Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

11

Pedro Henríquez Ureña, Las corrientes literarias..., op. cit., pág. 118.

 

12

Ibidem, pág. 116.

 

13

Obsérvese que esta novedosa forma de leer se corresponde con precisión al carácter de la revista.

 

14

Vid. Jean Franco, «La heterogeneidad peligrosa: Escritura y control social en vísperas de la independencia mexicana, Hispamérica, 1983, núm. 34/35, (págs. 3-34), pág. 18.

 

15

José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento (1816) México, Porrúa, 1978, pág. 41.

 

16

Citado por Luiz Costa Lima, O Fingidor e o censor no ancien régime, no iluminismo e Hoje, Río de Janeiro, Forense-Universitaria, 1988, pág. 243.

 

17

José María Heredia, «Ensayo sobre la novela», en Fenández, Teodosio (sel.), Teoría y crítica literaria de la Emancipación hispanoamericana, op. cit., (págs. 113-120), pág. 116.

 

18

Alejandro González Acosta, autor del libro El enigma de Jicoténcal, México, UNAM/Instituto Tlaxcalteca de Cultura, 1997, señala al poeta cubano José María Heredia como el autor más probable de la novela. Debo esta información a Margo Glantz y la lectura del ensayo de González Acosta a Beatriz Aracil. A ambas, mi agradecimiento.

 

19

Jicoténcal, Filadelfia, Imprenta de Guillermo Stavely, 1826. Los números entre paréntesis al final de las citas corresponden al tomo y página de esta edición.

 

20

Camilo Henríquez, «Del entusiasmo revolucionario», en Fenández, Teodosio (sel.), Teoría y crítica literaria de la Emancipación hispanoamericana, op. cit., (págs. 49-52), pág. 52. Quizá hoy resulte difícil creer en la eficacia de la literatura, pero en aquel momento de entusiasmo juvenil, llevado al extremo por las fuerzas de las circunstancias, el proyecto político no solo representaba una esperanza, sino una convicción; de modo que la literatura, haciéndose eco de estas creencias, todavía representaba la exigencia suprema del espíritu.

Indice