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ArribaAbajoCapítulo XIII.- El Estado de S. Luis Potosí

El Sr. general Carlos Díez Gutiérrez. Progresos alcanzados en el Estado. Revista comercial, industrial y científica de la ciudad


San Luis Potosí se encuentra situado a los 22º 9' 9" de latitud Norte, y 1º 51' 5" de la longitud Oriental de México. El número de sus habitantes asciende a 69.000, y colocado sobre un extenso valle, ofrece al espectador la vista más agradable desde que se le conoce. Éste es uno de los Estados que pudiéramos llamar privilegiados, porque a su configuración hermosa, reúne muchas ventajas para la agricultura, que es una de sus principales riquezas. La minería se encuentra en su desarrollo, y aunque no podría compararse con Zacatecas, Guanajuato o Pachuca, tiene, sin embargo, multitud de minas de gran importancia en explotación, y se produce con abundancia el oro, la plata, cobre, azufre, plomo y carbón de piedra.

La industria empieza a tener gran desarrollo también, y por lo expuesto se comprenderá que el Estado que cuenta con estos tres elementos está llamado a la prosperidad.

En efecto, San Luis Potosí es uno de los que más han progresado a la sombra de la paz, y tiene una expectativa maravillosa. Su comercio ha sido uno de los mejores de la República, y no obstante la decadencia actual del país, Potosí ha podido afrontar esas grandes vicisitudes, debido a la armonía que existe entre la sociedad netamente ilustrada y su probo gobernante.

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En efecto, el Sr. general Carlos Díez Gutiérrez merece el cariño de los ilustres potosinos, como éstos dignos son también de tener al frente de sus destinos al caballeroso gobernante que nos ocupa.

Entre el número de los partidarios legítimos del Porfirismo, es decir, de aquellos que verdaderamente no podían conformarse con el antiguo orden de ideas y de cosas, debemos contar al célebre republicano, al modesto ciudadano y liberal progresista, general Carlos Díez Gutiérrez.

Diputado era a la Cámara de la Unión, cuando repercutió sonoro el eco de Tuxtepec; y sin medir las colosales fuerzas de sus adversarios, se lanzó a la lucha, organizó un crecido ejército, sosteniendo en incontables campañas la bandera que proclamara entonces el jefe de la revolución.

Su acendrado patriotismo y su amor a la libertad eran conocidos ya de los jefes de la República, porque el general Díez Gutiérrez había cambiado ya (en ocasiones difíciles para la patria) la pluma por la espada. Ante el peligro de perderla hubiera sacrificado todo.

La brillantísima carrera que de abogado hizo, vino a coronar los esfuerzos de sus amados padres, a los que correspondió nuestro biografiado obteniendo una ilustración profunda. Hízose acreedor desde entonces a las más plausibles manifestaciones entre sus compañeros y conciudadanos, a quienes prodigara franca y leal protección.

El triunfo de Tuxtepec, sus incontables servicios a tan progresista causa, vinieron a aumentar su popularidad, a tal grado que su candidatura para el Gobierno del Estado que lo vio nacer, cundió en cuantos círculos políticos caracterizados se habían reunido para deliberar.

Unánime elección vino a colocarlo en el puesto que ocupa, y en él entonces, pudieron apreciarse sus grandes dotes diplomáticas, económicas, progresistas y administrativas, porque en breves instantes había convertido su Estado, en Estado próspero y feliz.

Razones de alta política hiciéronle venir a la capital a desempeñar el alto puesto de Ministro de Gobernación, y podemos   —159→   decir, sin temor de equivocarnos, que sin abandonar las atenciones de su alto ministerio, colaborando con gran afán para el progreso general de la República, su país natal era objeto de grandes atenciones.

Vuelto a llamar por los que con orgullo le titulan «nuestro paternal gobernante», entonces realizó mejoras tan importantes como la del ferrocarril que une la ciudad de San Luis con las demás de la línea del Nacional Mexicano; entonces duplicó el número de escuelas que había; hermoseó la ciudad; atrajo por su prestigio innumerables empresas y sindicatos de millonarios, que actualmente sostienen a multitud de brazos; fomentó el comercio del Estado, abolió grandes gabelas y las artes y la industria han sido su contante desvelo.

San Luis Potosí es actualmente el centro más importante del interior de la República y de más lisonjero porvenir.

El Sr. general Díez Gutiérrez es de un carácter excesivamente franco, leal y sincero como pocos. Altamente hospitalario y generoso y sus finos modales dejan satisfecho a cualquiera.

Caritativo en demasía entre la gente del pueblo pobre, jamás oye una queja sin consolarla.

Para la patria ha sido un valiente guerrero defensor de su autonomía.

Para el progreso un ilustre colaborador.

Para su pueblo un gobernante modelo.

Para su familia un hijo ejemplar.

El Gobierno de San Luis Potosí se halla compuesto de lo más granado de aquella ilustre ciudad, y cuenta el Sr. Díez Gutiérrez con personas de esclarecido talento que colaboran en la tarea del engrandecimiento que ha emprendido.

En efecto, su dignísimo Secretario General de Gobierno es digno del mayor encomio por su asiduidad y empeño.

El honorable Tribunal Superior, y en lo general el personal de la Administración de Justicia, se compone de lo más esclarecido del foro, y en la Legislatura se hallan personas de notoria competencia, como lo son el Sr. Dr. Adalberto López Hermosa, y otros que a sus profundos conocimientos reúnen un acendrado patriotismo.

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Sería interminable comentar una por una las mejoras realizadas por el Sr. general Díez Gutiérrez.

El cruzamiento de los ferrocarriles Central Mexicano y Nacional Mexicano, la instalación de las líneas telegráficas y telefónicas en todos los Distritos, tranvías, etc., etc., se debe a él.

La construcción del Gran Teatro, que indudablemente será el primero de la República Mexicana, todo esto y mucho más es debido al empeñoso celo del gobernante modelo que rige los destinos de aquel Estado.

La ciudad de San Luis es una de las principales del interior. Su aspecto es parecido al de Guadalajara y Puebla. Su clima hermosísimo, casi templado. Su sociedad, netamente aristocrática, de morales costumbres, y posee en su seno un enjambre de mariposas, de capullos primaverales que son envidia de las mujeres de otros mundos.

Para admirarlas, no hay más que concurrir a ciertos centros recreativos que existen, como la Plaza de Armas, la Plaza de la Compañía, la Alameda, que ostentan árboles lozanos y magníficos jardines. Es preciso solamente concurrir al suntuoso edificio de La Lonja, que celebra sus reuniones con suma sencillez y elegancia, gran animación y un orden admirable, y allí es donde se puede extasiar el espíritu contemplando la grandiosidad y belleza de las hijas de San Luis.

Entre los principales edificios figuran el Palacio del Gobierno, el Municipal, el Instituto Científico, que tiene dos grandes y bien dotados gabinetes de física, química e historia natural. El Teatro Alarcón, la Escuela de Artes, la Penitenciaría, la Casa de Moneda, el Mercado y el Obispado, que es una obra de arte.

Sus principales templos son Catedral, San Agustín, El Carmen, San Francisco y El Santuario de Guadalupe, al fin de una hermosa calzada de fresnos y sabinos que convidan a pasear.

Hoteles principales y de más aceptación, El Progreso. En la 4.ª de Aldama núm. 2. Excelente restaurant.

Hotel de San Luis. Plaza principal; comidas a la carte.

