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Al levantar los ojos
de aquel libro,
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Aplauden los
semáforos más libres de la noche,
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Bajo una lluvia
fría de polígono,
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Con qué
ferocidad y a qué hora importuna
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¿Conoces ya
la tinta meditada
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De pronto le vuelve
el sueño
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Déjame que
responda, lector, a tus preguntas,
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Déjame,
pensamiento,
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Después de
atravesar
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El agua pide orillas
donde apoyar la frente,
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Ella me besa, marca
la sonrisa
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En la noche
profunda,
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Esta ciudad me mira
con tus ojos,
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Este lunes de abril
templado y diligente,
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Hay momentos
también en que dejamos
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Irene no conoce
todavía
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La ciudad sospechaba
de sí misma.
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Los
automóviles llegaron aquí un año de
repente,
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Me persiguen
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Mi alma os ha
cortado a su medida,
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No obedece el
futuro,
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Nosotros los Montero,
tuvimos en común
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Olvídate de
mí si estás conmigo.
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Por detergentes y
lavavajillas,
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Porque sé que
los sueños se corrompen,
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Quien conozca los
vientos, quien de la lejanía
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¿Quién
habla del amor? Yo tengo frío
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Recuerda que
tú existes tan sólo en este libro,
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Rojo temblor de
frenos por la noche,
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Se hacen de
hormigón y de cristal,
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Señores
pasajeros buenas tardes
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Si alguna vez la
vida te maltrata,
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Si alguna vez no
hubieses existido,
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Sobre las diez te
llamo
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Sólo
más tarde se darían cuenta
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Son
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Son las puertas
cerradas de un pasillo de hotel
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Tú me llamas,
amor, yo cojo un taxi,
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