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ArribaAbajoCuadro III


Escena XV

 

Salen JACOB y sus hijos y dicen dentro:

 
 

Dentro.

 
[TODOS]
¡Moradores de Canaán:
pedidle favor al Cielo,
pues consumidos sus frutos,
a la inopia perecemos!
[HIJO PRIMERO]
¡Cielos, piedad!
[HIJO SEGUNDO]
¡Favor, Dioses!
5
[HIJO TERCERO]
¡Socorro, que nos perdemos!
JACOB
¿Qué es esto, Hijos? ¿No escucháis
estos míseros lamentos
de nuestra pobre familia,
que entre lastimosos ecos 10
perece, al duro cuchillo
de la sequedad del tiempo?
Pues ¿por qué tan negligentes
habéis de ser, que sabiendo
que venden Trigo en Egipto, 15
no iréis allá, y con dinero
—230→
redimiréis la desdicha
de la falta del sustento?
Pues demás de la noticia,
tenemos indicio cierto 20
en las corrientes del Río
que viene de pajas lleno.
JUDAS
Para ir, Señor, solamente
se aguardaba tu precepto.
JACOB
Pues ya lo tenéis. Partid, 25
y prevenid los camellos
para conducir el Trigo.
Todos podréis partir, menos
mi querido Benjamín,
que como es el más pequeño, 30
temo que haya en el camino
algún acontecimiento,
y no lo quiero arriesgar.
RUBÉN
Pues él se quede, e iremos
los demás a obedecerte. 35
JACOB
Id; que yo quedo pidiendo
al Dios de Abraham y de Isaac,
que os dé próspero suceso.


Escena XVI

 

Vanse, y sale la PROFECÍA.

 
PROFECÍA
Ved que del Solio excelso, donde habita
Majestad Infinita, 40
al mundo Dios me envía,
pues Su Espíritu soy de Profecía,
a asistir a Josef, en quien procura
—231→
un bosquejo formar, una figura
del que será en el siglo venidero 45
Redentor verdadero,
que de Adán satisfaga la malicia,
dando infinito precio a Su Justicia,
y que desate al Hombre la cadena
que de Original Culpa es actual pena, 50
haciéndose, propicio,
a un tiempo Sacerdote y Sacrificio,
y que al género humano
sustentará de Trigo Soberano:
de Quien éste es figura, que asentada 55
por testimonio de la edad pasada,
les quiere Dios dejar en Su Escritura,
porque después cotejen la Figura
con lo ya figurado
y entiendan el misterio que ha encerrado, 60
y que mientras la dicha no se alcanza,
guarden en prenda de ella la esperanza.
Y también, porque cuando ingrato intente
el Pueblo inobediente
(como ya desde aquí, sin que resista 65
a mi perspicaz vista
la distancia o lo obscuro
de la gran latitud de lo futuro,
lo estoy todo mirando);
a decir vuelvo, pues, que porque cuando 70
negar quiera obstinado
a Su Hijo Humanado,
tenga para su abismo
testimonios guardados contra él mismo:
pues yo, como de Dios clara trompeta, 75
en boca de uno ya, y otro Profeta,
siempre estaré clamando
y unos con otros casos confirmando,
con que su rabia fiera
no me podrá negar, por más que quiera. 80
   Mas a José volviendo,
asistirle pretendo,
para que el Mundo vea
del Salvador en él la viva Idea.
—232→
Invisible en su espíritu entrar quiero, 85
porque, como Profeta verdadero,
de los altos secretos que le infundo,
esparza vaticinios en el mundo.
Mas él viene. Yo quiero aquí ocultarme;
que el no dejarme ver, no es alejarme. 90


Escena XVII

 

Sale JOSÉ, y gente.

