama, por él, inmortal, muere.
No ay fuerça tal que'l tiempo, si la hiere,
no le ponga señal d'algún quebranto.

    No es perpetuo el plazer ni lo es el llanto.  5
Si esto es así, ¿por qué mi dolor quiere
que mientra más en mí se'nvejeciere,
esté más firme en un tenor su canto?

    Quien consolar quisiese algún amigo,
después d'havelle dicho otras razones,  10
que'sperase en el tiempo le diría.

    Perdióse este consuelo ya conmigo,
porque antes con el tiempo mis pasiones
se van acrecentando cada día.




Soneto


ArribaAbajo    Dizen que amor se pierde en el ausente,
o a lo menos en parte se resfría;
yo lo creí ya esto en algún día,
cuando mi mal no'stava tan ardiente.

    Agora tal mi coraçón se siente  5
quel tiempo, ni el lugar, ni el alma mía,
jamás harán que'n mí mi fantasía
ausente no'sté tal, como presente.

    Aún digo más: que alguna diferencia
si uviere en mí, será sentir mi fuego  10
mucho mayor al tiempo del ausencia.

    Porque'l ver y el hablar me dan sosiego,
o me tiempla el temor en la presencia,
tanto, que alguna vez della reñiego.




Soneto


ArribaAbajo    Bueno es amar, pues ¿cómo daña tanto?
Gran gusto es querer bien, ¿por qué entristece?
Plazer es desear, ¿cómo aborrece?
Amor es nuestro bien, ¿por qué da llanto?

    Da esfuerço amar, ¿pues cómo causa'spanto?  5
Por el amor el bien del alma crece,
¿pues cómo así, por él ella padece?
¿Cómo tantos contrarios cubre un manto?

    No es el amor el que dolor nos trae;
la compañía que, a su pesar, él tiene,  10
también a su pesar nos hiere y mata.

    El mal en él de nuestra parte cae;
él solo en nuestro bando nos sostiene
y nuestra paz continuamente trata.




Soneto


ArribaAbajo    Cuando d'amor m'aprieta algún tormento
y dexa en mí la llaga algo rompida,
no puede ser que'n mi penada vida
no quede algún desgusto o sentimiento.

    Despierta el alma en este pensamiento,  5
y sintiéndose casi entristecida,
de mí y de sí se halla tan corrida
que's otro nuevo mal su corrimiento.

    Dize que no concozco yo mi'stado,
que no sé star, en lo que devo, fuerte.  10
Yo lo confieso, y voy tan castigado,

    que todo mi desgusto se convierte
en nunca más quedar ya desgustado,
puesto que llegué al punto de la muerte.




Soneto


ArribaAbajo    Si un coraçón d'un verdadero amante,
y un contino morir por contentaros,
y un estender mi alma en desearos,
y un encogerme si os estoy delante;

    y si un penar con un sufrir constante,  5
satisfecho y contento con miraros,
y un derramar mis pasos por buscaros,
preguntando por vos a cada instante;

    y si un tener mi razonar compuesto,
y en hablando's sin más luego turbarme,  10
con un grande embaraço y desvarío:

    los acidentes son que han de llevarme
con público pregón, a morir presto,
la culpa es vuestra y el dolor es mío.




Soneto


ArribaAbajo    Como el ventor que sigue al ciervo herido,
su sangre y sus pisadas rastreando,
y anda tras él, acá y allá ladrando,
hasta velle en el suelo ya tendido;

    así, señora, vos m'havéis seguido,  5
mi muerte y mi desonra procurando,
y la saña y poder sobre mí echando,
que hasta'l punto postrero m'han traído.

    En ver mi coraçón estar llagado,
no dexáis de correlle y acosalle,  10
dándole siempre allí do l'havéis dado.

    Y si en algo tenéis algún cuidado
es en seguille hasta derriballe,
y en matalle después de derribado.




Soneto


ArribaAbajo    Si sospiros bastasen a moveros,
o lágrimas pudiesen ablandaros,
podría yo siquiera así amansaros,
que de mi mal pudiésedes doleros.

    Mas sospirar, llorar, ni bien quereros  5
nunca jamás pudieron inclinaros
a que mi coraçón, con puro amaros,
pudiese sino más endureceros.

    Con desamor quiçá fuera amansado
el desamor de vuestro sentimiento,  10
y así quedara yo menos dañado;

    mas es mejor amaros desamado,
y en esto bivir yo de mí contento,
que, sin amaros, ser de vos amado.




Soneto


ArribaAbajo    Amor de mis engaños no se harta;
burlando'stá de mí de punto en punto;
en toda parte que con él me junto,
de ceguedad mi alma queda harta.

    ¿Quién avrá ya que tanto mal desparta?  5
Veo mi bien, a mi parecer, junto;
corro tras él, y siempre'stá en un punto:
ni llego yo, ni él pienso que s'aparta.

    La priesa del correr mayor se haze
con el gran esperar y con la ira  10
de no alcançar lo que tan cerca veo.

    Hago verdad lo que quiçá es mentira;
sólo admite el querer lo que le plaze,
que mal se desengaña un gran deseo.




Soneto


ArribaAbajo    Dulce soñar y dulce congoxarme
cuando'stava soñando que soñava.
Dulce gozar con lo que m'engañava
si un poco más durara el engañarme.

    Dulce no'star en mí que figurarme  5
podía cuanto bien yo deseava.
Dulce plazer, aunque m'importunava,
que alguna vez llegava a despertarme.

    ¡O sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras si vinieras tan pesado  10
que asentaras en mí con más reposo!

    Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.




Soneto


ArribaAbajo    No alcanço yo por dónde o cómo pueda
amar un coraçón desesperado,
si no es porque fue tanto lo que ha amado
que ama por la costumbre que le queda.

    Fortuna en mí bolvió tanto su rueda  5
que casi a este punto m'ha llegado,
que con la fuerça del amor pasado
el mi presente Amor agora rueda.

    Soy tan grande amador que Amor sostengo
con el amor de mi verdad pasada,  10
y esto solo me queda en cuanto tengo.

    Con esto solo bivo y me'ntretengo,
y bivo, según esto, de nonada,
pues que de lo pasado me mantengo.