Hotel San Carlos. 3.ª calle de Aldama.

Hotel San Fernando. 4.ª de Juárez 24.

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La Sevillana, asistido por una estimable dama, allí se sirve al estilo español y hay alojamientos para familias, a precios sumamente cómodos.

Baños. Los mejores son los de Suárez, 6.ª de Rayón.

Baños Hidroterápicos: 2.ª de Fuentes, y los del Jordán, en el barrio de Tequisquiapam.

Después de conocer el lector los principales centros de recreo; después de admirar lo portentoso de sus templos, edificios y casas particulares, que las hay en demasía; después de informarse por los periódicos acreditados de la población, del movimiento grandioso de aquella angélica ciudad, preciso es que pase a los grandes almacenes comerciales que allí existen.

Desde luego descuella entre otros, en la 3.ª de Hidalgo, la casa de los Sres. Michel y Jamne, Las Fábricas de Francia, donde se encuentra un constante y variado surtido de ropa, telas finísimas y artículos de fantasía, que importan directamente.

La Ciudad de Londres, muy semejante a la que existe en esta capital, se encuentra en la 2.ª de Hidalgo; es propiedad de los caballerosos Sres. Audifred y C.ª, quienes procuran constantemente renovar el surtido inmenso que poseen, trayendo siempre las altas novedades de Europa.

La Palestina es el nombre de la gran casa importadora de los estimables Sres. Muriedas y C.ª, situada en la 1.ª de Zaragoza. Basta ver el lujo de sus aparadores, para saber que son ellos la flor y nata de la brenca y la aristocracia, para suponer que son unos de los más perfectos del público consumidor.

El Moro se llama la más acreditada casa de abarrotes de D. Manrique de Lara, en la 3.ª de Hidalgo. Conservas de todas clases, licores de las mejores marcas, abarrotes y efectos del país, etc., etc.

La Norma, no menos que aquélla, goza de envidiable reputación. Ésta pertenece a los Sres. Lascos y C.ª, y su crédito lo han hecho consistir en la bondad de los artículos que se expenden al por mayor y menor, de abarrotes y efectos nacionales en la calle de Juárez. Su nombre es bastante conocido.

La Marina, casa con el nombre que lleva, tiene un gran surtido de ultramarinos; es especial en efectos de abarrotes, licores,   —162→   cigarros, aguardientes, papel, etc., etc., y jamás el consumidor deja nada que apetecer y sale complacidísimo de la finura de sus acaudalados propietarios, los Sres. Cantolla y C.ª, en la calle de Morelos.

La Mexicana es la sombrerería de más reputación; allí se está siempre a la última moda y se reciben directamente sombreros de fantasía para señoritas y niños, sombreros para charro, y todo a precios sumamente cómodos.

Es por demás encarecer la mejor botica de la capital: la Botica del Mercado, propiedad del excelente químico y farmacéutico D. Rafael Rodríguez, que tiene prurito en despachar con exactitud los formularios más exigentes. Usa medicinas puras, de patente. Recibe un inmenso surtido de drogas y despacha con puntualidad y esmero cuanto se le encomienda.

Es el establecimiento más hermoso y más bien dotado de cuantos existen en esta capital.

San Luis era justo que tuviese establecimientos de gran tono donde se consumieran pastas de lujo, pasteles, conservas, dulces finos, corrientes y licores de suprema calidad. Esta casa es la de los Sres. Gassier y C.ª, denominada El Fiel Pastor, donde se encuentra todo cuanto se quiere en el ramo de pastelería, cantina y dulcería.

La Parisiense se halla en la 1.ª del Cinco de Mayo. Pertenece al caballeroso propietario A. D'Argence y allí se reúne la crema de la sociedad a saborear los exquisitos licores, las bebidas compuestas, los sabrosos vol-au-vent, las pastas finas de dulce, pasteles, ostiones y otros mil mariscos frescos que recibe dos veces por semana. Se compromete a servir a domicilio, con ese chique que le distingue, cualquiera lunch de importancia.

Pero para qué fatigar al lector con tantas y tantas casas de comercio que hay. Como ciudad de importancia allí hay cuanto se apetece y quiere.

En todos los Estados, cuya revista vengo haciendo al lector, me he ocupado de las prominencias en diferentes ramos, y no he olvidado la parte más esencial que es la científica, porque ésta es la que principalmente forma o da una idea, por mejor decir, del adelanto de un pueblo.

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El lector comprenderá desde luego que vengo entresacando de tanto como existe, lo mejor. No es un directorio completo ni mucho menos. Pero quiero dar a conocer lo más notable, y Potosí en las letras, en las ciencias, como en las artes y la industria, ha tenido hijos de gran valer.

Por ejemplo, en la literatura, ha producido un Othón, de quien han dicho, y con justicia: «Es el más rico y brillante de nuestros prosistas; en punto a ideas las derrocha, las prodiga, pues brotan de su pluma con pasmosa facilidad, siempre espontáneas y oportunas, siempre nuevas y deslumbradoras».

Y como poeta, yo diría que es un conjunto de armonías, un gigante, un sol del parnaso mexicano.

En el foro existen abogados de gran valimiento. El licenciado Emilio Ordaz, profundo en demasía. Los Lics. Conrado Díaz Soto, Adalberto Vázquez y Eduardo B. Adame, son predilectos y admirados justamente por su sabiduría. Los excelentes jurisconsultos Lamberto Vázquez, Fortunato Nava e Ignacio Barajas, son reconocidos como profundos criminalistas y célebres constitucionalistas en el Estado.

Los prácticos, activos y profundos Lics. Manuel Ambriz Moctezuma, Ramón Ramos, Juan N. Ruelas y M. Olaseregui, son otros tantos justinianos de la ciencia moderna, que han alcanzado inmarcesible palma de inmortalidad.

El Lic. Luciano R. García, expedito, diligente y competente en demasía por la profundidad de sus conocimientos.

He aquí un núcleo de ilustraciones y de notabilidades científicas que han cooperado al engrandecimiento de las letras.

Pues así como en la abogacía, en la medicina también existen personas de reconocida aptitud, que desempeñan leal y fielmente el difícil y sagrado ministerio de la carrera.

¿Quién no conoce al clínico, que es una notabilidad en su género, el Sr. Dr. Everardo Molina, que vive en la 1.ª de Galeana núm. 9?

¿Y el profundo y sabio Dr. Alberto López Hermosa, que ha hecho operaciones y curaciones que maravillan?

¿No tienen para orgullo de Potosí un Dr. Gregorio Barroeta en la 1.ª de Bravo núm. 1, que por la docilidad de su carácter   —164→   y por su buen ojo médico, como decimos los ignorantes de tan difícil ciencia, ocupa un lugar muy prominente?

¿No es verdad que el Dr. Federico Baquero, que vive en la 3.ª de Allende núm. 3, es admirado como gran fisiologista y ginecologista notable?

Pues de igual reputación y fama que los enunciados, gozan los egregios y modestos doctores D. Ignacio Gama, que tiene su consultorio médico-quirúrgico en la 2.ª de Arista núm. 6, D. Ignacio Alvarado, en la 8.ª de Zaragoza núm. 1 y D. Luis Cordero, en la Calzada de Guadalupe núm. 1.

Fatigar sería la atención de nuestros lectores con enumerar a muchos otros que han dado gran honra a la Escuela de Medicina de México y Potosí.