 
JOSÉ
Abrid las Trojes, abrid
los abundantes Graneros
que observó mi providencia
para refección del Pueblo.
PRIMERO
¡Grande Salvador de Egipto! 95
SEGUNDO
¡Gran Gobernador del Reino!
PRIMERO
A ti nos remite el Rey
SEGUNDO
para que nos des sustento.
PRIMERO
Véndenos Trigo, pues ves
TERCERO
que a la inopia perecemos. 100
[TODOS]
Padre eres de nuestra Patria,
y como tal, Padre nuestro.
¡Danos el Pan cuotidiano!
  —233→  
PROFECÍA
Otros más nobles anhelos
dirán aquestas palabras 105
en otro más feliz tiempo,
cuando el Pan se eleve a ser
de Cuerpo y Alma Sustento.
JOSÉ
Para eso está prevenido.
Llevadlo; y daréis el precio 110
del Trigo a los Mayordomos,
porque en el Erario Regio
lo pongan.
PRIMERO
¡El Cielo quiera
que vivas siglos eternos!
SEGUNDO
¡Nunca tus venturas vean 115
las mudanzas de los tiempos!


Escena XVIII

 

Vase la gente, y salen los hermanos de JOSÉ.

 
JUDAS
A tus pies, gran Visorrey.
LEVÍ
A tus pies, Príncipe excelso,
después de haberte adorado,
diez míseros Extranjeros 120
pedimos que nos socorras.
JOSÉ

  (Aparte.) 

¡Válgame el Cielo! ¿Qué veo?
¡Aquestos son mis hermanos!
—234→
Mas disimular con ellos
importa, aunque el corazón 125
se está saliendo del pecho.

  (A ellos.) 

Decid: ¿de dónde venís?
JUDAS
Señor, nuestro patrio suelo
es de Canaán; y venimos,
por faltarnos el sustento, 130
a comprarlo.
JOSÉ

 (Aparte.) 

Bien ahora
se verifican mis sueños.

 (A ellos.) 

Vosotros sin duda sois
Espías, que a ver del Reino
las plazas menos guardadas, 135
venís con ese pretexto.
LEVÍ
¡No, gran Señor! No venimos
con ese tan mal intento,
sino a comprar provisiones.
No juzgues tal de tus siervos, 140
que todos hijos de un padre
somos, y nada tenemos
de fraude.
JOSÉ
No es eso así;
sino que por ver atentos
qué plazas mal guarnecidas 145
hay, qué fuerzas, qué pertrechos
a la ofensa o la defensa
—235→
en esta tierra tenemos,
vinisteis.
RUBÉN
¡No, Señor! Doce
hermanos, de un padre viejo 150
hijos, somos los que miras,
con quien quedó el más pequeño
a acompañar su vejez,
y el otro que falta es muerto.
JOSÉ
Bien digo que sois Espías; 155
y para poder cogeros
mejor con vuestras palabras,
aquí habéis de quedar presos.
Y ¡por la salud del Rey
Faraón, a quien venero, 160
que de aquí no habéis de iros
hasta que venga ese mesmo
hermano que me habéis dicho!
Y así, por él, al momento
se parta uno de vosotros; 165
y los otros, prisioneros
quedaréis, hasta que yo
me asegure de que es cierto
eso que me habéis contado.
¡Hola, aprisionadlos presto, 170
hasta saber la verdad!
LEVÍ

  (Aparte, con sus hermanos.) 

Justamente padecemos,
pues con José, nuestro hermano,
al escuchar sus lamentos,
tan crüeles estuvimos; 175
y por eso quiere el Cielo
darnos aqueste trabajo.
RUBÉN
¿No os advertí yo del yerro
—236→
y no quisisteis oírme?
Pues ahora pagaremos 180
su sangre.
JOSÉ
Llevadlos, mientras
la verdad experimento.
 

(Vanse; y sale la CONJETURA.)