Canción


ArribaAbajo    Anda en rebueltas el amor conmigo:
no sé en qué ha de parar, o él o yo.
Tiempo sería pues d'haver parado;
no acabo el sí ni determino el no.
Mi seso, so color de serme amigo,  5
m'aconseja muy bien por más cuidado.
      Para desengañado
valgo poco, que me'ngañaron mucho.
      Con razón ya no'scucho
lo que's razón, pues que más me'nloquece.  10
      Ya esto no parece,
sino querer que ande com'un hombre
que le quedó tan solamente'l nombre.

    Traigo la vida y el contentamiento
puesto en un lance que, si se perdiese,  15
no oso pensar en lo que perdería.
Lo que ha de ser de mí, ¡quién lo supiese!
Mas ¿quién s'atreve a tanto sentimiento,
como en esto mi mal o el bien daría?
      Teme mi fantasía  20
d'abrir su puerta a toda el esperança,
      porque nunca s'alcança
tanto'sperar sin otro tanto miedo.
      En nada oso'star quedo;
tomo las cosas tanto por estremo,  25
que no menos el bien que'l dolor temo.

    Tiéneme amor guardado el mayor gusto
que tenga puesto en todos sus regalos;
cúmpleme que no sea o sea presto.
Mil casos se me hazen por él malos;  30
cuéstam'adelantado un gran desgusto
de cuantas cosas son, que no son esto.
      Estoy siempre muy puesto
en contemplar la vida que ternía,
      si tanto bien venía.  35
Al mejor tiempo dame un sobresalto,
       temiendo errar el salto.
Contra d'esto, si en mi provecho arguyo,
con todo cuanto pienso me destruyo.

    Hago mis cuentas como las querría,  40
mas suéleme tomar d'esto un agüero
que todo mi pensar convierte en llanto;
dize cómo á d'alcançar mi fantasía
cosa que de pensalla gusta tanto.
      Es tan grande este'spanto,  45
que no oso desear lo que deseo
      ni creer lo que creo.
Tomo por maña ya no desear
      y a mi dicha engañar.
Mas, ¡ciego de mí!, ¡triste!, yo no veo  50
que esto es de todos el mayor deseo.

    Tras esto, a lo peor me determino;
pienso el dolor y pienso los remedios:
y esto hago de puramente triste.
Crece'l temor buscando tantos medios;  55
mi guerra yo la hago y l'acrimino,
que aún no es el mal, ya el alma le resiste;
      en esto tal consiste
trabajarme y morirme vanamente.
      Mi seso es el que miente;  60
huye d'un no sé qué que se l'antoja.
      Tantas vezes me'noja
el vano mal del vano pensamiento,
que verdadero querría el tormento.

    Mi alma, que de Dios libre fue hecha,  65
busca su libertad naturalmente,
y así con tanto miedo s'aborrece.
Ternía por menor inconviniente
su'sperança en un punto ser deshecha
que padecer del arte que padece.  70
      De brava le parece
que de perder su fin se holgaría,
      mas luego esta porfía
la pierde, si a apretar viene esta cuenta.
      Entonces no hay afrenta,  75
ni males, ni tormentos, ni dolores:
todo es deseo, blandura y amores.

    No ay entonces, señora, sino amaros,
y mirar bien si os amo cuanto devo,
sin desear de vuestra parte nada.  80
Paréceme que os buelvo a amar de nuevo:
siento alboroços frescos y más claros
que si ésta fuese la primer jornada.
      ¡Cuán bienaventurada
fuera mi alma, si esto algo durase!  85
      Mas cumple que así pase,
porque mi vida se parezca a mí.
      Para mi mal nací:
nací para valerme con sufrir,
nací, señora, en fin, para morir.  90

    Contra este mal, provado é mil secretos;
las ciertas esperiencias en mí faltan;
las dudosas, en fin, serán dudosas.
A cada bien mil acidentes saltan;
así sus fuerças como sus efetos  95
pierden, por mí, y en mí, todas las cosas.
       Házenseme dañosas
en un punto las de mayor provecho.
      Ya en esto no hay despecho,
sino temor d'alguna gran hondura  100
      de nueva desventura.
Tomaría yo agora por partido
ser seguro de no quedar perdido.

    Querría en algún tiempo quedar bueno
para holgar siquiera con mi llanto,  105
y enchirme bien de mis malas venturas,
mas temo no é de ser aún para tanto.
Cierto, según del arte que yo peno,
no é de tener recurso a mis tristuras.
      ¡O fuertes desventuras!,  110
que aún m'ha d'echar mi mal como a perdido,
      por hombre sin sentido,
y ha de quedar en mí, no una tristeza,
      a que'l alma saveza,
mas otro entristecer que, a quien le tiene,  115
desesperar muy presto le conviene.

   Canción: bien sabes cuantos
días ha ya que agravios me son hechos;
      ya quedan satisfechos
los que me quieren mal, y así si vieres  120
       aquella que ver quieres,
dile que'n maltratarme ya s'atiente,
que no es bien dar plazer a mucha gente.




Soneto


ArribaAbajo    Si mi querer pudiera algo templarse
pareciéraos quiçá menos pesado;
con esto alguna vez ya é deseado
que'n mí el amor pudiese moderarse.

    Mi alma en esto empieça a recatarse,  5
y quedo con temor d'aver pecado,
en desear, por mejorar mi'stado,
que mi querer pudiese refrenarse.

    Mas también hallo, si esto yo deseo,
que lo hago por solo contentaros  10
y que's de puro amor cuanto en mí veo.

    Pero tanto es, en fin, mi desearos,
que todo me parece gran rodeo
si no cad'ora y punto más amaros.




Soneto


ArribaAbajo    ¡O gran fuerça d'amor que así enflaqueces
los que nacidos son para ser fuertes,
y les truecas así todas sus suertes,
que presto los más ricos empobreces!

    ¡O piélago de mar, que te'nriqueces  5
con los despojos d'infinitas muertes!
Trágaslos, y después luego los viertes,
porque nunca en un punto permaneces.

