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Ficha de lectura guiada

  • Nivel: Secundaria, Bachillerato y Universidad
  • País: España
  • Género: Poesía

Gustavo Adolfo nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, fruto del matrimonio entre José María Domínguez Bécquer y Joaquina M.ª Bastida. Estudió en el Colegio de Náutica de San Telmo (1846-1847), y formó parte del taller de pintura de Antonio Cabral Bejarano (1850) y más tarde del de su familiar, Joaquín Domínguez Bécquer, siempre con la compañía inseparable de su hermano Valeriano. Durante toda su vida su actividad se centró en desarrollar sus destrezas para la pintura, la música y la escritura. En su aprendizaje literario fue clave Alberto Lista del que aprendió los preceptos literarios y el acceso a la biblioteca de su madrina que le proporcionará un conocimiento detallado de los autores más relevantes del siglo anterior y del Romanticismo europeo. Para él todas las bellas artes son simples manifestaciones de un único sentimiento. En 1854 junto a sus amigos de infancia, Narciso Campillo y Julio Nombela, decide marchar a Madrid en 1854 en busca de fortuna literaria, allí colaboró en varios periódicos como El Contemporáneo, escribió biografías, piezas teatrales, empezó su gran proyecto Historia de los templos de España. En el periodo que va de 1859 a 1860 llega al punto álgido de creación literaria tanto en prosa como en verso, impregnadas de todos los elementos que componen su universo vital: la música, la mujer, la poesía, el amor... Utilizó el pseudónimo de Adolfo Rodríguez.

Se casó con Casta Esteban Navarro, una sencilla y bella muchacha de la burguesía rural soriana con la que tuvo dos hijos.

A partir de septiembre de 1864 se centró en la política y llegó a tener un puesto como fiscal de novelas en Madrid, cargo que en ocasiones chocaba con su colaboración en periódicos. Fue el director literario de El Museo Universal y de El Entreacto. Durante su vida tuvo varios altibajos, llegando a pasar penurias económicas en varias ocasiones, de ahí que a veces se mostrara como un artista bohemio y descuidado, y otras, cuando la fortuna económica le sonreía, como un burgués con levita.

Siempre estuvo muy unido a sus amigos y a su hermano Valeriano al que solo sobrevivió dos meses. Bécquer murió en diciembre de 1870.

Es muy posible que en 1866 Gustavo Adolfo estuviera reuniendo sus rimas para editarlas en forma de libro porque así lo testimonian sus íntimos amigos, Narciso Campillo y Francisco de Laiglesia, al afirmar que González Bravo tenía por entonces el manuscrito de las Rimas, pero que debido al tumulto originado por el movimiento revolucionario que destronó a Isabel II (18 septiembre 1868), el volumen se extravió. Las rimas fueron finalmente editadas por sus amigos.

Hay muchos críticos que sostienen la influencia de Heine en Bécquer. Creen que el Intermezzo, Poema por Enrique Heine (traducido por Mariano Gil Sanz), publicado en El Museo Universal del 5 de mayo de 1867, sugirió a Bécquer la forma y carácter de poesía que él llama rima. Pero lo cierto es que, si bien pudo influirle Heine, también lo hicieron Byron y otros autores europeos, además de algunos autores nacionales coetáneos como Barrantes, Selgas, Trueba, Viedma, Campoamor o Florentino Sanz que ya empezaban a emplear un lenguaje mucho más cercano y familiar más acorde con la nueva sensibilidad nacional. Pero, lo que hace especial la poesía de Bécquer no es la perfección formal sino la existencia de ideas prácticas y reales. La idea sin más adorno que el necesario, como él decía, para poderse presentar decente en el mundo. Y para la presentación de la idea se valía de su innata capacidad para crear y percibir melodía y de su visión plástica del mundo en la que percibía un sinfín de oposiciones. De la suma de todo esto resulta la suavidad y universalidad de composiciones literarias tales como las Rimas.

La biblioteca de autor dedicada a Gustavo Adolfo Bécquer, dirigida por Jesús Rubio Jiménez, ofrece información nítida y contrastada sobre la vida y obra de este creador. En la presentación biográfica se evita dar una visión novelizada de su trayectoria y la amplia bibliografía sobre el escritor da cuenta de lo que ha ido significando su aportación literaria a lo largo de los años.

Esta rima fue el único poema que Bécquer compuso en octavas reales y sufrió varias enmiendas para mejorar el sentido y su forma. Su análisis puede servir para:

  • Exponer los modelos que tenía la octava real: poesía petrarquesca, la lírica de Garcilaso y las imitaciones neoclásicas.
  • Buscar ediciones o estudios en los que se vean las enmiendas que sufrió el poema.
  • Comparar esta rima con otras composiciones becquerianas y, tras analizar elementos, comentar la evolución del artista en su poesía.
  • Comparar la extensión de este poema y su lenguaje con el de algún poeta contemporáneo de Bécquer y establecer las diferencias.
  • Ubicar y contextualizar la creación de esta rima en la biografía de su autor.
  • Indagar sobre las influencias de Bécquer en su contexto histórico, tanto de escritores europeos como de autores nacionales, y su posible influencia en la composición de las rimas.
  • Disfrutar de la composición poética a través de la lectura en voz alta para descubrir y sentir la melodía.
  • «El beso» como símbolo becqueriano prototípico de la comunión de distintas unidades.
  • Clasificar la rima: ¿amorosa, filosófica o literaria?
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