 


Escena XIX

CONJETURA
Buscando vengo al Lucero,
como si de él me apartara
yo nunca. Mas (como queda 185
ya la licencia asentada
de hacerme visible objeto),
como precisa substancia
de su ser me porto, usando
las locuciones humanas 190
no dispensables al uso
del estilo de las Tablas:
pues, a entender el sentido
del modo que van usadas,
al entendido no estorban 195
y al ignorante hacen falta.
   Buscando (vuelvo a decir)
al Lucero vengo, para
darle una nueva feliz,
entre tantas desgraciadas. 200
Pero él con la Inteligencia
viene: que como ella es sabia,
siempre en orden me precede
de operación, pues las causas
y efectos ella primero 205
discurre, y las circunstancias;
y luego entro yo, infiriendo,
conforme a lo que me alcanza
a proponer. Ya sin duda
—237→
le habrá dicho lo que pasa; 210
mas ahora entraré yo,
pues a inferir hago falta.
 

(Salen el LUCERO y la INTELIGENCIA.)

 


Escena XX

INTELIGENCIA
Lo que yo he visto en Josef,
es que ha mentido, o se engaña:
pues ha llamado de Espías 215
a sus hermanos, y manda
que los tengan en prisiones
mientras la verdad declaran.
Mas aquí la Conjetura
está, que es lo que buscabas. 220
LUCERO
Pues consultemos con ella.
CONJETURA
Diligencia es excusada
repetirme lo que he visto,
pues la cosa que más cansa
es repetir lo sabido 225
a quien escucha, quien habla.
Tu proposición es que
o José miente, o se engaña,
pues o ignora, o sabe que
son sus hermanos. Si alcanza 230
que lo son, con fingimiento
como a enemigos los trata,
diciendo que son Espías,
y afirma cosa tan falsa
por tres veces. Y si ignora 235
que lo son, es cosa clara
que padece engaño, pues
que lo son. En que, por ambas
partes arguyendo, infiero
—238→
o su culpa o su ignorancia: 240
pues si ignora, no es Profeta;
y no es Justo, si lo alcanza.
INTELIGENCIA
Fuerte es tu argumento, porque
es un dilema, que abraza
negación y afirmación; 245
mas mi ciencia no se sacia
ni se quieta mi inquietud
sin ver cuál es la culpada
de las dos.
 

(Sale la PROFECÍA.)

 
PROFECÍA
No lo es alguna.
LUCERO
¿Quién, Belleza soberana, 250
eres, que implicas terrores
a tu rostro y tus palabras,
pues producen el efecto
tan encontrado a la causa,
que viéndote bella, es 255
lo bello lo que me espanta?
PROFECÍA
El Espíritu de Dios
soy, que a Josef acompaña,
de Profecía; y porque veas
que tú eres el que te engañas 260
cuando lo arguyes de culpa
o lo acusas de ignorancia,
te aviso que en uno y otro
incurres, pues tiene clara
ciencia de ser sus hermanos, 265
y cuando Espías los llama,
no de la verdad lo entiende,
sino de la semejanza.
  —239→  
CONJETURA
¿Y qué dirás, al decirles
después, que mientras no traigan 270
a Benjamín, por la vida
de Faraón, a quien ama,
que son Espías, adonde
no sólo afirma, mas pasa
a juramento?
PROFECÍA
Lo mismo:
275
que si ellos al trato faltan,
los tratará como a Espías,
y como tal castigara
el faltar a su precepto.
CONJETURA
Sí, pero...
PROFECÍA
Di.
CONJETURA
A la garganta
280
tengo un dogal.
PROFECÍA
¿Por qué no
prosigues?
CONJETURA
Porque me embargas
tú la voz. ¡Lucero, huyamos;
que es inmensa la ventaja
que le hace a tu Conjetura 285
la Profecía!
 

(Vanse.)

 
PROFECÍA
¡Qué vana
—240→
es siempre, ingrata Criatura,
tu soberbia y tu arrogancia!
Pues nunca tu Conjetura
mis altos Juicios alcanza. 290
 

(Vase.)

 




ArribaAbajoCuadro IV


Escena XXI

 

Salen el MAYORDOMO y los hermanos de JOSÉ.