    ¡O rayo, cuyo efeto no entendemos,
que de dentro nos dexas abrasados  10
y de fuera sin mal sanos nos vemos!

    ¡O dolencia mortal, cuyos estremos
son menos conocidos y alcançados
por los tristes que más los padecemos!




Soneto


ArribaAbajo    En alta mar ronpido'stá el navío
con tempestad y temeroso viento,
pero la luz que ya'manecer siento,
y aun el cielo, me hazen que confío.

    La'strella con la cual mi noche guío,  5
a bueltas de mi triste lasamiento,
alço los ojos por miralla atento,
y dize que, si alargo, el puerto es mío.

    Da luego un viento que nos da por popa;
a manera de nubes vemos tierra;  10
y á rato ya que dizen que la vimos.

    Ya començamos a enxugar la ropa,
y a encarecer del mar la brava guerra,
y a recontar los votos que hezimos.




Soneto


ArribaAbajo    A mi gran mal, gran esperança crece
por las mudanças que del mundo entiendo.
Con este pensamiento me defiendo,
o a lo menos así me lo parece.

    Si en su dolor el alma se'ntristece,  5
con ira o blandamente la reprendo;
ella entre sí mi boz está siguiendo,
y así también se'nsaña o se'nternece.

    Pues si es así, y es d'ambos la caída,
¿cuál dará a cuál, al levantar, la mano,  10
si nadie pasa que ayudarnos quiera?

    Veo venir d'lexos por lo llano
quien tiene fin a descansar mi vida,
y en alta boz me dize: «Espera, espera».




Soneto


ArribaAbajo    Amor me da, con blandos movimientos,
al coraçón un sentimiento cierto,
para tentar si puede aver concierto
que pueda concertar mis pensamientos.

    Acuden, luego, aquí mis sentimientos,  5
diziendo que's mejor el desconcierto,
que amor sin él sería luego muerto,
que desconciertos son sus fundamentos.

   Renuévase con esto la pelea;
no hay despartir, que muere'l que desparte;  10
ni siento yo cuál parte mejor sea.

    Son todos d'una, y ora d'otra parte.
Uno ay allí que vence y no pelea,
con desear, que's desear su arte.




Canción


ArribaAbajo    Gran tiempo ha que amor me dize: «scrive,
escrive lo que'n ti yo tengo'scrito
de letra que jamás será borrada».
Respondo yo: «D'un mal tan infinito,
¿qué'scriviré, si mi alma siempre bive  5
confusa en su dolor, triste y turbada?
Biva es mi pena, y pienso que's soñada.
¿Por qué andan tan confusos mis concetos,
que ya no sé si siento lo que siento?
       Solía mi tormento  10
hazer en mí conformes sus efetos,
hazíame llorar de'ntristecido,
y embravecer si agravios padecía,
y ablandarme de no sé qué muy presto.
Agora yo no sé, triste, qué's esto,  15
ni sé ya qué dolencia es ésta mía,
que nunca'stoy d'amor tan afligido
que otra cosa no muestra mi sentido.»

    Llora el alma y el gesto'stá riendo;
traigo palabras tristes y de muerte,  20
y hablo vanidades que no prestan.
Mi gran verdad, en mí, siempre'stá fuerte,
y pienso alguna vez que'stoy mintiendo;
aquí veréis mis males qué me cuestan.
No sé cómo se me desemballestan  25
mis sentidos por vías muy estrañas,
a mí y a sí haziendo mil despechos.
      Ardiendo'stán mis pechos,
y mi dolor negocia en mis entrañas,
que aun el humo no salga, siendo nada.  30
Yo muero, en fin, y no se me parece,
y hasta los que vienen a curarme
piensan que cuanto hago es regalarme.
¿Qué hará, pues, quien tanto mal padece?
¡Que'n mi alma mi llaga'sté rasgada,  35
y a los otros parezca ya cerrada!

    Así que'l mal no me's agradecido
ni por Dios, ni por vos, ni por la gente,
ni yo me le agradezco ya tampoco.
En otro tiempo holgué de'star doliente,  40
cuando el gusto no'stava tan perdido,
que no gustase de mi mal un poco.
Ora el dolor me tiene ya tan loco,
o ya tan tonto, por hablar más propio,
que andan mis sentimientos tan dañados,  45
      tan al revés mudados,
que cuanto siento me parece impropio.
De'sto no entiendo más de lo que veo;
veo que sois la causa de'ste daño;
que por seguir vuestra arte o vuestro antojo,  50
traéisme'l bien continamente al ojo,
dilatándole siempre con engaño.
Con esto, así cansastes mi deseo,
que ya de muy cansado no deseo.

    La'sperança'stá ya con tal flaqueza  55
que'l desear no puede quedar fuerte:
toda'l alma ocupado á este desmayo.
Su'sperar, que's su sangre, se le vierte.
D'aquesto se me sigue una tristeza
tan estraña que casi me desmayo.  60
Si pruevo a levantarme, luego cayo,
que los nervios, que son los pensamientos,
con los cuales el alma se mandava
      y por sus pies andava,
han perdido ya en mí sus movimientos.  65
¡O d'amor grande y nueva perlesía,
que m'as parado tal, que aún en mi cama,
que's el amor, no puedo rebolverme,
ni de pies ni de manos ya valerme,
ni me cura el gran fuego de mi llama,  70
sino que se'stá el alma torpe y fría,
muy al revés de cual estar solía!

