101
[«atingentes», corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]
102
Conviene leer a este propósito la admirable Exposición Cuarta que, en defensa de los principios católicos, dirigió el insigne don Federico González Suárez, más tarde, sapientísimo Arzobispo de Quito, al general Veintemilla, el 15 de agosto de 1877. (N. del A.)
103
Pueden verse estas doctrinas en las obras originales de los autores citados, y además en el estudio del Marqués de Olivart, intitulado: De los principios que rigen la Sucesión Territorial en los cambios de soberanía, Madrid, 1906. (N. del A.)
104
Sobre todos los puntos referentes al patronato y sus derivaciones debe consultarse una obra relativamente antigua pero nunca encomiada de manera suficiente por el caudal de datos que contiene: Juan Pablo Restrepo, La Iglesia y el Estado en Colombia, 1885. (N. del A.)
105
Más tarde reparó noblemente su error y fue con el ilustrísimo señor Ramón Ignacio Méndez, Arzobispo de Caracas, víctima de la persecución del patrono. (N. del A.)
106
Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada, tomo III, págs. 342 y 43. (N. del A.)
107
García Moreno y la Instrucción Pública, pág. 184. (N. del A.)
108
De Pradt, diputado ultrarrealista en los Estados generales, enemigo de la Revolución, fue después capellán de Napoleón, Obispo de Poitiers, Arzobispo de Malinas y embajador en Varsovia. Cambió una vez más de ideas y se hizo partidario de la Restauración y de la Dinastía de Orleans. Vendió el Arzobispado por una renta vitalicia de 12 mil francos. Tales eran, moralmente, los enemigos de Roma. (Véase Enciclopedia Espasa). Sin embargo, Bolívar le llamó un día «el más digno de los Prelados del Siglo XIX»
(N. del A.)
109
Historia de la iglesia en Méjico, tomo V, pág. 171. (N. del A.)
110
Archivo Santander, tomo XVI, pág. 213. (N. del A.)