 
MAYORDOMO
Entrad. No tengáis temor,
pues cumplisteis la promesa
de traer a vuestro hermano;
que mi Dueño, de manera
lo ha estimado, que dispone 5
que comáis hoy en su mesa.
RUBÉN
Señor: tenemos recelo,
porque la propia moneda
que te dimos por el Trigo,
nos la hallamos, a la vuelta, 10
en los sacos, sin saber
cómo estar allí pudiera.
Y para que no presumas
que pudo, en nuestra conciencia,
entrar tan grande maldad 15
como robarla, la mesma
te volvemos; y demás
otra, para que nos vendas
otra cantidad de Trigo.
MAYORDOMO
Maravilla será ésa 20
de vuestro Dios; porque yo,
la que me disteis por cuenta,
—241→
tengo guardada. Entrad ya,
porque mi Dueño os espera
que os lavéis los pies, porque 25
comáis con mayor limpieza.
 

(Vanse; y sale LUCERO.)

 
LUCERO
Por más que la Profecía
me amenace, mi soberbia
no se ha de dar por vencida;
y así, desde aquí quisiera 30
acechar este Convite,
que no sé por qué me altera.
Mas ya desde aquí diviso
que se sientan a la mesa
todos. ¡Oh, pese a mi fama! 35
¿Qué Comida será ésta?
Todos comen, aunque más
porción el Benjamín lleva.
Pero ya la Profecía
canta, y aunque yo la letra 40
sólo entiendo, y no el sentido,
es preciso que la atienda.


Escena XXII

 

Descúbrese una mesa y, en ella, JOSÉ y todos sus hermanos; y arriba, la PROFECÍA, cantando.

 
PROFECÍA
Esta mesa es de otra mesa,
y estos Doce de otros Doce,
figura en que se conoce 45
de Dios la cierta promesa.
¡Venid a la mesa, venid a la mesa!
   Ésta, por la Profecía
puesta por figura está;
mas la otra dispondrá 50
la Eterna Sabiduría.
   El Pan aquí, con afán,
—242→
es sustento y es comida;
y allá será el Pan de Vida,
cuando deje de ser Pan. 55
   Aquí, a Benjamín querido,
mayor porción se le da;
y otro Benjamín, allá
será a todos preferido.
    Aquí es corporal limpieza 60
el Lavatorio de pies,
y se elevará después
a ser del Alma pureza.
¡Venid a la mesa, venid a la mesa!


Escena XXIII

 

Cúbrese la mesa y todo lo demás, y queda el LUCERO.

 
LUCERO
¿Qué enigmas, Cielos, son estos? 65
¿Qué otra mesa? ¿Qué otros Doce
han de ser estos? ¿Ni cómo,
si que es Convite propone
que hará la Sabiduría,
sin mentar otros más nobles, 70
manjar sólo nombra el Pan?
Pues a las ostentaciones
de una Real Magnificencia,
¿no pusiera los primores
de las delicias más regias 75
o más costosas? ¿Y pone
el sustento más común?
Y ya que la dicha logre
de ser por mejor tenido,
¿no dirá que el que compone 80
el más floreado Trigo,
más substancial, y conforme
del húmedo a resarcir
las consumidas porciones?
Y no que, antes, dice que 85
el Pan (¡oh, qué confusiones!)
—243→
ha de dejar de ser Pan.
Y si acaso se interpone
la corrupción, para que
otra nueva forma tome, 90
repudiada la primera,
ya después que se transforme,
no quedará Pan. Pues ¿cómo
que un Pan de Vida propone?
Dejar de ser Pan, el Pan, 95
fácil es, si se corrompe
y admite otra forma: que es
conforme al natural orden
que tiene Naturaleza
en todas sus sucesiones. 100
¿Pero ser Pan, y no Pan?
¿Quién estas contradicciones
podrá concertarme? Pero
lejos suenan unas voces.
Quiero escuchar lo que dicen 105
en sus acentos acordes.
 