Las letras en este importante Estado son el pan cotidiano de cierta clase social que rivaliza con las aventajadas del país.

El Gobierno ha procurado difundir la instrucción en todas las esferas del saber humano y por esto es que tenemos naturalistas admirables, médicos, abogados, literatos, poetas, teólogos, oradores, e ingenieros de gran valía, contándose entre ellos a los Sres. Blas Escontría, 8.ª de Zaragoza 3; Luis G. Cuevas, 4.ª de Morelos 4; José M.ª Gómez del Campo, 8.ª de Morelos 3; y Manuel H. y Raso, en la 3.ª de Maltos, a quienes la sociedad potosina ha admirado y venerado con respeto.

Decimos en el principio de nuestra revista que la industria constituye, aunque naciente en el Estado, un poderoso elemento de vida.

Que la industria florece cada día más, y que el Estado tiene benefactores poderosos, para quienes existe un Dios que los bendice y protege incesantemente.

Como un ejemplo incontrovertible de lo que decimos, tenemos la gran fábrica de los Sres. Jorge Unna y C.ª, que es una maravilla del arte.

No sabemos qué admirar más, si los talleres de tornería, los de tapicería, la doraduría en su esplendente manifestación; si el de ebanistería o cordonería.

Hay tal lujo, esmero tal en la imitación Europea para la   —165→   construcción de muebles de fantasía, adornos, mesas, ajuares completos para salas, recámaras y comedor, que cada visitante sale verdaderamente sorprendido de tanta magnificencia.

Los caballerosos e infatigables trabajadores Unna y C.ª han dado a San Luis, con la instalación de su gran fábrica, un impulso poderosísimo a las artes y a las ciencias experimentales que con aquella se relacionan.

Son los verdaderos apóstoles del trabajo. No hay ninguna necesidad ya de ocurrir al extranjero en demanda del atrezo para una casa por lujosa que ella se quiera.

Los Sres. Unna y C.ª, en la Avenida del 5 de Mayo en México, y en San Luis en su hermosa fábrica, pueden decorar y amueblar la casa más lujosa del mundo, imitando con perfección toda clase de muebles.

Otra de las fábricas que no debe el lector de dejar de ver, cuando tenga la dicha de pasar por San Luis, es la del honorable caballero D. Antonio Delgado Rentería, llamada La Fama, nombre que justamente cuadra por la envidiable reputación que ha alcanzado en la elaboración de los puros y cigarros que con ese nombre expende al por mayor y menor, y que son, a no dudar, los mejores de su clase.

Mucho hay que admirar en esa fábrica. El gran salón para la elaboración del cigarro, en el que sólo se emplean mujeres; contiene unas 800 personas de todas edades.

Hay asimismo en la fábrica, los departamentos necesarios para el almacenaje de los tabacos, para el empaque, para cortar el papel para los cigarros con máquinas o cortadoras movidas por vapor, para despolvar y picar el tabaco, para la elaboración de los puros y hasta para la fabricación de los cajoncitos en que éstos se empacan, construidos con madera traída de Campeche.

En todos ellos se nota el mismo aseo y orden, limpieza, etc., etc., y la manufactura que se emplea es de lo mejor.

El crédito de La Fama lo constituyen sus hechos. «Probadme», como ellos dicen, «y os convenceréis».

Felicitamos muy sinceramente a San Luis, por tener en su seno personas tan venerables como el Sr. Delgado Rentería, que   —166→   tanto protegen a la clase más desvalida de la sociedad, la infeliz obrera.

Para terminar lo referente a esta preciosísima población, diremos que San Luis Potosí contiene hermosísimos lugares de recreo, círculos y casinos donde se asocia la flor y nata de la aristocracia, del talento y de la banca; asociaciones científicas y religiosas, ateneos literarios, clubs, prensa independiente, escritores de esclarecido talento, como los estimables redactores de El Estandarte, El Correo de San Luis y otros.

Bellísimas potosinas, entre las cuales podríamos citar a la princesita de la belleza como nombran a la angelical señorita Sofía Villaseñor, a la honorable dama Sara Sustaita, que tiene una gracia especial para todo, y en sus pupilas irresistibles mírase esa luz que esplendente brilla bajo la bóveda infinita de los cielos. La espiritual y graciosa hijita de nuestro excelente amigo el coronel Terán, notable pianista, es aristócrata, de buen talento y modesta, reúnese en ella, por decirlo así, cuanto puede formar el caudal más precioso para la felicidad. Y mil y mil pimpollos que son el adorno de aquella sociedad encantadora del Potosí.

Felicítese todo aquel que vaya y que tenga la dicha de permanecer por algún tiempo en la tierra privilegiada por el Eterno.

El lector, antes de abandonar esta simpática población que le hemos dado a conocer superficialmente, tiene la oportunidad de dirigirse a varios puntos de la República, porque San Luis es centro, o lugar mejor dicho, en donde se cruzan las más importantes líneas ferroviarias.

De San Luis Potosí puede salir el viajero para Tampico por la línea del ferrocarril Central Mexicano, con sólo recorrer las estaciones de la Tinaja, Corcovada, Poetillos, Silos, Villar, la Joya, San Lázaro, Cerritos, San Bartolo y las Tablas, para llegar a Cárdenas, en cuyo punto se almuerza por un peso nada más y suculentamente.

De Cárdenas, sigue Labor, Las Canoas y Tamos, y después de atravesar hermosas praderas y la lozana vegetación de aquellos puntos, y de admirar el anchuroso río Pánuco, que   —167→   tiene una extensión de 400 millas, se cruza también el río Tamasí, que une sus aguas con el Pánuco y poco después se va llegando con las poderosas máquinas del Central al puerto conocido con el nombre de Tampico.

No es nuestro objeto conocer este grandioso puerto, por más que como sabrá el lector no carece de importancia. Pero tenemos solamente deseo de transportarle por las principales ciudades de la República (capitales de Estado) y sólo nos detendremos en ciudades, villas o aldeas de verdadero tránsito y por necesidad.

De manera que, suponiendo a nuestro ilustre viajero en la simpática San Luis, de allí debemos tomar, como habíamos dicho, el Ferrocarril Nacional, pues tiene que recorrer algunas millas para visitar otra de las capitales de gran importancia.

«Vámonos...», ha dicho el caballeroso conductor, mirando su cronómetro de oro que señala las 5:30 p. m. Nos acomodamos en el elegante Pullman para despertar a las 2 de la mañana, pues a las 2:35 a. m. llegamos a Acámbaro, y allí tenemos que pernoctar algunas horas.

Desde Potosí se recorren las siguientes estaciones: La Pila, Jesús María, Villa de Reyes, Javal, Chirimoya, San Felipe, Obregón, Trancas, Peña Prieta, Rincón, Dolores Hidalgo (lugar histórico y venerable para todo mexicano, pues en este lugar se dio el grito de independencia el 16 de septiembre de 1810), Tequisquiapan, Atotonilco, San Miguel de Allende, Begoña, Rinconcillo, Chamacanero, Soria, San Juan, Santa Rita, Celaya, Ojo Seco, Cacalote, Salvatierra, San Cristóbal y Acámbaro.

Procuraremos alojarnos lo mejor posible en este pequeño punto de tránsito, porque tenemos que permanecer allí hasta que llegue el tren directo de México a Morelia, que es el lugar a donde vamos.