    Pues si, tras esto, preguntáis si amo,
respondo que amo tanto que no creo
que jamás amador fue igual conmigo.  75
Pues ¿cómo'stá tan flaco mi deseo?
¿Cómo no doy mil bozes y no bramo?
¿Cómo en tanto silencio me fatigo?
Flaco'stá el desear, pues lo que sigo
me dexa tan atrás, que de cansado  80
é de parar, y con los ojos ando
      siguiendo y alcançando
lo que seguir no puedo d'alcançado.
Y pues mis diligencias s'han perdido,
al otro cabo é de bolver la rienda;  85
y así no's espantéis si no me quexo,
que, vencido del malestar, me dexo,
sin pedir ya, ni desear enmienda;
y si, de loco, alguna vez la pido,
yo quedo harto presto arrepentido.  90

   Mas no puede sufrir mi voluntad
que no acudáis a lo que ella os merece,
que siempre un puro amor es delicado.
Con esto, alguna vez si m'acaece
que forçado de mi necesidad  95
os pida lo que tanto é deseado,
quedo, si no lo dais, tan desgustado,
con quexa tan mortal y tan ardiente,
tan caído de tanta confiança,
      que amor y su'sperança  100
desmayan con tan áspero acidente.
A esto acude luego arrepentirme
d'haver creído a mi fuerte deseo,
pidiendo's lo que fue fuerça pediros.
Digo que nunca más, pero en fin miro's  105
y torno's a pedir lo que deseo,
y así voy d'un morir a otro morirme,
mudanças padeciendo, de muy firme.

    Si yo pudiese bivir con solo amaros,
sin tener fin a ser de vos amado,  110
¡cuán sosegadamente biviría!
Mas esto nunca nadie lo á alcançado,
que'n amar ha d'aver tomar y daros,
y el que otramente amase, no amaría.
De suerte que's forçada el alma mía  115
por ley d'amor a'scudriñar su'stado;
y d'aquí, pues, son todos mis tormentos;
      y aquí mis pensamientos
amartillan mi coraçón cuitado,
el cual trae con vos estrecha cuenta,  120
con un proceso tan escrupuloso
que'l seso se me haze mil pedaços;
y si quiero acogerme a vuestros braços,
y con vos remediarme, ya no oso,
porque, cuando queréis sanar mi afrenta,  125
entonces mi sospecha s'acrecienta.

    Así que vos no sois ya poderosa
para sacarme de ningún aprieto,
y no es porque ay en vuestro poder falta.
La falta no es sino de mi sujeto,  130
que'n alma tan cuitada y sospechosa
no es culpa del remedio, si le falta.
Toda cosa de bien me sobresalta;
su novedad, si más, basta a alterarme.
Mas vos, señora, que sabéis mi'stado  135
      y veis cuanto he pasado,
buscá forma, si l'hay, de remediarme,
que yo, que'stoy tendido en mi tristura,
no sé sino dezir mil desvaríos,
sospechando que todo me's dañoso.  140
Vos que sabéis adónde'stá el reposo
de los trabajos y tormentos míos,
curáme ya de tanta desventura,
aunque sea matarme con la cura.

    Canción: tú vas peor que no mereces,  145
desnuda y con tus llagas descubiertas.
No as d'andar más tus cuitas declarando,
pues tu necesidad las va mostrando,
de la cual ya señales dan muy ciertas
      tus esperanças muertas.  150
Provarás tu fortuna todavía,
      y buscarás un día
que amanezca tan bien, que'n él t'atrevas
a dar de mis tormentos estas nuevas.




Canción


ArribaAbajo    Bien pensé yo pasar mi triste vida
del arte que otro tiempo la pasava,
concertándome en mí con mis tormentos;
pero engañéme yo en lo que pensava,
y así agora mi alma de corrida  5
anda buscando, entre sus sentimientos,
cómo pueda engañar mis pensamientos.
Al uno dize que mi mal no es nada,
y al otro que no pierda el esperança,
      que'n fin todo s'alcança;  10
anda por me'ngañar, y'stá engañada,
      que ya toda su maña
es toda para mí muy escusada;
piensa que me regala, si me'ngaña,
y en engañarme, más me desengaña.  15

    De mí una soledad estraña siento,
tan grande, que me busco y no me hallo,
ni aun me hallo donde m'é perdido.
Véome tal que disimulo y callo,
para'l mundo mostrándome contento,  20
y esto ya veis si es más andar caído.
Mi mismo mal me trae tan corrido,
que querría penar secretamente,
y hasta de vos, que sois la misma parte,
      asconderme en tal arte  25
que os mintiese mi mal, que nunca miente.
      Si alguna vez despierto
a quexarme, el temor no lo consiente.
Las peñas moverían d'un desierto
las quexas que'n las manos se m'han muerto.  30

    Si os quiero hablar, faltando va mi habla,
mas por mí os habla el demudarme luego,
y el estaros delante y no miraros.
Mi grande desacuerdo y mal sosiego,
y el no hazer lo que conviene, os habla;  35
y más que todo os habla el no hablaros.
Yo sé muy bien lo que é sabido amaros,
y sélo bien con gran trabajo mío
y con poco de quien me lo ha mostrado.
      Y con esto é quedado  40
tan letrado en mi mal, que's desvarío
       pensar dél olvidarme.
Ni de mí ni de vos tanto confío,
que con mano piense de curarme
ni con la vuestra un poco d'ayudarme.  45

    En otro tiempo, pues, pasé mi vida
de tal suerte que, 'n fin, yo la pasava
concertándome en mí con mis tormentos.
Ya entonces mi dolor me fatigava,
mas, al cabo, a mi mal dava salida  50
un blando discurrir de pensamientos
que un no sé qué traían de contentos.
Y cuando me tomava una sospecha,
con el fuego d'amor s'iva gastando,
      poco a poco dexando  55
el alma de su error tan satisfecha,
      que de'sto m'acudía
una'sperança allí, de nuevo hecha,
y un pensar que otra vez mi fantasía
su vano sospechar entendería.  60

    Los desgustos, que'ntonces me'nojavan,
sus términos tenían ya medidos
en mí, y sus paroxismos concertados,
y así al venir no eran tan temidos,
antes alguna vez me descansavan  65
con pensar que, tras ser ellos pasados,
mis deleites vernían más doblados.
Era víspera el mal d'una gran fiesta,
para la cual mi alma s'adreçava,
      y en sí s'alboroçava  70
para salir loçana y muy compuesta.
      Con esto, mi cuidado
s'iva sin más demanda ni respuesta.
Podía tanto en mí el bien esperado,
que antes de ser sentido, era gozado.  75