 (Dentro, la PROFECÍA canta:) 

PROFECÍA
Los hermanos de José
uno son, y otro parecen:
pues son de verdad hermanos,
y Espías en lo aparente. 110
Porque El que todo lo puede, puede
separar la substancia del accidente.
LUCERO
Cielos, ¿otro ciego enigma
queréis ahora proponerme,
porque vacilando en uno, 115
del otro oprimido quede?
Tan confuso, tan absorto
de oírlo estoy, que parece
que mi Inteligencia falta
o mi Ciencia se suspende. 120
Y ¿quién duda que es así,
—244→
pues Dios, como y cuando quiere,
me turba el conocimiento
o el discurso me entorpece?
Porque aunque es natural dote 125
la Ciencia en mí, que perderse
no pueda, puede a lo menos
minorarse, obscurecerse,
cuando Dios intenta que algo
ignore yo, mayormente 130
aquella parte que toca
a los Secretos Celestes,
que llaman Sabiduría;
la cual no quiere que entre
en alma malvada, y menos 135
en mi espíritu rebelde.
¡Qué asombro! ¡Qué confusión!
¡Qué tinieblas tan crüeles
ofuscan la perspicaz
luz de mi Angélica Mente! 140
 

(Sale la INTELIGENCIA.)

 
INTELIGENCIA
¿Qué es esto, Lucero? ¿Dónde
has estado, que parece
que de ti me han dividido
o que tú no eres quien eres?
¿En qué estás tan divertido? 145
¿Qué tienes? ¿Qué te suspende?
LUCERO
¿Qué me preguntas a mí,
si tú lo ignoras? ¡Oh, pese
a mi ciencia o mi ignorancia,
pues una y otra me ofenden: 150
la una con lo que no alcanza
y la otra con lo que entiende!
INTELIGENCIA
Pues, Lucero, aunque esto sabes,
—245→
no te canse el atenderme.
Después que José dispuso 155
aquel célebre Banquete,
cuyas raras circunstancias
te suspendieron, de suerte
que te privaron de mí
(entiéndalo quien lo entiende), 160
piadoso con sus hermanos
quiso dar a conocerse
con una industria; y fue que
mandó que, cuando se fuesen,
de Benjamín en el saco, 165
el vaso en que beber suele
y profetizar, entrasen
de modo que no se viese.
Fuéronse ellos, ignorantes;
y él, al instante, a prenderles 170
envió tras ellos Ministros
que el robo les arguyesen.
Admiráronse de oírlo,
y (como quien inocente
se halla de lo que le imponen, 175
con seguridad promete)
dijeron que, si se hallase
entre ellos, Esclavos fuesen
todos, y el que lo robó
padeciera justa muerte. 180
Admitioles la sentencia
el Ministro diligente,
y hallando el vaso en el saco
de Benjamín, que volviesen
hizo a Josef, ante quien, 185
con la vergüenza de verle,
se arrodillaron turbados;
mas él, que ya contenerse
no podía en la ternura,
entre lágrimas que vierte, 190
quién es les declara, y manda
que por su Padre volviesen
y que le traigan a Egipto,
donde todos le obedecen.
