Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaCuadro V


Escena XIII

 

Suena terremoto; cae NARCISO dentro del vestuario, y salen asustados ECO, la SOBERBIA y el AMOR PROPIO.

 
ECO
¡Qué eclipse!
SOBERBIA
¡Qué terremoto!
AMOR PROPIO
¡Qué asombro!
ECO
¡Qué horror!
SOBERBIA
¡Qué susto!
ECO
¡Las luces del sol apaga
en la mitad de su curso!
AMOR PROPIO
¡Cubre de sombras el aire! 5
SOBERBIA
¡Viste a la luna de luto!
ECO
La tierra, de su firmeza
desmintiendo el atributo,
pavorosa se estremece,
y abriendo su centro oculto,10
escondiendo en él los montes,
manifiesta los sepulcros.
SOBERBIA
Las piedras, enternecidas,
rompiendo su ceño duro
se despedazan, mostrando 15
que aun en lo insensible cupo
el sentimiento.
ECO
Y lo más
portentoso que descubro,
es que no causa este eclipse
aquel natural concurso20
del sol y la luna, cuando
-los dos luminares juntos
en perpendicular línea-
la interposición del uno
no nos deja ver al otro, 25
y así el sol parece obscuro,
no porque él lo esté, sino
porque no se ven sus puros
resplandores. Pero ahora,
siguiendo apartados rumbos,30
distantes están, y así
ningún astro se interpuso
a ser de su luz cortina,
sino que él, funesto y mustio,
sus resplandores apaga, 35
como si fueran caducos.
AMOR PROPIO
Y quizá por haber eso
observado, en el tumulto
donde todo el universo
sirve de pequeño vulgo,40
algún astrólogo grande
prorrumpe en la voz que escucho
entre la asombrada turba,
pues dice en ecos confusos:
VOZ 1.ª

 (Dentro.) 

¡O padece el autor del universo, 45
o perece la máquina del mundo!
AMOR PROPIO
¡Oh fuerza de amor! ¡Oh fuerza
de un enamorado impulso:
pasar la línea a la muerte,
romper al infierno el muro,50
porque el haberse rendido
Le sirva de mayor triunfo!
Mas atended, que en la turba
otra voz distinta escucho:
VOZ 2.ª

 (Dentro.) 

¡Este hombre, de verdad era muy justo! 55
SOBERBIA
Otra voz no menos clara,
o la misma, con orgullo
de la fe, y admiración,
confiesa con otros muchos:
VOCES

 (Dentro.) 

¡Éste era Hijo de Dios, yo no lo dudo!60
ECO
¡Oh, pese a mí, que ya empieza
su muerte a mostrar el fruto
de aquel misterioso grano
que escondido en el profundo
pareció muerto, y después 65
tantas espigas produjo!
¡Oh, nunca la profecía
se oyera, en labios impuros,
de que para vivir todos
fue menester morir uno!70
¡Oh, nunca, engañada y ciega,
solicitara por rumbos
tan diferentes su muerte,
pues cuando vengada juzgo
mi afrenta con que Él muriese, 75
hallo que todo mi estudio
sirvió de ponerle medios
para que su amante orgullo
la mayor fineza obrase,
muriendo por su trasunto!80
Mas aunque la envidia fiera
despedaza, áspid sañudo,
mi pecho, ya por lo menos
tengo el consuelo (si pudo
caber en mí algún consuelo) 85
de conseguir que en el mundo
no esté a los ojos de aquella
villana; que de su rudo
natural, y de su ingrata
condición, no será mucho90
que, no viéndolo, Lo olvide.
Dices muy bien; que no dudo
que, no viéndolo a sus ojos,
olvidada de los sumos
beneficios que Le debe, 95
volverá a seguir el curso
de sus delitos pasados:
que acostumbrados insultos
con dificultad se olvidan,
no habiendo quién del discurso100
los esté siempre borrando
con encontrados asuntos
de diferentes recuerdos.
SOBERBIA
Pues sea ahora nuestro estudio
solicitar que ella olvide 1720105
estos beneficios suyos;
porque si después de tantos
Le vuelve a ofender, no dudo
que a ella ocasione más pena,
y a nosotros mayor triunfo.110
ECO
Bien decís. Mas ella viene
llorando como infortunio
la que es su dicha mayor,
con el piadoso concurso
de las ninfas y pastores. 115
Esperemos aquí ocultos,
hasta ver en lo que paran
tantos funestos anuncios.
 

 (Retíranse a un lado.) 



Escena XIV

 

Sale la NATURALEZA llorando, y todas las NINFAS y pastores.

