A la cálida vida que transcurre canora Cuando me sobrevenga Delinquiría El viejo pozo de mi vieja casa En estos hiperbólicos minutos En la cúspide radiante En la quieta impostura virginal de la noche Encima Éramos aturdidos mozalbetes: ¿Existirá? ¡Quién sabe! He vuelto a media noche a mi casa, y un canto Hoy, como nunca, me enamoras y me entristeces; Jerezanas, paisanas, La vida mágica se vive entera Los circos trashumantes, Magdalena, conozco que te amo Me enluto por ti, Mireya, Me impongo la costosa penitencia Mejor será no regresar al pueblo, Mi carne pesa, y se intimida Mi corazón leal, se amerita en la sombra. Mi corazón retrógrado Mi virtud de sentir se acoge a la divisa Muchachita que eras No merecías las loas vulgares ¡Oh bienaventuranza fértil de los que saben ¡Oh vírgenes rebeldes y sumisas: Omnicromía de la tarde amena... Prolóngase tu doncellez Ramón López Velarde: está franca la puerta Resígnanse los novios Sonámbula y picante, Soy el mendigo cósmico y mi inopia es la suma Tierra mojada de las tardes líquidas Transmútase mi alma en tu presencia Tus dientes son el pulcro y nimio litoral Ya brotas de la escena cual guarismo Ya la provincia toda Ya no puedo dudar... Diste muerte a mi cándida Ya que tu voz, como un muelle vapor, me baña, Yo tuve, en tierra adentro, una novia muy pobre:
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