—246→
Vino en ello Faraón; 195
y con toda su progenie
entró Jacob en Egipto,
adonde fue alegremente
recibido, y de Gesén
toda la tierra posee, 200
con sus hijos y familia,
que a más por minutos crecen.
   Ahora me dirás tú
que a qué efecto te refiere
mi intención lo que no ignoras; 205
y más, que a lo que parece,
es cosa muy apartada
de las premisas que temes.
Pues tú temes de José
la vida; y para temerle, 210
no hace al caso que Jacob
o viniese o no viniese:
pues José, por sustentarle,
a Egipto quiso traerle,
y aquí no hay fin superior 215
que misterio alguno encierre,
sino sólo la piedad
que a su Padre tener debe.
   Mas responderete yo
que de la visión te acuerdes, 220
que Jacob en aquel Pozo
del Juramento solemne
tuvo, donde Dios le dijo:
«No temas, Jacob; desciende
a Egipto, que allí te haré 225
cabeza de muchas gentes.
Yo descenderé contigo;
y cuando de allá volvieres,
también te conduciré.
Y José, tu Hijo (¡atiende, 230
que esto es lo más especial,
de todo lo que contiene!),
las manos sobre tus ojos
pondrá»... Que aunque aquí se entiende
que José vivirá, cuando 235
—247→
llegue de Jacob la muerte,
y le cerrará los ojos,
es circunstancia muy leve
para hacerle tanto caso,
y más en Jacob, que tiene 240
tantos hijos, el que sea
Josef el que se los cierre;
y así, vengo a consultarte
para ver qué es lo que infieres.
LUCERO
¿Qué quieres que infiera yo, 245
si tú tan turbada vienes?
¿Qué me preguntas a mí,
lo que tú advertirme puedes?
INTELIGENCIA
¿Pues qué será, Conjetura?
LUCERO
¡Qué Conjetura, si tiene 250
sólo el ser que tú le das,
y ahora tan variamente
discurres, que no la dejas
que a conjeturar acierte,
y donde la Conjetura 255
las premisas convenientes
no halla para formar juicio,
al punto se desvanece!
INTELIGENCIA
¿Y la Envidia?
LUCERO
Aunque la tengo
general, especialmente 260
la tengo, y no sé hacia dónde;
y no es mucho que no acierte
a decirte dónde está,
—248→
quien tal confusión padece,
que tiene la Envidia, mas 265
no sabe de quién la tiene.
INTELIGENCIA
¿Pues no es Josef el objeto
de nuestras ansias crüeles?
LUCERO
Es Josef y no es Josef.
Josef es, en cuanto ejerce 270
la virtud, el que me agravia;
y no es Josef, El que teme
mi soberbia, que del Mundo
el daño antiguo remedie.
Conque es Josef, y no es él: 275
pues aunque también me ofende,
no temo yo lo que es él,
sino que a Otro represente.
INTELIGENCIA
Vamos, Lucero, a asistirle;
que quizá sólo con verle 280
obrará la aprehensión simple,
ya que la ciencia no acierte.
LUCERO
Pues sin elección te sigo,
¡llévame donde quisieres!