    El día que de veros no alcançava,
descansava con quien visto os havía,
rodeando mil pláticas por una;
y'sperando de veros otro día,
tanto mi coraçón s'alboroçava,  80
que alabava mi tiempo y mi fortuna,
desde'l punto que fui puesto en la cuna.
Como el glotón que gusta alguna cosa,
y tanto gusto della en sí le viene,
       que'spera y se detiene,  85
y començar, por no acabar, no osa;
       así mi fantasía
de vuestra vista siendo deseosa,
alguna vez sin veros se sufría,
pensando que después más holgaría.  90

    ¡Cuán al revés es lo que paso agora!,
que concertar no puedo mis pasiones,
para sufrillas concertadamente,
ni me vale buscar cien mil razones,
para en cien años alcançar un'ora  95
en que pueda penar templadamente.
Está en su fuerça siempre mi acidente,
y viendo's y no viendo's siempre muero:
muero, si os veo, de mortal deseo;
      y el día que no's veo,  100
de veros otro día desespero.
      No tengo sufrimiento
para'sperar un poco lo que quiero,
ni puedo dar salida al sentimiento
con blando ni con duro pensamiento.  105

    Ni soy para salir de mil sospechas,
en las cuales amor me funda tanto,
que hago de nonada una gran torre.
Yo mismo mis dolores me levanto,
con razones al parecer tan hechas,  110
que a buscar quien l'ayude el alma corre,
y halla presto a quien no la socorre.
¡O congoxas de tantas diferencias,
que a mostrar o pasar el dolor dellas
      no bastan mis querellas,  115
ni ay multitud que baste de paciencias!
      Amor, ¿con cuál espada
abriste en mí tan ásperas dolencias,
que no valga mi vida, de cuitada,
sino para llorar la que's pasada?  120

    Yo pago bien cualquier pasada gloria
con el dolor de mi presente vida,
y págola con logro desonrado,
y así queda mi alma destruida,
y quedo yo, cuitado, en mi memoria  125
del pasado plazer tan alcançado,
que presto é de quebrar, si no é quebrado.
Parte os cabrá, señora, de'ste daño,
que si el dolor, que'n mí se multiplica,
      pensáis que os hará rica,  130
sabé que recebís muy gran engaño.
       Milagro es cuando acierta
quedar sin mal quien haze un mal tamaño.
¿Qué'strella o qué razón os haze cierta,
que de tanto matar no quedéis muerta?  135

    Canción: tú puedes ir donde quisieres,
que, aunque vas a peligro, siendo mía,
irás bien yendo sin mi compañía.




Soneto


ArribaAbajo    Como aquel que'n soñar gusto recive,
su gusto procediendo de locura,
así el imaginar, con su figura,
vanamente su gozo en mí concive.

    Otro bien, en mí, triste, no se scrive,  5
si no es aquel que mi pensar procura:
de cuanto ha sido hecho en mi ventura,
lo solo imaginado es lo que bive.

    Teme mi coraçón d'ir adelante,
viendo'star su dolor puesto en celada,  10
y así rebuelve atrás en un instante

    a contemplar su gloria ya pasada.
¡O sombra de remedio inconstante!:
ser en mí lo mejor lo que no es nada.




Soneto


ArribaAbajo    Pensando en lo pasado, de medroso,
hállome gran amor dentro en mi pecho;
bien sé que lo pasado ya es deshecho,
mas da el maginallo algún reposo.

    De descansar estoy tan deseoso  5
que para reposar doquiera m'echo;
donde'spero descanso, allí es mi lecho,
aunque sea el descanso mentiroso.

    Mas este descansar, siendo tan vano,
ha d'acabarse'n muy breve momento;  10
y el triste recordar está en la mano.

    He de bolver a mi dolor temprano;
la cuenta de'sto es tal que no la cuento;
mas hallo lo que pierdo y lo que gano.




Soneto


ArribaAbajo    Como'l patrón que, 'n golfo navegando,
lleva su nao, y viendo claro'l cielo,
está más lexos de tener recelo
que si'stuviese en tierra paseando:

    así yo por lo hondo travesando  5
de mi querer, que nunca tuvo suelo,
el rato que me hallo'star sin duelo,
que voy seguro luego'stoy pensando.

    Pero después si el viento mueve guerra
y la braveza de la mar levanta,  10
acude'l nunca más entrar en barca,

    y el voto d'ir a ver la casa santa,
y el desear ser labrador en tierra,
mucho más que'n la mar un gran monarca.




Soneto


ArribaAbajo    Como'l triste que a muerte'stá juzgado,
y desto es sabidor de cierta sciencia,
y la traga y la toma en paciencia,
poniéndos'al morir determinado;

    tras esto dízenle que's perdonado,  5
y'stando así se halla en su presencia
el fuerte secutor de la sentencia
con ánimo y cuchillo aparejado:

    así yo, condenado a mi tormento,
de tenelle tragado no me duelo,  10
pero, después, si el falso pensamiento

    me da seguridad, d'algún consuelo,
bolviendo el mal, mi triste sentimiento
queda embuelto en su sangre por el suelo.




Soneto


ArribaAbajo    ¡O si acabase mi pensar sus días,
o fuese d'eternal sueño oprimido!
No es bien bivir, trayéndome'l sentido
pesadas y continas chismerías:

   o me carga de tristes fantasías  5
o me da el bien tan corto y tan medido
que me'spanto de que s'an mantenido,
con su tanto gastar, las penas mías.

    Viéndome Amor gemir de fatigado,
sobre'sto de mi mal me'stá acallando;  10
mas aun conmigo en esto se desmide,

    como madre con hijo regalado,
que si le pide rejalgar, llorando,
no sabe sino dalle lo que pide.




Soneto


ArribaAbajo    ¿No basta el mal a siempre fatigarme,
sin que también el bien me dé tormento?
Yo'stava ya conmigo en buen asiento,
para cuanto dolor quisiesen darme.

    Podía el no'sperar harto ayudarme,  5
y, por vieja costumbre, 'l pensamiento
hallava en el penar contentamiento,
o cosa que bastava a contentarme.

    Aún me'storva el Amor tan baxo'stado,
dándome de plazer alguna vista,  10
con la cual se rebuelve mi cuidado,

    y el mal con quien yo'stava concertado
con el venir del bien se me'nemista,
y buelve andar mi reino levantado.