 
NATURALEZA HUMANA
Ninfas habitadoras
de estos campos silvestres,120
unas en claras ondas
y otras en troncos verdes;
Pastores, que vagando
estos prados alegres,
guardáis con el ganado 125
rústicas sencilleces:
de mi bello Narciso,
gloria de vuestro albergue,
las dos divinas lumbres
cerró temprana muerte.130
¡Sentid, sentid mis ansias;
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
Muerte le dio su amor;
que de ninguna suerte135
pudiera, sino sólo
su propio amor vencerle.
De mirar su retrato,
enamorado muere;
que aun copiada su imagen,140
hace efecto tan fuerte.
¡Sentid, sentid mis ansias:
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
Ver su malogro, todo 145
el universo siente:
las peñas se quebrantan,
los montes se enternecen;
enlútase la luna,
los polos se estremecen,150
el sol su luz esconde,
el cielo se obscurece.
¡Sentid, sentid mis ansias;
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte! 155
NATURALEZA HUMANA
El aire se encapota,
la tierra se conmueve,
el fuego se alborota,
el agua se revuelve.
Abren opacas bocas160
los sepulcros patentes,
para dar a entender
que hasta los muertos sienten.
¡Sentid, sentid mis ansias
llorad, llorad su muerte! 165
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
Divídese del templo
el velo reverente,
dando a entender que ya
se rompieron sus leyes.170
El universo todo,
de su beldad doliente,
capuz funesto arrastra,
negras bayetas tiende.
¡Sentid, sentid mis ansias;175
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
¡Oh vosotros, los que
vais pasando, atendedme,
y mirad si hay dolor180
que a mi dolor semeje!
Sola y desamparada
estoy, sin que se llegue
a mí más que el dolor,
que me acompaña siempre.185
¡Sentid, sentid mis ansias;
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
De la fuerza del llanto
mi rostro se entumece,190
y se ciegan mis ojos
con lágrimas que vierten.
Mi corazón, en medio
de mi pecho, parece
cera que se derrite195
junto a la llama ardiente.
¡Sentid, sentid mis ansias;
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
Mirad su amor, que pasa200
el término a la muerte,
y por mirar su imagen
al abismo desciende;
pues sólo por mirarla,
en las ondas del Lethe 205
quebranta los candados
de diamantes rebeldes.
¡Sentid, sentid mis ansias;
llorad, llorad su muerte!
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!210
NATURALEZA HUMANA
¡Ay de mí, que por mí
su hermosura padece!
Corran mis tristes ojos
de lágrimas dos fuentes.
Buscad su cuerpo hermoso, 215
porque con los ungüentes
de preciosos aromas
ungirlo mi amor quiere.
¡Sentid, sentid mis ansias;
llorad, llorad su muerte!220
COROS
¡Llorad, llorad su muerte!
NATURALEZA HUMANA
Buscad mi vida en esa
imagen de la muerte,
pues el darme la vida
es el fin con que muere.225

 (Hacen que lo buscan.) 

Mas, ¡ay de mí, infeliz,
que el cuerpo no parece!
Sin duda le han hurtado:
¡Oh, quién pudiera verle!


Escena XV

 

Sale la GRACIA.

 
GRACIA
Ninfa bella, ¿por qué230
lloras tan tiernamente?
¿Qué en este sitio buscas?
¿Qué pena es la que sientes?
NATURALEZA HUMANA
Busco a mi dueño amado;
ignoro dónde ausente 235
Lo ocultan de mis ojos
los hados inclementes.
GRACIA
¡Vivo está tu Narciso;
no llores, no lamentes,
ni entre los muertos busques240
al que está vivo siempre!»


Escena XVI

 

Sale NARCISO, con otras galas, como resucitado, por detrás de la NATURALEZA; y ella se vuelve a mirarlo.

 
NARCISO
¿Por qué lloras, pastora?
Que las perlas que viertes
el corazón me ablandan,
el alma me enternecen. 245
NATURALEZA HUMANA
Por mi Narciso lloro,
señor; si tú Le tienes,
dime dónde está, para
que yo vaya a traerle.
NARCISO
¿Pues cómo, esposa mía,250
no puedes conocerme,
si a mi beldad divina
ninguna se parece?
NATURALEZA HUMANA
¡Ay, adorado esposo,
deja que alegremente 255
llegue a besar tus plantas!
NARCISO
A tocarme no llegues,
porque voy con mi padre
a su trono celeste.
NATURALEZA HUMANA
Luego, ¿me dejas sola?260
¡Ay, Señor, no me dejes;
que volverá a insidiarme
mi enemiga serpiente!