Visitemos la pequeña población que es muy antigua, y por lo mismo se encuentra muy deteriorada; pero sin embargo, sus bonitas calles, estrechas, pero aseadas, su exuberante vegetación y sus bonitas iglesias, etc., ofrecen un golpe de vista demasiado pintoresco.

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Recomendamos a nuestro viajero que se hospede en el Hotel Arroyo, que está en la plaza principal, si quiere permanecer en esta villa, allí se desayunará al estilo del país, con unos sabrosos tamales y atole de leche, y a las 7:45 a. m. sale de Acámbaro en otro tren que cruza el ramal, denominado Tren de Acámbaro, Morelia y Pátzcuaro y cuyo ferrocarril atraviesa las estaciones de La Cumbre, Andocutín, Huingo, Queréndaro, Zinzimeo, Quirio, La Saleta, Atapaneo, y a la 1:20 p. m. llegamos a la pintoresca ciudad de Morelia, capital del Estado de Michoacán.



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ArribaAbajoCapítulo XIV.- El Estado de Michoacán

Una ciudad importante. El Señor Gobernador. Paseo por el lago de Pátzcuaro. Continuemos


Morelia es la capital del Estado de Michoacán, que se halla situada a los 19º 42' 12" de latitud Norte, y 1º 46' 45" de longitud Occidental de México.

Lleva el nombre de Morelia, por haber nacido allí el invicto caudillo D. José María Morelos, una de las más grandes figuras de la Independencia de México, pues antiguamente, en la época de la dominación española, era conocida con el nombre de Valladolid, y cuya ciudad fue fundada el 18 de mayo de 1641.

De los datos estadísticos que hemos podido adquirir, resulta que esta hermosa ciudad tiene una población de 36.000 almas, siendo el término medio de su movimiento flotante, de ocho a diez mil transeúntes por año.

Morelia era una de las poblaciones más católicas de la República; el clero es una potencia invulnerable allí, y todavía, en la actualidad, no han podido aún perderse ciertos hábitos religiosos y ciertas costumbres que dan a la capital ese tinte de tristeza o abatimiento en que parece sumergida.

Y con todo, Morelia ha sido la cuna de la libertad; ha amamantado en su seno a los grandes pro-hombres de la reforma,   —170→   y ha sacrificado a millares de hombres, en las más sangrientas revoluciones del país, siempre en defensa de la patria.

El pueblo moreliano es valeroso, es digno, es ilustrado y trabajador e industrioso. El gran partido liberal ha tenido allí sus más valientes corifeos, y no por esto puede decirse que, como liberales de corazón, no tengan ciertos principios de moralidad bien entendida.

Con el cruzamiento de las líneas ferrocarrileras, Morelia ha avanzado un gran paso a la civilización. Si antes era ilustrada, progresista e industrial, hoy compite con las más aventajadas del país, porque a su aspecto encantador, a sus calles aseadas, bien empedradas, amplias, etc., etc., son dignos de admirar multitud de progresos realizados últimamente por su actual gobernante, que es un modelo de probidad y rectitud.

Tiene magníficos planteles de instrucción. Monumentos grandiosos consagrados a la memoria de los ilustres héroes de la Independencia y la Reforma, y sitios de gran importancia histórica, como son la casa en que nació y vivió Morelos, la casa en que nació Iturbide, y el sitio donde fue fusilado Matamoros.

Hay multitud de jardines y lugares de recreo, figurando entre ellos el paseo o calzada de San Pedro, cuya entrada la forma un arco de un gran acueducto construido en 1788, que conduce la agua desde los manantiales a la población, y que fue debido a la munificencia del Ilmo. fray Antonio de San Miguel, Obispo de aquella arquidiócesis.

Entre los edificios principales que merecen una especial mención, se encuentran su hermosa Catedral, el Palacio de Gobierno, el de Justicia y el Municipal, los colegios Seminario, el de San Nicolás, actualmente Instituto del Estado, y el Colegio de Guadalupe para niñas.

Tiene varios templos de importancia, un teatro que lleva el nombre de Teatro Ocampo, bastante cómodo y bonito; dos Bibliotecas Públicas, tres Mercados, que son el de San Francisco, el de San Agustín y el de San José. La ciudad está iluminada por un excelente alumbrado eléctrico, y hay tranvías para recorrer toda la ciudad, pues comienzan en la Estación del   —171→   Ferrocarril Nacional Mexicano, y terminan en el Paseo de San Pedro.

Los principales hoteles son el Gran Hotel Oseguera, situado en la Plaza Principal (esquina), y sus precios son cómodos, pues hay cuartos de 50 y de 75 cs. interiores y $ 1 con vista a la calle. Asistencia completa, $ 1,50 cs. a $ 2. El Gran Hotel de Michoacán y el Hotel de la Sociedad, que está situado en la calle del Olmo núm. 3. En el interior de este hotel existe un magnífico restaurant, donde se sirve a la carte, o por comida, condimentada siempre con limpieza y al estilo francés, americano o español.

La ciudad del Estado que nos ocupa es esencialmente industrial, y allí se hacen primores en animalitos de pluma copiados del natural: muñecos, juguetes caprichosos, dulces exquisitos de todas clases, siendo verdaderamente una especialidad las conservas y pastas de guayabate, membrillo, durazno, chabacano, etc., etc.; jaleas de todas frutas y multitud de estas conservas tan renombradas y estimadas en toda la República, y aun en el extranjero, a donde se exportan en gran cantidad.

Mucho pudiéramos decir acerca de la fertilidad y riqueza de su suelo, pues hemos dicho ya que la agricultura es el elemento principal de la riqueza en esta población, y acerca de ello, aunque no hemos podido tener una noticia exacta en cuanto al monto verdadero de la producción, justo es que demos a conocer al menos cuáles son los principales productos.

Granos: Maíz, frijol, haba, trigo, cebada, arroz, garbanzo y arvejón.

Las frutas que se producen con mayor abundancia son: la guayaba, membrillo, perón, manzana, durazno, higo, pera, tejocote, dátiles, jícamas, moras, capulín, y aunque nunca de la calidad de las de Veracruz, la naranja, el limón y el plátano.

La verdura es una de las especialidades de esta tierra tan exuberante, pues son de suprema calidad los chiles, cebollas, ajos, zanahorias, coles, coliflor, jitomates, lechuga, chícharos, lentejas y otras de la misma especie.

El tule, la jarcia, zacatón y otra multitud de textiles, que se   —172→   exportan en gran cantidad, es otra de las industrias que el Estado tiene como elemento de principal riqueza.

Las producciones agrícolas son de la más alta importancia, porque, como lo asentamos desde un principio, el Estado de Michoacán es uno de los Estados más productores por la fertilidad de su suelo, sus incontables irrigaciones, sus lagos y lagunas, en donde, como es sabido, están dando muy buenos resultados los criaderos de peces. Últimamente esta industria de la piscicultura está desarrollándose en gran escala, y son excelentes por su sabor, el bobo, el bagre y la mojarra.

La laguna o lago más hermoso que el Estado tiene es el que lleva el nombre de Lago de Pátzcuaro, y se encuentra ubicado en la ciudad de este nombre.

Pátzcuaro es una preciosa ciudad que contiene unos 8.000 habitantes y que no se debe dejar de ver, porque, aunque irregular por sus calles, algo deteriorados sus edificios, algunos hay de fachadas simpáticas y hermosas que mucho llaman la atención.

