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1

Este capítulo constituye una versión revisada, actualizada y un tanto ampliada del artículo que se publicó con el mismo título en Studi ispanici, XXXII, 2007, pp. 279-289.

 

2

Perkowska habla de «contra-memoria», y pone de relieve una estrategia de «desplazamiento» y «desfamiliarización» (cf. «Un duelo de memorias: la memoria oficial y una memoria vivida en 1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla», 2008).

 

3

La novela incluye además un «apéndice», titulado: «Proceso contra Isabel de la Vega e contra Gonzalo de la Vega su hermano vesinos de Cibdad Real [sic] ausentes escrito por los escrivanos e notarios públicos de la Santa Inquisición» (cf. pp. 299-316; las citas y la paginación se corresponden con la edición Edhasa, 1990). Este documento aparece retrospectivamente como el que sirvió de punto de partida para la imaginación novelesca; esto es: autentifica el texto, al mismo tiempo que da la medida de la transmutación ficcional.

 

4

Son las palabras del autor, en el reconocimiento de deudas que precede al primer capítulo.

 

5

Sobre esta oposición, véase el estudio discutible pero clásico y siempre útil de Seymour Mentón, La nueva, novela histórica de la América Latina, 1979-1992, que dedica unas páginas a la novela de Aridjis, comparándola con Tierra adentro de Angelina Muñiz (1977). Véase también la primera parte del presente libro (propuesta 9).

 

6

Por ejemplo: «Estela sepulcral del joven Cristino Curiel, hijo de Simuel, que pasó a la morada de su eternidad en jueves, día 29 de Tisri del año 576 de la era menor»; «Éste es el sepulcro de don Licio, que apedreado murió en el mes de Tebet del año 5092 de la Creación del Mundo» (228-229).

 

7

M. Perkowska subraya que la memoria oficial celebra también, con la fecha de 1492, la publicación de la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija, que contribuyó a la consolidación de un Estado español unificado (2008: 111).

 

8

Cf. «los Turi, los Lunbroso, los Alazar, los Baco, los Benvenist, los Rabat, los Amado, los Ponz, los Trigo, los Bivaz, los Sánchez, los Eli, los Franco, los Abella, los Silton, los Zaporra y los Caballería, que han vivido en Zaragoza y en el reino de Aragón desde tiempo inmemorial» (168).

 

9

Cf. «la familia Chinillo, una de las más antiguas de Aragón, que a comienzos de este siglo cambió su nombre por el de Santángel» (168). Se trata de la conocida dinastía que financió en buena parte el primer viaje de Colón.

 

10

Por ejemplo: «En una pieza barrida y limpia hallé a cuatro conversas vestidas de blanco, descalzas o con zapatos de paño observando el ayuno del Quipur hasta la noche. Por una ventana que daba a la sinagoga vi al rabino Simuel y a los judíos públicos haciendo oración» (192).