Soneto


ArribaAbajo    Soy como aquel que vive en el desierto,
del mundo y de sus cosas olvidado,
y a descuido veis donde l'ha llegado
un gran amigo, al cual tuvo por muerto.

    Teme luego d'un caso tan incierto;  5
pero, después que bien s'ha segurado,
comiença a holgar pensando en lo pasado,
con nuevos sentimientos muy despierto.

    Mas cuando ya este amigo se le parte,
al cual partirse presto le conviene,  10
la soledad empieça a selle nueva;

    con las yervas del monte no s'aviene;
para'l yermo le falta toda el arte;
y tiembla cada vez que'ntra en su cueva.




Soneto


ArribaAbajo    Como después del tempestoso día
la tarde clara suele ser sabrosa,
y después de la noche tenebrosa
el resplandor del sol plazer embía,

    así en su padecer el alma mía  5
con la tarde del bien es tan gozosa
que s'entrega, en un'ora que reposa,
de todos los trabajos que tenía.

    Mas este bien no suele ser barato:
mucho cuesta tan fuerte medicina,  10
y es lo peor que presto ha de pagarse.

    Es reposar d'un hombre que camina,
que a la sombra descansa un breve rato,
para luego bolver a más cansarse.




Soneto


ArribaAbajo    Quisiera Amor a su prision bolverme
por castigar mi libre sentimiento,
y diome de su mano un tan gran tiento,
que uviera en aquel punto de vencerme;

    pero tan cierto vi luego el perderme,  5
que'sto solo'scusó mi perdimiento,
y fue'l primer afeto tan sin tiento,
que al segundo fue fuerça rehazerme.

    Si con armas, Amor, acostumbradas,
como otras vezes sale, me saliera,  10
según en salvo'stoy, quiçá'sperara.

    Mas estas aventuras desusadas
espérelas y empréndalas quienquiera,
que yo no oso'sperar muerte tan clara.




Soneto


ArribaAbajo    Otro tiempo lloré y agora canto,
canto d'amor mis bienes sosegados;
d'amor lloré mis males tan penados,
que por necesidad era mi llanto.

    Agora empieça Amor un nuevo canto,  5
llevando así sus puntos concertados,
que todos, de'star ya muy acordados,
van a dar en un son sabroso y santo.

    Razón juntó l'onesto y deleitable,
y de'stos dos nació lo provechoso,  10
mostrando bien de do engendrado fue.

    ¡O concierto d'Amor grande y gozoso!,
sino que de contento no terné
qué cante, ni qué'scriva, ni qué hable.




Soneto


ArribaAbajo    Antes terné qué cante blandamente,
pues amo blandamente y soy amado;
sé que'n Amor no es término forçado
sólo'scrivir aquel que dolor siente.

    Desabáfase quien está doliente,  5
y canta en la prisión el desdichado,
con hierros y cadenas fatigado,
mas su cantar del nuestro es diferente.

    Yo cantaré conforme a l'avezilla
que canta así a la sombra d'algún ramo,  10
que'l caminante olvida su camino,

    quedando trasportado por oílla.
Así yo de ver quien me ama y a quien amo,
en mi cantar terné gozo contino.




Soneto


ArribaAbajo    Amor m'embía un dulce sentimiento
diziendo que's su mensajero cierto.
Las nuevas son que'stoy dentro en el puerto,
seguro de tormenta y de tormento.

    Haze desto fiança el pensamiento,  5
mostrando, en mi pasado desconcierto,
que Amor me levantó de frío y muerto,
haziéndome quedar bivo y contento.

    El milagro fue hecho'strañamente,
porque resucitando el mortal velo,  10
resucitó también la immortal alma.

    Celebrado seré en toda la gente,
llevando en mi triumpho para'l cielo,
con el verde laurel la blanca palma.




Soneto


ArribaAbajo    Demás del gran milagro que Amor hizo,
haziéndome, después de'star deshecho,
fue muy maravilloso y nuevo hecho
ver que un Amor me hizo y me deshizo.

    Amor fue quien muy mal me satisfizo,  5
y agora por Amor voy satisfecho;
es esto de saber cómo s'ha hecho,
no nos parezca que's rüido hechizo.

    Salieron d'un Amor varios efetos,
porque fue vario el medio con que á obrado,  10
y halló también en mí varios sugetos.

    Del mal medio, nacieron los defetos,
pero del bueno, en serme presentado,
nació el bien sobre mil bienes perfetos.




Soneto


ArribaAbajo    Un nuevo Amor un nuevo bien m'ha dado,
illustrándome'l alma y el sentido,
por manera que a Dios ya yo no pido
sino que me conserve en este'stado.

    A mi bien acrecienta el mal pasado,  5
tan sin temor estoy de lo que ha sido,
y en las yervas compuestas que é bevido,
mi fuerça y mi bivir s'an mejorado.

    Anduvo sobre mí gran pestilencia
hasta matar los páxaros bolando  10
y casi cuanto en vida fue criado.

    Este influxo crüel se fue pasando,
y así de'sta mortal, brava dolencia,
con más salud quedó lo que á quedado.




Soneto


ArribaAbajo    Dulce reposo de mi entendimiento;
dulce plazer fundado sobre bueno;
dulce saber que de saber soy lleno,
pues tengo de mi bien conocimiento.

    Dulce gozar d'un dulce sentimiento,  5
viendo mi cielo'star claro y sereno,
y dulce rebolver sobre mi seno,
con firme concluir que'stoy contento.

    Dulce gustar d'un no sé qué sin nombre,
que Amor dentro en mi alma poner quiso,  10
cuando mi mal sanó con gran renombre.

    Dulce pensar que'stoy en paraíso;
sino que, 'n fin, m'acuerdo que soy hombre,
y en las cosas del mundo tomo aviso.




Soneto


ArribaAbajo    Tristes años y largos fui cuitado,
en tormentos d'Amor tan afligido,
que'n cosa ningún ser vi tan perdido
que no tuviese imbidia de su'stado.

    Contemplava la piedra sin cuidado,  5
la planta mejorada en su partido,
y el animal más baxo y abatido
era, a mi parecer, muy prosperado.