La población cuenta con magníficos templos, algunos edificios notables; pero lo que más llama y debe llamar la atención del lector, es esa colina hermosísima de árboles que circundan toda la ciudad y principalmente la extensión del lago.

El lago mide una circunferencia de unas doce leguas (36 millas), todo circunvalado de frondosos árboles que dan un aspecto encantador. En él se navega con bastante comodidad, y pueden visitarse multitud de pueblos de no escasa importancia que existen en las orillas de este lago, siendo entre éstos los principales: Janicho, Hueicorio, Jaruaro (colocado en una isla), Santa Ana, San Pedro, San Bartolo, La Pancada, Surumistaro, San Andrés, Ziróndaro y otros.

La agricultura, la fabricación de aguardiente y tejidos de algodón, la arriería y la pesca, forman la principal ocupación de los habitantes de este hospitalario suelo.

Cualquiera cosa que digamos acerca de esta pintoresca población, es pálido reflejo de lo que ella encierra. Es verdaderamente hermoso y sorprendente el Lago de Pátzcuaro; pero nos olvidábamos que estamos de marcha y tenemos que recorrer   —173→   algunas millas; ya visitamos algunos de los interesantes distritos del Estado, y antes de dar la despedida a esta simpática ciudad, justo es que regresemos a Morelia, que estrechemos con efusión la mano del progresista Sr. Gobernador del Estado, lo saludemos con respeto y llevemos en nuestra alma ese grato recuerdo que deja siempre un caballero, todo amabilidad y talento. Si el talento seduce, la educación atrae.

En efecto, el honorable Sr. D. Aristeo Mercado es una de aquellas personalidades que merecidamente ocupa la primera magistratura del Estado, porque ha sabido penetrarse del papel grave e interesante del magisterio; ha sabido comprender su misión y darle al sacerdocio que desempeña ese tono de amabilidad que tanto le distingue.

En esto consiste la popularidad que ha adquirido el progresista Señor Gobernador, que rige los destinos del Estado. Sus incomparables méritos y virtudes, su actividad para atender todos los ramos de la Administración, su celo por la enseñanza y el adelanto en la instrucción, y su honradez sin tacha, han hecho que el Estado, a la sombra de la paz que disfrutamos, progrese rápidamente, como se ha verificado.

El importante y rico Estado de Michoacán tiene grandes elementos de vida. Debido a la iniciativa del Sr. Mercado, existen multitud de empresas que, aunque nacientes, están llamadas a figurar en gran escala, y muy pronto veremos cómo ha progresado la exportación de los principales productos que el Estado tiene.

No hemos querido hacer del Sr. D. Aristeo Mercado una biografía extensa de su vida política y los merecimientos que tenga para la patria, porque ya sabe nuestro querido lector que pertenecemos al grupo de los soñadores, al partido de los netamente republicanos y demócratas de corazón, y nosotros vemos con altísima satisfacción a los hombres de verdadero talento, nos encontramos orgullosos con ver en los principales puestos a los que reúnen, como el Sr. Mercado, sabiduría y probidad, y éste es el mayor de los merecimientos a que se puede aspirar.

El Sr. Mercado es un hombre ilustrado, ha prestado su contingente en las Cámaras de la Unión, ha desempeñado puestos   —174→   públicos de gran importancia, ha encanecido por el adelanto de un pueblo que le venera y ama con estimación, y la mejor apología que de él puede hacerse está inscrita en las mejoras que ha realizado en el Estado que gobierna.

Si nuestro proyecto se realiza para dar a conocer a nuestra patria, en la obra que hemos emprendido; si, como lo esperamos, contamos con el valioso contingente de los señores gobernadores para nuestra segunda publicación, para entonces tendremos la satisfacción de dar a conocer los adelantos y riqueza del importante Estado que nos ocupa.

Por lo demás, e inter tanto llega este momento, confórmese el lector con estos ligeros apuntamientos, recorra la bonita ciudad de Morelia y visite las principales casas de comercio que en seguida mencionamos.

Uno de los establecimientos comerciales que más llaman la atención, es el elegantísimo cajón de ropa del acaudalado Sr. D. Antonio Carbonel, que incesantemente procura importar las más altas novedades en este giro. Vende a precios sin competencia.

El ramo de ropa en esta ciudad es como en cualquiera de las principales plazas de la República. Los almacenes están lujosamente decorados, y basta para convencerse con penetrar al bien surtido y elegante cajón de ropa de D. Ramón Ramírez, que con ese carácter amable y fino deja satisfecho siempre al consumidor.

La gran casa de Sauver Hnos., es otra de las que reciben por cada paquete un nuevo y variado surtido de las más ricas telas, sombreros para señora, sombrillas, lujosas donas, etc., etc. Caballerosos en extremo, atienden cualquier pedido al por mayor o menor y a precios sumamente cómodos.

¿Queréis bueno, bonito y barato? Pues ocurrid al Puerto de Liverpool, que es otro almacén de ropa con un inmenso surtido de percales, linos, calicots, mantas, sedas y cuanto apetecerse puede en este ramo.

He aquí los principales cajones de ropa de la ciudad.

En el ramo de abarrotes y efectos nacionales, así como para el expendio de licores legítimos, cigarros y puros de las   —175→   mejores marcas, pastas, conservas y papel, etc., etc., búsquese a los atentos e inteligentes comerciantes, los Sres. Gil y Torres, Epifanio Oseguera, Izquierdo y C.ª y D. Ignacio Martínez, que tiene además una excelente dulcería.

Éstos son los más reputados comerciantes de Morelia; los más ricos importadores y que garantizan la legitimidad de las mercancías.

La ferretería más bien surtida de la capital es la del caballeroso D. Gerardo Wallatourg y donde se encuentran los mejores artículos para labranza, fierro dulce y laminado, lámparas y objetos de lujo, etc., etc.

La sombrerería más acreditada de la ciudad y que contiene el mejor surtido de sombreros para charros, sombreros para señoritas y niños, es la de los reputadísimos Sres. Pellotier Hermanos, sucursal de la gran casa de México y que lleva el nombre del Sombrero Colorado.

Los sastres más acreditados y que visten a la crema de la aristocracia, son los inteligentes Sres. D. Vidal Díaz y D. José Zavala.

Dos personajes de la más alta importancia industrial, son los mejores fabricantes de mantas en el Estado. Los caballerosos Sres. Campuzano Hnos., e Iturbide y C.ª, que giran un cuantioso capital.

El foro de Morelia es respetabilísimo por su sabiduría y moralidad, y en muchas capitales de los Estados quisiéramos tener a ciertas honorabilidades como las que vamos a mencionar, a quienes sin vacilación recomendamos por su talento y honradez para el desempeño de cualquier asunto. Éstos son los reputadísimos abogados, J. Trinidad Güido, Luis González Gutiérez, J. M. Monje, Luis Caballero, Melchor Ocampo (hijo) y al honorable D. Luis B. Valdés, que desempeña con notable acierto el puesto de Secretario General de Gobierno.

En la facultad médico-quirúrgica, se recomiendan por su aprovechamiento y los más notables, a no dudar, son los eminentes Dres. Miguel Silva, Roque Macoucet, Miguel Arriaga, Francisco Iturbe y C. Pérez, que desempeña actualmente el cargo de Director del Hospital.