Escena XVII

 

Salen ECO, la SOBERBIA y el AMOR PROPIO.

 
ECO
Claro está, pues aunque has hecho
tantas finezas por ella, 265
en dejándola ¿quién duda
que a ser mi despojo vuelva?
SOBERBIA
Pues no viéndote, ella es
de condición tan grosera,
que dejará tus cariños270
y olvidará tus finezas.
AMOR PROPIO
Y yo pondré tales lazos
en sus caminos y sendas,
que no se pueda librar
de volver a quedar presa. 275
ECO
Yo le pondré tales manchas,
que su apreciada belleza
se vuelva a desfigurar
y a desobligarte vuelva.
GRACIA
Eso no, que yo estaré280
a su lado, en su defensa;
y estando con ella yo,
no es fácil que tú la venzas.
ECO
¿Qué importará, si es tan fácil
que, frágil, ella te pierda,285
y en perdiéndote, es preciso
que vuelva a ponerse fea?
NARCISO
No importa, que yo daré,
contra todas tus cautelas,
remedios a sus peligros290
y escudos a sus defensas.
ECO
¿Qué remedios, ni qué escudos,
si como otra vez te ofenda,
como es tu ofensa infinita,
no podrá satisfacerla? 295
Pues para una que te hizo,
fue menester que murieras
tú; y claro está que no es congruo
que todas las veces que ella
vuelva a pecar, a morir300
tú también por ella vuelvas.
NARCISO
Por eso, mi inmenso amor
la previno, para esa
fragilidad, de remedios,
para que volver pudiera,305
si cayera, a levantarse.
SOBERBIA
¿Qué remedio habrá, que pueda
restituirla a tu gracia?
¿Cuál? El de la penitencia,
y los demás sacramentos,310
que he vinculado en mi iglesia
por medicinas del alma.
ECO
Cuando éstos bastantes sean,
ella no querrá usar de ellos,
negligente, si te ausentas, 315
porque olvidará tu amor
en faltando tu presencia.
NARCISO
Tampoco eso ha de faltarle,
porque dispuso mi inmensa
sabiduría, primero320
que fuese mi muerte acerba,
un memorial de mi amor,
para que cuando me fuera,
juntamente me quedara
ECO
Aqueso es lo que mi ciencia325
no alcanza cómo será.
NARCISO
Pues para darte más pena,
porque ha de ser el mayor
tormento el que tú lo sepas,
y por manifestación330
de mi sin igual fineza,
¡llega, Gracia, y recopila
en la metáfora mesma
que hemos hablado hasta aquí,
mi historia!
GRACIA
Que te obedezca
335
será preciso; y así,
escuchadme.
ECO
Ya mis penas
te atienden, a mi pesar.
GRACIA
Pues pasó desta manera:
   Érase aquella belleza340
del soberano Narciso,
gozando felicidades
en la gloria de sí mismo,
pues en sí mismo tenía
todos los bienes consigo: 345
Rey de toda la hermosura,
de la perfección archivo,
esfera de los milagros,
y centro de los prodigios.
De sus altas glorias eran350
esos orbes cristalinos
coronistas, escribiendo
con las plumas de sus giros.
Anuncio era de sus obras
el firmamento lucido, 355
y el resplandor Lo alababa
de los astros matutinos:
Le aclamaba el fuego en llamas,
el mar con penachos rizos,
la tierra en labios de rosas360
y el aire en ecos de silbos.
Centella de su beldad
se ostentaba el sol lucido,
y de sus luces los astros
eran brillantes mendigos. 365
Cóncavos espejos eran
de su resplandor divino,
en bruñidas superficies,
los once claros zafiros.
Dibujo de su luz eran370
con primoroso artificio
el orden de los planetas,
el concierto de los signos.
Por imitar su belleza,
con cuidadosos aliños, 375
se vistió el campo de flores,
se adornó el monte de riscos.
Adoraban su deidad
con amoroso destino,
desde su gruta la fiera380
y el ave desde su nido.
El pez en el seno obscuro
Le daba cultos debidos,
y el mar para sus ofrendas
erigió altares de vidrio. 385
Adoraciones Le daban.
devotamente rendidos,
desde la hierba más baja
al más encumbrado pino.
Maremagnum se ostentaba390
de perfección, infinito,
de quien todas las bellezas
se derivan como ríos.
En fin, todo lo insensible,
racional, y sensitivo, 395
tuvo el ser en su cuidado
y se perdiera a su olvido.
Éste, pues, hermoso asombro,
que entre los prados floridos
se regalaba en las rosas,400
se apacentaba en los lirios,
de ver el reflejo hermoso
de su esplendor peregrino,
viendo en el hombre su imagen,
se enamoró de sí mismo. 405
Su propia similitud
fue su amoroso atractivo,
porque sólo Dios, de Dios
pudo ser objeto digno.
Abalanzóse a gozarla;410
pero cuando su cariño
más amoroso buscaba
el imán apetecido,
por impedir envidiosas
sus afectos bien nacidos,415
se interpusieron osadas
las aguas de sus delitos.
Y viendo imposible casi
el logro de sus designios
(porque hasta Dios en el mundo420
no halla amores sin peligro),
se determinó a morir
en empeño tan preciso,
para mostrar que es el riesgo
el examen de lo fino.425
Apocóse, según Pablo,
y (si es lícito decirlo)
consumióse, al dulce fuego
tiernamente derretido.
Abatióse como amante430
al tormento más indigno,
y murió, en fin, del amor
al voluntario suplicio.
Dio la vida en testimonio
de su amor; pero no quiso 435
que tan gloriosa fineza
se quedase sin testigo;
y así dispuso dejar
un recuerdo y un aviso,
por memoria de su muerte,440
y prenda de su cariño.
Su disposición fue parto
de su saber infinito,
que no se ostenta lo amante
sin galas de lo entendido.445
Él mismo quiso quedarse
en blanca flor convertido,
porque no diera la ausencia
a la tibieza motivo;
que no es mucho que hoy florezca,450
pues antes en sus escritos
se llama flor de los campos,
y de los collados lilio.
Cándido disfraz, es velo
de sus amantes designios, 455
incógnito a la grosera
cognición de los sentidos.
Oculto quiso quedarse
entre cándidos armiños,
por asistir como amante460
y celar como registro:
que como esposo del alma,
receloso de desvíos,
la espía por las ventanas,
la acecha por los resquicios 465
Quedó a hacer nuevos favores,
porque, liberal, no quiso
acordar una fineza
sin hacer un beneficio.
Ostentó lo enamorado470
con amantes desperdicios,
e hizo todo cuanto pudo
El que pudo cuanto quiso.
Quedó en manjar a las almas,
liberalmente benigno, 475
alimento para el justo,
veneno para el indigno.
 