    Yo solo andava fuera de'ste bando,
despertando en las gentes la memoria,  10
hasta que Dios con su absoluto mando

    mi guerra convertió en tanta vitoria,
que agora vencedor estoy triumphando,
dexando'scrita en todos larga istoria.




Soneto


ArribaAbajo    Amor es bueno en sí naturalmente,
y si por causa dél males tenemos,
será porque seguimos los estremos,
y así es culpa de quien sus penas siente.

    El fuego es el más noble y ecelente  5
elemento de cuantos entendemos,
mas tanta leña en él echar podremos
que al mundo abrasará su fuerça ardiente.

    Cuánto más, si le echáis otras misturas
de pez o d'alquitrán para movelle,  10
como aquellas que eché en mis desventuras;

    por donde en el ardor de sus tristuras,
tan quemado quedé, con encendelle,
que'n mi rostro se muestran mis locuras.




Soneto


ArribaAbajo    Este fuego que agora yo en mí siento
es puro y simple, y puesto allá en su'spera;
y cuando acá deciende su hoguera
es porque tal materia le presento,

    que'n su calor rebivo y me caliento,  5
templando todo'l aire en tal manera,
que, doquiera que'stoy, es primavera,
con flores y con fruto en un momento.

    Su luz, alderredor do'stoy presente,
alumbra en un instante cuanto veo,  10
mudándolo en color claro y luziente.

    Si este tal fuego hurtara Prometheo,
cuando quiso alegrar la mortal gente,
tuviera gran desculpa su deseo.




Soneto


ArribaAbajo    Si en mitad del dolor tener memoria
del pasado plazer es gran tormento,
así también en el contentamiento
acordarse del mal pasado es gloria.

    Por do, según el curso d'esta istoria,  5
no hay cosa que me venga'l pensamiento
que toda no se buelva en un momento
en lustre y en favor de mi vitoria.

   Como en la mar, después de la tiniebla,
pone alboroço el asomar del día,  10
y entonces fue plazer la noche'scura,

    así en mi coraçón, ida la niebla,
levanta en major punto al alegría
el pasado dolor de la tristura.




Soneto


ArribaAbajo    Gran tiempo fui de males tan dañado,
por el dañado Amor que'n mí reinava,
que a sanos y a dolientes espantava
la vista d'un doliente tan llagado.

    Conveníame andar siempre apartado,  5
según de mí la gente s'apartava,
y aquello en que más yo me reposava
era hartarme de ser desdichado.

   Vime sano después en un momento,
y bueltos en plazer los males míos;  10
miravan todos esta salud mía

    con un maravillado sentimiento,
como al ciego miraron los judíos,
espantados de velle como vía.




Soneto


ArribaAbajo    L'alto monte d'Olympo, do se'scrive
que no llega a sobir ningún nublado
ni alcança allá el furor apoderado
del viento, por más choças que derrive,

    sobre sus altas cumbres me recive,  5
porque allí'sté seguro y sosegado,
un claro Amor, que'l alma m'ha ilustrado
con la clara virtud que'n mí concive.

    Miro d'allí do'stavan los amores
que perdido en el mundo me trahían  10
y miro por cuál arte sus errores,

    concibiendo dolor, maldad parían.
Nacieron de la cual otros dolores
que'n desonra medravan y crecían.




Soneto


ArribaAbajo    ¡O monte levantado en l'alma mía,
en la cumbre del cual agora siento,
con cuánto lamentar fui escarmiento
para toda la gente que me vía!

    Hablilla fui, que'n mí se componía  5
de lástima y dolor y de tormento,
y entre lenguas se mejorava el cuento
que a su plazer cad'una le dezía.

    Sé que's así, no sé cómo s'ha hecho
que aora, libre, entre todos me contemplo  10
de la fuerte prisión do fui embuelto.

    Y así agora, en memoria d'un tal hecho,
colgando'stoy los hierros en el templo,
adonde amanecí despierto y suelto.




Soneto


ArribaAbajo    D'una mortal y triste perlesía
en su cama tendida mi alma'stava,
y como el mal los nervios l'ocupava,
ni de pies ni de manos se valía.

    El casto Amor, que Dios del cielo embía,  5
le dixo en ver la pena que pasava:
«¡Suelta tus pies, tus manos te destrava,
toma tu lecho a cuestas y haz tu vía!»

    Bolví luego a mirarme y vime sano,
y caminé sin rastro de dolencia  10
por las cuestas así como en lo llano.

    ¡O poder eternal y soberano!
¿Quién sanará con propia diligencia
si la salud no da tu larga mano?




Soneto


ArribaAbajo    El hijo de Peleo, que celebrado
tanto d'Homero fue con alta lira,
con su madre su mal llora y sospira,
la suerte lamentando de su'stado.

    Que sobre havelle corta vida dado,  5
pase tan adelante la su ira,
que doquier que'l rebuelva, si se mira,
se vea de trabajos rodeado.

    Si la fortuna d'un tal hombre's gloria,
con gloria quedarás tú, Garcilaso,  10
pues, con la dél, tu gloria va medida.

    Tu esfuerço nunca fue flaco ni laso,
tus trabajos hizieron larga istoria,
y cúpote, tras esto, corta vida.




Soneto


ArribaAbajo    Garcilaso que al bien siempre aspiraste
y siempre con tal fuerça le seguiste,
que a pocos pasos que tras él corriste,
en todo enteramente l'alcançaste,

    dime: ¿por qué tras ti no me llevaste  5
cuando desta mortal tierra partiste?,
¿por qué, al subir a lo alto que subiste,
acá en esta baxeza me dexaste?

    Bien pienso yo que si poder tuvieras
de mudar algo lo que'stá ordenado,  10
en tal caso de mí no t'olvidaras:

    que, o quisieras onrarme con tu lado,
o a lo menos de mí te despidieras;
o, si esto no, después por mí tornaras.