ArribaCuadro V


Escena XXIV

 

Ábrese un carro, y aparece JACOB en una cama; JOSÉ a su lado, y todos sus hijos; y la PROFECÍA, en lo alto, cantando:

 
PROFECÍA
¡Venid, venid, Mortales,
—249→
en el acento mío,
a escuchar los misterios
del venidero siglo!
¡Atended, escuchad los prodigios! 5
   En Boca de Jacob,
soy yo quien profetizo
al Mundo su remedio,
su fortuna a las Tribus.
¡Atended, escuchad el prodigio! 10
 

(Salen, acechando, el LUCERO, la INTELIGENCIA, la CONJETURA y la ENVIDIA.)

 
CONJETURA
Ya que a vista de Josef
otra vez hemos venido,
atendamos lo que pasa.
INTELIGENCIA
Voces desde aquí percibo;
y son de la Profecía, 15
que dice en sonoros himnos:
PROFECÍA
¡Atended, escuchad el prodigio!
LUCERO
¿A qué prodigio será
al que convoca?
CONJETURA
El oído
apliquemos, por ver si 20
penetramos su sentido.
PROFECÍA
¡Venid, venid, Mortales,
en el acento mío,
—250→
a escuchar los misterios
del venidero siglo! 25
¡Atended, escuchad los prodigios!
LUCERO
Inteligencia.
INTELIGENCIA
Oye y calla
hasta haberlo todo oído,
que después discurriremos
lo que importa.
LUCERO
Bien has dicho.
30
JACOB
Pues que mi muerte se acerca,
atended todos unidos,
que os anuncie los sucesos
que después han de veniros.
   Oíd, hijos de Jacob: 35
prestad atentos oídos;
y de Israel, vuestro Padre;
escuchad el Vaticinio.
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Rubén, mi Mayorazgo, 40
de mi dolor principio,
quede de imperio y dones
a todos sus hermanos preterido.
   Nunca crezcas, y seas
como el agua vertido, 45
pues el paternal lecho
violar osaste de tu Padre altivo.
  —251→  
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Leví y Simeón, que vasos
de iniquidad han sido: 50
ni en su liga mi gloria,
ni nunca entre mi alma en su concilio.
   Pues con furor mataron,
su furor sea maldito,
y en Jacob e Israel 55
disgregados estén y divididos.
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Judá, fuerte León,
de todos aplaudido
serás, y de tu Padre 60
te rendirán adoración los Hijos.
   No te faltará el cetro,
ni Capitán invicto,
hasta que la Esperanza
de las gentes, al Mundo haya venido. 65
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Zabulón, en la playa
del mar será su asilo;
e Isacar, Asno fuerte,
se acostará en los términos opimos. 70
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
  —252→  
JACOB
Dan, culebra enroscada,
estará en los caminos,
mordiendo el pie al caballo
porque caiga el jinete inadvertido. 75
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Gad, Guerrero, irá pronto
al marcial ejercicio;
y Aser, Pan substancial,
será delicia a regios apetitos. 80
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Neftalí, Ciervo suelto,
con elegante estilo
hablará; y el Aumento
y Hermosura, será José mi Hijo. 85
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
JACOB
Benjamín, voraz Lobo,
al albor matutino
come la presa, y deja
el despojo a la tarde dividido. 90
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
INTELIGENCIA
¿Has escuchado, Lucero,
tan confusos Vaticinios?
  —253→  
LUCERO
Todos al fin se reducen
en aquel primer principio 95
de que Dios intenta al Hombre
redimir de su delito;
mayormente el de Judá,
a quien, como ves, ha dicho
que será de sus hermanos 100
adorado. Vuelve a oírlo,
pues vuelve a profetizar.
JACOB
José, mi querido hijo:
si he hallado gracia en tus ojos,
si (como de ti lo fío) 105
das cumplimiento a mis ruegos
y obediencia a mi dominio,
no me niegues el consuelo
que por último te pido.
Yo siento que de mi muerte 110
llega el término preciso,
en la cual llevo el consuelo,
de que a ti te dejo vivo.
Y no quiero que mi cuerpo
tenga sepulcro en Egipto, 115
sino donde mis mayores
y los tuyos lo han tenido;
que es en la Cueva Doblada
que en Canaán está, en el sitio
del campo que a Efrón Heteo 120
compró Abraham, abuelo mío,
para su sepulcro, donde
Sara y él yacen unidos,
y Rebeca con Isaac,
y en ese sepulcro mismo 125
está Lía: por lo cual,
que allá me lleves te pido,
a enterrar con mis Mayores.
¿Haraslo así?
  —254→  
JOSÉ
Obedecido
serás, como lo has mandado. 130
JACOB
Pues esa mano, que ha sido
de Egipto libertadora,
aplica a este muslo mío
(que en los juramentos nuestros
es el más solemne rito), 135
y jura que así lo harás.
JOSÉ
Júrolo por el Dios vivo
de Abraham, Isaac y Jacob,
a quienes ha prometido
que serán en su Progenie 140
todos los hombres benditos,
cuando en su Carne las nubes
lluevan el sacro Rocío
del Justo, y cuando la tierra
brote al Salvador Divino: 145
PROFECÍA
(¡Escuchad el prodigio!)
 

  (Besa JACOB el cetro de JOSÉ, que tendrá una torta de pan en la punta.) 