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Ya creo conveniente que abandonemos esta capital. Del hotel a la estación, y a recorrer el tramo de empalme que ya conocen nuestros lectores, es decir, de Morelia a Acámbaro. Éste es el punto donde se cruzan las dos líneas del interesante Ferrocarril Nacional Mexicano: la directa de México a Laredo y viceversa, y la directa de Morelia a la gran Tenoxtitlán.

El viaje más cómodo es indudablemente el directo para México desde Morelia, para evitarnos el cambio de tren, y como no es necesario repetir al viajero las estaciones, sólo mencionaremos el trayecto que nos falta.

De Acámbaro salimos para Providencia, San José, Tarandacuao, Zirizícuaro, San Antonio, Maravatío, Pomoca, Pateo, Mayor, Buena Vista, Tepetongo, Solís, Tultenango, Basoco, Flor de María (lugar para almorzar), Tepetitlán, Ixtlahuaca, Del Río, Palmillas y luego a Toluca, capital del grandioso Estado de México, que en capítulo aparte debemos de tratar.



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ArribaAbajoCapítulo XV.- El Estado de México

El Sr. general José Vicente Villada. La ciudad de Toluca. Un Estado verdaderamente agricultor. Revista comercial de la ciudad. Mejoras de importancia


La llegada del tren directo de Morelia, es a las 4:35 p. m. Del andén a las tranvías hay un sólo paso, y sacados nuestros bultos, etc., etc., nos ponemos en marcha hasta llegar al Hotel del León de Oro, que es el más elegante, más cómodo y más suntuoso de la capital.

Su caballeroso y fino propietario, que habla con propiedad varios idiomas, ha cuidado de montar este establecimiento al estilo de los que existen en los Estados Unidos del Norte y en Europa, y por consiguiente, puede estar el lector cómodamente alojado en el referido hotel, que tiene excelente restaurant, biblioteca, salón de recibir, estufas y cuanto se puede apetecer.

Toluca, capital del Estado de México, es una bonita ciudad, que se halla colocada a 2.625 metros sobre el nivel del mar y por consiguiente su temperatura es más bien fría que caliente.

Es una de las ciudades más históricas de la República, pues según la opinión de algunos reputados historiadores fue fundada por los Matlazincas, en el año de 1121, tribus que vinieron del Norte después de la dominación de los Toltecas.

En 1677 fue bautizada, por decirlo así, con el nombre de San José, y desde entonces se toma como aniversario de su nueva fundación el 19 de marzo del expresado año de 1677.

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La ciudad de Toluca tiene un aspecto encantador, sus calles delineadas y bien empedradas, sus plazuelas y jardines y lo bonito de las fachadas de sus casas, le dan todo el carácter de una población de gran importancia.

Los edificios públicos más notables son: el Palacio del Gobierno, notabilísimo por su construcción y de una cantería primorosa, donde se encuentra el despacho del Señor Gobernador del Estado.

El Palacio de Justicia, bastante amplio y decorado con elegancia; el Palacio Municipal, que es verdaderamente suntuoso y bonito; el Instituto Científico Literario, que se halla dotado de un excelente gabinete de física, su laboratorio de química, su cátedra de historia natural con muy regulares ejemplares y todas las demás clases para el estudio de la abogacía e ingeniería, que se hacen con notable aprovechamiento.

En instrucción, podemos asegurar que es uno de los Estados más aventajados de la República, porque el Sr. general Villada es el ramo que con más asiduidad atiende, y, desde su exaltación al poder del Estado, ha fomentado las escuelas, creando otras más, conforme a los últimos adelantos de la ciencia. A él se debe, por ejemplo, la fundación de la Academia de Música que dirige el inteligente maestro y dulcísimo compositor Teodoro Chávez, uno de nuestros más excelentes compositores.

La Escuela de Artes y Oficios es otro de los establecimientos que merecen visitarse, y en donde el Sr. Villada ha podido desplegar ese genio de iniciativa progresista que tiene, pues es uno de los establecimientos que ha mejorado notablemente. Esta escuela, así como la de las mujeres, dan honra sal Estado. Sus alumnos y alumnas han presentado multitud de objetos en diferentes Exposiciones, que han sido premiados por su construcción.

La Escuela Riva Palacio, para párvulos, y veinte escuelas más que atiende y sostiene el Ayuntamiento con la cooperación directa del Gobierno del Estado.

El edificio de Maternidad, fundado a iniciativa de la Sra. Concepción C. de Villada, y cuyo establecimiento tiene las ventajas de los de su clase que hay en México y en Puebla. Es una   —179→   casa, aunque pequeña, con todo lo indispensable para esa clase desvalida de la sociedad.

La Sra. Cardoso de Villada mereció el bien de la culta ciudad de Toluca, tanto por éste como por otros muchos beneficios que hizo durante su vida.

El Mercado es otro de los lugares que llaman la atención en esta ciudad. Su construcción es notable, muy espacioso y admirable el aseo que allí existe.

Una de las cosas que llama mucho la atención en esta simpática población, son los jardines, como el del Zócalo, el de Riva Palacio, el de Zaragoza, Zubieta y otros, en donde existe verdadero gusto para el cultivo de las flores.

El Sr. Villada tomó especial empeño un adornar La Alameda (que es el paseo más bonito de la ciudad) al estilo de la de México, y ha colocado en ella kioscos, estatuas, pajareras, invernaderos, etc., etc., que hacen de aquel jardín un lugar simpático y agradable en extremo.

La ciudad está perfectamente iluminada con alumbrado eléctrico, con focos de arco en activo, pues tiene 100 focos y 10 de sustitución.

Existen muy bonitos templos en Toluca, siendo los más lujosos y principales El Carmen, La Santa Vera Cruz, La Merced y El Tercer Orden.

Por lo que hemos visto, muchas son las mejoras realizadas por el progresista general Villada, infatigable colaborador del progreso. Quiso, a la terminación de su primer período de Gobierno, terminar la Penitenciaría, el hospital Civil y unos lavaderos públicos, que serán en breve otros tantos monumentos de su afán por el pueblo que gobierna.

He aquí la mejor apología de un gobernante que, como el Sr. Villada, cumple con su deber.

Su carácter pacífico y conciliador ha hecho que los bandos políticos caminen de acuerdo y causa placer ver esa unidad en que viven los habitantes todos de esta ciudad y el prestigio que merecidamente disfruta entre ellos el Sr. Villada.

El actual Gobernador, electo por segunda vez al Estado de México, general José Vicente Villada, nació en la capital de la   —180→   República, el día 15 de diciembre de 1843. Sus padres fueron: el Sr. general D. Manuel María Villada, que murió en el Estado de Guerrero, dejándolo muy niño, y la Sra. doña Cayetana Perea y Zuleta, a cuyos esfuerzos y grande empeño se debe la educación del Sr. Villada.

Su amor a la libertad, su anhelo por el bien de la República que le vio nacer, han hecho del soldado un héroe, un gobernante a quien las futuras generaciones admirarán como al patriarca de la democracia.

El porvenir será quien se encargue de biografiar al Sr. general Villada, que es la personificación de la lealtad y del patriotismo: el político sin mancha, el guerrero modelo, inmaculado por su honradez y firmeza en los principios liberales.

Con las armas en la mano defendió la autonomía de la patria; en la tribuna se escuchó su voz; en la prensa fue inflexible; siempre el general Villada ha sido el primero en ambicionar para México la unión, la reforma y el progreso.