Canción


ArribaAbajo    Gran tiempo Amor me tuvo de su mano,
el bien con el dolor en mí templando,
traiéndome con gusto y con tormento;
comigo mismo entonces fui pasando,
embuelto en mis dolencias como sano,  5
pues que todo parava en ser contento;
pasava d'uno en otro pensamiento,
y si mal una vez m'amanecía,
era el anochecer después sabroso;
      penava con reposo,  10
muchos días sufriendo por un día;
      si un mal se señalava
en mí, luego otro bien me sostenía;
el mal, en cantidad, mucho pesava,
pero, en la calidad, el bien llevava.  15

    Tanto llevava el bien al dolor mío,
que sólo con el bien era mi cuenta;
el dolor s'olvidava o se perdía;
mi alma'stava por Amor contenta;
y aunque'ra el contentarse desvarío,  20
su pensamiento en esto la regía.
No era alboroçada su alegría,
antes era tan grave y tan fundada
que mi gozo en lo hondo andava puesto;
      sin salir nunca'l gesto,  25
yo andávame'ntre mí sin mostrar nada;
      queriendo'star doblado,
con gente que traer pensé'ngañada,
comigo'stava ya tan confiado,
que holgava de fingirme mal tratado.  30

    El miedo que'n Amor todos padecen
muy pocas vezes yo le padecía:
tanto en mi bien seguro y firme'stava.
Si algún prudente amigo me dezía
«estos bienes d'Amor no permanecen»,  35
por pesada sentencia la juzgava.
Ninguna forma de desdicha hallava
que'mbaraçar pudiese mis venturas,
ni vacilavan ya mis esperanças
      con escuchar mudanças  40
de mugeres que han hecho ya locuras.
       Ningún caso toparse
podía con mis casos y aventuras,
ni tan alto algún bien podía hallarse
que pudiese a mis bienes igualarse.  45

    Duraron largo tiempo estos errores,
y ¡oxalá, pues tan grande fue'l errarse,
no començaran o no duraran tanto!
No avía mi alma tanto de'ngañarse
(por más que'n mí pudiesen los amores)  50
que tan gran bien parase en tan gran llanto.
De lo que fui, por lo que soy, me'spanto:
las tristes esperiencias m'han traído
el seso y la miseria juntamente.
      Pero tan fuertemente  55
el seso en la miseria viene asido
      que's cosa intolerable
valerse dél en caso tan perdido.
¡O áspera desonra, y lamentable,
que sea el seso en mí tan miserable!  60

    Mas nuestro Dios, a quien tanto costamos,
que derramó su sangre por nosotros,
inventa en nuestros males grandes curas.
Muchos dolientes sana, unos con otros;
otros nos dexa andar por donde andamos,  65
curando a los más tristes con tristuras;
al loco le consiente hazer locuras,
y le dexa hallar por desatinos,
a las vezes, el más seguro seso,
      y allí le tiene preso  70
sin dexalle que pierda más caminos.
       Tú, Dios, con tu sentencia
me'nterraste'n dolores tan continos,
porque después me diese tu clemencia
que otro Lázaro fuese'n tu presencia.  75

    Resucitado pues d'aquella muerte
que mató bivamente mis sentidos,
los de l'alma y también los corporales,
bolviendo atrás, mis años vi perdidos
y vi que fui caído en baxa suerte,  80
igual con los más baxos animales;
no eran de perdonar tan tristes males,
ni nunca yo por mí los perdonara.
Perdónelos Aquel que ha perdonado
      ser muerto y tormentado,  85
injurias padeciendo cara a cara.
      Pues Tú, Señor, olvidas
tu perjüicio de mi culpa clara,
¿cómo podrá ya ser que mis heridas
con tu sangre no queden corregidas?  90

    Yo'spero en Ti, cuia'sperança cierta
jamás faltó de dar lo prometido
a tiempo y a sazón como conviene,
que'l bien de mi salud será cumplido
y mi alma, a quien abriste Tú la puerta,  95
se podrá aprovechar de lo que tiene.
Valdráme la memoria si el mal viene
a tentarme por donde m'ha tentado;
la voluntad, de verse libre y suelta,
      guardar s'á de rebuelta;  100
el entender, por prueva, havrá alcançado
      que's mengua y dolor grave
cativamente siempre'star atado.
Tú, que ternás, Señor, desto la llave,
echarás más en mí de lo que cabe.  105

    Mis errores veré, mas ya los veo
y entiendo bien el vano fundamento
sobre'l cual levantava mi cuidado.
Ya agora dos plazeres en mí siento:
el uno es la salud de mi deseo,  110
y el otro ver que quedo bien vengado
de mí y de quien mis llantos ha causado.
Y tengo más: que ha sido esta vengança
sin desvelarme yo, ni fatigarme,
      para poder vengarme.  115
El mundo m'ha vengado con su lança,
      con crueldad tamaña
que he dolor ya de tanta destemplança.
Nunca pidió la ravia de mi saña
ser vengada con furia tan estraña.  120

    Nunca quise sino lo que aora tengo,
que's tener en muy poco lo que's poco
y poder sosegar mi pensamiento.
Esto ya no lo alcanço poco a poco,
sino que cada vez que a pensar vengo  125
en lo que'stoy, se m'inche'l sentimiento,
de cabo a cabo, de contentamiento.
Y este contentamiento es tan fundado,
que aun andaré, por todos, predicando
      que, amando o desamando,  130
se den priesa a llegar do yo é llegado.
      Y si el áspera vía
les pudiese mostrar por do é pasado,
o mal o bien quiçá la mostraría,
pero mostrada, ¿quién la pasaría?  135

    Lo que puedo mostrar a todo el mundo
es que me perdí yo en este camino,
y que anduve por él siempre perdido.
Perdíme al primer paso, y al segundo
estuve ya del todo tan sin tino  140
que'n lo peor quedé cuasi tendido.
Mi alma por allí pasar no vido
a hombre bivo, en quien se guareciese,
y si alguno pasó, tiró adelante,
      sin parar un instante,  145
hasta que yo de vista le perdiese.
       Así quedé, mas vino,
primero que del todo anocheciese,
quien con la gracia del poder divino
el error me quitó y el desatino.  150

    Canción: aquí podrás comigo holgarte,
que, pues tam buen camino has ya tomado,
aquí'stá quien te manterná en tu'stado.





Arriba
Anterior Indice Siguiente