JACOB
A quien yo adoro, y a quien
(en el Espíritu) miro
en tu Vara figurado,
no sólo a mi Carne unido 150
con Hipostática Unión,
mas en el velo escondido
de esa insignia que, en tu cetro,
de tu providencia indicio
ha sido. Pues, como siempre 155
por costumbre se ha tenido,
—255→
en Egipto y otras partes,
que de la hazaña en que ha sido
el héroe más señalado,
jeroglífico esculpido 160
traiga, en que a todos declare
las hazañas que antes hizo;
y como la tuya fue
haber socorrido a Egipto
con el Trigo, te pusieron 165
la empresa también en Trigo
en el fastigio del cetro,
que adoro por sacro Tipo
del más alto Sacramento
que los venideros siglos 170
adorarán, y por quien
el Vaso dirá Elegido,
de mí hablando, que «muriendo
en la fe, adoré el fastigio
de tu Vara», adonde veo 175
tanto misterio escondido.
PROFECÍA
¡Atended al prodigio!
LUCERO
Inteligencia, aunque no
entiendo, de lo que ha dicho,
más que un horror, un espanto, 180
de las Espigas y Trigo,
no me atrevo a esperar más,
pues en mi pesar colijo
cuán terrible será el fin,
de quien es tal el principio. 185
¡Huyamos!
INTELIGENCIA
Ya yo vencida
respecto de lo que he visto,
siendo el Abismo mi cárcel,
juzgo mi centro el Abismo.
—256→
Para mí no habrá descanso; 190
pues siempre me martirizo,
si con lo que miro, aquí,
allá con lo que imagino.
CONJETURA
Yo no sirvo aquí ni allá;
pues tener nunca ha podido, 195
adonde está la evidencia,
la Conjetura ejercicio.


Escena XXV

 

Cúbrese todo, quedando sólo la PROFECÍA; y ábrese otro carro, en que estará un Cáliz y Hostia, y dos coros de música.

 
PROFECÍA
¡Idos, que donde la Luz
se aparece, no han tenido
las tinieblas permanencia! 200
Y vosotros, ya no Hijos
de Jacob, que el Sacramento
entre figuras y visos
vieron, sino Hijos de Luz,
pues ya las sombras se han ido, 205
y cumplido las figuras
de los sacros Vaticinios
que dije en tantos Profetas,
y ya, trascendiendo siglos,
la que allá fui Profecía, 210
a ser aquí Fe he venido,
sin que cause disonancia:
pues un acto es de Fe mismo
dar crédito a lo futuro,
que dársela a lo no visto; 215
pues lo mismo es creer en Dios
que creer porque Dios lo dijo,
creyendo allá contra el tiempo,
y aquí contra los sentidos...
   (Pero por si algún curioso 220
—257→
quiere averiguar prolijo
la erudición, en lo que
del cetro dejamos dicho,
sobre el Génesis, Rabí
Moisés nos lo dejó escrito, 225
citando el lugar de Pablo
sobre «adorar el fastigio».
Y aunque no se debe en todo
dar crédito a los Rabinos,
como aquesta circunstancia 230
no puede parar perjuicio
a ningún dogma, antes bien,
en el acomodaticio
sentido, a la devoción
puede ayudar, me he valido 235
de ella). Y volviendo al intento,
de la Luz felices Hijos,
que gozáis en posesiones
lo que sólo los Antiguos
lograron en esperanzas, 240
¡a misterio tan divino,
a tan alto Sacramento,
dad adoración, rendidos!
Y entre la ternura y llanto,
¡decid a voces conmigo: 245
que si Dios a los hebreos
mostró, con sus beneficios,
sus prodigios y misterios,
los nuestros han excedido,

  (Canta la PROFECÍA sola, y repiten los coros:) 

pues es el Misterio de los Misterios 250
y es el Prodigio de los Prodigios!
    Pues si el Maná tuvo
sabores distintos,
Éste un sabor tiene,
pero es infinito, 255

 (Cantan.) 

¡porque es el Misterio de los Misterios
y es el Prodigio de los Prodigios!
—258→
Si dio vida a Elías
pan subcinericio,
éste, Vida Eterna 260
a quien lo ha comido,

  (Cantan.) 

¡porque es el Misterio de los Misterios
y es el Prodigio de los Prodigios!
    Si a David sustentan
los panes benditos, 265
aquí es alimento
y manjar, Dios mismo,

  (Cantan.) 

¡porque es el Misterio de los Misterios
y es el Prodigio de los Prodigios!
    Si José conserva 270
siete años el Trigo,
aquí dura el Pan
infinitos siglos,

  (Cantan.) 

¡porque es el Misterio de los Misterios
y es el Prodigio de los Prodigios! 275
 

(Con esta repetición, cantando, se entran.)

 





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