Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

Conversiones femeninas

Concepción Gimeno de Flaquer

El año 1890 comienza y no quiero que acabe su primera década sin saludaros atentamente, queridas mexicanas, deseándoos para lo futuro, venturas incontables. Dirigidos mis fervientes votos por vuestra felicidad, vamos a conversar un rato, reanudando interrumpidas pláticas de las que empiezo a sentir nostalgia.

No podemos quejarnos, señoras mías, respecto al éxito que alcanza de día en día la causa de la mujer, su emancipación intelectual es un hecho; por eso en el año que ha expirado, hemos visto figurar obras femeninas en Ateneos, Academias, Museos, Pinacotecas y Exposiciones. Antiguamente se avergonzaba la mujer de su ilustración, que procuraba ocultar temiendo a las sátiras de los hombres, hoy se avergüenza de su ignorancia. ¡Hermoso cambio!

Los hombres tienen que caminar velozmente para seguir el vertiginoso movimiento del progreso, y si los hombres marchan al vapor, las mujeres no pueden andar a paso de tortuga porque esto crearía divorcio moral en los dos sexos.

Entre los descubrimientos que acaban de hacerse en la esfera científica, debo hablaros de dos que tienen interés para vosotras; de la coloración de las flores blancas y de la aplicación de la electricidad a los adornos de salón y de comedor.

La coloración de las flores débese a los perseverantes estudios del jardinero Luis Pagani: desde hace más de un año trabajaba por animar las camelias blancas dándoles color, y no obtenía los resultados apetecidos; por fin ha triunfado y la aristocrática flor tiene ya variedad de matices. La primera camelia azul que se haya podido obtener habrá sido un regalo regio: recuerdo que la primera camelia que nació en España, fue presentada por la reina María Teresa a Fernando VI en el palacio real de Madrid. La camelia es originaria de Filipinas; un misionero llevó a Madrid dos arbustos que fueron esmeradamente cultivados en estufa, y de uno de ellos brotó la encantadora camelia que obtuvo el favor de la Corte española en 1738 y que lejos de perder prestigio está alcanzando cada día más. La camelia no es flor moderna, nació en la Edad Media, trasplantola desde la India Oriental a Europa el jesuita Camelli, que celoso de la hermosa planta ocultábala para que no se vulgarizase. María Antonieta no pudo ostentar camelias en los jardines de Trianón; la emperatriz Josefina fue la primera reina francesa que engalanó los jardines de Malmaison con la elegante flor tan en boga en nuestros días. Los reyes de Portugal tienen en sus posesiones de Sintra, bosques de camelias.

Hablemos de las nuevas aplicaciones de la electricidad; de las fuentes luminosas ha surgido una idea feliz, la de aprisionar a la luz eléctrica entre cristales de diversos colores formando bibelots para los salones y caprichosa vajilla para las mesas. Las guirnaldas de hojas de cristal con misteriosos hilos eléctricos tomarán el aspecto de enormes zafiros, rubíes, perlas y esmeraldas, decorando espejos, candelabros y quinqués de un modo maravilloso, y podrán revestirse los palacios de un aspecto tan fantástico que semejarán mansiones de hadas.

Un millonario inglés ha dado un banquete presentando para las tarjetas del menú, marfil luminoso; el centro de la mesa formábanle mariposas y plantas de cristal iluminadas con diversos colores de luz. La moda está imponiendo la luz a torrentes; con razón se ha llamado a nuestro siglo el siglo de las luces.

El movimiento científico, artístico y social se presenta brillante en Madrid en este invierno: recepciones, academias, veladas literarias, exposiciones de cuadros, aperturas de teatros y salones, conjunto que hace aquella vida seductora. El pueblo madrileño parécese al ateniense en su dorada superficie, en su amor a la belleza, en su fastuosidad, en su animación y en su cultura. Los días cuéntanse en la Coronada Villa por el número de fiestas a que asiste el madrileño; entiéndase por madrileño al quo reside en Madrid, pues en la Corte nadie quiere ser provinciano.

La temporada de fiestas sociales ha empezado en el Palacio Real, con un concierto en el que tomaron parte la famosa Kuffer y nuestro incomparable Gayarre. La reina dedicó a estos cantantes un obsequio artístico muy valioso. También ha tocado en palacio la pianista gallega Emilia Quintero. Emilia, joven, graciosa y simpática, dotada de gran talento musical, ha recorrido triunfalmente toda España en compañía de Sarasate y es posible que venga a México. La joven concertista es hija de una poetisa tan inspirada como modesta, de la Sra. Emilia Calé de Quintero, con cuyos versos ha engalanado este periódico sus páginas varias veces.