(Aparece el carro de la fuente; y junto a ella, un cáliz con una hostia encima.)

 
Mirad, de la clara fuente
en el margen cristalino,
la bella cándida flor480
de quien el amante dijo:
NARCISO
Éste es mi cuerpo y mi sangre
que entregué a tantos martirios
por vosotros. En memoria
de mi muerte, repetidlo.485
NATURALEZA HUMANA
A tan no vista fineza,
a tan sin igual cariño,
toda el alma se deshace,
todo el pecho enternecido
gozosas lágrimas vierte.490
ECO
Y yo, ¡ay de mí!, que lo he visto,
enmudezca, viva sólo
al dolor, muerta al alivio.
AMOR PROPIO
Yo, absorto, rabioso y ciego,
venenoso áspid nocivo,495
a mí propio me dé muerte.
SOBERBIA
Yo que de tus precipicios
fui causa, segunda vez
me sepulte en el abismo.
GRACIA
Y yo, que el impedimento500
quitado y deshecho miro
de la culpa, que por tanto
tiempo pudo dividirnos,
Naturaleza dichosa,
te admito a los brazos míos.505
¡Llega, pues, que eternas paces
quiero celebrar contigo;
¡no temas, llega a mis brazos!
NATURALEZA HUMANA
¡Con el alma los recibo!
Mas el llegar temerosa510
es respeto en mí preciso,
pues a tanto sacramento,
a misterio tan divino,
es muy justo que el amor
llegue de temor vestido. 515
 

 (Abrázanse las dos.) 

GRACIA
¿Pues ya qué falta a tus dichas?
NATURALEZA HUMANA
Sólo falta que, rendidos,
las debidas gracias demos;
y así, en concertados himnos
sus alabanzas cantad,520
diciendo todos conmigo:
TODOS

 (Cantan.) 

¡Canta, lengua, del cuerpo glorioso
el alto misterio, que por precio digno
del mundo se nos dio, siendo fruto
real, generoso, del vientre más limpio525
Veneremos tan gran sacramento,
y al nuevo misterio cedan los antiguos,
supliendo de la fe los afectos
todos los defectos que hay en los sentidos.
¡Gloria, honra, bendición y alabanza,530
grandeza y virtud al Padre y al Hijo
se dé; y al amor, que de ambos procede,
igual alabanza Le demos rendidos!