Su popularidad es nacida del mérito que personal y moralmente le caracteriza; su candidatura cundió con beneplácito en cuantos círculos políticos estrechan su mano, porque los hombres que como él saben sacrificar su sangre en aras de la libertad, merecen el bien de la patria.

El pueblo michoacano en masa hubiera arrebatado para sí este triunfo que alcanzara en esta vez el Estado de México, Michoacán es el teatro de las heroicidades sangrientas de nuestro prohombre, allí derramó su sangre por el triunfo de la libertad.

En México, Puebla, Guerrero, Oaxaca e Hidalgo, dejó el general Villada recuerdos imperecederos de su gloria.

En el seno de los más ilustres periodistas, un nombre sin ejemplo como el más infatigable campeón de la reforma.

Leal y caballeroso con cuantos le tratan, vive en estrecho lazo con innumerables personajes de la política actual, y su nombre es una garantía en el Estado que gobierna, en donde ha realizado, en el corto período que lleva de gobernarlo, las más importantes mejoras.

Es incansable por el progreso de su país. Amante como el   —181→   que más por la instrucción. Es un excelente padre de familia. Un militar aguerrido integérrimo y liberal.

Volviendo a nuestro tema de dar a conocer al lector todo aquello que comprendemos de verdadero mérito, no haremos, como de otros Estados, una reseña comercial en forma, porque poco más o menos Toluca está en altura de las principales plazas de la República.

Toluca tiene cuantiosos capitales, su principal riqueza es la agricultura, porque ya hemos dicho que es uno de los Estados más a propósito para la siembra del trigo, del maíz, cebada, frijol y otros cereales, que tienen gran consumo; por lo cual su comercio se reduce, en lo general, a la exportación de éstas y otras semillas.

Hay hacendados verdaderamente ricos, entre los cuales figuran los honorables Sres. Barbabosa, que giran una cuantiosa fortuna y tienen las mejores haciendas de aquel Estado, productoras de maíz, trigo de suprema calidad, etc., etc.

La ganadería es uno de los ramos que más se atiende, y de allí son los famosos toros de Atenco, que no tienen competencia con ningunos otros del país.

Los caballerosos hacendados y comerciantes en gran escala, Sres. Pliego y Pliego Pérez, estimadísimos y respetables en demasía.

La gran casa bancaria e importadora de la virtuosa dama Javiera Pliego, viuda de Cortina, que gira en varios ramos de comercio, y que tiene al frente de ella a su activo gerente el respetable y caballeroso D. Andrés A. Molina.

La casa del distinguido y acaudalado capitalista D. Jesús Barrera, que tiene una gran fábrica de jabón de suprema calidad, e importador de licores, abarrotes y efectos nacionales que vende al por mayor y menor en esta plaza.

En el giro de abarrotes, debemos hacer una especial recomendación del primer comerciante, por su inteligencia y actividad, que lo es el estimable Sr. Darío Valdés, honrado y en extremo recomendable como comerciante y comisionista, que vende a precios sin competencia.

El Sr. José López es otro de los más respetables y aceptados   —182→   comerciantes que giran en este ramo y el de mercería y ferretería, y quien procura tener siempre las más altas novedades. Vende bueno y barato y deja siempre complacido a su consumidor.

La Pluma de Oro es el almacén más acreditado de ferretería y mercería, propiedad del simpático y generoso amigo D. Lorenzo Vázquez, que tiene un completo surtido de los efectos del ramo, a los mismos precios que en los grandes almacenes de México, equidad en los pedidos al por mayor, prontitud en el despacho y buena fe. Calle de Allende núm. 3.

Otra de las casas más fuertes y respetables, es, a no dudar, la de los acaudalados y caballeros comerciantes, los Sres. Henkel, que expenden harinas y semillas de todas clases, fabrican el mejor pan en el Estado, son los dueños de las tranvías que recorren la ciudad y sus alrededores, son los empresarios más importantes para cualquiera negociación, y su nombre es bendecido por multitud de seres a quienes prodigan la caridad, y dan pan y trabajo en todas sus negociaciones.

Hay en esta ciudad también un hombre de nacionalidad extranjera, pero altamente progresista y estimable, a quien mucho debe la sociedad. Este caballero responde al nombre de Santiago Graf, que ha contribuido al ornato de la ciudad, al desarrollo de innumerables industrias y a quien se debe la fundación de la Gran Fábrica de Cerveza, la primera de la República. La mejor recomendación que puede hacerse de ella, es el gran consumo que hay en las principales ciudades de la República y la estimación que ha obtenido por todas las personas que la toman. Sus principales depósitos están en Toluca, Plazuela de Zaragoza; en México, en la Rinconada de S. Diego.

El Sr. Graf es un industrial honorable, un comerciante digno, un buen ciudadano, caritativo, leal, franco y útil bajo todos conceptos a la sociedad en que vive.

En Toluca hay multitud de fábricas de harina, fideos, pan, aguardiente, velas, rebosos, mantas, etc., etc., siendo una especialidad las mantequillas riquísimas, el queso, los chorizos y chorizones que se venden en La Importadora y otras casas de gran importancia.

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Todos los artículos de primera necesidad son excelentes, todo es bueno y barato, y por esto es que, como dijimos en un principio, sería ocioso hacer una revista particular de la ciudad.

Los Sres. Santiago Laiseca, Ángel Cabiedes, José Gallegos, M. Medina y Cruz, F. de P. Pichardo, Andrés García, Ramón Ballina, Cantero Hnos., Rojas González y C.ª, Cornelio Rodríguez, Adolfo Stein, Ángel Valdés, Cliserio González, Tomás D. Gutiérrez y Pedro Trevilla, son otros tantos dignísimos comerciantes que forman lo más selecto de este comercio que merece visitarse por nuestro lector.

Sus hoteles principales son: el León de Oro, situado en la esquina de las calles de Juárez y Guerrero, en el cual se cobran $ 1,50 y $ 2,00 al día por hospedaje completo, y de 50 centavos a $ 1,00 por habitación sola; y el Hotel de la Gran Sociedad, situado en la calle de Matamoros núm. 1, conducido bajo el plan europeo, cobrando 75 centavos y $ 1,00 al día por habitación sola. En el mismo hotel hay restaurant, cantina y billares.

En el edificio del último citado hotel se encuentra también el mejor de los dos teatros que tiene la ciudad, el Teatro Principal, cuya capacidad es de 1.200 localidades. Hay en dicho hotel unos baños que son los mejores.

La Administración de Correos está situada en la calle de Guerrero número 11.

Cerca de la estación del Nacional Mexicano hay un establecimiento conocido con el nombre de Hotel del Ferrocarril, donde se sirven comidas a 50 centavos. Hay cantina, cigarros, etc., y en este establecimiento, que es el lugar donde se almuerza y come a la llegada de los trenes, es el más acreditado de la capital, asistido por el simpático Polito, como decimos cariñosamente al activo Sr. Contreras.

Toluca es, en fin, una ciudad bonita y agradable, su clima sano y sus casas cómodas y elegantes.

Ya visitamos lo principal de la línea de los importantes ferrocarriles Nacional Mexicano y del Central, y justo es que antes de llegar a México, pues estamos a muy corta distancia, demos a nuestro lector algunas ideas sobre la formación de estas grandes empresas.

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Esto será motivo de dos palabras que diremos aparte a nuestro lector.

