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De Manuel Ángel, citemos su versión de El Quijote, las ilustraciones de libros de lecturas como El tesoro de las escuelas y los cuentos del abuelo, o volúmenes de cuentos recreativos como el titulado El flautista valiente. De Narciso Méndez Bringa, con una especial ternura en las figuras infantiles de sus ilustraciones, destaquemos las realizadas para los Cuentos de Andersen, o para el ya citado volumen, Azul Celeste, de Muñoz Escámez.

 

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Benítez Eiroa, Esther, «Nota preliminar», en Carlo Collodi, Las aventuras de Pinocho, Madrid, Alianza, 1972, pp. 24-27.

 

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El catálogo de la editorial, correspondiente al año 1911, ofrece informaciones de diecisiete colecciones de neto carácter infantil, aparte de las instructivas o pedagógicas. En ellas, más de mil títulos diferentes repartidos en dos mil ochocientos dieciocho volúmenes distintos.

 

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Así lo definía el propio catálogo de la editorial: «Por eso en la Biblioteca Perla ofrecemos al lado de los Cuentos de Grimm, una Historia Universal; junto a los Viajes por España, la famosa novela polaca Quo vadis? y el inmortal Gil Blas de Santillana; y próximo a El genio de Cristianismo, El libro de las señoritas o la preciosa y útil recopilación Juegos para niños.

 

15

Cfr. Literatura oral, popular y tradicional, Valladolid,. Castilla Ediciones, 1997, p. 27.

 

16

Cfr. La voz de los niños, Barcelona, Laia, 1972, p. 200 y ss.

 

17

Recogido por Sepúlveda: Romances nuevamente sacados Cfr. Romancero General, tomo X. Biblioteca de Autores Españoles. Madrid. Atlas, 1945.

 

18

Canción recogida en Belmonte. Cfr. Cerrillo, Pedro C. Cancionero popular infantil de la provincia de Cuenca, Cuenca, Diputación Provincial, 1991, p. 135.

 

19

Recogida en Cuenca. En Cerrillo, Pedro C. ob. cit., p. 249.

 

20

Cfr. la versión de Tony Ross (Londres, Andersen Press Limited, 1978; en castellano: Madrid, Santillana, 1994) termina con el Lobo convertido a vegetariano y dedicándose a cultivar el campo. O la de Eva Sykorová-Pekárková (Praga, Brio, 1996; en castellano: Madrid, SM, 1997), en la que aparece un guardabosques que rescata a Caperucita de la barriga del Lobo, llenándola de piedras y volviéndola a coser, provocando así que, cuando va a beber agua, se caiga a un pozo. O, la atrevidísima y cargada de ironía de   —50→   James Finn Garner (Cuentos infantiles políticamente correctos, Barcelona, Circe, 1995, pp. 15 a 19), en la que Caperucita, que lleva un tentempié bajo en calorías a su abuela, acusa al Lobo de sexista, a quien el autor, por su parte, tilda de travestido; no obstante, el cuento termina con la creación de una comunidad alternativa entre abuela, niña y Lobo.