Las damas madrileñas siguen reuniendo a sus amigos en la tarde saturando el aromático té con chispeantes bromas. En esas reuniones íntimas se respira la atmósfera del ingenio, pues en las fiestas ceremoniosas la rigidez de la etiqueta apaga la sal ática que es proverbial en los círculos madrileños. Nada más grato que estas reuniones en las que el ama de la casa jamás impone sus gustos y aficiones: los contertulios forman diversas agrupaciones; en unas se toca el piano, en otras se recitan versos, en otras se registran álbumes históricos y en otras se murmura. La murmuración en esos círculos es amena porque como no desciendo a vulgaridades, conviértese en delicioso manjar que saborean con gran contentamiento desde los más frívolos hasta los más serios. Dase mucha importancia en Madrid a la brillantez de la frase, tanto que hay personas que por oír un epigrama ingenioso resígnanse a ser víctimas de él: otras por lucir un bon mot se sacrifican a sí mismas.

Las reuniones nocturnas no escasean, habiendo sido los primeros en inaugurarlas, la duquesa de Bailen, marqueses de Monteagudo, de Perales, Ulugares, Heredia Spíndola, Montalvo y algunos ministros extranjeros.

Se dice que la hermosa duquesa de la Torre piensa trasladar su residencia a París; si esta noticia se confirma, la sociedad madrileña estará de duelo, pues el salón de la duquesa es uno de los más agradables de Madrid. El teatro Ventura forma su mayor encanto; en él han lucido su talento todos los aficionados al arte escénico; allí han recitado composiciones poéticas Manuel del Palacio, Núñez de Arce, Ferrari, el Ministro de México, que se halla entre nosotros, Grilo, Rodríguez Correa, Velarde, Retes, allí se ha escuchado la brillante palabra del eminente Juan Valera, allí se han reunido la aristocracia del talento, de la hermosura y de la sangre, presididas por la amable duquesa que tiene gran habilidad para organizar amenas fiestas y un savoir faire inimitable.

Pasando de Madrid a París os comunico que se ha cerrado la Exposición, la cual ha tenido millón y medio de visitantes extranjeros y cinco millones de provincianos franceses. El total pagado por las papeletas de entrada en la exposición asciende a la respetable suma de 49 560 000 francos. Es la primera exposición de París que se liquida con gran beneficio a pesar de haber tenido gastos fabulosos.

Los objetos mexicanos se han vendido con preferencia, y en vista de tal resultado este Gobierno piensa instalaren París una exposición permanente de sus productos: la idea es muy oportuna.

Mr. Eiffel ha obtenido gloria y dinero, cosas que rara vez van juntas, y aunque no haya habido en su torre confusión de lenguas como la legendaria torre de Babel, es seguro que se han hablado más dialectos que en aquella.

A propósito de lenguas: hallábase al pie de la torre Eiffel un español que visitaba a París por primera vez y un compatriota suyo que reside en Francia desde largo tiempo, oyole destrozar la lengua de Molière y sin poderse contener exclamó: «Amigo, vas a olvidar el castellano sin haber aprendido el francés»; a lo que repuso amostazado el aludido, «es verdad que tú dominas el francés, pero en cambio el español te domina a ti, porque no lo has hablado gramaticalmente jamás».

Parece que la lengua italiana se ha puesto a la moda en París; si se generaliza será un encanto oír frases apasionadas como las de Tasso a Eleonora, Petrarca a Laura y Dante a Beatriz.

Es tan hermoso el verbo amar, que debiéramos ser políglotas solo por el placer de conjugarlo en todos los idiomas.

Tengo que terminar con una noticia triste: ha muerto en París una mexicana muy distinguida; la Sra. Jacinta Estrada de González Gutiérrez. Esta dama yucateca figuró siempre en los círculos más aristocráticos; joven todavía, elegante, dotada de clara inteligencia y perteneciente a familia ilustre, representaba importante papel en la sociedad de México. Dedicad, queridas lectoras, una siempreviva a su memoria, como la dedica CONCEPCIÓN GlMENO DE FLAQUER.