Por de pronto, «Vámonos», como dicen nuestros primos. Tomemos el tren que sale de Toluca a las 9:55 a. m., y recorramos las estaciones de Lerma, Ocoyoacac, Jajalpa (lugar muy pintoresco y que remeda a las cumbres de Maltrata), Fresno, Salazar, Cumbre, Laurel, Dos Ríos, San Bartolito, Río Hondo, Naucalpan, Tacuba, y después de una hermosa travesía, de un trayecto de lo más pintoresco, de un camino atrevido y hermoso, de grandes puentes, túneles, etc., que ha construido la poderosa empresa del ferrocarril, y después de recorrer hermosas planicies, fértiles valles, ciudades, pueblos y villas de importancia como lo hemos visto, llegamos con la máquina al andén de la Estación de la Colonia, o sea a nuestra simpática capital de la República Mexicana, y en donde permaneceremos para después explicar al lector, en la segunda parte de nuestro libro, cómo debe continuar su viaje a los demás Estados de la Federación.

Como ya hemos visto, la poderosa empresa del Ferrocarril Nacional Mexicano, representada dignamente por el honorable y caballeroso D. Guillermo de Landa y Escandón, es una de las más importantes, y el trayecto más cerca para hacer un viaje a los Estados Unidos.

Recorre el ferrocarril de que hacemos mención una distancia de 1.352 kilómetros, hasta llegar en conexión con Laredo Texas.

El camino es de lo más variado y esplendente, desde el pequeño valle hasta la majestuosa altura. Como una serpiente que se desliza, se ve la locomotora ascender en las grandes eminencias, para venir más tarde a un risueño valle, a cuyos lados corre mansamente el Lago de Pátzcuaro; sigue su marcha, y bordeando faldas montañosas, llega al punto más pintoresco de la vía, a San Miguel de Allende; de ahí continúa hacia San Luis, en cuyo tramo cuéntanse un sinnúmero de puentes que, construidos con todas las reglas del arte, dan al sabio y al observador motivo para profundos estudios. La trayectoria hasta Laredo es por demás interesante, porque presenta en sus   —185→   detalles el más hermoso conjunto de cuanto en este siglo puede la ciencia alcanzar de adelanto.

El ferrocarril en cuestión es, sin disputa, uno de los que está llamado a un significativo porvenir.

La parte administrativa está a cargo de los Sres. B. W. Thacher, S. H. Bass, T. D. Cline y E. N. Brown, que no perdonan medio para que la empresa figure, como de hecho figura, entre las más avanzadas en su género, en cuya obra tiene no pequeña parte el Sr. James Sullivan, iniciador de la construcción de la vía y concesionario de ella.

Para cualquier informe de pasaje, fletes, express, etc., etc., ocúrrase a la Oficina Central situada en los bajos del Hotel San Carlos, o a la Dirección de la Compañía, Ortega número 24.



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ArribaAbajoCapítulo XVI.- Fin de la primera parte

Dos palabras al lector. Una obra en proyecto. Nuestra dedicatoria


Seamos sinceros: la primera confesión que tenemos que hacer al lector, es la de que no perteneciendo al grupo de los escritores ni literatos del país, nunca podíamos haber escrito una obra completa, perfecta mucho menos, y tampoco arreglada a los dos sistemas que nos propusimos, es decir, a la forma de un Directorio en general o una Reseña histórica y estadística, tal como debería haberse escrito. La segunda confesión es, la de que no pudiendo obtener con oportunidad todos los datos fehacientes de los Estados a que nos hemos referido, de una manera oficial y exacta como lo hemos solicitado, tal vez nuestra obra sea deficiente.

Nuestro deseo se estrella ante la imposibilidad, porque no estando comprendida la verdadera utilidad de dar a conocer tales cuales son nuestros rendimientos, se oculta mucho por temor al fisco, y además porque nos es muy costoso permanecer en cada población para adquirir estos datos oficiales, que en algunos gobiernos ni aun existen, por esa misma ocultación.

Ya dijimos a nuestros lectores cuál es nuestro programa: dar a conocer a México en sus múltiples manifestaciones, porque de este conocimiento tiene que venir por fuerza la inmigración de capitales, de compañías industriosas, de empresas   —187→   millonarias que, no teniendo en su país en qué invertir su caudal, desean conocer los productos de ciertas zonas, climas, terrenos, etc., etc., donde emplear ese capital con seguro aprovechamiento.

La expedición que hicimos en el año próximo anterior, nos fue muy costosa, y, lo decimos con sentimiento, con poco provecho también, porque nuestros actuales comerciantes ocultan, temen y ven con recelo una obra de la índole que la presente tiene, sin comprender que nuestros fines son más altos y de mayor porvenir para los mismos a quienes nos dirigimos.

La nación más poderosa del mundo comercial es, a no dudarlo, la de los Estados Unidos Americanos, porque del anuncio, de la propaganda oficial y particular, de la enseñanza y de la lectura, saca día con día, minuto por minuto, un negocio, un problema, un asunto que consultar o resolver en provecho propio.

Hay un ejemplo incontrovertible de lo que asentamos.

De Alemania, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, nos vienen a nuestro propio domicilio millares de catálogos, muestras, precios y cuanto existe en aquel emporio de civilización.

Una obra de medicina o de derecho, viene dirigida desde allí al más obscuro médico o abogado de la República a su propia casa y domicilio; luego esto prueba que aquellos hombres nos conocen, saben quiénes somos y hasta dónde vivimos.

En aquellos países, lejos de ocultar, comentan, aumentan el valor de sus propiedades, y por esto tienen grandes utilidades. Si el anuncio es ventajoso bajo todos aspectos, un directorio es enteramente indispensable y conveniente.

Nosotros hubiéramos querido presentar un directorio completo de todos los Estados a quienes nos hemos referido en esta publicación, y como habrán visto nuestros lectores sólo hemos mencionado unos cuantos personajes de lo mejor.

Si nos diésemos a conocer tal cual somos, con nuestro propio valer; si de aquellos países fuésemos verdaderamente conocidos, ¿cuáles serían nuestras utilidades y ventajas? ¿Cuántas demandas y solicitudes no resultarían en nuestro provecho?

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Valga, pues, nuestra propia confesión, y ojalá que las autoridades de este país, penetradas de la importancia de nuestro propósito, nos ayuden suministrándonos los datos oficiales que tengan, ayudándonos con su apoyo moral (y el comercio con el suyo) a llevar adelante esta idea.

Nos proponemos continuar la segunda parte de esta obra, que daremos a la estampa a mediados del presente año con los datos fehacientísimos históricos y estadísticos que estamos coleccionando.

Tenemos una larga experiencia sobre este particular, y contando con la benevolencia de nuestros lectores, creemos que será de su agrado la referida obra que tenemos en proyecto y será la continuación de la presente.

Para ello nos ponemos, bajo la égida de nuestros compatriotas, de los ilustres colaboradores del adelanto, las progresistas colonias extranjeras en nuestro país, y con especialidad a los honorables Sres. Gral. Pedro Rincón Gallardo, Gobernador del Distrito; D. Sebastián Camacho, y Lic. Vidal de Castañeda y Nájera (mi querido protector y distinguido amigo), a quienes profeso grandísima estimación.

Si, como lo esperamos, se dignan aceptar nuestros humildes trabajos, imperecedera será la gratitud de los que no tenemos más afán que dar a conocer a nuestra patria y verla florecer y progresar al nivel de las más poderosas del mundo.